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—Prestigiosos alumnos de nuestra maravillosa escuela, bienvenidos al día más esperado por cada uno de ustedes, su graduación de primaria; es el momento de dejar de ser infantes y convertirse en grandes bachilleres cumpliendo su secundaria con éxito.

—Así es, por lo que de parte de todos nosotros como directivos les haremos entrega del diploma de grado y pasaremos a los salones para realizar las respectivas celebraciones grupales.

El aplauso de todos los presentes animo el gran encuentro, después de hacer el debido proceso cuando me iban a llamar para darme el diploma me levante de mi asiento muy feliz porque no solo era el diploma, sino que venía acompañado de una mención de honor por buen desempeño sumándole una mención literaria por ser bueno al escribir historias; un pie se atravesó en mi camino haciéndome caer por los escalones del auditorio, muchos empezaron a reírse así que me levante con algo de enojo acercándome donde Mayson quien acompañaba a su hermana la cual era de mi salón.

—Ups, ¿acaso no sabes caminar Karl?

—Eres un tonto Mayson, pero ya me cansé de ti y de tus abusos.

—Qué miedo Karl, mira como tiemblo.

Su risa me hizo enfurecer más, aunque profesores querían conciliar a que me alejara de él y fuera por lo que había ganado durante este año escolar, mi odio fue más grande que me le aventé encima empezándolo a golpear con bastante fuerza que inclusive mis nudillos sangraron por la intensidad de los golpes, por poco le destrozo toda la cara; sé que esa actitud estaba mal, pero años de violencia de parte de él se cobraron en ese instante, tras tomar mi diploma fui rumbo a la dirección donde rápidamente llego una patrulla de menores. Vi a mi madre entrar preocupada, realmente estaba tranquilo, aún tenía la cabeza caliente a lo que no pensaba las consecuencias, al ver entrar al oficial para interrogarme lo miré sin expresión alguna, estaba rodeado de varios profesores, el rector y mi madre.

—Joven Johnson, supongo que debe imaginarse del porqué está aquí con nosotros la mañana de hoy, el comportamiento que ha tenido ha sido inadecuado e inclusive puede ir a un reformatorio de menores por la gravedad de los golpes al joven Mayson Cruz.

—Lo sé, pero no me disculpo por ello, solamente no pude soportar más... Ese chico siempre me ha agredido y no entiendo ni por qué, desde que entre a estudiar, siempre en los descansos me molestaba, me golpeaba al igual que hacía lo que quisiera conmigo, tengo videos frente a eso. —los mire para acercarme a la profesora de literatura, ella era la única que creía en mi palabra para de la tableta que siempre portaba mostrar retazos de videos. —Estos son algunos de tantos, la verdad no decía nada porque no quería que se empeoraran las cosas, Mayson es un tonto con dinero y en esta escuela muchas veces se han dejado comprar por los verdes, simplemente lo de hoy fue que hizo desbordar la última gota del vaso.

El oficial miraba todo con sorpresa, mientras varios de los asistentes estaban pálidos por temor a las represalias que pudieran venir de ese hecho, todos sabían que los adinerados siempre se salían con la suya, pero en este caso aparentemente será diferente, punto de vida para Karl.

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Mi horario laboral acabó como de costumbre y a las ocho de la noche ya me encontraba en la puerta de la escuela, no me había cambiado porque sentí que me vería ridículo, además ni que estuviera tan sucio mi overol que digamos; miraba dicha escuela con gran asombro, solo unas manos en mi cintura me hicieron reaccionar.

—¿Por qué no te cambiaste antes de venir? Yo quería apreciarte así de lindo.

—Sabes bien que un uniforme escolar no me hará ver lindo, Melody.

Bufe levemente para ser arrastrado al interior del instituto, específicamente en la zona de baños donde nos adentramos los dos y esta empezó a deshacerse mi ropa, en otras circunstancias esta podría ser una buena escapada de clases.

—Me antojas y solo me provocas para que caiga a tus pies.

—No seas dramático Karl, más bien acomódate el uniforme, en breve comienza tu primera clase.

—¿En verdad debo hacer esto?

—Hazlo por nosotras, por tu mamá, y por ti.

—Bien, pero si algo tú me ayudas.

—Lo prometo amor, estoy aquí para apoyarte en todo lo que necesites.

Sus labios chocaron en ese instante con los míos en un cálido beso, la campana sonó dando entender que todos se debían dirigir al salón de clases, Melody tomo el bolso con la ropa sucia y salió antes que yo, me acompaño incluso al aula donde había más personas de todas las edades, mientras que en la pizarra estaba un hombre ya maduro de unos cuarenta años, que al ver a mi amada se le acercó muy animado.

—Señorita Saler, que placer verla.

—Profesor Gregorio, es un placer verlo de nuevo en persona.

—Supongo que este joven buenmozo es tu pareja, mi hijo si me hablo de que vendrías y bien acompañada de un joven que desea aprender.

—Así es, él es Karl, mi novio y bueno hará estos tres años de dos en uno para salir graduado de bachiller.

—Si es así, yo mismo lo guiaré como se debe por ser tu pareja, bienvenido, joven.

—Muchas gracias, señor, espero no ser tan mal estudiante.

—Los malos estudiantes aquí hacen planas, así que no lo creo.

El hombre ríe y solo sonreí viendo a Melody la cual se veía tranquila, me despedí de ella con un corto beso para después ingresar e ir a mi asiento, estaríamos en fase de inducción por lo que no saldríamos a más de las nueve de la noche, pero de todas formas me sentía algo cansado. Esto definitivamente no estaba en mis planes de vida, pero tenía que luchar, se lo había prometido a las tres mujeres que gobernaban mi corazón, aunque cabe resaltar que ser el mejor estudiante aún seguía latente en mí.

Después de esa noche cada día de cada semana era lo mismo, me levantaba temprano para ir al trabajo y regresaba tipo once de la noche a la casa, solo los fines de semana podía estar con mi familia, a veces pensaba en desistir, pero Melody no me lo permitía, era la luz de mi camino que me guiaba por el sendero correcto. 

Estábamos cumpliendo ya cuatro meses por lo que después de haber ahorrado lo suficiente, lleve a mi amada a un restaurante medianamente de lujo, donde servían una buena comida, era una cena muy importante para mí porque era la primera vez que una relación me duraba más de una semana, estábamos comiendo cuando por casi me atraganto con el camarón de las pastas; Rosie estaba entrando junto a Emily a nuestro encuentro, si señor, allí fue donde sentí el verdadero terror.