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» Capítulo XXXI

Pss. ¡Tratemos de llegar a las 1k de lecturas, estamos muy cerca y se los agradecería mucho! Gracias por llegar hasta aquí.

Ahora sí, les dejó con el capítulo. Lo comentamos en la nota que siempre dejo al final;)

🥊🥊🥊

Yahisa Inoue

—Me alegra que, al menos, aceptaras a venir a ver a los chicos—Alegó, tratando de contener la emoción de ver a Maya caminar junto a ella y a Kanako—. Rin, Sayu e Hika ya están llegando. Nos verán allí, en su piso.

Los púgiles del equipo japonés se encontraban recluidos en un edificio con los participantes de los demás equipos restantes. Y ellas habían decidido verlos antes del combate de mañana contra Alemania.

Contra el equipo liderado por Führer.

—Igual a mí me alegra, Ama—Siguió Kanako con una sonrisa, después, dirigió su mirada a la Jamaica para preguntar—: ¿Dónde está Yahiko, Isa?

Yahi notó como los ojos de Maya también se desviaron a su persona, en busca de una respuesta.

—Salió a cenar... con su novia.

—¿Tiene novia?

Isa asintió ante la pregunta asombrada de Kanako.

—El día del combate de...— Entonces, Yahisa cayó en cuenta de lo que estaba a punto de decir, por lo que se sintió mal sin ni siquiera tener algo de lo que estarlo—. Lo siento.

Maya negó con la cabeza ante su mirada y la de Kanako, a la vez que escondía sus manos en los bolsillos delanteros de su ancha sudadera.

—Pierde cuidado, Yahi. Dilo como es—Incitó la castaña y, cuando, seguramente, quiso decir algún comentario como los que solía hacer, sacudió la cabeza y desvió el tema—. Entonces ese día llegó tarde porque antes se reunió con su novia ¿no?

Yahi asintió.

—Vaya, me gustaría saber quién es.

La chica le regaló una pequeña sonrisa a la hermanita de su mejor amiga antes de decir:

—Igual a mí.

Quizá alguna de las Sanjo quiso responder, pero la presencia de Helga junto a dos chicos más del equipo alemán lo impidió, pues estaban saliendo, precisamente, del piso de los chicos.

—Helga—Saludó.

Amaya y Kanako permanecieron en silencio cuando vieron como el pelirrojo asentía levemente con la cabeza mientras la miraba y limpiaba la comisura de sus labios con un pañuelo blanco que parecía estar tintado con pequeñas hileras rojas.

¿Qué le había sucedido?

—Buenas noches, señorita Inoue—También la saludó—. Con su permiso, damas.

Entonces, Helga de nuevo asintió con la cabeza antes de que, junto a los dos chicos que lo acompañaban, se marchara de allí.

A la vez, dos pelinegras y una castaña llegaban hasta donde se encontraban. Yahisa las saludó y después se despidió antes de que siguiera el camino que había comenzado el púgil alemán para poder encontrarse con el rubio.

🥊🥊🥊

Rin Kenzaki

—¡Viniste! —Chilló Rin a la vez que corría para abrazar a Maya.

Y se alegró aún más cuando ella la rodeó de vuelta con sus brazos.

—Todo fue gracias a Yahi y a su plan conspirativo con Kana—Bromeó ella—. Pero, siendo sincera, sí las extrañé. Necesitaba mucho verlas.

Los ojos dorados de Rin pudieron observar como la castaña elevaba una de sus comisuras al igual que las chicas con ella, quienes también estaban gustosas de verla.

—Nosotras a ti, Maya—Aseguró Sayuri.

—La verdad es que sí—Complementó Hikaru, apartando el flequillo de su rostro—. Te extrañamos mientras veíamos como los chicos pateaban traseros.

—¿Ves? Te lo dije—Le reprochó Kanako con cierta diversión—. Sin ti no hay quien nos explique las intenciones y debilidades de todos.

Las chicas no pudieron evitar reír, contagiando a Maya a su paso.

Rin se separó de ella cuando las risas cesaron y una idea cruzó por su cabeza.

—¿Qué les parece si vamos a cenar? —Propuso—. Les diremos a los chicos que nos acompañen.

A todas se les notaba la respuesta positiva en el brillo que adquirieron sus ojos de tan solo imaginar la idea, pero unos ojos castaños, aunque también brillaron, lucían dudosos a partes iguales y Rin pudo notarlo.

— Podemos ir otro día, si quieres—Dijo apresuradamente, mirando a Maya—. No tenemos que ir precisamente hoy.

Para su sorpresa y la de todas, a decir verdad, ella la contradijo al decir:

—No. Está bien—Accedió, para después soltar un pequeño suspiro—. Este es mi estómago hablando por mí, que lo sepan.

En eso, el sonido de un móvil captó toda la atención e impidió que cualquiera contradijera la accesibilidad que había tenido Maya.

Era el móvil de su hermana Sayuri.

—Ahora regreso—Informó antes de marcharse a tomar la llamada.

—De seguro es mi hermano que anda de impaciente—Aseguró Hikaru, mirando a la pelinegra con sus ojos azules.

— Hemos pasado, aproximadamente, media hora en este corredor—Musitó Amaya, mirando a Sayuri a lo lejos—. Claro que está impaciente.

Rin soltó una pequeña risita al escuchar un comentario tan característico de ella.

—¿Kath no vino? —Preguntó Kanako a la cuñada de su hermana, quien negó con la cabeza.

—No. Yo me la topé a la salida cuando iba llegando al edificio y dijo que saldría un rato con Shadow—Anunció, encogiéndose de hombros a la vez que miraba una notificación en su móvil—. Vaya, supongo que no solo mi hermano está impaciente, Ishi me ha enviado un texto preguntando si ya mero llegamos. Y también dice que Ryuu está preguntando por ti, Kanako.

Rin pudo ver como Maya codeaba amistosamente a su hermana, a quien las mejillas se le habían puesto coloradas.

—Y también se está quejando de que Takeshi está tocando sin cesar el piano y que mi hermano no deja de ver su espada.

Ahora también las mejillas de Rin adquirieron un color rojizo ante la idea de su chico melodía frente a un piano.

—Espera—Dijo Amaya—. Si Shinatora está mirando su espada ¿Quién habla con Sayu?

Pero no pasó mucho para que su duda fuera respondida por su hermana, quien se había acercado inmediatamente a donde ellas.

—Es Jun—Susurró—. Está metido en una central eléctrica o una mierda de esas—Entonces, sus ojos esmeraldas viajaron a los dorados de Rin—. Hermana, tenemos que irnos.

Rin no pudo sentirse más desilusionada, sin embargo, no reprochó y solo asintió. Era su hermano, a final de cuentas.

—No—La respuesta concisa de Amaya las sorprendió—. Voy yo.

Incluso Hikaru, quien masticaba un chicle y hacía pompas con él, estalló una.

—¿Estás segura? —Le preguntó Kanako.

Maya asintió y después miró a las hermanas.

—Ustedes vean a sus novios. Yo me hago cargo del capullo.

Y ninguna dijo algo más, porque simplemente tomó el camino contrario al que ellas se dirigían y se fue de allí.

—¡Junaya estará de vuelta, chiquitos! —Festejó Hikaru, mientras retomaban su camino a la puerta de los chicos.

—¿Junaya? —Preguntó Sayuri, arrugando la nariz.

—A mí me gusta—Confesó Kanako.

Y Rin estuvo de acuerdo con eso, para después Sayuri pedir, explícitamente, que nadie mencionara nada acerca de Jun.

Cuando abrieron la puerta, encontraron a los chicos dispersos por todo el piso a la vez que Ishi exclamaba:

—¡Menos mal que ya están aquí!

Pero Rin se desconectó de ellos, pues emprendió su camino a su chico melodía que tenía los ojos vendados.

🥊🥊🥊

Hikaru Shinatora

Ishi yacía recostado en su regazo mientras comía un bollo de arroz que habían pedido con servicio a domicilio.

—¿Por qué no te sientas? —Le preguntó la pelinegra—. Vas a atragantarte en cualquier momento si sigues comiendo recostado.

El chico negó con la cabeza, gastó la comida que tenía en su boca y dijo:

—Estoy muy cómodo aquí.

Entonces, acomodó aún más su cabeza en el regazo de Hikaru, ocasionando que un rubor se extendiera por las mejillas de la chica antes de que entornara los ojos.

—Eres un caso aparte, Katori Ishimatsu.

—Y tú la chica más linda que he conocido jamás, Hikaru Shinatora.

Katori se levantó del regazo de la chica para darle un rápido beso en los labios.

—Es de la suerte—Fue lo que dijo con una sonrisa adornando su rostro—. Y ahora va uno porque quiero.

Y eso fue lo que hizo.

La besó.

Y, para Hikaru, el contacto de sus labios contra los de alguien más nunca se había sentido como rozar el universo.

🥊🥊🥊

Kanako Sanjo

—Déjame ayudarte con eso, Ryuu—Pidió la castaña, refiriéndose a las muñequeras que el púgil debía de ponerse.

Ryuuji esbozó una sonrisa.

—Sabes que no es necesario que lo hagas, Kana.

—Me gusta ayudarte, aunque sea en eso.

La menor de los Sanjo pudo percatarse de como Ryuu lanzaba un suspiro y de que la sonrisa nunca se borró de su rostro aun cuando dejó que ella le pusiera las muñequeras del dragón negras que él siempre traía consigo.

—Me ayudas más que en eso, Kanako.

Un sonrojo cubrió sus mejillas sin que lo pudiera evitar, así como sucedió con la sonrisa que surcó sus labios.

—¿De verdad?

Su voz sonó tan cargada de ilusión, que incluso se sorprendió a ella misma. Pero más lo hizo cuando Ryuu no lo negó.

—Caí contigo, Sanjo. Desde el primer momento en que te vi—Confesó el castaño, acortando la distancia que la separaba de la chica y ocasionando que el corazón de ella se saltara un latido—. Y quiero estar contigo todo el tiempo que me permitas.

Esta vez fue Kanako quien tomó la iniciativa al eliminar la pequeña distancia que los separaba para rodearlo fuertemente con sus brazos, tratando de hacerle saber que ella sentía lo mismo porque, ahora que comenzaba a estar bien consigo misma, quizá también lo podía estar con él.

🥊🥊🥊

Sayuri Kenzaki

—¿Qué estás diciendo? —Inquirió Sayuri con incredulidad— ¿Por eso el tal Helga estaba aquí?

Shinatora enarcó una ceja.

—¿Cómo sabes que estaba aquí?

—Lo vimos salir de aquí, Yahisa la saludó en el camino antes de irse detrás suyo.

El púgil asintió con tenue desconfianza.

—¿No crees que ella pueda filtrar nuestros datos? —Preguntó crudamente—. Digo, a final de cuentas, mantiene una relación con el tal Skorpion.

—No—La pelinegra ni siquiera lo dudó—. Isa no es así, es algo que jamás haría.

Sus ojos esmeraldas se percataron de como una de las comisuras de Kazuki se elevó solo un poco ante su pequeño arrebato.

—Tranquila, fiera—Señaló—. Era solo una hipótesis—Y, aunque fueron unos escasos segundos, rio, cosa que Sayuri seguía sin terminar de asimilar—. Ishi le dio un buen gancho.

Ahora entendía porque en el corredor se limpiaba los labios con un pañuelo.

—¿Y qué le respondieron? —Quiso saber.

—Que no.

La chica ensanchó su sonrisa.

—Ese es mi chico.

Ni siquiera se percató de las palabras que dejaron sus labios hasta que Kazuki las repitió, y no pudo aplacar el calor que se extendió por todo su rostro.

—¿Soy tu chico? —Inquirió retóricamente, a lo que ella entreabrió los labios, dispuesta a contradecirlo, pero él la interrumpió al decir—: Me gusta cómo suena.

—Entonces ¿Ya es oficial?

Ahora fue Shinatora quien sonrió un poco más de lo que ya lo hacía.

—Lo ha sido desde el primer instante, Sayuri.

🥊🥊🥊

Amaya Sanjo

Solo había una central eléctrica en el área. Y era allí a donde se dirigía.

Aún no sabía porque se había ofrecido a ir por Jun. Bueno, realmente sí sabía, pero ignorar ese sentimiento cálido que surgía en su pecho por tan solo pensar en él era mucho más fácil.

Pero no tanto como ignorar la comezón que su ojo izquierdo tenía debido al parche.

En dos días iría al médico y, al fin, sabría si la operación tuvo resultados favorables. Gracias a la larga charla que tuvo con Kanako cuando ella llegó a casa después del combate contra Francia, había encontrado un destello de luz en medio de toda su brumosa oscuridad.

Le prometió no escaparse más de casa, también que intentaría no tener pensamientos negativos y que se iba a concentrar solamente en ella.

Por eso mismo, no terminaba de entender que estuviese recorriendo los pasillos hasta dar con la puerta en la que le dijeron que se encontraba el chico de ojos grises que causaba mucho en ella.

¿Por qué no podía olvidarse de Jun?

¿Por qué no podía avanzar y dejarlo atrás?

¿Podría hacerlo, siquiera, algún día?

Aún no tenía la respuesta a eso.

Un gran destello detrás de una de las puertas la sacó de sus pensamientos, y no pudo evitar dirigirse a toda velocidad a ella. Y, por más que quisieron detenerla por los dos guardias que custodiaban la entrada, no pudieron porque, cuando el destello se desvaneció, Amaya se abrió camino detrás de la puerta, encontrándose a Jun con la ropa a punto de hacerse cenizas y a nada de desmayarse.

—¿Amaya? —Musitó el chico cuando pareció percatarse de su presencia, claramente asombrado al darse cuenta de que se trataba de ella—. Joder, ¿De verdad estás aquí?

Jun elevó la mano, intentando acunar su rostro, pero ella la interceptó en el camino y la apretujó con ahínco antes de llevarla a su propia mejilla y acariciarla con esta.

—Estoy aquí, Jun—Respondió—. Tranquilo, vas a estar bien.

Notó como Kenzaki entreabrió los labios, pero de ellos no brotó ninguna palabra pues sus ojos se cerraron, en señal de que había quedado inconsciente debido a lo que sea que estuviera realizando aquí dentro.

—Te quiero tanto.

Fue lo último que musitó antes de ver como se lo llevaban para revisar su estado de salud en una camilla. Y, entonces, tomó su decisión.

Supo de qué lado de la balanza apostaría.

Aun sabiendo todo lo que eso implicaba.

🥊🥊🥊

Kath Ishimatsu

Intentaba alcanzar el paso de Shadow, quien iba unos pocos metros delante de ella.

—Dale, Kath—Le incitó él desde el frente, volviéndose para mirarla mientras intentaba retener una sonrisa—. Vas un tanto lento, nos vamos a perder el combate.

Kath le entornó los ojos, pero intentó ir lo más rápido que podía.

De pronto recordó como su hermano le decía lo mismo cada vez que ella iba por detrás. Parecía que fue hace mucho tiempo.

—Hago lo que puedo, Shadow.

Entonces la pelirroja observó como el chico frenó en seco, esperó que ella llegara con él y la cogiera de la mano para que ambos pudieran caminar a la par, con sus dedos entrelazados.

Miró sus manos unidas, dándose cuenta de que la suya era pequeña en comparación con la del Líder del Clan, así que sonrió casi instintivamente por ello.

—¿Qué sucede? —Le preguntó él—. Hoy has estado más distraída que nunca.

Ella sacudió la cabeza en una negativa.

—Estoy nerviosa por el combate—Reconoció—. Ayer Ishi se lanzó contra uno de los hermanos Baroa primero y dejó que le golpearan para que los chicos pudieran observar sus movimientos y así saber cómo detenerlos. No quiero que haga lo mismo contra Alemania, Yahisa no habla mucho sobre Führer, pero sabemos que es de temer.

Para su sorpresa, Shadow no respondió. Se limitó a acercarla a su cuerpo y rodearla con sus brazos antes de apoyar su cabeza sobre la de ella, intentando calmarla y reconfortarla al mismo tiempo.

Detalles como estos solo lograban que ella cayera aún más en el mundo de las sombras que era él.

Y lo peor era que no quería salir de allí.

—Va a estar bien, ya verás—Le aseguró—. Ishi es un boxeador formidable—Hizo una pequeña pausa para mirar por unos instantes los ojos claros de la chica, antes de esbozar una sonrisa—. Que me perdone Yahisa, pero los Ishimatsu son unos guerreros al igual que todos los chicos. El equipo de su novio no podrá hacer nada contra ellos.

Kath se abrazó más al torso atlético del chico, apretando un poco más sus brazos contra la espalda de este, mientras sacudía la cabeza en un pequeño asentimiento.

Shadow no dudó en abrazarla con más fuerza.

—Eso espero.

Pero Kath por un momento dejó de creerlo al darse cuenta de que en el estadio no había ningún japonés. Sino que estaba repleto de alemanes que vitoreaban únicamente a su equipo.



***

¡Hola! ¿Cómo están? Pregunta rápida: Del 1 al 10 ¿Cuánto extrañaron a los chicos?;)

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gustó? ¿Cuál fue su parte favorita? ¡Se vale escoger más de dos! *Guiño, guiño*

Dos cositas:

- Se acerca el especial de Yahisa y también el de Kana. ¿Hay uno que esperen más? ¿De quién más quisieran leer un especial?

-También quería decir que aquí la generación de Maya (Y casi todas las chicas) tienen 18 años, Jun y Shadow 17, los demás chicos entre 18 y 17; y Kanako y Ryuu 16. Es que se me olvidó ponerlo en el capítulo anterior... y lo más seguro es que también en este se me esté olvidando algo y lo aclare en el siguiente, pero son solo detalles je, je.

Ahora bien, comentemos el capítulo:

¿Recuerdan por qué Kawai tenía los ojos vendados?

¿Recuerdan el momento de la central eléctrica?

Yo juro que quise darle de zapes a Jun cuando lo leí/vi :)

Sayu derritió el corazoncito de Shinatora ¿Qué opinan de eso?

Ishi se ganó el de Hikaru y Kawai el de Rin. ¿Qué opinan de ellos?

¿Qué piensan de Kath y Shadow? ¿Qué opinan de lo diferentes que son los gemelos en cuanto a su personalidad? Yo amo a los dos xd.

Como dijo la Hika: ¿Junaya estará de vuelta?

¡Maya fue a verlo! *Inserte grito de fangirl loca* ¿Se lo esperaron?

¿Qué creen qué es el lado de la balanza que Maya tomará? ¿Tienen teorías? ¿Qué piensan ustedes?

¿Habrá final Junaya o no?

Chiquis, ¿Estamos conscientes de que solo quedan los capítulos especiales, la pelea contra Alemania, la final contra Grecia, el capítulo de la fiesta y el epílogo? Son aproximadamente entre 6 y 10 capítulos (Les aseguro que no pasará y a lo mejor ni llegará a los 50) y se acaba. Aún no creo que ya estamos llegando al final:(

Por cierto, ¿Qué esperan de él? ¡Comenten mucho, me gustaría leerlos!

¡Nos vemos pronto!

No se olviden de seguirme en mis redes para más contenido. Se los agradecería infinitamente.

¡Hasta el siguiente gong!

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