🥀Capítulo 18-Fines lucrativos🥀
Jimin, rey regente de la ciudad lunar, emprendió un viaje por las distintas ciudades y provincias del reino, con un propósito claro en mente: proteger a su familia y reafirmar su autoridad. Con una determinación férrea, lanzó feromonas de mando por todas partes, ordenándoles a los súbditos que no traicionaran a la familia real. Era hora de hacer uso de su poder.
Durante su recorrido, Jimin visitó una provincia próspera, donde los pastos verdes rebosaban de vida y los animales silvestres corrían libremente. Sin embargo, su llegada no fue recibida con la reverencia que esperaba. Un grupo de alfas y omegas, enfurecidos y desafiantes, se revelaron en contra suya.
—¡No nos arrodillaremos ante la familia real! —gritó una omega, tomando todo el coraje que llevaba dentro—. ¡Ustedes asesinaron al rey Jeon Namjoon! —La acusación resonó en el aire, y Jimin sintió una oleada de ira.
—¡El príncipe Jeon Jungkook está hechizado! —gritó uno de los alfas—. ¡El asqueroso enigma puro lo ha hecho! —Las palabras fueron como un golpe en el estómago del rey regente, y su paciencia se agotó.
—Es lamentable que piensen eso. —Suspiró, su voz cargada de tristeza—. Ahora no tengo otra opción... —Su mirada se posó en los rebeldes, y su voz se convirtió en un rugido.
—¡Castíganos! —gritó una mujer, desafiante—. ¡No le tengo miedo al calabozo! —Pero Jimin sonrió, y sus ojos color rosa se oscurecieron.
—No planeo llevarlos al calabozo —dijo, su voz baja y peligrosa—. No necesito prisioneros. —Y con eso, se transformó en lobo, rugiendo y aullando furioso.
El medio día se convirtió en un escenario de horror, cuando el charco de sangre inundó los pastos verdes de la provincia. Jimin, el enigma de ojos rosas, asesinó a los rebeldes, sin distinguir entre hombres y mujeres, niños y adultos. Pues incluso los cachorros de aquellos hombres y mujeres fueron eliminados, para no dejar rastro del linaje que no quería rendirle su lealtad a la familia real Jeon Park.
La provincia quedó en silencio, sumida en el terror y la obediencia. Jimin, el príncipe de la ciudad lunar, había demostrado su poder una vez más, y la noticia de que no le temblaba el dedo cuando se trataba de proteger a su familia y su reino no tardaron en esparcirse. Nadie se atrevería a cuestionar su autoridad de nuevo.
Aquel día, cuando terminó de limpiarse la sangre, llamó por teléfono a Jungkook, ambos charlaban durante horas enteras contándose sus vivencias en la lejanía. Que Jimin estuviera lejos de su esposo no significaba que se perdiera del drama que estaba viviendo Yoongi con su madre.
—¿Y son los restos de tu madre? —preguntó Jimin desde el otro lado de la línea, él se estaba hospedando en un lujoso hotel. Su cuerpo húmedo a causa de la ducha que se acababa de dar.
—Sí, hablé con Mabel, así se llama la madre de Yoongi y ella ha dicho que mi padre utilizó su voz de mando para pedirle que abandonara a Yoongi cuando era un cachorro.
—Lo mismo que hizo conmigo, él intentó ordenarme que dejara el castillo. Repitió el mismo patrón...
—Pero tú no le hiciste caso... —murmuró Jungkook mientras se acomodaba en la cama, pues estaba cansado y quería dormir en el nido un rato. Yoongi lo veía sentado en el sofá porque por orden de Jimin no podía dejar a Jungkook solo—. Por eso recurrió a la voz de mando de Yoongi para ordenarme que te abandonara.
—Ya dejen de hablar de mí, los estoy escuchando —se quejó Yoongi, Jimin sonrió al escuchar su voz.
—No me importa que escuches, todo lo que decimos es verdad. —Jungkook rodó los ojos.
—¿Estás molesto, bebé? —preguntó Jimin recargándose en el balcón de la habitación del hotel.
—Ajá, Yoongi es testarudo. No entiende que tener a su madre con vida es un regalo, una bendición. Yo... Da-daría la mitad del reino por tener a la mía.
—¿Nada más la mitad? —Se burló Yoongi recostándose en el sofá.
—Sí, la otra mitad se queda para cuidar a mi familia. Imbécil.
—No te enojes —susurró Jimin—. Le hará mal a nuestro cachorro. ¿Cómo va esa barriga?
—El bebé no quiere hablar conmigo, y su tamaño sigue igual. Creo que está molesto porque quiere a su padre conmigo.
—Yo también quiero estar con ustedes, cariño.
—¿Falta mucho para que termines?
—Creo que llego en tres semanas.
—¡Eso es mucho tiempo, no puedo esperar tanto! Además Yoongi es amargado y aburrido.
—¡Que los estoy escuchando! —Volvió a gritar Yoongi.
—¡Y que no me importa! —gritó Jungkook, su voz molestó el tímpano de Jimin porque tenía la bocina pegada al teléfono.
—Mejor dile a Jimin que te cuente acerca de la provincia d campo de margaritas... —dijo Yoongi.
—¿De qué campo de margaritas habla Yoongi? ¿Pasó algo?
—Bueno, eso te lo quería contar cuando llegara...
—Pues cuéntame ya.
—Digamos que... ¡Oye! ¡¿Cómo sabe eso Yoongi?! Acaba de pasar hace tres horas.
—Lo sé porque soy la mano del rey y porque los murmuros en el reino corren las calles a velocidad luz —contestó.
—¿Jungkook, tienes el alta voz prendido?
—Sí... —contestó avergonzado—. Es que dejé el teléfono en la mesita de noche para acostarme en el nido. ¡Pero no desvíes la conversación! ¿Qué pasó en la provincia?
—Digamos que un grupo de alfas y omegas no quisieron rendir su lealtad a la familia real y... En lugar de obligarlos con mis feromonas y voz de mando yo...
—¿Los castigaste?
—Los maté...
Jungkook contuvo la respiración un par de segundos, luego la soltó lentamente.
—¿A todos?
—Hombres, mujeres e incluso sus cachorros...
—Jimin...
—Ellos nos odiaban, además dijeron que te hechicé para robar el reino y...
—Me gusta que nos defiendas, me gusta que defiendas nuestra familia. Gracias, gracias por matar a esas personas por mí.
—No se si esto es romántico o lunático —masculló Yoongi chasqueando la lengua.
—Tu lo hiciste antes por mí, cuando era un omega. ¿Recuerdas? Arrancaste las lenguas de aquellos alfas que se burlaban de mí en el orfanato.
—¡En efecto, par de lunáticos! —Yoongi se puso de pie, acercándose a la mesita de noche de Jungkook, tomando el teléfono entre sus manos, desactivando el alta voz y entregándoselo a Jungkook, quien ya estaba acomodado en el nido desde varios minutos atrás—. Hablen en privacidad, no quiero tener que escuchar sus momentos... ¿Románticos? —Sonrió.
—¿Amor? —Jungkook llamó a Jimin cuando tomó el teléfono sin decirle nada a Yoongi, quien regresó a la comodidad del sofá de la habitación.
—Aquí estoy...
—Te amo, Jimin. —Se pudo escuchar el suspiro del enigma puro al otro lado de la línea.
—Te amo, Jungkook.
Jimin se tardó más de lo previsto, un mes entero.
Cuando Jimin llegó al castillo, su lobo interior le indicó con precisión el lugar donde se encontraban Jungkook y su cachorro. Corrió desesperado, como si el tiempo se estuviera agotando, y su corazón latía con tanta urgencia que no podía controlarse. Finalmente, llegó al kiosco del jardín, donde encontró a Jungkook sentado en un banco, rodeado de fresas, cerezas y frambuesas.
La visión de Jungkook le robó el aliento. Su estómago parecía un poco más abultado, y su rostro estaba iluminado por una sonrisa mientras comía los frutos rojos. Yoongi estaba sentado a su lado, como un fiel escudero, compartiendo el mismo plato y la misma sonrisa. Sin embargo, algo en la escena no estaba bien. Jimin notó una vía de canalización en la muñeca derecha de Jungkook, y su corazón se detuvo.
«Jungkook estuvo enfermo y no me dijo?», se preguntó Jimin. ¿Por qué no le había informado? ¿Por qué no le había pedido ayuda?
Sin importarle las respuestas, Jimin corrió hacia Jungkook, su corazón latiendo con fuerza. Al hacer contacto visual con él, Jungkook sonrió, y Jimin se lanzó hacia él, abrazándolo con fuerza y elevándolo un poco sobre sus pies. Sus labios se encontraron en un beso frenético, tan fuerte que hizo que a Jungkook le sangrara el labio inferior. Luego, Jimin se dirigió a su cuello, besando y lamiendo de manera desbocada, como si necesitara sentir su calor y su vida.
Yoongi se puso de pie, incómodo, pero la voz de mando de Jimin seguía haciendo efecto en él. No podía alejarse de Jungkook hasta que Jimin le diera su libertad. Así que se quedó allí, observando la escena con curiosidad y lealtad, sabiendo que la orden que recibió su lobo de quedarse junto a Jungkook seguía en pie y que no podía alejarse hasta que Jimin le dijera que podía hacerlo.
—¿Qué te pasó en la vía? ¿Cómo está nuestro cachorro?
—Oh... Solamente me pasan suero por las noches, estoy bien. —Sonrió de oreja a oreja—. El cachorro está bien.
—¿Y tú? ¿Estás bien? Tienes ojeras...
—Bueno... Tenemos un bebé fuerte y ya comienza a patear en las noches.
—¿Tan rápido? Apenas tienes cuatro meses.
—Es inquieto. —Sonrió.
—¿Y cómo estás Yoongi, te trató bien Jungkook? Oh sí, estoy muy bien Jimin, gracias por preguntar. ¿Podría ya ser libre y alejarme del consentido de Jungkook? Oh claro Yoongi, ya puedes irte, sé que es difícil lidiar con el carácter de mi esposo, es más tomate un mes de descanso. ¡Oh gracias Jimin, que considerado eres! —comenzó a hablar Yoongi, provocando que el par de reyes soltará una carcajada.
—Yoongi, eres libre de cuidar a mi esposo. Ahora lo cuidaré yo —dijo Jimin con su voz de mando.
—¡Al fin! —soltó aliviado.
—Gracias por cuidar de mi familia, tengo una deuda contigo.
—¿Deuda? Jimin, me lo ordenaste con tu voz de mando. —Yoongi sonrió mostrando todos los dientes.
—Por eso, gracias por obedecer la voz de mando que utilicé con fines lucrativos. Ahora ve a arreglar las cosas con Hobi. —Colocó la mano encima del hombro de Yoongi—. Me dijo Jungkook que están peleados desde que tu madre vive en el castillo.
—Que comunicativo saliste Jungkookie.
—Ya ve y pídele perdón —dijo Jungkook.
—¿Perdón? Fue él quien me traicionó trayendo a esa mujer que lo único bueno que ha traído al castillo son las cenizas de nuestros padres.
—¿Quieres que vea en sus recuerdos? —preguntó Jimin—. Puedo hacerlo, después te los transmito a ti para que te enteres de la verdad, para que decidas si merece el perdón o no.
—Te aseguro que una vez vistos sus recuerdos podrás decidir si se queda o si se va del castillo —dijo Jungkook—. Quiero lo mejor para ti, Yoongi.
—Bien, háganlo. Pero ni crean que iré a pedirle disculpas a Hobi.
Al decir eso, dio la media vuelta yéndose a su habitación para descansar y alejarse de Jungkook porque de verdad que era caprichoso y más estando embarazado.
—No busques a la madre de Yoongi, quiero que te quedes conmigo. Habla con ella después —susurró Jungkook.
—Sí, mi amor. Me quedaré contigo. —Enlazaron sus manos al mismo tiempo que se sentaban en las bancas del kiosco para seguir comiendo frutos rojos.
Estaban juntos, disfrutando el reencuentro, disfrutando la paz que se respiraba en el reino porque ahora tenían la certeza de que nadie los traicionaría porque Jimin recorrió cada rincón para ordenar con su voz de mando y feromonas que no lo hicieran y a algunos que intentaron revelarse antes de que utilizara su voz de mando ya estaban muertos. Así que, nadie se había escapado del mandato del enigma puro.
Planeta lunar estaba en paz, Jungkook y Jimin también, pero. ¿Cuánto duraría eso?
Para mí que el Yoongi nada más fingía que no quería cuidar al Jungkook porque bien que se preocupa por él. Y aunque mis niños estuvieron separados un tiempito fue para que Jimin les ordenaras todos que les rindieran su lealtad. ¡Al fin usa su poder el muchacho, señor padre papito ajshshsjsjsjsjwjs!
GRACIAS POR LEER, SUBASTA DE OMEGAS ACABA DE LLEGAR A 200mil LECTURAS ESTOY FELIZ COMO LOMBRIZ🫂😭🫶🏻✨🥳
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro