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» Capítulo XV

Mini maratón [No tan] Sorpresa 2/2

***

Jun Kenzaki

El automóvil de Kenzaki se detuvo frente a la mansión Sanjo y él no tardó demasiado en bajar de este.

Tenía las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón negro y su cabello revoloteaba con el viento caluroso del inicio del verano. Su camisa blanca estaba arremangada hasta sus codos y sus dos últimos botones desabrochados.

Recién había salido de su entrenamiento exhaustivo en el club Americano Concordia.

Llevaba diez días sin ver a Amaya.

Y, justo por eso, ni siquiera sé había quejado de que aún no estaba lista y lo estaba haciendo esperar.

—Oh, Kenzaki— Murmuró el señor Sanjo, quien justo estaba saliendo de la mansión y que, al verlo, no pudo evitar su desconcierto y asombro—. No imaginé que volverías aquí después de que Kanako hubiese pedido romper el compromiso.

Sí, Kanako hizo algo por sí misma al fin.

Y es que el día en que le dijo a Maya que apostara por Kenzaki, habló con su padre y, después de mucho, Takehito Sanjo al fin aceptó a romperlo.

Pero no estaba del todo convencido.

—No estoy aquí por ella, señor Sanjo.

Eso desconcertó aún más a Takehito y, cuando estuvo a punto de preguntarle porque se encontraba allí, una Maya apresurada y comiendo una manzana salió por la puerta principal.

—Oh, papá—Murmuró Maya justo como su padre había hecho minutos atrás— ¿Qué no te habías ido ya a la empresa?

—Estaba a punto de irme cuando me encontré a Kenzaki en la entrada— Respondió, aún confundido— ¿Por qué ibas a decir que estabas aquí?

—Vine por Amaya—Respondió con simpleza y dirigió su mirada maliciosa a la mencionada, ocasionando que Takehito también lo hiciera, pero él con mucha incredulidad y desconcierto.

Maya, por un momento, entró en pánico internamente, pero se las ingenió para decir:

—Es que vamos a ir al Centro Olímpico para que yo pueda ver los entrenamientos. Es solo eso.

Miró mal a Kenzaki, el cual solo hizo un mohín divertido con los labios.

—Ya veo—Contestó Takehito, no muy convencido—. Solo no regreses tarde, Maya.

—Yo la traeré temprano, señor Sanjo.

Y, antes de que alguno de ellos dos pudiera decir algo más, Maya soltó un pesado suspiro mientras que, con la mirada, le indicó a Kenzaki que debían de salir de allí ya. Por lo que se despidieron de su padre y comenzaron a dirigirse al automóvil.

—¿Cuándo le vas a decir que estamos saliendo? —Preguntó Jun, esperando que ella subiera primero para después seguirla.

—No creo que se tome muy bien el que yo ande con el que fue novio de mi hermana, la verdad—Ironizó, entornando ligeramente los ojos cuando el chófer cerró la puerta del automóvil y Kenzaki cruzó su brazo por sus hombros para atraerla a su lado.

Desde fuera se podía ver a través de las ventanas del automóvil como Kenzaki la tenía abrazada, y no solo el señor Sanjo lo notó.

—Yo no fui su novio—Dijo, muy serio.

—Cierto—Concedió ella—. Fuiste su prometido, lo cual es mucho peor.

Kenzaki entornó los ojos al mismo tiempo que soltaba un bufido. No iba a discutir con ella por esa bobada.

El chófer comenzó a conducir y Kanako junto a su madre habían visto todo desde su balcón.

🥊🥊🥊

Kath Ishimatsu

—Hasta que al fin están juntos—Comentó Yahisa con entusiasmo.

—¿Siguen peleando demasiado? —Preguntó Sayuri, mirando como los cinco púgiles le reprochaban a su hermano el no haber mostrado señales de vida durante diez días.

—No—Maya sacudió ligeramente la cabeza, viendo como Jun se exaltaba al hablar—. Y no sé si debería preocuparme.

Sus amigas rieron ante el comentario.

Rin no despegaba su mirada del chico melodía mientras que Sayuri hacia lo mismo con Shinatora.

Vaya, vaya.

Ellas habían venido sin falta durante estos últimos diez días solamente para verlos, y bueno, digamos que algo comenzaba a florecer debido a ello.

Yahisa se había debatido mucho en si adelantarles la noticia que le había proporcionado el rubio o no. Al final optó por lo segundo, ya que Skorpion le insistió en que no lo hiciera, diciéndole que lo sabrían en su debido momento.

Y Kath.

Oh, Kath.

La pelirroja había estado dándole tantas vueltas al asunto hasta que, justo ahora, se había decidido a hacer algo al respecto.

—Amaya—Llamó—. ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Claro, ¿Qué sucede?

Toda la atención estaba en ellas dos.

Menos la de los chicos, claro, que aún tenían cosas que arreglar para el próximo combate.

—¿Kenzaki tiene un hermano? —Dijo por fin—. Claro, además de ustedes dos—Se dirigió a Rin y Sayuri.

—No que yo sepa—Respondió, segura—. Solo son ustedes tres, ¿No?

—Lo somos, Jun es el menor, tiene incluso un año menos que yo—Anunció Rin, confundida.

—¿Por qué lo preguntas, Kath? —Inquirió Sayuri.

—¿Sucedió algo? —Siguió Yahi.

Kath negó con la cabeza.

—Solo era simple curiosidad.

Había quedado más confundida de lo que estaba, y de paso había intrigado a sus amigas.

Si Kenzaki no tenía un hermano, ¿Entonces quién era ese misterioso chico que ella siempre veía cuando menos se lo esperaba?

Realmente esperaba a tener la respuesta a esa pregunta pronto.

🥊🥊🥊

Amaya Sanjo

—¿Qué mierda dijiste? —Escupió la castaña, estupefacta— ¿Un jodido gánster y un convicto?

—Sí—Contestó Jun, muy tranquilo.

Iban de regreso a la mansión Sanjo, y se le había ocurrido la magnífica idea de alterar los pobres nervios de Maya, quien estaba que no se creía lo que el pelinegro acababa de contarle.

—Eso no es justo—Replicó—. No pueden hacer eso. No solo quieren pelear.

—Claro que no—Concordó Jun—. Quieren acabar con nosotros antes de que Japón se vuelva más fuerte.

Maya estaba preocupada con tal revelación.

Si eso era cierto, no solo Jun corría un extremo riesgo de salir herido, sino todos los que conformaban al equipo.

—No me vas a pedir que yo claudique, ¿O sí?

Los ojos grises viajaron a su rostro en un escudriño, esperando su respuesta.

—No me harías caso, aunque te lo exigiera ¿O sí? —Respondió imitando su tonito burlón.

—La verdad es que no—Reveló—. Si hay algo que nunca haré por nadie es declinar un combate.

Maya rodó los ojos, sabiendo que él le estaba siendo completamente sincero.

Ella misma lo había experimentado el día en que Jun no quiso parar el combate en el que se destrozó el brazo derecho.

Siempre tan testarudo.

El automóvil se detuvo en la mansión y, segundos después, el chófer les abrió la puerta a ambos para que pudieran descender de él.

Caminaron hasta llegar frente a la puerta principal y, justo cuando Maya estuvo por tomar el pomo para abrirla, un carraspeo de garganta de parte del pelinegro la detuvo.

—¿Paso por ti mañana?

—Se te está haciendo costumbre, ¿No crees? —Bromeó ella, pero asintió con la cabeza—. Nos vemos mañana, Jun.

A Kenzaki le gustaba mucho cuando ella lo llamaba por su nombre, pero que no se lo digan a Maya, que solo lo iba a molestar con eso.

Él se acercó unos cuantos pasos hasta llegar frente a ella. La cabeza de Maya le llegaba al mentón, por lo que tuvo que inclinarla levemente hacia atrás para poder mirarlo a los ojos. Jun llevó su mano izquierda a la mejilla de Amaya y, cuando estuvo a punto de jalarla para estampar sus labios con los suyos, el estrepitoso ruido de la puerta al abrirse con furia lo detuvo.

La señora Sanjo estaba allí, parada frente a ellos y no estaba muy contenta que digamos.

Kenzaki soltó a Maya y se obligó a mantener la compostura que había perdido momentos atrás, la castaña estaba extrañada de ver a su madre afuera.

Usualmente ni siquiera se interesaba por ella.

Prefería a Kanako, para que negarlo.

—Mamá—Susurró Maya— ¿Qué...?

—Entra—Ordenó y dirigió una mirada desdeñosa a Jun que, como era de esperarse, solamente le dedicó una de suficiencia—. Ahora.

Maya la miró extrañada y se excusó:

—Papá me había dado permiso de ir al Centro con él.

—Takehito no está, así que lo que haya dicho justo ahora no tiene validez— Espetó y la tomó con brusquedad de la muñeca para arrastrarla dentro—. Te he dicho que entres.

Kenzaki reaccionó rápido y sostuvo la muñeca de la señora Sanjo para impedir que siguiera jalando a Maya.

—Suéltela—Ordenó, poniendo esa mirada que imponía autoridad a su paso.

Maya aprovechó el desconcierto de su madre y se soltó por sí misma, a fin de cuentas, era su madre y no podría ni siquiera levantarle la mano como hubiese hecho si se tratara de otra persona.

—Voy a estar bien, Jun—Le dijo, intentando mostrarle una sonrisa para que se convenciera—. Nos vemos mañana.

Jun resopló, pero asintió puesto que sabía que Amaya siempre buscaba la manera de ingeniárselas sola, soltó a la señora Sanjo, quien fingió que casi le habían quebrado la muñeca por el menor.

Que dramática.

Maya entró a la mansión sin esperar a nadie y, cuando Kenzaki la vio completamente adentro, caminó a su automóvil con los puños apretados.

¿Qué era eso que sentía? No tenía idea.

No tardó en abandonar la mansión Sanjo, esperando que Maya realmente estuviera bien.

La señora Sanjo estrelló la puerta con brusquedad apenas se adentró a la casa.

—¡Es por eso que no querías que Kanako y Kenzaki se casaran, ¿No es así?! —Gritó la señora, enfadada mientras veía con rabia a Amaya—. ¡Para que tú te quedaras con él!

—¡Claro que no es así! —Se defendió— ¡Yo no quise que eso pasara!

—Claro que lo querías, Amaya—La mujer afirmó—. Siempre has sido así, Kanako no podía tener algo sin que tú lo quisieras hasta quitárselo.

Sintió las lágrimas agruparse en sus orbes. Ella sabía que eso no era cierto.

—Hablas de Jun como si fuera un objeto.

—¿Crees que tú no lo eres para él? —Espetó.

Maya negó con la cabeza, dolida.

¿Por qué de pronto su madre actuaba así?

—¿Por qué siempre me has tratado así? Soy tu hija, mamá—Musitó, limpiando bruscamente sus lágrimas.

No quería seguir llorando por algo así.

No valía la pena.

Jun le había demostrado que quería estar con ella, así que lo que dijera su madre no tenía importancia.

¿Verdad?

—¡No lo eres! —Finalmente la mujer explotó por completo—. ¡No eres una Sanjo, Amaya! Nunca lo has sido y mucho menos lo serás.


***

Ahora sí, díganme, ¿Qué les parecieron los capítulos?;)

¿Se esperaron eso último?

Yo les di un tremendo spoiler sobre Amaya desde el primer capítulo y nadie lo notó je, je.

Todo esto se pondrá aún mejor:D

Feliz año nuevo, espero que cumplan todas sus metas, los quiero y muchas gracias por el apoyo a esta historia<3

¡Hasta el siguiente gong!

¡No se olviden de seguirme para más contenido de mis historias!

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