Epílogo
Estadio Nihon Budokan | Pelea Final
2 años después. Julio 7
—Realmente no sé qué tengo con correr para no llegar tarde a todos lados—Mencionó Kath, llegando a donde Maya y Kanako se encontraban—. Creí que ya había dejado atrás ese mal hábito.
Kanako soltó una risa mientras negaba con la cabeza.
—Las que creímos que llegaban tarde éramos nosotras—Confesó ella, mirando a su hermana—. Con eso de que Maya no puede moverse como antes, ni hablar.
Maya entornó los ojos, una sonrisa tirando de sus labios.
—Tan tarde no llegamos—Respondió Maya, cambiando de tema y palmeando el asiento contiguo a ella para que Kath pudiera sentarse—. Aún falta Isa, Rin, Sayu e Hika. Y también faltan quince minutos para que empiece.
—¡No cambies el tema! —Chilló Kanako justo cuando Kath tomó asiento.
—Es verdad—Concordó la pelirroja—. Que no vamos a pasar por alto tus... ¿Cuántos meses tienes de embarazo?
Maya bufó, sin embargo, la sonrisa no desaparecía de su rostro, por el contrario, se incrementó más cuando su mano acarició su vientre cubierto por una de las antiguas camisetas de cuando Jun competía junto al Japón Junior.
La camisa blanca con una bandera pequeña de su país en el costado izquierdo y que, en la parte de atrás, citaba la leyenda con su apellido.
Kenzaki.
—Siete meses de embarazo y tres días de casada—Musitó ella con diversión, mirando los anillos de bodas y compromiso brillar en su dedo anular—, por si ibas a preguntarlo aun cuando fuiste a mi boda hace tres días, el mismo día en que tu novio cumple años.
Kath rio al mismo tiempo que lo hizo Kanako.
—¿Por qué te casaste, específicamente, el cuatro de julio? —Le preguntó su hermana.
—Porque narcisista se nace, no se hace—Bromeó—. Jun me dio el anillo el cuatro de febrero, el día de mi cumpleaños, y quiso que nos casáramos el día del suyo.
—¿No quería que tu bebé naciera el cuatro de algún otro mes, también? —Siguió Kath.
Parecía que no se habían visto en mucho tiempo porque, realmente, habían extrañado pasar tiempo juntas.
Aunque aún faltaba que llegaran las demás.
Y su madre.
—Es probable que sí—Contestó—. Por cierto ¿Y Shadow? ¿Fue a ver a Jun en los vestidores?
Kath asintió.
—Allí está con él y Catherine, supongo.
—No puedo creer que él y Ryuu se vayan a disputar el título mundial—Comentó Kanako—. Pareciera que no ha pasado tanto tiempo desde su pelea en el Instituto Seika.
—Y ahora van a combatir su pelea final—Murmuró Amaya.
—¡¿Dónde está la embarazada más preciosa del mundo?! —Exclamó Yahiko al llegar, junto a su hermana y Führer—. Mira lo que te he traído de la tienda de golosinas.
Yahiko tenía consigo todo tipo de dulces y bebidas, comida chatarra y una que otra zanahoria—Que quien sabe de dónde las había obtenido— mientras tomaba asiento junto a Kanako y Yahisa con Skorpion al lado de la pelirroja.
—Le dije que era demasiado—Murmuró la Inoue.
—La verdad es que trajo comida para todo un ejército.
Yahiko miró mal al rubio por su comentario, antes de ofrecerle una zanahoria que, aunque el alemán dudaba de su procedencia, tuvo que tomarla.
—Traje comida para una embarazada, que es casi lo mismo.
—¿Ya sabes qué será? —Le preguntó Isa, acariciando su vientre desde su asiento—. Yo creo que una niña.
—Yo igual—Concordó Kanako.
—Será niño—Contradijo Yahiko—. Mil yenes a que sí.
Eso hizo sonreír a Maya, pues le había recordado aquellos tiempos en los que apostaba con él... y le ganaba.
—Será niño—Afirmó Kath, extendiéndole la mano a Inoue para que cerraran el trato.
—¿Y si son dos? —Decidió preguntar el alemán.
—¡Cielo santo! —Chillaron no tan lejos de donde ellos se encontraban— ¿Vas a tener gemelos?
—Pueden ser mellizos—Contestó Sayuri a la pregunta de Rin.
—Pueden ser dos niñas—Alegó Hikaru—... o dos niños ¿De verdad vas a tener dos?
—Igual pueden ser tres—Opinó nuevamente el alemán, dándole un mordisco a su zanahoria y cruzando su brazo sobre los hombros de su novia.
—Yo...
Pero Maya no terminó de revelar aquella importante información que todos querían saber, pues fue Azumi quien la interrumpió al decir:
—Será niña. Estoy segura.
Maya únicamente sonrió al mismo tiempo que observaba como Kath cambiaba de lugar con Azumi, para que pudiera sentarse a su lado. En ese momento, la multitud estalló en gritos y aplausos llenos de euforia, pues el campeón mundial, Jun Kenzaki, había salido antes de ser anunciado.
Su esposo.
Y caminaba en su dirección.
Una bata azul con los bordes blancos cubría su cuerpo, así como unas botas especiales—Y del mismo color— sus fornidas piernas. Y, con cada paso que daba, dejaba a ver su short blanco con una «J» del lado izquierdo, al igual que, por la abertura de la bata, su pecho desnudo.
—¿Qué haces aquí? —Le preguntó Maya, mirando como él se agachaba y llevaba las manos a sus rodillas, reposándolas sobre estas mientras le sonreía—. Se supone que aún no sales.
—Los extrañaba.
Maya sintió la calidez que desprendía la mano de Jun cuando acarició su vientre, entonces, sonrió ampliamente mientras escuchaba como algunas chicas hacían sonidos tiernos al mirarlo.
—Vengo notando eso desde que te dije que estaba embarazada—Recordó ella con diversión—. Y veo que nos extrañas muy seguido.
Maya miró los ojos grises del chico que brillaban con genuina emoción y fue inevitable que el sentimentalismo no viniera a ella, pues sus ojos se cristalizaron inmediatamente al mismo tiempo que llevó una de sus manos para cubrir sus labios.
—Amor—Murmuró Jun con preocupación, levantándose de la posición en la que se encontraba— ¿Qué tienes? ¿Te sientes mal? ¿Pasa algo con el bebé?
—¿Por qué eres tan lindo? —Reprochó ella— ¿Qué no ves que me pongo sensible?
Jun abrió mucho los ojos.
—Amor...
—Ya vete—Ordenó—. Súbete al ring y gánale a Ryuu. O tu hijo y yo nos molestaremos contigo.
—¡¿Es niño?! —Chillaron Yahiko y Kath al mismo tiempo.
Jun desvió la mirada a ellos y negó ante la mirada atenta de todos.
—Aún no hemos querido saberlo—Respondió justo cuando indicaron que el combate ya iba a iniciar, por lo que tenía que regresar a su vestidor—. Amaya ¿Vas a estar bien?
Ella asintió, limpiándose las lágrimas de su llanto repentino.
—Lo estaremos más cuando conserves esto—Dijo, señalando el cinturón de campeón que había ganado el año pasado y que rodeaba su cintura—. Vas a poder, Jun. Sé que sí.
Él sonrió, ocasionando que ella también lo hiciera.
—Te amo, Amaya.
Sus labios se tocaron por unos instantes que, al menos para ellos, se sintieron eternos.
Y, quizá, ellos lo eran.
—Te amo, Jun.
Fue, en ese momento, que Maya observó a Jun alejarse de donde ella se hallaba para, momentos después, volver a salir con todos los aplausos, gritos de aliento y apoyo que pudiese haber.
Al igual que Ryuu.
—¿Ya sabes cómo se llamará? —Le escuchó preguntar a su mamá encima del bullicio, mientras sus ojos castaños se enfocaban en su esposo sobre el ring.
—Si es niña se llamará Ayari Evangeline.
—¿Evangeline? —Inquirió ella con una sonrisa—. Es un nombre precioso.
—A Jun le gusta. Es mi segundo nombre.
—Le gusta todo de ti.
Maya asintió con una sonrisa.
A ella también le gustaba todo de él.
—Eso dice.
—¿Y si es niño? —Preguntó con cautela.
Maya no dudó en darle una respuesta.
—Asa Ayari—Reveló—. Yo quería ponerle Jun, pero él dijo que estaba muy triado porque también mi cuñado se llama así. Y, como Ayari es un nombre unisex, decidimos usarlo, en cualquier caso.
—No has pensado en llamarlo como...
—No—Cortó—. Digo, al principio, antes de que yo leyera la carta que me diste hace dos años, sí. Quería tener un niño y llamarlo como él. Pero, después de leer todo lo que hizo, todos los crímenes que cometió y como se arrepintió de uno solo de tantos, no puedo llamar a mi hijo como él. Simplemente no puedo y Jun está de acuerdo conmigo.
Azumi asintió, con clara tristeza en sus orbes castañas, que Maya lograba entenderla.
Nunca fue su culpa el enamorarse de alguien como Takehito Sanjo, sobre todo, cuando no sabía lo que hizo hasta mucho después y días antes de su muerte.
—¿Jun lo sabe?
—Es mi esposo, mamá—Respondió—. Claro que tenía que saberlo.
Así como sabía también lo que ella y Kanako hicieron con el contenido de la carta. Y como lo sabía Ryuu también.
Ella no quería ocultarle cosas a Jun, así como igual su hermana a su novio.
Todavía recordaba esa conversación que ella y Kana habían tenido cuando ella le entregó la carta para que la leyera porque, al fin de cuentas y a pesar de todo, Kanako también era hija de Takehito y, como tal, tenía derecho a saber todo lo que él hizo.
—¿Qué vamos a hacer? —Le había preguntado entre lágrimas.
Le afectó demasiado enterarse de todo aquello.
—Takehito está muerto—Fue lo que respondió Amaya—. Azumi me dijo que lo envenenaron. Claramente fue tu madre. Y, lo que tenemos que hacer, debe de ser para con ella.
—¿Vas a matarla?
Amaya no dudó en negar.
—No. No soy como ellos—Aseguró—. Además, la muerte sería como un regalo. Incluso el mismo Takehito lo reconoció en su carta. Quizá él no pudo pagar en vida lo que hizo, pero Akira sí.
—¿Vamos a meterla en la cárcel?
—Saldría fácilmente con sobornos, pagando una fianza.
Kanako negó.
—No tiene dinero—Mencionó—. Hace dos días vino a prestarme y me confesó que papá—Kanako sacudió la cabeza, como si se reprendiera—. Takehito—Corrigió— no le dejó nada. El 75% de todo lo que tiene es tuyo y el resto es para mí, Maya. Podemos meterla en la cárcel.
—¿Para qué se suicide allí dentro? —Inquirió ella—. Sería como si la matáramos aquí fuera. Tenemos que meterla en un lugar en el que no le permitan morir, que la tengan vigilado en todo momento y en el que tenga mucho tiempo para pensar todo lo que hizo.
A través de la mirada que ambas chicas compartieron, supieron que tenían la misma idea.
Meterla a un psiquiátrico.
—¿Cómo lo haremos?
—Takehito mencionó que la rompió desde dentro, Kana, y que nunca permitió que se reconstruyera. Akira está en mil pedazos y, la paz que el que él esté muerto debe de brindarle, se la vamos a quitar.
—¿Vamos a hacerle lo mismo que él?
Maya negó con la cabeza.
—No necesitamos torturarla como lo hizo él, ni tú ni yo somos así—Le aclaró—. Simplemente debemos de perturbar su paz. Y solo necesitamos de algo para ello.
Kanako entendió lo que su hermana trató de decirle, así que abrió mucho los ojos mientras asentía.
—Tenemos que hacerle creer que no murió.
—Así es—Concedió su hermana—. Y, para eso, necesitamos la ayuda de nuestros chicos.
—¿Nunca le has ocultado nada? —Preguntó su mamá, trayéndola nuevamente a la realidad.
Una realidad en la que su esposo y cuñado peleaban entre sí, batiéndose por ese título mundial que tanto habían querido.
Y, para ser sinceros, su pelea final estaba yendo tan pareja, que era imposible saber quién de los dos, al terminar, se quedaría con el cinturón del campeón.
No quedaba mucho tiempo.
—No porque, cuando él me ocultó algo a mí, casi pierdo la visión de este ojo por completo—Musitó, señalando su ojo izquierdo que había recuperado un 30% más de su visibilidad gracias a que Jun le recomendó tratarse con otro profesional y hacer todo lo que él le indicara—. Aprendimos a la mala que los secretos solo destruyen todo a su paso. Takehito y Akira son un ejemplo de ello.
Akira llevaba dos años encerrada en el psiquiátrico, temiendo que Takehito regresara algún día porque ella lo había matado. Teniendo pesadillas con todas y cada una de las cosas que había hecho y en la más completa soledad.
Al menos uno de los dos estaba pagando todo lo malo que hizo.
—¿Quieres que te confiese algo? —Quiso saber su mamá, a lo que Maya asintió y, cuando lo hizo, una sonrisa melancólica se abrió paso en los labios de Azumi—. Me hubiera encantado que tu padre pensara así, como tú y Jun. Y, quizá, haber tenido algo como ustedes. O como cada uno de tus amigos.
—Fue complicado llegar hasta aquí—Respondió, sonriendo débilmente—. Tuvimos que apostarlo todo y esperar el resultado favorable. Que ganáramos por completo y no lo perdiéramos todo.
Maya dirigió sus ojos castaños a cada una de las chicas a su lado, sonriendo en el proceso mientras su mano acariciaba su vientre de siete meses.
Muy pronto tendría a su pequeño—O pequeña— Ayari entre sus brazos.
Y no podía estar más feliz por eso.
Al menos todo se había acomodado en su vida.
Ya no había mentiras.
Ya no había secretos.
Y, sobre todo, las personas que las involucraron en sus guerras aun cuando ellas no estaban conscientes de ello, se habían ido de sus vidas para siempre.
Yahiko compartía sus zanahorias con su cuñado mientras veía, con una sonrisa, como Catherine hacía su trabajo a lo lejos, junto a Shadow, asistiendo a Jun.
Yahisa estaba siendo abrazada por el alemán al mismo tiempo que observaban la pelea y el anillo de compromiso brillaba en su dedo anular.
No habían dicho cuando sería su boda, pero de que se casaban, se casaban.
Así como Sayuri y Shinatora, que lo hicieron hace dos meses y estaban más que felices con ello.
O Rin y Kawai, que habían conseguido lidiar con la distancia y ahora tenían dos años de relación. E iban por más.
También Ryuu y Kana, quienes habían aprendido que, lo más importante, era aprender estar bien con uno mismo para estar bien con alguien más. Y ahora estaban más que bien el uno con el otro.
Por otro lado, desde hace un año, Hikaru e Ishi habían decido dar el siguiente paso y ahora vivían juntos, mientras emprendían un negocio propio.
De igual manera, Kath y Shadow habían formalizado su relación demostrando, así, que la realidad no era solo blanca o negra, sino que tenía matices.
Que tenía luces y sombras.
Y, aunque Jun acababa de perder su título contra Ryuu, tenía a Amaya y a su futuro hijo a su lado. Así como ellos lo tenían a él.
Lo apostaron todo en el ring y, a fin de cuentas, la apuesta había valido la pena.
Habían ganado casi por completo.
FIN
Fecha de finalización: 22/07/2021
***
¡Hola! ¿Cómo están? Pregunta: Del 1 al 10 ¿Cuánto querían que llegara el epílogo?
Hagamos unas preguntitas rápidas antes de darles mis palabras kilométricas:')
¿Qué opinan de cómo terminó Akira?
¿Qué opinan del final de ATEER?
¿Qué les dejó ATEER?
¿Cuál fue su capítulo favorito en todo el libro?
¿Frase favorita?
¿Momento favorito?
¿Tuvieron pareja favorita? Yo no. Los amé a todos<3
¿De dónde habrá conseguido las zanahorias Yahiko?
¿Les gustó el final? ¿Fue lo que esperaban?
Y, la más importante, ¡HAGAN SUS APUESTAS!: ¿Qué creen que sea el bebé #Junaya?
¿Niño? ¿Niña?;)
Hoy, un 22 de julio de 2021, ATEER nos dice hasta luego. No es un adiós, en absoluto. El libro surgió en inicios de pandemia (20 de abril de 2020) y que más hubiese querido que terminara cuando ya no la hubiera.
ATEER fue mi escape y, estoy segura, que no solo el mío.
Amé a Maya con todo mi corazón, amé su desarrollo, su trasfondo y como evolucionó hasta llegar a hoy, en el epílogo.
Amé los cambios que efectué en Jun, como podía ser arrogante sin cruzar la línea de imbécil. Y, sobre todo, como decía lo que sentía, no se guardaba nada y como defendía a Maya de todos, incluso de él mismo.
Amé la evolución de Kanako, como de una niña que era manipulada pasó a una chica que aprendió a estar bien con ella, para estarlo con los demás.
Amé toda la participación de mis chiquis , que me apoyaron con la historia al querer participar en ella. Realmente espero haber acertado con sus fichas en cada escena que tenían.<3
Amé que, por primera vez, mi historia no giró solo en torno a un triángulo amoroso, y pude desarrollar a mis personajes lo más que pude desde un principio.
Amé que me acompañaran hasta aquí, amé cada uno de sus comentarios y partirme de risa con ellos. Amé que hicieran de ATEER lo que hoy es.
No estoy llorando ¿Tú estás llorando?:') Pues, la buena noticia es que podremos hacerlo en vivo, en una reunión virtual;)
Podremos hablar de todo, desde lo que creyeron que pasaría, como terminaría, que será nuestro bebé Ayari, sus sentimientos sobre la carta y posibles teorías de los dos extras que vendrán más adelante.
Si estás interesado, dilo en comentarios y yo me contactaré contigo para darte más detalles. O simplemente mándame un mensaje privado y nos ponemos en ello. Realmente espero que puedan unirse<3
También tengo otra NOTICIA que, hasta ahora, solo sabía rootxale. ATEER, en algún punto más adelante, se independiza.
Sí, leyeron bien. ¡SE INDEPENDIZA! Esta era la noticia que les quería decir cuando tuviera el capítulo 16 de Fuera de Juego (Lo tengo en el word xD)
Amo tanto a esos dos como para dejarlos ir, así que ellos regresan, según mis cálculos, a finales del 2022. Su historia dejará de ser un fanfic para convertirse en una obra "original" como lo es Fuera de Juego, Piscis o Dejaste Huella.
Maya y Jun volverán mayores, con nuevos secretos, más oscuros y con una historia un poquito diferente. Claro, sin perder la esencia de ATEER.
Pronto daré más detalles al respecto y puede que suelte spoilers en la reunión, solo digo;)
Por ahora, disfrutemos de esta versión de nuestros chicos, más jóvenes y con problemas de acorde a lo que es el anime/manga y su edad(?<3
¡Muchísimas gracias por todo!
¡Nos vemos en el primer extra! ¡Los amo!
No se olviden de seguirme en mis redes para más contenido. Se los agradecería infinitamente.
¡Hasta el siguiente gong!
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