Capítulo 7
Había pensado mucho en la situación de Jin y su clan, pero jamás creí que realmente estarían tan mal. Vine aquí para ver qué había ocurrido y realmente es una escena desgarradora la que me estoy encontrando. Bajé hasta el suelo cuando vi a Jin, ayudando a unos niños que se veían hambrientos.
-Muchas gracias, Reina -sonríen los niños mientras comen de lo que ella les ofrecía.
-No es nada -les sonríe de una forma tan cálida y generosa que me hizo sentir algo en el pecho. Se ve hermosa sonriendo así.
Los niños se van comiendo de lo que Jin les ha dado, ella se da vuelta y me ve finalmente, evita la mueca que pude notar asomada en sus facciones. Me acerqué a ella con una leve sonrisa.
-¿Aún consideras mi oferta, Reina...? -pregunté.
-Ni un poco -se alejó.
Sabía que mentía, cuando lo hace suele arrugar la nariz... como ahora lo acabó de hacer antes de irse.
-Sí, claro... -bufé y la perseguí- ¿Por qué no le pides ayuda a los demás clanes?
-Tienen sus propios problemas.
-Pero estoy seguro que mi hermano los ayudará sin dudar -comenté encogiéndome de hombros.
-Ese es el problema -ella se detiene para enfrentarme-. Tu hermano no dudaría en compartir sus riquezas con nosotros... pero cuando comience la escases... todo irá peor, no quiero que su clan sufra por los problemas en el mío.
Volvió a caminar y yo tardé en reaccionar. Ella estaba pensando en el bien de los clanes... en lo que pasaría si no logra recomponerse y mantiene una vida de bienes ajenos.
Parpadeé un par de veces al volver en sí y di un salto usando mis alas para llegar nuevamente hasta su lado.
-Entonces... tienes otra alternativa y no la usas -insistí y la detuve, apunté a una familia con rostros tristes por el hambre-. Puedes cambiar sus expresiones... solo con una palabra.
Ella mira a aquella familia y noté que sus ojos reflejaban tristeza y preocupación. Realmente quería ayudar a su clan, no solo por los beneficios que me traería con Jin, pero necesitaba que ella me de el permiso para hacerlo. Jin aprieta los dientes y niega con la cabeza para luego seguir caminando.
-Puedo sola, no necesito tu ayuda -espetó antes de mirarme por encima del hombro-. No te necesito.
Resoplé y dejé de insistir, realmente era frustrante tratar con ella y su terquedad. Pensé en abandonar y solo pagar mi parte de la apuesta a Rod, pero me di vuelta y miré a mi alrededor. Todo aquí era un desastre e incluso algunos cuervos pensaban en robar pero otros trataban de hacerles entrar en razón. Era una escena tan triste...
No podía solo ignorarlos, pero Jin es tan difícil de tratar. Solté una maldición por lo bajo y me fui a casa para pensar mejor, pero no creía que fuera buena idea dejar todo como si nada. No podía hacerlo. Conozco a Jin, ella tampoco aceptaría ayuda porque odia que otros la miren con lástima y también, estaba seguro de que piensa en que otros la mirarán como una mala líder si no puede arreglar esto por su cuenta. Así que, insistir en que trabaje conmigo era la única opción que veía posible. Así que regresé en estos días.
-¿No te cansas? -suelta Jin al enfrentarme-. Llevas cuatro días insistiendo con lo mismo y no paras ni por un segundo. Dame un respiro.
-Jin, ya conozco tu situación, no puedo ignorarte ni ignorarlos -apunté a su clan-. Por favor... solo tienes que mirar a tu alrededor un segundo, decir que aceptas trabajar conmigo y fin. Todos esos rostros tristes y hambrientos se van en un segundo y tú puedes mantener tu maldito orgullo en alto porque conseguirás sacarlos adelante por tu propio esfuerzo.
-¡Ya basta! Dije que no -ella se va volando rápidamente.
Me pasé las manos por el cabello de nuevo frustrado, estaba perdiendo la paciencia pero no la esperanza. Solo necesitaba desestresarme un poco... Volé a casa y entré tratando de no azotar la puerta por el enfado que esa mujer me causaba.
-Dylan ¿Estás...? -tomé a Jennifer por la nuca y besé sus labios con necesidad, ella no tardó en corresponderme gustosa.
Estaba tan enfadado que no podía controlar mis impulsos, terminé mordiendo el labio inferior de Jennifer un poco más fuerte de lo habitual, pero aún así gimió en mi boca.
-Dylan, ¿qué ocu...?
-Cállate.
La tomé por las piernas para hacerla enredarlas en mi cintura, la dejé sobre la barra de la mesa en el bar y continué besándola mientras mis manos movían su ropa. Me permitió hacer lo que quiera con ella, incluso se le notó desesperada porque lo hiciera.
-Dylan... -jadeó cuando le arranqué la ropa interior.
Me alejé para quitarme la remera pero luego busqué en los cajones de un mueble hasta dar con un preservativo. Liberé mi erección para colocarme el condón y sin esperar demasiado meterme entre las piernas de Jennifer hasta estar completamente dentro de ella.
-¡Mhmg! Oh Dios -gimió poniendo los ojos en blanco.
Me apretó con sus piernas y se aferró a mi espalda con sus uñas, hice una mueca y agarré sus manos sobre su cabeza, empujando su cuerpo hasta acostarla en la mesa. Seguí embistiendo con fuerza dentro de ella y noté que hasta comenzó a soltar lágrimas de placer, me pedía por más y que no me detuviera a pesar de haberse corrido ya. Pero no me parecía suficiente.
Agarré mi celular y llamé a una chica al azar mientras seguía embistiendo a Jennifer.
Le pedí que viniera a mi departamento y de inmediato aceptó hacerlo. Me detuve con Jennifer a la segunda vez que se había corrido justo cuando aquella otra mujer había llegado tan rápido como dijo por la llamada.
-Vamos, aún tenemos mucho tiempo -indiqué sacando una de mis botellas y copas.
Jennifer apenas podía caminar por tener las piernas temblando pero se le notaba sonriendo. La otra estaba emocionada y nos siguió sin rechistar. Pero de verdad que ni haciendo esto podía olvidar la frustración que Jin me provocaba, esa mujer me sacará de quicio.
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