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Le tomo un par de meses, después de que regresara a vivir a Beacon Hills, para finalmente invitar a Scott a salir. Derek era consiente que, de ser necesario, podía lidiar con el rechazo del alfa como el adulto que era, sin la necesidad de volver a huir, pero esos meses juntos se había acostumbrado a su constante presencia, que incluso llegó a considerar guardar sus sentimientos, si de esa forma no tenía que renunciar a sus regulares visitas al loft por asuntos de la manada.

Pero cuando escucho a Stiles mencionar el posible interés romántico del alfa por un compañero de la universidad, no dudo un segundo en tomar sus llaves y conducir directamente a la veterinaria. Y una vez frente a Scott, se aseguró de ser tan claro como fuera posible, las bases ya debían estar cimentadas con su anterior declaración frente a todos que él era la razón por la que había vuelto a Beacon Hills, pero necesitaba que Scott entendiera exactamente cuáles eran sus intenciones porque no sabía si sería capaz de volver a pronunciar esas palabras una vez que salieran de su boca.

Pasaron unos angustiantes segundos que le parecieron eternos en los que el rostro de Scott se transformó de la sorpresa a la sonrisa más hermosa que nunca le habían dirigido, pero el alivio y felicidad que experimentó cuando Scott acepto su invitación esa misma noche, fue suficiente recompensa.

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—Pensé que íbamos a cenar —dijo Scott con una sonrisa, cuando Derek abandono sus labios para dirigirse a su cuello.

—Scott... —empezó Derek, aunque no sabia exactamente cómo explicar porque no fue capaz de reprimirse un segundo más y arrastro al latino a su cama tan pronto como cruzo su puerta.

—Oye está bien —dijo Scott al notar el cambio en su semblante y subió su mano para acariciar con suavidad su rostro, mirándolo como si lo deseara tanto como él lo hacía, aunque eso fuera imposible, porque Derek nunca antes se había sentido tan cautivado por alguien.

—Lo siento... es que he soñado con esto por tanto tiempo —dijo Derek honesto mientras colocaba varios besos en la línea de su mandíbula y luego bajo hasta su manzana de Adán donde uso sus dientes.

—En realidad nunca me ha molestado empezar por el postre —aclaro el moreno con un tono sugerente, al mismo tiempo que Derek presionaba su peso contra el cuerpo del latino rozando sus erecciones encima de la ropa haciéndolo proferir un gemido.

La temperatura se elevo a partir de ese momento, los dos se acariciaron y besaron entre respiraciones jadeantes y choques de dientes. El latino aprovecho cierto momento de debilidad en Derek cuando aprisiono su lóbulo entre sus labios, para invertir las posiciones y sentarse a horcajadas sobre su regazo.

Los labios de Scott estaban rojos y un poco hinchados por culpa de sus agresivos besos, su cabello despeinado, pero nunca se había visto más atractivo a los ojos del mayor, tanto así que le provoco a Derek querer recuperar de nuevo el control de su boca, el moreno movió sus caderas sensualmente y Derek se incorporo para enterrar su rostro en el hueco del cuello del alfa ahí donde su olor se intensifica. Comienza a chupar moretones en la sensible piel, aunque sabe que pronto desaparecerán, solo es un impulso natural el querer marcarlo.

Recorre su espalda y agarra su camisa por el dobladillo para subirla, Scott levanta las manos y la prenda pronto desaparece, Derek está disfrutando de la vista de cada pedazo de morena piel que ahora está a su alcance, pero cuando Scott vuelve a frotar su trasero contra su erección solo puede pensar que aún está usando demasiada ropa y necesita arreglar eso.

Parece un milagro que el moreno este finalmente en su cama a su merced, porque desde que se fue de Beacon Hills sus sueños han sido invadidos por imágenes de su cabello negro, su piel bronceada, de su mirada comprensiva y de sus brillantes sonrisas, pero al tenerlo desnudo encima de él, se da cuenta que sus sueños nunca han sido tan buenos.

—Solo dime ¿Qué es lo que quieres? —pregunta Derek porque él va a darle lo que sea que Scott necesite, aun si lo que le pide es que se detengan.

—Quiero sentirte dentro Derek... quiero que me hagas el amor—dice Scott en voz baja.

El estremecimiento que recorre su cuerpo y como su corazón late con más fuerza ante esas palabras provocan que una parte de Derek no sea capaz de creer la suerte que tiene, Scott es la personas más amable, fuerte, leal, valiente, sensible y comprensiva que conoce. Fue él quien aun siendo un adolescente lo ayudo a dejar el dolor y la ira para evolucionar y que ahora le permita estar de esta forma con él lo hace sentir tan afortunado, casi como si no lo mereciera.

Pero no está en posición de negarle nada a su alfa, así que sin retirar la vista de Scott busca a tientas en su cajón el lubricante y lo pone a su lado mientras acaricia con su manos las firmes nalgas de Scott, se llena los dedos con lubricante y dirige uno a su entrada, acaricia un poco el alrededor hasta que empuja dentro, agradece internamente tener a Scott aun en su regazo porque puede sentir su cálido aliento cuando deja salir el aire por la intromisión en su apretada entrada, gira el dedo dentro empujando el espeso liquido dentro.

—Oh...Derek— gime Scott con voz entrecortada y el mayor siente la vibración de su voz en su garganta porque es ahí donde tiene su boca, puede jurar que su nombre nunca se ha escuchado mejor que ahora en los labios del moreno.

Con paciencia lo abre con uno, con dos y luego con tres dedos, tomándose su tiempo para disfrutar con cada gemido que logra provocar en el hombre encima de él, luego flexiona sus dedos dentro tocando ese punto en Scott que hacen que se muerda los labios para reprimir un grito.

—Derek... ya... ya estoy listo —pide Scott y se levanta para que Derek se quite el resto de la ropa, el moreno lo mira con ojos oscuros por el deseo mientras se acerca a él, se acuesta sobre su espalda y Derek se coloca encima, entre sus piernas, para inclinarse a besarlo. Scott rodea su nuca con su brazos.

Derek toma una pierna de Scott para levantarla y llevarla a su espalda mientras frota la cabeza de su verga sobre el agujero hasta que empuja hacia adelante lentamente. El primer empujón fue controlado, pero ante el sonido de necesidad de Scott empujó con más fuerza, la cabeza hinchada de su pene se abre pasó más allá de ese primer anillo de músculo. La expresión del alfa reflejó un poco de dolor y él siente la apremiante necesidad de cambiar esa expresión a una de placer, se preguntó si él era el primero de Scott, pero no era momento de preguntar así que retrocedió y volvió a empujar, la presión alrededor de su pene era deliciosa, el moreno se sentía tan cálido, tan lubricado, tan apretado, tan receptivo.

—Por dios —dice cuando encontró de nuevo la próstata de Scott, el moreno todo lo que pudo hacer después fue gemir y empujar sus propias caderas hacia Derek. Sentía la perfección de las estocadas y cómo cada nervio de su cuerpo se sentía en llamas, pero más importante, la profundidad del cariño que emitía Scott en su olor, el movimiento se volvió más rápido, más fuerte y jodidamente perfecto.

Cara a cara, hacen el amor por primera vez, con las piernas de Scott entrelazadas alrededor de su cintura y su brazos rodeándolo como si quisiera fusionarlos en un solo cuerpo.

—Más, más, por favor... —pide y Derek obedece, golpeando sus caderas contra el trasero de Scott, jadeando por la intensidad de sus esfuerzos y presionando su boca contra la garganta del moreno quien debajo de él esta sonrojado y gimiendo lascivamente, su erección contra el duro abdomen de Derek esta sacudiéndose por las rápidas embestidas a las que esta siendo sometido.

Derek observa, hipnotizado, como su pene entra y sale de Scott. Ocurre una especie de experiencia extracorpórea surrealista cuando se da cuenta de que, sí, el chico bajo él es Scott McCall, el alfa del que lleva enamorado por años, así que deja que su cuerpo hable por él y pronto las embestidas se vuelven erráticas, necesitadas, ansiosas.

—Te amo Derek —gime Scott y luego emite un gemido lastimero a través de sus dientes apretados mientras termina sin siquiera acariciarse, se corre, estremeciéndose maravillosamente mientras chorros húmedos manchan su estómago.

Derek parece fuera de si y continúa aun cuando el culo de Scott se aprieta alrededor de su pene, empuja una, dos veces, y luego también termina, liberándose profundamente dentro del cuerpo de Scott, hasta el orgasmo.

La habitación se vuelve silenciosa excepto por sus respiraciones agitadas, Derek permite que su cuerpo se derrumbe sobre el de Scott y saca su verga aun medio dura, no está seguro si escucho bien pero no quiere preguntárselo. Derek se levanta y se sienta en la cama donde Scott presiona un beso contra su hombro desnudo.

—Lamento haberte asustado, está bien si no me amas... solo quería que lo supieras.

—Scott... no me esperaba... yo... por supuesto que te amo —dice girándose para besar su frente —¿Por qué nunca dijiste nada? 

—Temía que te marcharas de nuevo —dice con una vulnerabilidad que nunca había visto en Scott.

—Descuida no volveré a irme de nuevo de tu lado.

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(Derek al día siguiente preguntándose porque tardo tanto en invitar a Scott a salir)

¡Hola! se que termino el mes, pero honestamente no podía dejar esta colección sin algo más de Scerek.