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🌹Capítulo 1- Pelea Real🌹

Jungkook sonreía con emoción mientras sostenía al recién nacido en sus brazos. El pequeño heredero tenía los ojos cerrados y se aferraba a su dedo con fuerza. La reina, agotada pero radiante, observaba con ternura a su hijo. Jimin, desde la distancia, sentía una mezcla de alegría, tristeza e impotencia. Aunque amaba al rey, su corazón se rompía al saber que nunca podría darle un hijo propio. Sus poderes, tan fuertes como misteriosos no eran capaces de hacer que tuviera un vientre fértil, y el hecho de querer proteger a Jungkook le impedía tener una familia como la de ellos.

—¿Quieres verlo? —le preguntó Jungkook a Jimin al notar que los estaba espiando.

El enigma de ojos rosas que lucían tristes se acercó con pasos temblorosos para ver al pequeño cachorro que sostenía el rey. Era hermoso, idéntico a su madre.

—Es bellísimo —musitó Jimin con celos y arrepentimientos.

—Pudo ser nuestro, pero no quisiste convertirme en gamma...

—Lo sé... —Tragó saliva.

Jimin dormía en el jardín del castillo, su cuerpo extendido como una estrella de mar. Las mariposas danzaban a su alrededor, sus alas vibrantes pintando el aire con colores vivos. El sol acariciaba su piel, pero en su mente, las sombras se agitaban. Las pesadillas lo asaltaban, imágenes distorsionadas que lo arrastraban a un mundo en el que su esposo tenía una familia sin él. ¿Eran advertencias o meras ilusiones? Jimin no lo sabía con certeza, pero se aferraba a la belleza tangible del mundo real. Las mariposas, con sus alas vibrantes, parecían portadoras de esperanza. ¿Podrían llevarlo hacia la luz y alejar las tinieblas que lo atormentaban? Solo el tiempo y su propios pasos podrían revelar la respuesta.

Por otro lado, Jungkook se encontraba en el comedor real. Las decoraciones eran distintas a las de antes, era un lugar más moderno. Junto a él se encontraban Hoseok y Yoongi comiendo en silencio, pero notaban la tensión en los hombros del rey. Sabían que Jimin y él llevaban varios días sumergidos en discusiones, no se toleraban el uno al otro porque Jungkook trataba de convencerlo cada día para que lo convirtiera en gamma y Jimin trataba de convencerlo cada día para que dejara de hacer esa petición.

—Deberían arreglar las cosas —dijo Yoongi finalmente.

Jungkook lo ignoró, siguió cortando el res en su plato con finura.

—Jimin debe tener hambre, anoche no cenó, se saltó el desayuno de hoy y obviamente también la comida —murmuró Hoseok—. ¿Por qué no le lleva algo al jardín, majestad? —preguntó cuidando sus palabras porque sabía que Jungkook había estado de mal humor todos esos días.

—Los invité porque no quería comer solo, no para que me vinieran a dar sermones románticos y estúpidos. —Dejó de partir el res dejando el tenedor encima de la mesa.

Jungkook arrastró la silla molesto para ponerse de pie, pero Yoongi habló antes de que se parara.

—Es tu esposo, Jungkook.

—Y tú un traidor y sin embargo te tengo comiendo en mi mesa, así de voluble soy. —Rodó los ojos poniéndose de pie—. Te invité para que Jimin se entere, para que sepa que incluso puedo sentarme en la misma mesa con una basura como tú, pero con él no.

—Odias a Yoongi porque lastimó al hombre que amas —dijo Hoseok tomando la mano de Yoongi para darle confort ante las palabras duras que había dicho Jungkook—. Entonces, deberías odiarte a ti mismo porque justo ahora lo estás haciendo sufrir. Mira que dormir en el jardín sin su alfa, sin la comodidad de su cama, eso debe ser duro.

—Jimin es fuerte —dijo Jungkook sosteniéndole la mirada a Hoseok y alzando la barbilla—. Dormir en el jardín no le hará daño.

—Solo piensa que él puede hacer que hagas todo lo que te pida —dijo Yoongi poniéndose de pie—. Jimin es un enigma puro que de querer podría ordenarte que le obedezcas, pero no lo hace.

—¿Los dos están de su lado? —Jungkook alzó las cejas indignado.

—Es mi sobrino. —Hoseok encorvó los hombros.

—Es mi primo. —Yoongi sonrió parpadeando varias veces.

—Entonces vayan al jardín y duerman con él. Si quieren también ordénenme obedecerlos, después de todo tú ya estabas acostumbrado a hacerlo... —Señaló a Yoongi y luego chasqueó la lengua—. Ash, que fastidio.

Jungkook se fue molesto a su habitación, caminando por los pasillos con rapidez. Dejando al par de enigmas en el comedor.

—Te juro que ganas no me faltan —masculló Yoongi casi humeando de coraje—. Pero si uso mi voz de mando con él, Jimin se enfadará.

—Yo los comprendo a ambos —dijo Hoseok—. Jimin no quiere arriesgar a Jungkook y Jungkook quiere tener un descendiente. Por eso pienso que aunque su pelea ya está siendo demasiado larga es entendible.

—Yo no impondría mis deseos por encima de los tuyos —susurró Yoongi tomando la mano de Hoseok con suavidad—. Permitiría que seas feliz.

—¿Y si lo que creo que me puede hacer feliz resulta ser peligroso? —Alzó las cejas al hacer la pregunta.

—Haría que deje de serlo, te protegería sin importar nada más que tu felicidad.

—Ay mi amor, lo haces parecer taaaan fácil. —Hobi se acercó a su novio dándole un tierno y casto beso en la mejilla.

Mientras tanto, Jimin seguía durmiendo en el jardín cuando sintió un par de ojos que lo miraban, eso activó sus instintos así que despertó de su ensoñación. Estirándose como un bebé recién nacido al mismo tiempo que emitía quejidos a causa del sol que le pegaba directo al rostro. Inhaló con profundidad percibiendo un aroma que reconocería a kilómetros; cereza.

Se trataba de Rose.

Ella lo veía con atención desde el segundo piso del castillo, cuando ambos ojos se encontraron sonrieron y se saludaron en la lejanía alzando la mano. En ese instante el estómago de Jimin rugió a causa del hambre y le hizo gestos a Rose para encontrarse en la recepción del castillo. Ella asintió contenta.

El enigma se puso de pie, avanzando con pasos seguros al interior del castillo. A su paso, los guardias se inclinaban, pero él en lugar de caminar con porte de presunción les sonreía de la manera más amable que existía.

Porque aunque era consciente de su verdadera naturaleza, de sus habilidades extraordinarias, de que poseía una fuerza que superaba a todo aquel que quisiera hacerle frente. Jimin seguía siendo humilde.

Nunca había sentido la necesidad de utilizar su don para beneficio personal. No era como aquellos codiciosos que buscaban dominar a otros con su fuerza. Prefería la autenticidad y la bondad. Había vivido muchos años bajo el yugo de órdenes y expectativas, y eso le había enseñado el valor de la compasión y la empatía.

Durante toda su vida, había sido un omega vulnerable, sometido a las decisiones de los demás. Pero ahora, con su poder, podía cambiar las cosas. Aun así, se negaba a hacerlo de manera egoísta. Prefería ayudar a los demás.

Jimin sabía que su fuerza no lo definía. Era su corazón amable y su deseo de hacer el bien lo que realmente importaba. Así que continuó teniendo el corazón de ese omega humilde que alguna vez fue. Pero sí estaba dispuesto a utilizar su poder solo cuando fuera necesario y siempre con la intención de proteger y cuidar a los demás.

Rose, iba bajando las escaleras principales del castillo cuando Jimin la encontró, ella bajita, delgada, con una cintura diminuta, pechos bien proporcionados, brazos y piernas delgados, su nariz pequeña, labios grandes, ojos color miel que anhelaban vivir al máximo. Movió su cabello negro, lacio y largo que le llegaba casi a las caderas cuando miró a Jimin y esbozó una enorme sonrisa antes de apresurar el paso para abrazar a su amigo.

Jimin inhaló el aroma de Rose, se sentía diferente. Ahora que era un enigma disfrutaba del aroma de los omegas de una manera distinta ya que le agradaban bastante.

—Escuché que sigues enojado con el rey —susurró a su oído y Jimin se mordió el labio inferior.

—Ah... Sigue con la idea de querer tener cachorros —dijo dando fin al abrazo.

—Conviértelo, es más sencillo y así dejarán de pelear.

—Rose, si yo pudiera evitar que a Jungkook le diera un resfriado; lo haría. —Suspiró—. Por eso estoy evitando convertirlo en un gamma, porque si lo hago será enfermizo y... El embarazo es riesgoso, no quiero tener la mínima posibilidad de perderlo. —Sonrió de nuevo—. Por eso prefiero que se moleste conmigo las veces que quiera, que me mande a dormir al jardín, incluso toleraría una separación, pero si él me falta... Si Jungkook me falta; moriría.

—¿De verdad te separarías de él? —preguntó sorprendida.

—No. —Soltó una risita—. Era algo metafórico.

—¿Y no crees que Yoongi o Hoseok podrían convertirlo en un gamma? —preguntó Rose mientras caminaban por los pasillos para dirigirse al comedor.

—No pueden, me dijo Yoongi que él solo puede hacer que un alfa sea omega, beta o que un omega sea un alfa.

—¿Y qué te hace creer que tú puedes convertir a Jungkook en gamma si ni siquiera lo has intentado? —preguntó la pelinegra.

—Son teorías de Jungkook, además mi lobo me dijo que es posible.

Cuando llegaron al comedor inhaló el delicioso aroma de su alfa, canela y pino, con un toque de anís. Aunque el aroma de Jungkook a veces cambiaba sabía distinguirlo. Yoongi y Hoseok estaban de pie. Jimin notó la silla del rey vacía y el plato a medio comer.

—¿Dónde está Jungkook? —preguntó.

—Se fue enojado porque le dijimos que estamos de tu lado en esta pelea —dijo Hoseok.

—¿Qué hay para comer? —Rose le preguntó a un miembro de la servidumbre.

—Lo que me pida, señorita.

—¡Oh! Quiero langosta. —Aplaudió emocionada.

—¿Y usted comerá, alteza? —le preguntó a Jimin.

—¿A dónde se fue? —Jimin preguntó refiriéndose a Jungkook.

—Supongo que a su habitación —contestó Yoongi.

—Lleven un banquete a mi habitación —Jimin ordenó al empleado—. Comeré allá con mi esposo.

—Creí que comeríamos juntos, Rosita —murmuró Rose.

—Jungkook adora el filete y no comió, esta pelea es absurda. Tengo que terminarla. —Suspiró—. Coman con Rose, veo que ya habían comenzado.

Al decir eso salió del comedor, dirigiéndose a la habitación real. A medida que avanzaba por el pasillo sentía el rastro del aroma del alfa, al llegar a la puerta y abrirla el aroma se incrementó. Cuando entró a la habitación se encontró con la mirada de Jungkook. Él estaba sentado al borde de la cama sin hacer nada, pero sus ojos oscuros se iluminaron al ver a Jimin.

—Dijiste que no volverías hasta que dejara mi absurda idea de querer ser padre —dijo Jungkook mirándolo a los ojos.

—Ajá. —Jimin cerró la puerta, avanzando hacia su esposo—. ¿No puedo hacerte cambiar de opinión?

Jungkook negó con la cabeza apretando los puños encima de sus rodillas.

—Quiero un cachorro que lleve nuestro ADN, un heredero.

—¿Sabes que si lo hacemos será peligroso? —preguntó en un susurro.

—¿Estás considerándolo? —El alfa preguntó esperanzado.

—Ay Jungkook...

Jimin se acercó más, tomándolo de las manos con dulzura.

—Lamento que durmieras en el jardín, yo... Yo no pude dormir, estuve viéndote por el balcón durante toda la noche y mandé a los guardias a vigilarte.

—Lo sé. —Jimin sonrió—. Sé que te estabas haciendo el duro. ¿Por qué eres tan caprichoso, mi amor?

—Siempre obtengo lo que quiero, yo... Así crecí.

—Lo único que quiero es ser feliz, Jungkook. —Jaló las manos del alfa para invitarlo a ponerse de pie y este accedió.

Aunque Jimin creció en estatura al recuperar su verdadera naturaleza, Jungkook seguía siendo más alto que él.

—¿No eres feliz conmigo? —preguntó el alfa.

—Por supuesto que lo soy, no necesito nada más aparte de ti... Ni siquiera un cachorro.

—¿No te gustaría ver un par de piecitos correr por el castillo? Una creación de ambos, fruto de nuestro amor.

—Me gustaría, por supuesto que amaría eso.

—¿Pero...?

—Ya te lo dije, convertirte no es fácil. Hay... —Suspiró—. Hay muchos riesgos.

Jungkook rodeó la cintura de Jimin con ambas manos, provocando que su cuerpo se erizara ante el toque porque lo había extrañado la noche anterior.

—Es un riesgo que estoy dispuesto a tomar... —susurró el alfa mirando los labios de Jimin.

—Si te pasa algo no podría seguir con vida, eres todo para mí, Jeon.

—La tecnología de hoy es buena, soy el rey. Tendré los mejores cuidados a mi disposición.

—Serás un gamma, lo peor de lo peor. Te pondrás flaco, serás feo, frágil y te cambiará el aroma... Y si... —Jimin tragó saliva—. ¿Y si no me gustas después del cambio?

—¿Te preocupa eso? —Alzó las cejas—. Cuando cambiaste de omega a enigma supe que te amo con locura, no por lo que veía, sino por lo que siento por ti. Tú me amas, somos destinados, yo... Quiero creer que aunque sea feo y apestoso voy a gustarte.

—Lo sé, no debí decir eso. —Cerró los ojos mordiéndose los labios nervioso.

—Siempre seré tu alfa y tú siempre serás mi omega. No importa que seas un enigma y yo un gamma. Nos pertenecemos, nos marcamos y aunque la marca ya no exista o se borre de nuestras pieles tenemos algo más importante porque nosotros...

—Nos marcamos el corazón —Jimin interrumpió a Jungkook finalizando la frase que iba a decir.

—Exacto.

—Voy a hacerlo, voy a convertirte en un gamma —dijo finalmente y Jungkook esbozó una enorme sonrisa—. Pero, con el médico real presente y vas a ponerme a cargo de todos los eventos reales mientras estás en ese estado, también seremos ultra cuidadosos con tu embarazo y una vez que des a luz y te recuperes trataré de convertirte de nuevo en alfa. Si tú cuerpo no lo tolera, entonces te convertiré en un omega, prefiero que seas omega porque los gammas son tan frágiles como la porcelana en manos de un niño de cinco años.

—¿Estás hablando en serio? —preguntó tratando de disimular la emoción.

—Sí, pero dejemos las peleas sin sentido. Yo quiero estar bien contigo, no me gusta pelear; lo odio.

—También odio pelear contigo —Jungkook tomó ambas mejillas de Jimin con delicadeza.

—Entonces evitémoslo a toda costa. —Hizo puchero.

Los labios de Jungkook hicieron contacto con los labios de Jimin mientras hacía puchero, ambos  habían extrañado sus pieles y el contacto del otro. En ese momento sus lobos, sus cuerpos y todo sus ser estaba completo porque se habían reconciliado, porque estaban juntos.

—Lo haremos esta noche —sususrró Jimin en medio del beso.

—¡¿Me convertirás hoy?! —preguntó sorprendido, no esperaba que fuera tan rápido.

—Por supuesto, si nos tardamos más cambiaré de opinión.

Jungkook sonrió conteniendo el aliento, estaba contento y dispuesto a luchar con todas sus fuerzas para lograr que su nueva familia fuera todo aquello que había soñado.

Hoooooolaaaaaaaaaaaaaaa!!!!

Comenzamos con la segunda parte de "Subasta de omegas." Espero que te quedes hasta el final de este universo creado con mucho cariño.

Toma agüita, haz ejercicio y por favor; no dejes de sonreír.

Las actualizaciones serán constantes, si esta segunda parte tiene el mismo apoyo que la primera tal vez termine pronto de escribir porque sus comentarios me impulsan a echarle más ganas.🙈

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