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🥀Capítulo 17-Madre🥀

Tres meses después...

Hoseok aprovechó la ausencia temporal de Jimin para llevar a cabo una misión que había estado postergando durante demasiado tiempo: Encontrar a la madre de Yoongi.

La orden de Jimin había sido clara y contundente, emitida con su característica voz de mando que no admitía discusiones. "No te separes de Jungkook bajo ninguna circunstancia", le había dicho, y Yoongi había aceptado sin rechistar porque no le quedaba de otra. Así que, desde entonces, Min Yoongi había estado unido a Jungkook como su sombra, compartiendo cada momento de su vida con él.

Desayunaban juntos, comían juntos, bebían juntos y dormían en la misma habitación. Incluso, Yoongi se duchaba con Jungkook, demostrando una lealtad y dedicación que iban más allá de la simple amistad. Sin embargo, Jimin no sentía celos de esta cercanía, ya que sabía que Yoongi no representaba ningún problema ni competencia sentimentalmente.

A pesar de haber crecido creyendo que eran primos, Jungkook y Yoongi se consideraban hermanos en todos los sentidos. Su vínculo era profundo y genuino, forjado a través de años de confianza y compañerismo. Jimin sabía que Yoongi amaba a Jungkook como a un hermano, y que su dedicación era puramente fraternal.

Por eso, mientras Hoseok salía en busca de la madre de Yoongi, Jimin se marchó tranquilo, sabiendo que Jungkook estaba en buenas manos. La ausencia de Jimin había sido la oportunidad perfecta para que Hoseok llevara a cabo su misión, y él estaba decidido a encontrar las respuestas que necesitaban para desentrañar el misterio que rodeaba a la familia de Yoongi.

Luego de utilizar sus poderes de enigma para buscar las respuestas, dio con un burdel más importante de la ciudad. Llegó ante la madame, dueña y alfa de aquel lujoso lugar en el que alfas adinerados satisfacían sus deseos más carnales.

Aunque el sitio era limpio y elegante, Hoseok podía sentir el aroma a feromonas de apareamiento por todo el lugar.

La mujer de labios rojos y vestido rojo, escotado, ceñido al cuerpo y que le llegaba hasta los talones se acercó a él.

—Vaya, que honor tener a alguien de un estatus tan elevado entre nosotros. —Sonrió de oreja a oreja estirando la mano para saludar a Hoseok, él no se movió ningún centímetro, rechazando el saludo.

—Estoy buscando a una gamma. ¿La ha visto?

La madame movió la mano con gracia, colocándola en su cintura, estaba claramente molesta y ofendida.

—¿Vienes a mi burdel, no consumes de mis productos e ignoras mi saludo? —Arqueó una ceja.

—Estoy buscando una gamma, me dijeron que fue vista aquí por última vez. No me obligue a utilizar la fuerza.

—¿Vas a golpear a una mujer indefensa como yo? —cuestionó mirándolo a los ojos. Hoseok respiró con cansancio.

Dime dónde está la mujer gamma, ahora. —ordenó utilizando su voz de mando.

—Aquí no hay ninguna mujer gamma, la última que estuvo en mi burdel fue raptada por uno de tu raza, por un enigma de ojos verdes —soltó de inmediato, sorprendiéndose a si misma por la facilidad en la que obedeció la voz de mando del enigma de ojos azules.

—Ya vamos progresando. —Hoseok sonrió—. ¿Ese enigma era, Min Soobin?

—Si no te contesto me obligarás a responder de todos modos. —La alfa rodó los ojos—. Sí, era Min Soobin. Él vino a satisfacer sus placeres con la guardia real, extrañamente quedó flechado de Mabel, una gamma astuta y escurridiza que no debió salir de la cocina.

—Oh... ¿Y dónde está Mabel?

—Min se la llevó al castillo, engendró un hijo con él. Después ella abandonó a su cachorro en el castillo y regresó al burdel a trabajar como sexoservidora.

—¿Abandonó a su cachorro? Nadie hace semejante barbaridad.

—Cariño, ella no lo hizo porque quiso. A ella la obligaron.

—¿Quién la obligó?

—El rey —dijo una voz proveniente de la puerta.

Hoseok giró el rostro, encontrándose cara a cara con la madre de Min Yoongi. Ella era hermosa, su piel pálida al igual que la de Yoongi e incluso sus rasgos, lo único distinto era el color de ojos, ya que los de ella eran cafés y los de Yoongi verdes.

—Oh, mírala, ella es Mabel, ex gamma, ahora beta —dijo la Madame.

—Escuché que me buscaba un enigma y quise comprobarlo con mis propios ojos —dijo escaneando a Hoseok con la mirada—. ¿Por qué me buscas?

—Porque quiero llevarla al castillo, señora. —Hoseok se acercó a ella con paso seguro, mirándola a los ojos.

—No puedes llevártela, me debe bastantes monedas de oro —se quejó la madame.

Hoseok sonrió de lado.

—¿Es usted la madre de Min Yoongi? —preguntó en un susurro—. Quiero la verdad —añadió con su voz de mando.

—Soy la madre de la mano del rey, soy la madre del enigma Min Yoongi.

—¡Estupendo! Entonces vayamos al castillo que su hijo estará... impactado de conocerla.

—Pero... Mi deuda.

—Oh, la madame olvidará esa deuda —dijo confiado—. O de lo contrario yo mismo destruiré este lugar. ¿Me acompaña?

—¡Quiero monedas! —gritó la madame.

Estarás de acuerdo con que la señora Mabel se retire del burdel, es más. Estarás contenta porque se reencontrará con su hijo —dijo Hoseok con su voz de mando.

Mabel no parecía sorprendida ante el impacto de la voz de mando de un enigma hacia un alfa. Ella tampoco quería permanecer en el burdel, por eso siguió a Hoseok al automóvil para ir directo al castillo.

—¿El rey Namjoon la obligó a marcharse del castillo? —Mabel asintió.

—Sí, él quería que Min Soobin le sirviera a él y a nadie más que a él. Una simple beta como yo le era inservible, pero lo que lo orilló a ordenar que me marchara fue porque descubrí que seguía enamorado de su primer amor... El rey Namjoon no amaba a la reina, él estaba obsesionado con una enigma de ojos rosas.

—Lo sé. —Hoseok apretó los labios al encender el motor del vehículo.

—La reina Jeon Min Hiye no está en el memorial real... Yo, me encargué de seguir los pasos del rey Namjoon cuando me enteré acerca de la muerte de Seokjin, Jegi y Soobin. —Suspiró—. Quise averiguar el paradero de mi hijo, quise robarlo y llevarlo conmigo al burdel, pero la protección en el castillo era alta.

»Finalmente me escabullí fingiendo ser de la limpieza y descubrí que el rey iba a tirar los restos de la reina junto con los de Jegi, Soobin y Seokjin...

—¿Tirarlos, donde?

—En la basura,

—Aquel día tomé sus restos incinerados, llevándolos en una bolsa de plástico a mi hogar. —Suspiró—. Lamentablemente los restos de los cuatro estaban revueltos y los coloqué todos en la misma urna.

—¿Está diciendo que usted tiene los restos de Park Seokjin, Min Jegi, Min Soobin y Min Hiye?

—Sí, en mi choza...

—¿Y dónde está esa choza?

—A una cuadra del burdel. —Hoseok frenó en seco, luego dio una vuelta en "U"

—Lléveme a ese lugar, vamos por los restos.

—De acuerdo.

Mabel sostenía la urna que portaba las cenizas con fuerza a medida que avanzaba al interior del castillo. Ahí recordaba vívidamente el pasado y el grande amor que le tuvo al padre de su cachorro.

Cuando llegaron al comedor se paró temerosa atrás de Hoseok, apretando con más fuerza la urna porque frente a ella se encontraba el rey Jeon Jungkook y Min Yoongi, su hijo. A quien había visto desde la lejanía durante años sin poder acercarse porque esa había sido la orden que le dio Jeon Namjoon.

—Llegas tarde —dijo Jungkook a modo de reclamo—. Tu plato ya se enfrió.

—Estaba haciendo algo importante...

—¿Qué tan importante? —preguntó Yoongi dejando el tenedor en la mesa.

—Ah... Señora, tome asiento. —Hoseok se aclaró la garganta—. Ella es mi invitada.

—¿Traes una invitada a la mesa de tu rey sin avisar? —cuestionó Jungkook de mala gana.

—Es que en estos momentos no te estoy considerando rey, te estoy considerando mi sobrino.

—Golpe bajo... —murmuró Yoongi burlándose de Jungkook y este cruzó los brazos.

—Sobrino o no, sigo siendo tu rey. ¿Quién es esta se...

Mabel salió de atrás de los hombros de Hoseok, Jungkook logró percibir el aroma de los restos de su madre, sus pupilas que siempre estaban dilatadas parecieron dilatarse más. En ese momento se puso de pie tan rápido que se mareó, estuvo a punto de caer, sin embargo se sostuvo de la mesa, mirando a Yoongi directo a los ojos.

—¿Quién es esta señora? —preguntó Yoongi con calma al ponerse de pie, rodear la mesa y ayudar a Jungkook a tomar asiento de nuevo.

—Yo soy...

—Échala del castillo. —Yoongi le pidió a Jungkook—. No la conozco y no me interesa conocerla.

—Pero lo que trae en las manos huele a... —murmuró Jungkook.

—No pueden echarla, Yoongi tienes que escuchar... —dijo Hoseok.

—¡¿Escuchar?! —gritó furioso—. ¡Te dije que no quería que la buscaras! ¡¿Por qué cojones haces lo que te da la gana, cabrón?!

—Yoongi, no le hables así a Hobi, él...

—Hicimos una apuesta, cumple con tu parte. —Hoseok interrumpió a Jungkook, acercándose a Yoongi y mirándolo con furia.

—No me  interesa buscar o tener contacto con la zorra que me abandonó.

Hoseok se acercó a Yoongi, elevando la mano y dándole una cachetada que resonó en el comedor.

—¡No le digas así, ella es tu madre!

—¿Y crees que no lo sé? —Sonrió de lado—. Jeon Namjoon me lo contó cuando cumplí veinte, me dijo que me abandonó para irse a trabajar a un burdel de mala muerte luego de que mi padre la convirtiera en una beta. Por eso decidí apoyar la idea de que estaba muerta, porque está muerta para mí.

—Es que el antiguo rey te ha mentido, ella se fue porque la voz de mando del rey Namjoon se lo ordenó. Él ha mentido tanto, te mintió con eso, Yoongi.

—Mentira o no, no quita el hecho de que me abandonó. Llévatela de aquí, ya me arruinaste la comida. Ah y si me vuelves a poner una mano encima no pienso responder de forma amigable, me da igual la clase de relación que tengamos, Hoseok.

—Tranquilo, Min Yoongi. No volveré a ponerte una mano encima, jamás. —Lo miró con recelo.

—Ustedes peleando y la madre de Yoongi se fue cuando comenzaron a gritar —dijo Jungkook—. Hoseok, tráela a mí, me intrigan el aroma de esas cenizas. ¿Era una urna lo que traía en las manos?

—Exacto, hay más mentiras. Resulta que el memorial real es una farsa. El rey Namjoon tiró a la basura las cenizas de tu madre y Mabel las rescató. ¿Pueden escucharla? Incluso podemos esperar a que Jimin regrese de su viaje para que lea sus memorias y salir de dudas.

Yoongi apretó los labios.

—Tráela a mí, yo quiero hablar con ella. —ordenó Jungkook—. Invítala a comer con nosotros.

—Yo me largo. —Yoongi avanzó hacia la puerta del comedor—. ¡Mierda! La estúpida voz de mando de Jimin me impide alejarme de Jungkook.

—Tendrás que quedarte a escuchar lo que la beta tiene para decir.

—No me hagas esto, Jungkook...

—No te estoy haciendo nada, esa mujer merece ser escuchada. Es cierto que mi padre mintió mucho, si fue capaz de herir a su propio hijo. ¿Qué te hace creer que no fue capaz de hacer algo como eso?

—Mierda...

—Entonces, iré por ella —dijo Hoseok saliendo del comedor.

—Es más, vamos todos juntos. —Jungkook se puso de pie, tambaleándose.

Yoongi lo tomó de la cintura para ayudarlo a tomar el equilibrio. La panza todavía no se le notaba, pero los achaques de embarazo ya estaban presentes, además su cuerpo era tan débil que le costaba caminar.

Hoseok iba corriendo por los pasillos, cuando miró a Mabel a lo lejos gritó casi en un rígido.

—¡Señora, espere!

Mabel se asustó tanto que dejó caer la urna al suelo, esta se cayó quebrándose en mil pedazos y dejando las cenizas regadas en el pasillo. Jungkook y Yoongi venían caminando y vieron el espectáculo sintiendo pena ajena. Mabel, tomó las cenizas entre sus dedos juntándolas en medio de lágrimas para recogerlas.

—Yoongi, ayúdala.

—Jungkook...

—Es una orden. ¿Vas a desobedecer a tu rey?

—Esto es extraordinario —se quejó.

Jungkook se sostuvo de la pared y Min Yoongi tomó un florero vacío y seco que formaba parte de la decoración. Después se acercó a Hoseok y Mabel para ayudarles a depositar las cenizas tiradas en su interior.

Jungkook sonrió, sintiendo alivio, sintiendo que su amigo, primo, familia podría reconciliarse con su madre.

Tal vez yo jamás podré hablar con mi madre, pero tú, Min Yoongi lo harás.

Hastaaaaa aquí el capítulo ajsvsansjksmsa

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