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Capítulo 5

Rod suelta una gran carcajada luego de escucharme hablar sobre Jin, claro que para él es la versión "humana".

-No te creo, de verdad -sigue diciendo mientras bebe su trago.

-Da igual, lo digo en serio. Es increíblemente seria, incluso llega a ser aburrido -reí.

-¿Una chica que se resiste a ti? ¡Ja! Golpe duro para tu ego, eh.

-Oye, solo es difícil, pero te aseguro que no duraría si de verdad intento conquistarla -lo decía pero a la vez ni yo mismo estaba seguro de eso.

Jin es especial, siempre lo ha sido. Apenas sé de un cuervo con el que salió pero que terminó dándole una patada en sus partes nobles porque intentó forzar las cosas y ella no quería. Me lo ha dicho cuando nos conocíamos.

-¿Estás seguro? -cuestiona Rod, miré mi trago un momento.

-Seguro -dije simple y bebí.

-Hagamos esto -su sonrisa me hizo enarcar una ceja-. Te doy una semana, si consigues acostarte con ella...

-Wou, wou... alto ahí. ¿Qué, estamos en la secundaria? Eso es un juego de niños -volví a beber-. Además, la conozco, necesitaría por lo menos de un mes entero para conquistarla.

-¿Qué? ¿A caso no puedes con un reto? -se burla y ríe, estaba atacando a mi ego y funcionaba.

-No la conoces como yo -respondí.

-Vamos, no tienes nada que perder. Es solo una mujer más -lo ignoré y volví a beber un trago más-. Y... te aseguro que si ganas, no solo demostrarás que ninguna mujer se resiste a ti, sino que te juro que te pagaré mil dólares y no tendrás que asistir a todas esas reuniones aburridas porque iré en tu lugar. ¿Trato?

-¿A todas y cada una de esas reuniones? -lo miré interesado.

-Todas esas.

-¿Y qué ganas tú si pierdo? Cosa que no creo que pase, pero aún así... ¿qué quieres? -cuestioné.

-Pues, no vendría mal que me mandes algunas mujeres de las que consigues, son muy guapas.

-¿Solo eso? ¿No puedes conseguirlas por ti mismo? -me burlé y él me fulminó con la mirada.

-Oye, todas terminan fijándose en ti, no es mi culpa.

Solté una gran carcajada pero volví a pensar en la apuesta. Dudé un segundo. Le dije a Jayd que abandonaría pero... realmente no quiero ir a esas reuniones y nunca vienen mal unos mil dólares de gratis. Bebí todo el contenido de mi copa y le acepté la mano que tendió.

-Bien, trato hecho.

-Esto será divertido.

Realmente no sé que estoy haciendo, ¿habré bebido de más? Da igual, quizás y sí sea divertido.

Luego de un rato decidí que ya había sido suficiente. Pagué mi bebida, me despedí de Rod y me fui del bar en el que estábamos, me subí a mi auto y fui al departamento, entré con ganas de darme una ducha y acostarme a dormir pero en la sala, sentada en el sofá, estaba Jennifer.

-¿Dónde estuviste? Ayer no estuviste en todo el día y hoy vuelves tan tarde -intentó disimular su enfado pero lo noté y eso me molestó a mí.

-¿Desde cuándo esto se volvió una relación y más de esas tóxicas y amargadas? -respondí-. Jennifer, no tengo porqué darte explicaciones ni aunque fueras mi pareja.

-Pero... no puedes solo irte así y dejarme sola aquí, no conozco esta ciudad ¿a dónde iré mientras no estás?

-Pues vete y averígualo, no es mi problema -pasé por su lado, dejándola allí.

Fui a mi habitación y relajé mis nervios con una ducha tibia y relajante antes de cambiarme e irme a acostar. Pensé mejor en la apuesta con Rod ahora que el alcohol se había ido casi por completo de mi sistema. Bufé negándome a que ese idiota tenga razón y gane algo tan simple. Tomé mi teléfono y busqué el número de Jin que se lo había sacado a Jayd cuando no veía. Abrí el chat y me quedé pensativo por un instante, ¿estará despierta? Quizás intentarlo no estaría mal.

Dylan:
"Buenas noches, Reina"

Creí que no respondería pero, sorprendentemente, pocos minutos después lo hizo.

Jin:
"¿Quién eres?"

Dylan:
"¿Quién crees que soy?"
"Reina..."

Jin:
"Dylan..."
"¿Cómo conseguiste mi número?."

Dylan:
"Tengo mis métodos, Reina"
"Como cambiaste de número y yo también supuse que era buena idea volver a agregar nuestros contactos"

Jin:
"¿Y qué te hace creer que te agregaré en vez de bloquearte?"

Dylan:
"Sé que no me bloquearás"

Jin:
"Lo haré."

Dylan:
"Puedes hacer lo que quieras, Reina. No te estoy impidiendo nada, pero esa sería tu decisión."
"Aunque me harás sentir mal si me bloqueas"

No respondió nada más y después de varios minutos supe que ya no lo haría. Dejé mi celular a un lado y me mantuve mirando al techo, no podía dormir ni aunque quisiera y realmente lo quiero, así que tomé mi teléfono y mandé unos cuantos mensajes. Una actividad de medianoche no vendría mal. Me levanté de la cama para ir hasta la habitación de Jennifer; ella, al verme entrar, se sienta rápidamente.

-No puedo dormir y me vendría bien algo de actividad -comenté-. He llamado también a otras pero me encantaría que tú igual vinieras, para enseñarles como se hace, ¿qué dices?

Ella se levanta de inmediato y sonríe ampliamente, se notaba la arrogancia y ganas de presumir frente a las chicas que vendrían. Se acerca y rodea mi cuello con sus brazos para acercarse a mí y besar mis labios con intensidad y lujuria, sabe besar y prenderme en un segundo. La tomé por la cintura y bajé hasta apretar su trasero con necesidad, ella jadea en mi boca, haciéndome sentir más prendido.

-Por supuesto que sí, nadie más sabe complacerte como yo lo hago -dice con arrogancia.

No quería bajarle los humos por ahora, quería que se mantuviera animada para que hiciera un buen trabajo.

-Perfecto, entonces ve a prepararte. Te veré en la habitación de siempre cuando lleguen las invitadas -anuncié.

Jennifer asiente fácil y se va a ponerse su lencería más provocativa. Salí de la habitación para ir al bar y elegir una bebida, no pude aguantar y me serví una copa para empezar. Pronto escuché la puerta y fui a recibir a las chicas.

-Buenas noches, señoritas, me alegra que hayan podido venir tan rápido.

-No podíamos hacerte esperar, ya queremos iniciar -habla una acercándose a mí seductoramente y besando mis labios.

-Sí, Dylan. Estamos muy entusiasmadas -le sigue la otra e igualmente se acerca para besarme.

Sonreí de lado y me pasé a estar en medio de ambas para poder apoyar mis brazos en sus hombros y guiarlas por mi departamento. Hice que ambas agarren la bebida y las copas y las llevé hasta la habitación donde siempre llevo a mis "visitas", allí estaba Jennifer, en lencería y sentada en la cama. Noté enseguida el interés de una de las chicas en ella, pues era bisexual y supe que Jennifer era su tipo.

-Vayan con ella, tómense su tiempo para prepararse -mencioné separándome y yendo a sentarme en uno de los sofás com la bebida y mi copa.

La interesada en Jennifer, Lenna, no tardó en acercarse a ella, le dijo ciertas cosas que hizo sonrojar a Jenny. Ambas se quitaron sus prendas para dejar ver la ropa interior de encaje que tenían, las vi de pies a cabeza una y otra vez, pues les quedaba de maravilla.

Ser reconocido tiene tantas ventajas...

Las tres comenzaron con unos juegos previos para excitarse ellas y excitarme al verlas. Lenna comenzó a hacerle un oral a Jenny que la tenía vuelta un desastre, mientras que la otra se encargaba de masajear los senos de Jennifer. No tardé mucho en sentirme excitado y mi miembro erecto comenzaba a molestar en mis pantalones así que decidí unirme a ellas que enseguida volcaron su atención completa en mí y en hacerme sentir bien.

No me gustaría entrar en detalles porque no tiene la relevancia necesaria en mi vida, ya que se trata de una noche como cualquier otra. No hay nada de especial que merezca la pena mencionar o detallar.

Así que, para la mañana siguiente me desperté porque me había llegado el mensaje de Rod a mi celular, diciendo que ya estaba en la sala porque le había dado una copia de la llave. Aparté a las chicas para poder levantarme y fui al baño para darme una ducha rápida, me puse mis pantalones únicamente y salí hasta la sala, donde estaba él.

-No hace falta nada más que verte para saber lo que haz hecho anoche -ríe entre dientes.

Bostecé sin responder y caminé hacia la cocina para prepararme un café, siempre me siento mejor luego de uno por la mañana.

-Sí, bueno, no podía dormir y estaban libres. Mejor manera de consiliar el sueño, no hay -respondí.

-Por supuesto, estoy de acuerdo. Pero para la próxima no estaría mal que invites -reclama.

Solté una corta risa mientras llenaba mi taza de café. Ambos volvimos a la sala y nos sentamos en el sofá para discutir más cómodamente el horario de hoy.

-¿Qué hay esta vez? -pregunté

-A eso viene, tienes una reunión dentro de dos horas para elegir a los nuevos que ya pasaron las pruebas anteriores, debes revisar algunos documentos que ya te los dejé listos en tu nueva oficina y luego tienes otra reunión a las cinco.

Bufé bebiendo mi café y tratando de no hacer un berrinche de niño porque las reuniones son de lo peor. Tomé mi celular y revisé mi WhatsApp para ver las notificaciones nuevas, pero bajando vi el contacto de Jin y sonreí mientras entraba a su chat y tecleaba.

Dylan:

"Buenos días, Reina"
"¿Cómo amaneció?"

Jin:
"Bien, hasta que decidiste escribirme"

Me reí por su sequedad y le contesté de nuevo pero ella ya me había dejado en visto, otra vez. No se me pasó por la cabeza preguntarme el qué hacía despierta tan temprano.

-¿Cón quién hablas que te noto feliz? -pregunta Rod.

-Solo es Jin -dije dejando mi celular para beber de mi café.

-¿La mujer de la apuesta? ¿Ya te responde? -se veía sorprendido.

-Ella, sí. Y siempre me ha respondido, pero sigue siendo muy estirada.

-Entonces no podrás ganar -sonríe.

-No cantes victoria, Rod. No tienes ni idea de lo que puedo hacer con las mujeres -él rueda los ojos y yo estaba tan seguro que no necesité decir más.

Al acabar fui a dejar mi taza en el lavadero para luego ir a asearme y prepararme para la reunión. Realmente me desanimaba saber que tendría que asistir, pues elegir a estos nuevos integrantes de la empresa era esencial ya que serían muy cercanos a mí. Ambos llegamos a la nueva oficina y nos encaminamos a la sala de reuniones, donde ya estaban esperándonos.

-¿Podrías cambiar de expresión? se nota que te aburre -me regaña Rod como si fuera mi madre.

-No puedo, ya sabes que odio estas reuniones, ¿no puedes ir solo tú? -insistí.

-Aún no ganas, amigo, ten paciencia -ríe por lo bajo.

Rodé los ojos y entramos a la sala de reuniones, pero me detuve en seco con verdadera sorpresa pero alegría a la vez.

-Está bien, no necesitas ser solo tú -comenté apoyando mi mano en el hombro de Rod, que me miraba confundido-. Buenos días a todos, lamento mucho los cinco minutos de espera.

Todos los presentes en la habitación se levantan para saludarme con respeto pero la expresión de una sola persona fue mi favorita. Se notaba que no tenía ni idea que esta era mi empresa.

-Soy Dylan Rais, es un placer conocerlos.

Todos sonrieron y me respondieron al saludo, menos ella. Se mantenía sobrepensando pero de un momento al otro decidió reaccionar y disimular su disgusto. Esta reunión sí será emocionante después de todo.

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