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Capítulo 36

Narra Omnisciente

Jim aspira profundo al empezar a percibir el delicioso aroma de la comida a un lado, abre los ojos con pereza y se sienta para ver sobre la mesita de noche su comida favorita en una perfecta presentación. Igualmente se percató de estar mejor cubierta por las mantas y otra posición que no era en la que se había quedado dormida.

Dylan...

Fue en lo único en que pudo pensar mientras miraba la ventana a un laro semiabierta. Suspiró y agarró la bandeja con la comida para acomodarla sobre su regazo y empezar a comer y disfrutar de cada bocado que se sentía como estar en el cielo ahora mismo. Si algo no iba a negar es que la comida de Dylan era realmente buena.

Aunque... en realidad no tenía apetito, pero no quería descuidar su salud, como lo había dicho él. Y tampoco podía desperdiciar semejante manjar.

Al terminar de comer, decidio levantarse pero sus piernas fallaron y su vista se oscureció por unos segundos. Volvió a sentarse y sujetarse la cabeza por el dolor que sentía, todo esto a causa de todas las horas que había estado llorando ayer. Pensó en que si Dylan estuviera aquí, hubiera detenido su caída y de inmediato le habría traído una pastilla para el dolor. Jin decide ir a buscarla por su cuenta esta vez.
Se sentó en el sofá, se tomó la pastilla y prendió la televisión en el cual justo se mostraba un canal de noticias locales.


-Una chica de nacionalidad francesa, de nombre Jennifer Parker murió luego de caer de un décimo piso sobre el techo de un auto, hasta ahora no se sabe si fue un asesinato o un suicidio.

Jin escupe el agua que bebía, comenzando a toser mientras veía la televisión. Nuevamente pensó solamente en aquel hombre que le había causado el dolor de cabeza.

-Mató a Jennifer... entonces... ¿ella fue la que me mandó el video? -murmuró para sí misma.

Decidió poner en mute la televisión y recostarse en el sofá, mirando al techo y pensando en lo que debería de hacer. Dejar a Dylan... o perdonarlo.
P

or el momento, la segunda opción se descartaba ya que no olvidaría tan fácil lo de la apuesta, pero... eso no quiere decir que no lo perdone en algún momento, aunque eso dependerá de cómo sigan sus emociones y lo que haga Dylan para ganarse su perdón.

Miró hacia afuera, aún era de noche y aún tenía sueño, solo se había despertado por el olor de la comida. Poco a poco fue cerrando los ojos de nuevo y vuelto a quedarse dormida en ese sofá. Mientras que en otra casa... Dylan estaba siendo abrazado por su hermana menor luego de haber terminado el relato de lo que pasó.

Sus padres estaban ciertamente decepcionados de él, nunca creyeron que su hijo fuera capaz de algo tan desagradable... ellos no le habían enseñado esas cosas... pero también notaban lo arrepentido y enamorado que estaba, por lo que a pesar de su enfado, decidieron acompañarlo hasta el día siguiente, para que pudiera calmarse un poco.

Aquel día la pasó todo el tiempo en el sofá, sin ganas de moverse siquiera para comer, solo lo hacía para ir al baño y regresaba al mismo lugar. Sus padres lo observaban con lástima pero ya no sabían qué más hacer, nada de lo que le dijeran lo haría sentirse mejor, solo Jin tenía el control de su felicidad. La noche volvió a caer sobre la ciudad. Sarah se había ido a dormir luego de intentar animar a su hermano de nuevo, pero Dylan seguía deprimido. Pero no olvidaba a Jin y tampoco podía dejar de preocuparse por ella. Se levantó finalmente y caminó hacia la puerta.

-¿A dónde vas? -pregunta Evett desde la cocina.

-Solo... quiero ver cómo está, y si ha comido algo -respondió sin mirarlos.

Ryder apoya su mano en la de su esposa y asiente para dejarlo ir. Ella suspira y no dice más nada cuando Dylan abre la puerta y se va dejando la casa de sus padres para ir a la suya, aprovechando nuevamente la noche y lo alto de su edificio para no ser visto por los demás. Miró por la ventana de la habitación y no la encontró allí, entonces fue hacia el ventanal de la sala y notó que ella estaba en el sofá, ahora con una camisa de él puesta.

Verla usando su ropa lo hacía sonreír aunque sea un poco, pero solo por un instante. Volvió a entrar por la ventana y se acercó a ella para cargarla y llevarla a su habitación, así dejarla en la cama y cubrirla con las mantas. Fue a preparar comida de nuevo, se la dejó en la mesita de noche y como si fuera una nueva rutina repitió esto por un mes.

-Sigues haciendo esto... -murmura Jin al notar de nuevo que estaba en la cama y con la comida servida a su lado con una de sus flores favoritas, pero él no estaba aquí.

Volvió a comer, pensando tanto en toda esta situación que le causaba ternura, pues él no dejaba de preocuparse por ella y su alimentación. Aún así no estaba segura de lo que debería hacer y dejó pasar un segundo mes, quería estar segura de que haría lo correcto. Para ser honestos, Jin creyó que Dylan se cansaría de hacer esto cada día. Que se hartaría y la vendría a sacar en algún momento, pero estaba sorprendida de que no lo hiciera.

Eso complicaba las cosas, pues ella quería seguir enfadada con él porque eso que ha hecho es algo que no se debería de perdonar jamás... pero ella no podía seguir con esto por más que quisiera.

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