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🥀 Capitulo 3.


-¡Maldito! ¡¿Qué le cuesta ponerme un puto «6»?!-golpeó con el puño su escritorio, sobresaltando a Tong

Ambos habían quedado para realizar un trabajo de geografía, pero el azabache se había mantenido pensativo durante todo el día. A parte de no haber hecho absolutamente nada por estar en su mundo, ni siquiera le había hablado a su amigo desde que llegó. Por eso el contrario prefirió no insistir al verlo de mal humor y simplemente fue buscando información sobre el tema.

Supuestamente Bible sería el encargado de redactar todos los datos que él recabara. Sin embargo, se notaba que al menos esa tarde no lograrían avanzar ni un poco.

La mandíbula apretada y la mirada distante del de cabellos negros transmitían una sensación de hostilidad e incomodidad. El más bajo entre ellos, en ciertos momentos quiso salir corriendo de esa habitación y de esa casa. Wichapas no se daba cuenta pero por sus gestos inconscientes y sus quejas espontáneas, parecía un loco recién escapado del psiquiátrico.

Aunque aquello podía ser aguantado ya que todos tenemos un mal día de vez en cuando. No obstante, después de gritar y golpear la mesa, Tong se comenzó a asustar de verdad. Temía que pagase con él toda la frustración que tenía con el Señor Jakapan... la cual no era poca.

-¡Ach! ¡Debería odiarlo!-tiró su cartuchera al suelo haciendo que los bolígrafos salieran de ésta.

-Ejem- tosió para aclarase la voz.— ¿Puedo...preguntar qué ha sucedido hoy en la reunión?

-Nada. Nada y eso es lo que me cabrea.

-¿No te ha subido la nota?

-¿Tú qué crees?

-Que... no.

-Ding, ding, ding. ¡Bingo!-bromeó furioso antes de morderse el dorsal del dedo índice. No le importaba en lo más mínimo hacerse daño, al contrario, quizás ese leve escozor le hacía olvidar la molestia.

Un error garrafal.

-¿Vas a rendirte?

-¿Eh?

-Qué si vas a dar por hecho tu suspenso.

-¿Bromeas? Por supuesto que no. Haré que el ángel me apruebe sí o sí.

-¿Y cómo vas a hacerlo?

-Eso... todavía no lo sé-admitió decaído y suspirando. -Pero algo podré hacer, ¿no?

-¿Mm? ¿Tal vez... un soborno?

-Soborno... Suena bien pero es muy poco probable que él lo acepte. Ya sabes cómo es mi ángel, muy estricto y recto con su trabajo.

-¿Ahora lo catalogas como tuyo?— de entre todo lo dicho, a su compañero le interesó más eso.

Tong se lo calló durante mucho tiempo, pero claramente se podía hacer a la idea de que a su amigo le gustaba el profesor de historia del arte. Al principio, solo tenía la sospecha. Luego, lo comprobó en su propia piel... literalmente.

Aquel día, se ganó un par de arañazos al intentar separar a Bible de una chica promiscua que no paraba de acosar al mayor. Gracias a su intervención, y al de un profesor de guardia, consiguieron que se alejaran sin hacerse daño. Aunque, obviamente los dos implicados fueron expulsados durante una semana entera.

El azabache volvió al cabo de ese tiempo, pero la muchacha no. Más tarde, se enteraron de que se cambió de instituto por motivos distintos a la disputa. No obstante, la actitud de Bible durante la pelea -en la cual espetó sin vacilar un inesperado "él es mío" y la venidera, le hizo pensar a Tong lo que era simplemente cierto.

A Bible le gustaba Jakapan...y mucho.

-Bueno...-comentó medio sonrojado.- Es que es cierto. El Señor Jakapan es mi ángel.

-¿Y por qué?

-Ya te lo dije...una larga historia-jugó con sus dedos mirando al suelo.

-Cuéntamela. Sabes que no se lo diré a nadie.

-No es por eso. Sé que no lo dirías nunca. Te conozco muy bien y confío en ti, eres mi mejor amigo.

-Pero... el más bajo sabía que había uno.

-Me da un poco de vergüenza.

-¿Tú? ¿Vergüenza?

-Sí, yo, vergüenza.

-¿Y por qué? Te he visto hacer cosas que nadie creería.

-Pero las hice cuando ya eras mi amigo y estaba borracho. La historia con el Señor Jakapan procede de mucho antes.

-¿Cuánto es ese "antes"?

-Antes... antes. Más bien...cuando tenía ocho años -murmuró.

-¡¿Ocho años?!-el contrario se sorprendió enormemente.- Estabas muy chiquito.

-Ya, ya. Ya lo sé.

-Wow. Conociste a tu crush, el cual es once años mayor que tú y que encima es tu profesor, cuando eras un crío.

-Gracias por el resumen, Toto-rodó los ojos.

-Cuéntame la historia- exigió señalándolo con el dedo.

-No.

-Vamoooss... La premisa está muy buena, necesito la continuación. No hagas como las típicas series de televisión que cortan una temporada prometiendo una explicación en la siguiente y luego no la graban. Me da mucho coraje eso.

-A mí también.

-¡Entonces sabes cómo me siento ahora mismo! Cuentaaa...—sus labios se juntaron produciendo un puchero.

-Tss. De acuerdo... Pero no te rías. Recuerda que el Bible de antes no es el mismo de ahora.

-Seguro era menos gruñón- nada más decirlo, tragó saliva y sonrió incómodo. La mirada de furia del azabache casi le cierra la garganta.-P-Perdón.

-Voy a empezar a hablar antes de que me arrepienta -desvió la vista de su amigo hacia el suelo.- Bueno... todo comenzó, como te dije, cuando tenía  años...

〖❀〗

Nueve años antes

-Hemos tardado mucho. Papá y mamá nos van a matar si no llegamos a tiempo a la cena- un nervioso adolescente tiraba de la mano de su pequeño hermano mientras recorrían varios pasillos de la tienda con destino al ascensor.

Era el aniversario de sus padres y se les había olvidado comprarles un regalo. Debido a ello, salieron casi con lo puesto de la casa rumbo al centro comercial.

Era temprano ya que el reloj todavía no daban las seis de la tarde pero, entre tomar el autobús, llegar a casa, vestirse adecuadamente, recoger sus cuartos, ordenar la sala y hacer algo de cenar como sorpresa, iban con el tiempo metido en el culo.

-Vamos, ábrete- el mayor presionaba fuertemente el botón del elevador con tal de que se abriera más rápido.

-Jeff, así no se va a abrir antes.

-Lo siento, Bib. Estoy nervioso.

-No lo estés. Papá y mamá no nos dirán nada- comentó con tranquilidad.

-Quizás a ti no, pero a mí sí -se mordió el labio mientras presionaba de nuevo el llamador.- ¿Se van a abrir de una puta vez o no?- le preguntó a las puertas.

-Un baht más para el bote de las malas palabras.

-Ahora no, Bible -ah-suspiró frustrado.

Justo cuando terminó de expulsar el aire, el sonido de "timp" les avisó que ya había llegado el ascensor a esa planta. El centro comercial tendría solo tres pisos, pero el chisme parecía haber subido ciento ochenta.

-Vamos- Jeff tiró de su hermano hacia el interior, a la par que muchas personas más se montaron con ellos. Éste, revisaba cada dos por tres la hora en su móvil y, según sus estadísticas, les daría tiempo a todo si no perdían el transporte público de las seis y cuarto.

-¡Ah! ¡Mi moto!-gritó de repente Bible, separándose de su hermano y pasando entre la gente.

-¡Bible! ¡¿Dónde vas?!-el mayor intentó ir tras él pero las demás personas le taponaban el paso.

-¡Nos vemos abajo, P'Jeff!

-¡Bible!— en ese momento, las puertas del elevador se cerraron.

El pequeño corrió entre la ropa, los compradores, los mostradores y los encargados de ventas hasta llegar a la tienda donde él y su hermano compraron el regalo. Ahora había menos clientes pero, sin embargo, la cola de la caja llegaba casi a la puerta.

Bible sabía que estaba mal colarse, pero no tenía tiempo para esperar esa eternidad. Al menos no otra vez. Así, pasó por debajo de una tira de cuero que separaba los estantes de los cajeros y fue directo al cubículo donde la cajera los había atendido.

El siguiente reto, era simplemente la altura.

Recordaba que jugó con su moto de juguete sobre la superficie lisa del mostrador. No obstante, y ahora que se alzaba sobre las puntitas de sus pies, notó como el vehículo de plástico rojo había sido empujado hacia adentro y no lo alcanzaba. Se estiró y estiró más, pero sus pequeños dedos solo lograron rozarlo.

Odiaba ser tan bajito.

De repente, tras creer que sería imposible y formar un lindo puchero en sus labios, un brazo desconocido se ofreció a ayudarle. Alguien agarró la moto y se la extendió para devolvérsela.

-¿Es tuya?

-Mm. Gracias- dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

El niño, se centró inicialmente en el objeto, contento de recuperarlo. Sin embargo, luego tuvo curiosidad por observar a aquella persona que en su opinión le "salvó la vida".

Al elevar el rostro, solo pudo pensar en un ángel. Literalmente, aquel chico que lo miraba alegre desde casi un metro más arriba, era un ser divino. No podía ser de este mundo terrenal y sucio, sino de otro lleno de pureza y blancura. Además, la luz del techo, provocaba que la parte posterior de su cabeza se iluminara. Era parecido a lo que vio en la Iglesia, cuando Dios o Jesús aparecían con una aureola en la cabeza.

<<Tan bonito>> pensó el menor. Aunque, ese pensamiento, le duró poco. A su mente regresó de inmediato el hecho de que su hermano mayor esperaba y debían correr a casa.

-Gracias de nuevo, señor-se inclinó con respeto y salió de allí camino al ascensor.

Afortunadamente no había nadie esperando allá, por lo que no debía bajar apretujado como en una lata de sardinas. A pesar de ello, un problema sí que tenía...y este era que no llegaba al botón el cual fue apretado momentos antes con tanta insistencia por Jeff

-Detesto ser bajito- murmuró cruzándose de brazos.

-¿Te ayudo de nuevo, pequeño?-la dulce voz del desconocido de la tienda lo sobresaltó. No esperaba volver a encontrárselo y menos en esa situación.

A modo de respuesta, Bible apretó los labios y solo asintió levemente con la cabeza. Aquel gesto fue muy tierno, o al menos así le pareció al mayor de los dos. Este último, le dio al llamador y, segundos después, el ascensor ya estaba ahí.

«Los ascensores le hacen caso... debe ser un ángel de verdad» concluyó sonriente el pequeño Wichapas

Ambos entraron en el espacio reducido, en el cual cabrían unas siete personas, y comenzaron el camino de descenso. El ambiente era cómodo, aunque un tanto extraño para el azabache. Él quería preguntarle si era un ser alado, o si Dios lo mandó a la Tierra o algo por el estilo. Pero le daba vergüenza.

Por otro lado, no lo conocía y no estaba bien hablar con desconocidos por muy amables que fueran. Esa fue la primera regla que le enseñó su mamá.

Sin embargo...el destino sí le haría hablar con él...incluso reír y confiar en el lindo joven de al lado. La causa de lo anterior, la encontramos en un apagón general que mantuvo a la ciudad sin luz durante horas.

Pero eso, será en otro capítulo.








Hago unas combinaciones bien random xd jajajja Aunque  ciertamente Jeff si es más grande que Bible en la vida real. Nuestro Bible es un pequeño bebe 🤌🏻💗

















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