Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

II

—Ahora, si debes tener un motivo para salir adelante, una bebé tiene muchos gastos, Karl.

—¿Cómo sé que si es mi hija? Puede ser una farsa, Emily, su madre, se pudo haber metido con cualquier otro hombre.

—La niña se parece a ti cuando eras un bebé, ¿te atreves en serio a negarla?

—Nunca supe de esa niña y que aparezca de la nada, no me parece nada confiable madre, puede ser del hombre ese que es su novio. ¿Quién nos asegura que no lo puede ser? Porque yo hijos no tengo.

Le miré tomando asiento en el taburete que estaba en la sala para pasar el rato, el golpe de impresión que tenía me había quitado todos los males, aún no podía entender lo que me pasaba, gran principio de año. Mi madre por su parte estaba encantada con aquella criatura, aunque no lo quisiera aceptar si tenía cierto parecido a mí en sus facciones, pero yo nunca tuve una hija con Emily, además de que nunca me informo y eso que nos hablábamos en ocasiones, así que tendría que asegurarlo de alguna manera siendo allí en ese mismo instante que se me ocurrió la grandiosa idea de hacer una prueba de paternidad.

—Madre, ¿sabe usted de casualidad en cuánto está una prueba de paternidad?

—¿Es en serio Karl?

—Madre, debo asegurarme si esa niña es mía o no, dígame que yo veo como busco el dinero en caso tal que no me lo quiera dar.

—Las pruebas están aproximadamente en ciento cincuenta dólares, Karl.

—¿Por qué tan caro? Eso acaso vuela por si sola o que.

La mujer suspira con algo de furia ante la inmadurez de su hijo, toma asiento con la niña en brazos, notando que se había dormido para mirar al adulto que se comportaba como si aún tuviera dieciocho.

—Hagamos un trato Karl, yo te daré el dinero de unos ahorros que genere en el mercado, a cambio de que cuando salga el resultado de la prueba, y si esta pequeña resulta ser tu hija se va a quedar con nosotros y tú tendrás que buscar trabajo, para que puedas cumplir el bachillerato al igual que hacer una carrera.

—¿Y en caso tal que esa niña no sea de nuestra sangre?

—Bueno, en ese caso podrás vivir como quieras y la llevaré yo misma al bienestar, aunque dudo demasiado que no lo sea, tiene tú mismo rostro.

—Eso lo veremos.

Debo aceptar que la confianza que tenía mi madre me intimidaba, eran las once de la mañana cuando cargue por primera vez a esa preciosa niña, tenía que aceptarlo, era muy hermosa, de tez blanca, ojos color cafés, su cabello lacio del cual le brotaban dos moñitos, además de estar cachetona. Pero fuera de ello aún no me imaginaba como padre, nunca me intereso tener hijos al saber cómo vivía, aunque si la vida me dio este golpetazo debió ser por algo.

Mi madre se encontraba realizando el almuerzo cuando empezó a quejarse de un dolor a la altura del pecho, mi única reacción fue llamar a una ambulancia y en lo que llegaba coloque a la pequeña en mi cama para cambiarme de camiseta y colocarme un pantalón jean sobre la pantaloneta. La puerta fue tocada por lo que abrí con la menor en brazos, mi madre estaba sentada en el sillón tratando de controlar su respiración, la orden fue trasladarla al hospital, por lo que tome las llaves y la manta de Karolina terminando por ir con ella en la ambulancia. 

Jairo Méndez, el médico cabecera de la mujer, la recibió con urgencia, después de unos minutos le habían controlado el bajón de azúcar que le había provocado la taquicardia. Sin embargo, en ese mismo momento me enteré de que mi madre era diabética, pero no solo eso, sino que sufría de hipoglucemia, por lo que para combatirla necesitaría cambiar su vida de forma completa. 

—Doctor, ¿qué necesita mi madre para poder salvarse?

—Te seré sincero Karl, tu madre debe entrar a un programa de diabetes para controlarle la hipoglucemia, para ello tus gastos se han de elevar... 

—¿No tiene seguridad de que mi madre pueda mejorar?

—Si tratamos su diabetes, claro que sí, los síntomas que la aquejan son por la falta de azúcar en su cuerpo, pero con las medicinas y la dieta que te recetaré podrá vivir su vida siguiendo el control, pero como te digo, estos tratamientos son algo costosos, y, lo recomendable es que tu madre no se asolee por un buen tiempo en el mercado. 

—Comprendo, yo me encargaré de cuidarla.

—No Karl, tú debes es trabajar, podemos ponerte una enfermera para que la atienda, solo debes pagarle el servicio.

—Jairo, tú has sido nuestro doctor desde siempre, sabes bien que no tengo dinero para pagar un servicio de esos...

—Yo te aprecio Karl, así que te ayudaré en los dos primeros meses de pago como regalo por lo buena que es tu madre, tienes dos meses para conseguir trabajo y no gastártelo ni en mujeres ni en alcohol, de paso la enfermera que se enviará a tu casa cuidará de la pequeña que tienes ahora mismo en brazos.

—No quiero caridad, yo pued...

—Yo sé que puedes y no es caridad, es un regalo de agradecimiento, así que lo haré, piensa un poco en que tu vida está cambiando para que recapacites, hazlo por tu madre.

El hombre dio tres palmaditas en mi hombro antes de irse por el gran pasillo, simplemente suspiré para caminar a la habitación donde se encontraba mi señora madre, al abrir la puerta la pude ver despierta hablando con una jovencita quien al verme simplemente se acercó para tomar a la pequeña en brazos.

—Karl, acompaña a la joven y después ven a verme, te irán a hacer la prueba de paternidad.

—Madre, no, ahora mismo necesitas de medicamentos, no es momento de que gastes tu dinero en eso, después se puede hacer.

—No, hijo, nosotros teníamos un trato, así que anda, ya la pague, ves mientras yo descanso un poco.

La mujer cerro sus ojos en señal de que no aceptaría otro reproche de mi parte, no tuve más que suspirar para acompañar a la joven quien llevaba de la bebé a una habitación aparte a la mía, dónde con un algodón extrajeron de ambos un poco de saliva para poder realizar la prueba de ADN, informando que debía volver por los resultados en tres días.

Me encamine de vuelta con la menor en brazos hacia la habitación, estaba un poco pensativo por lo que ocurría, cuando choque levemente con una de las enfermeras, era una joven hermosa, de tez blanca, cabello lacio que le llegaba un poco más debajo de los glúteos, de contextura normal y una cintura definida, aparentemente de unos veinticinco años.

Me sorprendió un poco que me llamase por mi nombre, nunca la había visto en mi vida, y menos porque estábamos en la puerta de la habitación donde se encontraba mi madre, ¿será la enfermera que enviaría Jairo?

—Disculpa, eres Karl Johnson, ¿no es así? El hijo de la señora Beatriz.

—Sí, ese yo, ¿usted es?

—Melody Saler, la nueva enfermera de su madre, un gusto en conocerle.

Extendió su mano hacia mí por lo que eso me ha sorprendido un poco, simplemente pude recibirla; por un momento pensé que Jairo enviaría a una mujer más madura a que cuidara de mi madre, pero al verlo en la barra a unos cuantos metros y que solo me guiñara el ojo me hizo sospechar un poco, es decir, primero una hija y ahora desean que tenga una mujer... ¿Qué está pasándole a este mundo? ¿Gané o perdí la lotería? No lo sé la verdad, pero... Aunque me cueste aceptarlo, creo que me gustara el cambio que le daré a mi vida, a lo mejor mi madre sí tenía razón.

—Dijo, ¿enfermera de mi madre? Lo siento, señorita, pero yo no tengo dinero para pagar sus servicios.

—No se preocupe el doctor Jairo Méndez ya lo ha hecho, a partir de ahora estaré con ustedes, espero no sea una molestia.

—Ninguna supongo... Muchas gracias, pase usted entonces.

Abrí la puerta de la habitación para que se adentrara primero siendo seguida por mí, mi madre como siempre la recibía con buena vibra, por suerte puedo decir que no tuve que pagar hospitalización, esa misma tarde mi madre pudo volver con nosotros a casa, de pasar de ser dos, ahora somos cuatro. Dios ahora sí debía trabajar, espero tener suerte porque no es que sea el mejor que digamos...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro