🌹Capítulo 15-Piedad🌹
Jungkook dormía pacíficamente en la habitación real, su cuerpo finalmente libre del dolor y la agonía que había sufrido. La hemorragia se detuvo gracias a la magia del señor Dee, y su vida estaba fuera de peligro. Jimin y Yoongi estaban sentados frente a él, vigilando su sueño, cuando Jungkook abrió los ojos. Jimin corrió a abrazarlo y besarle la nariz emocionado, mientras que Yoongi soltaba un par de lágrimas que limpió rápidamente, tratando de ocultar su emoción.
—¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor?
—Estoy bien... ¿Y el bebé? —cuestionó Jungkook tocándose el vientre.
—Está bien, todo está bien. Todo estará bien a partir de ahora. Yo, no permitiré que nada de esto vuelva a pasar, perdóname por fallarte.
—Quiero la cabeza de la zorra de Rose en una bandeja de plata —dijo Jungkook—. Si ella no hubiera escrito aquella nota yo... Mi estupidez, yo... No hubiera salido del castillo.
—¿Si te traigo su cabeza vas a perdonarme finalmente? —preguntó Yoongi acercándose a Jungkook.
—Yoongi, gracias por estar junto a Jimin y ayudarlo a encontrarme.
—No es nada, si él no mataba a Larimel y a Namjoon lo iba a hacer yo de todos modos. ¿Quieres la cabeza de Rose? Si me autorizan iré por ella.
—¿Jimin? —preguntó Jungkook en un susurro viendo al enigma a los ojos—. ¿Puedo tenerla o vas a perdonarle la vida?
—¿Por qué me preguntas?
—Porque creciste con ella y porque perdonaste la vida de este imbécil en el pasado —dijo señalando a Yoongi.
—Yoongi lo hizo para ayudar y obedecer a su antiguo rey, pero él te ama. Rose lo hizo por ella misma, estoy de acuerdo en que la mates.
—Entonces me voy, sus deseos son órdenes.
—¡Yoongi! —gritó Jungkook.
—¿Ajá?
—No lo hagas tú, que la maté algún guardia.
—¿Por qué no?
—Porque eres nuestra familia, porque no permitiré que un miembro de mi familia le quite la vida a una antigua amiga de mi esposo.
—¿Eso significa que me has perdonado, primito?
—Sí, te he perdonado.
Yoongi sonrió, después de eso entró Hoseok corriendo a la habitación abriendo la puerta sin tocarla.
—¡Apenas escuché tu voz y quise entrar! —gritó emocionado—. ¿Todo está bien ahí adentro? ¡Déjame tocar tu vientre para escuchar al cachorro! —Se quiso acercar a Jungkook, pero Jimin soltó un gruñido feroz.
—No toques, Hobi. —Gruñó al mismo tiempo que su lobo.
—Atrás, no toques a la madre Jungkook —Yoongi se burló mientras tomaba el brazo de Hoseok para alejarlo.
—El cachorro está bien, Hobi. Gracias por preguntar y tú... —Señaló a Jimin—. No le gruñas a Hobi. Pídele disculpas.
—Lo siento, Hoseok, solo quiero proteger a mi familia...
—¿Viste? —preguntó Yoongi—. Anoche te dije que Jungkook nos gobierna a todos.
—¿Anoche? —Hoseok sonrió divertido—. Oh, ¿Hablas del momento meloso en el que dijiste que nosotros cuatro somos una manada?
—¿Que Yoongi dijo qué? —preguntó Jungkook alzando la ceja.
—Yoongi dijo que nosotros somos una manada y que aunque Jimin es el más fuerte, nuestro alfa gamma eres tú.
Las mejillas de Yoongi estaban ruborizadas e incluso quería que la tierra se lo tragara. ¿Por qué Hoseok se atrevía a revelar eso? Le era muy vergonzoso demostrar sus sentimientos.
—Eso es... Muy dulce, Yoongi. ¿De verdad nos consideras tu manada? —preguntó Jimin mirándolo a los ojos.
Yoongi asintió, después se aclaró la garganta antes de hablar.
—Lo somos, anoche lo comprobé. Yo no les sirvo porque son los reyes, tampoco porque somos familia, lo hago porque los amo y...
—¿Acabas de decir que me amas? —preguntó Jungkook sorprendido—. ¡Madre luna, lo oigo y no lo creo!
—Yoongi tiene un corazón de melón —Hoseok sonrió orgulloso—. Es tan cursi como apuesto.
—Basta, mejor me voy. Tengo que ir a arrancar una cabeza para balancear la situación. —Avanzó a la puerta.
—¡Min Yoongi! —le habló Jungkook, intentando gritar, pero su voz era todavía demasiado débil como para que fuera un verdadero grito. Yoongi se quedó quieto sin girarse—. Sí lo somos, somos una manada.
Yoongi sonrió, después abrió la puerta cruzando el umbral con decisión.
—¿Es mal momento para decirles que el señor Dee quiere hablar con ustedes? —preguntó Hoseok.
—¿Tan importante es? —preguntó Jimin—. Jungkook acaba de despertar y quisiera que descanse más.
—Estoy bien —dijo Jungkook—. Quiero escuchar lo que nos quiere decir el señor Dee, después de todo, gracias a su magia nuestro cachorro está bien.
—Hablemos con él mañana —Jimin acarició la cabeza de Jungkook—. Hoy quiero estar contigo y con nuestro cachorro, juntos los tres para que tomes fuerzas.
—Comprendo perfecto. —Hoseok sonrió—. El señor Dee tendrá que esperar, de hecho no quería que lo atendieran hoy, él quería hacer una especie de cita.
—Oh bueno, lo atendemos cuando mi sexy y protector esposo ordene —dijo Jungkook—. Yo me dejaré consentir, mimar y cuidar. Tengo que aprovechar mi estado de gamma embarazado porque cuando vuelva a ser un alfa todo volverá a la normalidad.
—Eres consentido, mimado y cuidado, incluso siendo alfa. No habrá mucha diferencia —ronroneó Jimin—. Eres el mismo, nada más cambia tu físico, pero un poquitín porque sigues viéndote igual de hermoso.
—Yo mejor me voy —dijo Hoseok al notar que comenzaron a lanzar feromonas de amor.
Ellos lo ignoraron, pues se estaban viendo directo a los ojos mientras se sostenían las manos, después de aquella noche terrible y peligrosa Jimin tuvo la certeza de dos cosas.
La primera era que no importaba quién les hiciera frente, él, con su voz de mando y feromonas era mucho más poderoso que cualquier magia o casta.
La segunda era que se amaban con locura, y que no importaba nada más que ellos dos en el mundo.
—Usaré mi voz de mando con fines lucrativos —dijo Jimin.
—¿Qué fines? —preguntó Jungkook en un susurro.
—Obligaré a todos en planeta lunar a sernos fieles, no me arriesgaré a que algo así vuelva a suceder.
Jungkook sonrió con la mirada.
—Eso lo debiste hacer hace mucho tiempo, ojitos... —Estiró la mano acariciando el labio de Jimin.
—No creí que alguien se atrevería a enfrentarnos, además mi lobo me ha llamado estúpido, creo que en realidad lo soy. —Soltó una risita, Jungkook también lo hizo.
—Eres noble, mi amor. Eso te hace ver tonto, pero no lo eres, mira que tú sospechabas antes que yo acerca de que Yoongi era un enigma.
—Tal vez eran mis instintos de enigma puro. —Sonrió.
—Al menos ya sabemos una cosa.
—¿Cuál? ¿No mezclar la nobleza con estupidez?
—Exacto, esa es tu lección de vida. —Suspiró—. Como dije antes, viviste tantos años creyendo que eras un omega, de buenas a primeras te convertiste en un enigma y no conforme con eso resulta que eres un enigma puro, prácticamente un dios. ¿Cuál es tu debilidad? Ninguna, al no tener debilidades tu único obstáculo eras tú mismo, ahora serás imparable.
—Te equivocas. —Jimin acarició la mejilla de Jungkook, después deslizó la mano acariciandole el vientre—. Ustedes dos son mi debilidad.
—Jimin...
—Prometo protegerlos, nada les hará daño de nuevo. No mientras yo viva.
—Te amo, mi enigma.
Jimin se inclinó hacia Jungkook pegando ambas frentes con ternura.
—Te amo, mi alfa.
—¿Alfa? —Jungkook sonrió de lado—. Soy un gamma.
—Al final eso no importa, porque esto es temporal, volverás a tu verdadera naturaleza cuando finalice la gestación. Además tu corazón y mente es de un alfa, del alfa que prometió pagarme con creces aquella brocheta de calamar frito.
—Se me antojó el calamar... —murmuró.
—Le preguntaré a la enfermera si puedes comer, pero antes. —Jimin se puso de pie rápidamente—. Iré por prendas para hacerte un nuevo nido. Así estarás más cómodo.
Jungkook asintió con la cabeza.
Jimin ingresó al clóset, aprovechó ese momento para enviarle un mensaje de texto a Hoseok y otro a Yoongi. Después tomó una pila de ropa, sábanas y toallas para hacer el nido de Jungkook.
Le cantó la canción de cuna de los lobos, y una vez dormido salió de la habitación para ir directo a los calabozos. Necesitaba encontrarse con Rose una última vez antes de que muriera, Jimin quería despedirse.
Rose se arrodilló frente a Jimin, su cuerpo sacudido por sollozos desesperados. Las lágrimas fluían libremente por su rostro, mezclando su dolor con la vergüenza y el miedo. Jimin se acercó a ella, su mirada intensa y penetrante, y tomó su cabeza entre sus manos, buscando en sus ojos la verdad que se había negado a ver durante tanto tiempo.
Con una suavidad que contrastaba con la furia que bullía en su interior, Jimin vio la oscuridad que había crecido en el corazón de Rose, una oscuridad que había consumido su alma y la había llevado a cometer actos imperdonables. Su pensamiento era perverso, lleno de ambición y deseo de poder, vacío de amor y compasión. Jimin sintió una profunda tristeza al ver que la persona que una vez había considerado amiga había caído tan bajo.
—Tenía la esperanza de que estabas actuando por impulso, por un momento de debilidad —dijo Jimin, su voz llena de dolor y desilusión—. Pero ya veo que no... Tu corazón está lleno de maldad, y tu alma está condenada.
Dio un paso hacia atrás, desviando la mirada de su rostro. No podía soportar ver la persona que Rose se había convertido.
—¿Cómo pudiste hacerlo, Rose? —preguntó, su voz apenas audible—. ¿Cómo pudiste traicionarme de esta manera?
Rose siguió llorando, su cuerpo sacudido por sollozos que no podían lavar su culpa. Jimin sabía que no había esperanza para ella, que su destino estaba sellado.
—Jimin, somos amigos, los amigos se perdonan y...
—Te perdono, Rose. —Sonrió con tristeza y a ella se le iluminó la mirada—. Lo hago porque no quiero vivir con rencor en mi corazón, pero de todas maneras recibirás tu castigo.
Jimin giró el cuerpo, dándole la espalda a la omega. Mirando a Yoongi a los ojos.
—Llama al verdugo —ordenó y Yoongi asintió. Saliendo del lugar.
—¡Jimin, por favor, te lo ruego! —gritó llorando.
—Jungkook también gritaba cuando lo lastimaron, eso no te importó cuando nos traicionaste. —Los ojos de Jimin se invadieron de lágrimas—. Tú y yo crecimos juntos, creí que me ayudarías a cuidar lo que más amo.
—¡Soy una omega, no puedo cuidar a nadie, yo soy débil!
—¿Omega débil? —Negó con la cabeza—. En la debilidad se muestra la verdadera fuerza porque la lealtad no es una opción. —Suspiró—. Aún así, Te mostraré mi perdón...
Jimin comenzó a soltar feromonas en el aire, esas partículas ingresaron al sistema de la omega, calmando sus sentidos. Eran sedantes que la mantuvieron relajada.
—¿Qué es esto? —preguntó Hoseok sorprendido.
—No sentirás miedo, Rose, morirás feliz y sin dolor.
Dicho eso, salió de los calabozos, topándose a Yoongi en el pasillo, pues él ya iba acompañado del verdugo.
Minho, corrió atrás de Jimin porque tampoco quería ver la decapitación de su amiga. Tomó el hombro de Jimin con suavidad y este se detuvo a medio pasillo.
—No te sientas mal, Rosita... Cinco nos traicionó, te traicionó y traicionó nuestra amistad, merece el castigo.
—Lo sé, cuatro. No hagas lo mismo que ella.
—Jamás.
Ambos se miraron con nostalgia y tristeza, después escucharon a lo lejos el sonido del metal atravesando el cuello de la omega.
Estaba hecho, Cinco, Rose, había muerto y todo el reino se enteró acerca de la mano justiciera del rey Jimin. Los súbditos que le amaban, ahora, también le temían.
Ya sé que la pinshi Rose merecía morir pero me dio cosita porque al Jimin le dolió porque la quería.
Weeeeey no hay nada peor que la traición de un amigo, o de la familia porque Rose era eso para Jimin ya que crecieron juntos en el orfanato. 😩😩😩😩😩
Esta muerte me dolió, no por Rose, por Jimin.🫂
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