Capítulo 42.
Me quedé mirándola por un rato. No sabía que decir, no sabía que era lo correcto porque todo lo que saliera por mi boca iba a ser mentira. ¿Por qué nunca le dije que la quería? ¿Por qué nunca le dije que la quería más que a mi vida? Y no como una amiga o una hermana, la quería de otra forma ¿Por qué tuve que hacer que ella estuviera tan confusa? Estaba claro que ella había notado mi actitud y por lo tanto estaba confusa al respecto.
– He terminado los ejercicios, voy a estirar –concluyó tajante para luego dejarme solo.
Nunca la había visto de esa forma y realmente me impresionaba. Quería decirle todo allí mismo, quería que de una vez supiera lo que realmente sentía y que dejara de estar tan confusa sobre lo que sucedía.
¿Por qué si ambos teníamos el mismo sentimiento ninguno daba el paso? Yo a veces era un poco corto pero, sabía de sobra que ella también me quería.
Continué mis ejercicios, no podía hacer nada por ello.
– Nishinoya –oí una voz que me despertó de mis pensamientos y me obligó a parar.
Llevaba como tres minutos realizando el ejercicio, ni siquiera me había percatado de ello.
– ¿Qué quieres? –Pregunté, al menos que quería ver era a él.
– Necesito hablar contigo sobre esto, no quiero que malinterpretes las cosas –cogí el balón con una mano y me separé de la pared.
– Creo que aquí nadie ha malinterpretado nada, las cosas han quedado bastante claras –le dediqué una sonrisa falsa–. No es un buen momento para que hablemos, no estoy de hu...
– Claro que no es un buen momento para que habléis porque quiero hablar contigo, Kageyama –me interrumpió ella y le miré sorprendido.
Estaba tan enfadada pero, tan enfadada con los dos. Irreconocible.
Pero joder, no podía parar de pensar que estaba preciosa de esa manera también.
– Pero...
– Ni peros ni nada –zanjó ella–. En el mismo sitio de antes.
Salió por la puerta con un paso bastante fuerte, se notaba que estaba lo suficientemente molesta para estar de esa manera. Observé por un momento a Kageyama el cual se encontraba confuso o algo parecido, no me lo pensé dos veces y le cogí de la camiseta haciendo que sus ojos se abrieran como platos.
– Escúchame bien, más te vale que ahora se queden las cosas claras con ella porque no pienso dejarte pasar ni una más, me da igual cual eran tus intenciones pero deja de hacerle daño de una vez –le solté la camiseta y caminé para quitarlo de mi vista.
Él acababa de hacer que todo empeorara.
...
Aroa.
La sensación que tenía en mi cuerpo era totalmente insoportable, ¡¿cómo podía estar tan molesta con Nishinoya?! En todo caso debería de estar molesta con Kageyama por besarme sin ningún consentimiento pero, ¿por qué con Nishinoya?
– ¡Ey, Aroa! –Me llamó una voz femenina a la que hice caso omiso, tenía que acabar con esto de una vez.
Aoi volvió a pronunciar mi nombre.
Llegaba a entender mi situación, estaba molesta con Nishinoya porque me tenía confusa, no sabía si le gustaba o si simplemente me tenía aprecio como una amiga o como una hermana, O A LO MEJOR ME TENÍA APRECIO PORQUE SIMPLEMENTE ERA MUY ADORABLE O YO QUE SÉ.
Mi mente ya no podía procesar nada de buena manera.
Quería que de una vez alguno diéramos el paso, yo no sabía al cien por cien si Nishinoya me quería de la misma manera pero, si me quería, ¡¿por qué no acababa con mi sufrimiento de una vez y vivíamos felices juntos?! ¡Era totalmente frustrante!
Quería encontrar el botón de apagado de mis pensamientos.
Por otra parte, estaba totalmente apenada por Kageyama, necesitaba que quedara claro que yo quería a otra persona, que nada entre nosotros podría suceder pero; que iba a apoyarle para futuras relaciones.
Y ahí lo tenía, en frente de mí.
– Kageyama, esto es muy duro tanto para mí como para ti pero, quiero que esto quede claro porque no quiero dañarte –comencé mirándole directamente a los ojos.
– No hace falta que lo digas, es más te pido que no pronuncies esas palabras; ya tengo bastante conmigo mismo. Lo único que quería era que lo supieras, porque sabía que ninguna forma ibas a recompensarme, tu corazón pertenece a otro y créeme que estoy totalmente seguro –me interrumpió con los ojos medios llorosos y la voz entrecortada–. Deja de comerte el coco, de estar tan confusa, por eso me lancé a decírtelo porque quería ganar tiempo para que él pudiera estar seguro. Realmente sólo pensé en mí, en que debía decírtelo o nunca tendría la oportunidad de hacerlo, por eso te besé –me miró de reojo y pasó una de sus manos por su cara para limpiar sus lágrimas–. No pretendo darte pena y menos pretendía obligarte a estar junto a mí, es más; te agradezco que seas sincera, me haces menos daño así –me miró y sonrió un poco, acto que hizo que el alma se me partiera en dos–. Quiero verte feliz pero sólo vas a serlo junto a él.
Algunas lágrimas empaparon mis mejillas.
– Eso ha sido tan maduro por tu parte –le miré a los ojos–. ¿Sabes algo? Puede que yo no sea tu media naranja o tu alma gemela pero, estoy totalmente segura de que la encontrarás, a lo mejor no eres perfecto pero, tranquilo; nadie lo es aunque, en realidad eso es mentira. Llegando a ser sincera... en este mundo tenemos todos a alguien perfecto, eso no significa que lo sea, simplemente que lo es para nosotros –dije mientras me acercaba a él y me ponía un poco de puntillas para secarle las lágrimas–. Con eso quiero llegar a que tú serás perfecto para alguien que de verdad te ame, yo te quiero pero, no de esa manera. Quiero decirte que desde un principio decidí decirte que no, poniéndome en tu lugar no sólo sería injusto para ti, sino para mí también, estaría más apenada por ti de lo que estoy ahora y espero que por eso no me guardes nunca ningún rencor.
Entonces comenzó a sollozar.
– Nunca podría odiarte –admitió y fueron las últimas palabras que pronunció.
En ese momento, no sería lo mejor abrazarle, por lo que tomé su muñeca y me miró fijamente ante el gesto.
– Me quedo tranquila sabiendo eso –admití y noté como su mano temblaba–. Quiero que estés feliz, quiero que sonrías, que hagas que ganen, quiero que dejes de llorar porque voy a estar apoyándote, voy a estar ahí para lo que necesites –comenzó a secar sus lágrimas y le apreté la muñeca–. Quiero que me mires y pienses que tienes menos dolor de esta manera aunque tú prefieras otra.
Me miró directamente a los ojos.
– No puedo prometerte que alguna vez me derrumbe pero; lo haré por ti.
– Pues nada, trato hecho –admití casi al borde de llorar.
Esta situación me emocionaba, me hacía pensar que Kageyama realmente era un gran chico, a pesar de su actitud en muchos momentos; era bastante adulto. Algún día encontraría a esa persona que ocuparía mi lugar y de verdad le haría feliz, esa persona que le querrá con todos sus defectos, esa persona de la que me alegraría verle junto a ella.
Esa persona que le querría tanto como yo quería a Nishinoya.
-------------------------
HEEEEY BITCHEEES!!! ¿Qué tal estáis? Yo tengo muchos feels, ayer me puse en racha y estuve hasta las 2 de la mañana escribiendo porque no sabéis cuantas ganas tenía ya de escribir esta parte, de verdad que no tenéis ni idea.
Hace poco, cuando sucedió lo de Kageyama, una chica me pidió por los comentarios que él no sufriera o sino ella sufriría. Yo en ningún momento iba a hacer que él sufriera pero, igual, hice que sufriera lo menor posible y ya veréis que el va a estar mal pero, que va a poder seguir adelante!
¿Os está gustando? De verdad que yo estoy súper emocionada por lo que está sucediendo ahora, quería con todas mis ganas escribir de una vez esto, ¡LO TENÍA PENSADO DESDE EL PRIMER CAPÍTULO! Y ellos son tan monos que sufro, ¿vale? *la escritora sufre por lo que vosotras vais a sufrir con ella*
Os asmo<3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro