Capítulo 37
Entré nuevamente por la ventana de la oficina y la encontré en el sofá como ya era costumbre hacerlo. Siempre terminaba quedándose dormida aquí, viendo alguna serie o película en la televisión. Apagué esta antes de cargarla en brazos y llevarla de regreso a la habitación, para dejarla sobre la cama y cubrirla una vez más. Me apoyé en mis manos a ambos lados de su rostro y la observé in tiempo, tan hermosa y tan sofisticados eran sus facciones que no me dejaban apartar la mirada. Bajé la vista hasta sus labios los cuales extrañaba probar, sin darme cuenta ya me estaba acercando a ellos como si me estuvieran tentando a acariciarlos.
Estando tan cerca pude reaccionar y aparté mi rostro hasta dejar caer un poco de mi cabello sobre su hombro, solté un resoplido por lo bajo antes de alejarme de ella para ir a la cocina y preparar la comida que ella siempre termina acabando por completo.
-Dylan...
Me detuve en seco antes de salir de la habitación y volteé a verla cuando se sentó sobre la cama, con una mano acariciando su cabello para apartarlo de en frente de su mirada que la mantenía fija en mí.
-¿Estabas despierta...? -pregunté atónito pues no me esperaba que esto.
Nos mantuvimos en un silencio incómodo para mí pero ella me miraba con seriedad y frialdad... una mirada que no creía que volvería a ver... al menos no tan rápido. Fue la primera vez que me sentí intimidado por una mirada como esa, aparté la vista hacia el suelo y solté un suspiro queriendo desaparecer de esta situación.
-Lo siento, será mejor que me vaya... -comenté girando de nuevo hacia la puerta y agarrando la manija.
-Yo no dije que podías irte.
-¿Huh?
Su voz fue demandante y abrí los ojos de par en par de nuevo cuando la encontré frente a mí, cerrando la puerta con una mano y acorralándome contra esta. Se sentía tan extraño ser yo el que estuviera en esta posición.
-Esto de aparecerte cuando duermo, llevarme a la cama y dejarme comida para desaparecer después... se acabó, deja de hacerlo.
Cerré la boca que la mantuve abierta por la sorpresa y asentí estando de acuerdo con su petición. Era obvio que no quería ni saber de que estuviera cerca de ella.
-Está bien, si eso es lo que quieres...
-Sí. Es lo que quiero -respondió.
Pensaba en que luego de aclarar esto me dejaría ir, pero fue totalmente lo contrario. En su lugar, me tomó con ambas manos por el cuello de la remera y acercó su rostro al mío. Su mirada furiosa y amenazante aún no desaparecía, creí que incluso iba a golpearme.
-Si vas a venir... que sea cuando esté despierta y de paso quédate de una vez, idiota.
De nuevo, volví a abrir los ojos de par en par al sentir el contacto de nuestros labios unidos. La miré con sorpresa pero ella mantenía los ojos cerrados y nuestros labios juntos, igualmente, acercó nuestros cuerpos apoyando el suyo contra el mío sobre la puerta. Poco a poco me sentía cayendo en la tentación, como a un abismo del que no quería salir, pues en el fondo, en lo más profundo, estaba ella. Podía sentir sus manos sujetarme con furia y desesperación a la vez, quería que reaccionara.
-¡Hm! -ella se sobresalta cuando la abracé por la cintura para apegarla aún más a mí. Abrió los ojos por pocos segundos antes de volver a cerrarlos y disfrutar.
Al igual que Jin, cerré mis ojos para embriagarme con ella y su sabor, pero aquella palabra me hizo pensar. Me separé de ella rápidamente, confundiéndola notoriamente.
-Espera... No estás ebria, ¿o sí? -pregunté.
-No tomé nada de alcohol, puedes estar tranquilo -respondió frunciendo el ceño.
-Pero...
-Que tonto eres, cuervo... -ella me toma por el cuello de la remera nuevamente-. No estoy ni borracha, ni drogada, ni enferma. Estoy consciente de que te estoy perdonando esta estupidez que haz hecho... porque te amo.
No hace falta volver a decir que abrí los ojos de par en par por su confesión. La miré sintiendo tanta alegría en mi corazón que se aceleró a tal punto en que creí que explotaría. Estaba por responder cuando ella apoya su mano en mi pecho y me empuja hasta golpearme contra la puerta de nuevo.
-Pero no porque te perdone esta vez significa que siempre lo haré -volvió a mirarme con severidad-. Si vuelves a fallarme, no importa qué tan enamorada esté... te mataré, ¿oíste?
Ella se aparta para darme la espalda mientras se mantiene de brazos cruzados, hablaba muy en serio. Sonreí de lado y me acerqué a ella hasta abrazarla por detrás y besar el hueco de su cuello.
-Lo sé... y te juro que no volveré a fallarte, no podría volver a hacer llorar a la mujer que amo.
Jin se da vuelta para ver mi rostro pero apenas lo hizo acaricié su mejilla acercando mi rostro y uniendo nuestros labios con intensidad. Mis manos se deslizan por su cintura y la acerqué hasta pegarla a mi cuerpo, sus manos acarician mi pecho mientras gira su cabeza hacia un lado para dejarme un mejor acceso hacia ella. Hice que diera un brinco para que enrollara sus piernas en mi cintura, me acerqué a la cama para sentarme con ella sobre mi regazo.
-No vuelvas a hacerme eso... -susurró entre besos, a lo que yo negué.
-Jamás...
-Pero... si tienes algo más que me estés escondiendo... dilo ahora, quiero escucharlo de ti y no por terceros ni vídeos o audios -habló separándose un poco y mirándome al rostro.
-Am... ¿Maté a Jennifer? -comenté dudando de que eso fuera relevante.
-Eso ya lo sé, salió en las noticias -rodó los ojos.
-Bueno... pues aparte de eso no tengo nada más.
Ambos dejamos escapar un par de sonrisas pues estábamos felices de haber vuelto a estar juntos. La había extrañado...
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