Capítulo 3
Caminando por el clan me si cuenta de lo muchi que ha cambiado todo por aquí. Se ve mejor y más como una ciudad por toda la tecnología instaurada. También es realmente extraño ver a diferentes especies conviviendo con la nuestra pero eso solo me hacia sentir más orgullosos de los líderes. Seguí caminando y a cada pasado atraía miradas, algunos ya me conocían, otros, especialmente otras, me miraban y susurraba por mi atractivo. Lo cual, no era nuevo en mi vida.
-¡Huh! ¡Es él! -escuché entre los que me reconocieron.
-¿Quién es? Es tan guapo.
Sonreí de lado sintiendo mi ego más inflado, pero decidí ignorar a todos y caminar hasta que por fin había llegado a la casa de los líderes que seguía siendo la misma pero con mejor fachada. Llamé a la puerta y a los minutos se escuchó movimiento dentro hasta que Nilsa abre la puerta.
-¿Sí...? -ella me mira sorprendida y dudosa de que sea yo.
-Veo que mi hermano te tiene más que bien aquí, te ves cambiada, cuñada... -comenté con una sonrisa.
-¡¿Dylan?! ¡Wau, eres tú! -nos abrazamos amistosamente-. Te ves tan cambiado, ¿cuántos años ya tienes? No aparenta tanto a pesar de todo este tiempo.
-Es un halago escucharlo. Tengo veintiocho. Tú igual te ves muy bien, Nilsa, Jayd tiene mucha suerte.
-Gracias... pero oye, ¿cuándo llegaste? A Jayd le sorprenderá verte.
-Eso lo creo. Llegué hace dos semanas, ahora es cuando tuve tiempo libre. Extraba a mi familia y quise venir a verlos, incluyéndote. Me he enterado de varias cosas que hacen Jayd y tu por aquí, no me sorprende... ambos son los mejores para el cargo que tienen.
Ella me sonríe agradecida. Nilsa realmente se ve muy hermosa, más madura y elegante, pero es la única mujer fuera de mi familia con la que no me metería por respeto a ella y a mi hermano, ella se lo ha ganado después de todo.
-Jayd justo ha salido a una reunión con los demás líderes hace unas horas, seguro ya estarán por terminar, si vas ahora quizás lo alcances antes de que vaya a entrenar a los jóvenes.
-¿Y tú no fuiste? Si también eres una líder.
-Hm no, es que esas reuniones son muy aburridas y ya sé lo que dirán. Además, tuve otras cosas que hacer y de igual forma no he podido ir.
-Lo comprendo muy bien, te lo aseguro -suspiré-. Entonces me iré a buscar a Jayd, nos vemos, Nilsa.
-Nos vemos... Oh y ¿puedes decirle a Jayd que si decide tardarse más tiempo lo hago dormir afuera, es que siempre llega muy tarde a casa?
Lancé una carcajada al escuchar eso mientras bajaba los peldaños y asentía.
-Seguro, se lo diré.
-¡Gracias! -canturrea victoriosa.
Dejé escapar otra risilla pequeña y fui volando hasta el lugar que unía a los demás clanes con el nuestro, donde eran las reuniones. Lo vi cuando volaba en busca de mi hermano. Me acerqué a la ventana, nadie aún me notaba.
-Bueno... creo que eso es todo, arreglaremos los detalles mañana, tengo que irme -avisa Jayd levantándose junto a los demás líderes.
-Sería lo mejor o tu querida amada te hará dormir afuera por tardar de nuevo en llegar -hablé llamando la atención de todos.
-¿Qué...? pero... ¡¿Dylan?! -Jayd sonríe ampliamente y con clara sorpresa. Entré a la oficina y lo abracé antes de saludar a los demás.
-Hola a todos.
-¿Cuándo... fue que llegaste? -pregunta mi hermano.
-No hace mucho. Oye... me sorprende que tengan reuniones a estas horas ¿O no saben qué hora es? -pregunté enarcando una ceja.
-Ah, sí... Es que, teníamos que resolver algunos pequeños asuntos, pero todo bien -respondió él.
-¿Huh? ¿Qué sucedió con... Karim y Ryu? -pregunté al no verlos a ellos pero, en cambio, vi a dos nuevos que ocupaban sus lugares.
Todos agachan la cabeza cambiando sus ánimos por completo, ya pude deducir lo que había ocurrido con ellos.
-Ambos junto a Barclay murieron hace pocos años, el tiempo se les había acabado -dice el que reconocí como Lionel.
-Ya veo... lo lamento mucho -expresé.
Todos niegan levantando la cabeza con mejores sonrisas un poco más animadas y yo me acerqué a los nuevos.
-Bueno, estoy seguro que ustedes son excelentes líderes también -comenté.
-Gracias... -dice uno de ellos-. Hemos escuchado mucho sobre ti, Dylan Rais, no esperábamos verte en persona.
-Pues aquí estoy, ¿cómo son sus nombres? -pregunté.
-George.
-Phils.
-Bueno, es un placer.
Ellos sonríen amistosos y respondiendo igual, pero entonces yo volví a acercarme a Jayd.
-Será mejor que todos nos vayamos ya... Es tarde y probablemente alguien dormirá afuera si no se va-avisa Ben.
-¡Hm! -Jayd rápidamente va hacia la ventana pero se detienen y me mira-. Lo siento, Dylan, tengo que irme, lamento no poder recibirte mejor.
Negué con la cabeza mientras reía.
-No te preocupes, hombre, mejor vete ya antes de que mi cuñada te haga parecer un vagabundo.
Hice reír a todos los presentes, incluyéndolo a él que asintió estando de acuerdo con que sí pasaría.
-Nos vemos mañana -declaró y se fue.
Suspiré con diversión y junto a todos salimos de la oficina hasta separarnos pero yo decidí apoyarme contra una pared, para esperar hasta que escuché sus pasos.
-¿Huh? -se detienen y me mira al enderezarme.
-Ha pasado mucho tiempo desde la vez que por poco me matas -sonreí acercándome-. ¿Cómo estás, Jin?
-Hola, Dylan... sí ha pasado mucho tiempo -como si fuera por instinto retrocedió ligeramente un paso-. Estoy bien, ¿y tú? Creí que estabas de viaje por el mundo.
Su tono de voz era frío, más helado de lo que recordaba. Sus ojos brillaban con intensidad y sus alas se veían algo agitadas, ¿qué le ocurrirá?
-Sí, lo estaba... pero decidí volver porque extrañaba a mi familia y a este lugar -volví a acercarme un paso-. Tiene tanto que admirar, extrañaba la belleza que había por aquí...
Mi sonrisa se vuelve una más pícara, mientras que ella me ve algo sorprendida. Pero para mí sorpresa, ella pasa de mí y sigue caminando.
-Suena lindo -comentó sin más.
La volteé a ver sintiendo algo en el pecho, no sabía lo que era pero me hizo sonreír. ¿Emoción, quizás? Era la primera vez que una chica pasaba así de mí. Pero no creía que fuera en serio o por mucho.
-Y lo es -caminé a su lado-. Y dime, Jin ¿qué es de ti y de tu clan? ¿Algo nuevo?
La vi de reojo como parecía tensarse pero trataba de mantener la calma y su actitud helada.
-Todo está bien, no hay nada especial que decir sobre nada -respondió encogiéndose de hombros.
-¿Ni sobre ti? -negó simplemente-. Vaya, pues no has cambiado.
-¿Eh? -ella por fin me mira.
-Digo, tu actitud... sigues igual a cómo te recuerdo o quizás hasta un poco más seria -reí levemente y ella rodó los ojos, entonces cambié mi postura-. Pero... no puedo decir lo mismo de lo demás.
Ella me mira sorprendida pero antes de poder decir algo me giré a ella y la acorralé contra una pared de una casa, escondidos de los demás. Ella mira a sus lados preocupada de que nos vieran pero al ver que eso no pasará me mira con el ceño fruncido.
-¿A qué estás jugando, Dylan? -espeta.
-No juego a nada... Jin... -susurré su nombre de una forma seductora apropósito que la hizo estremecerse y que yo lo notara-. Solo estoy siendo honesto, te ves tan bien que debía decírtelo.
Di una rápida repasada visual a su cuerpo entero y sonreí.
-¡Hm! -vi un ligero y casi invisibles rubor en sus mejillas pero luego cierra los ojos y me aparta con un brazo-. Pues guarda tu honestidad y mantente a raya.
Iba a decir algo pero me detuve en seco al ver un atisbo de furia en sus ojos... No esperaba que esto la enojara tanto, debería parar por ahora. Ella se fue aprovechando que estaba desconcertado pero rápidamente reaccioné y la tomé por la muñeca antes de que se fuera, pues quería saber qué es lo que le pasa conmigo.
-Jin, espera...
-¿Qué? ¿No tienes nada mejor que hacer que molestarme justo a mí? -soltó molesta.
-¿Qué ocurre? Recuerdo que antes de irme tú y yo nos habíamos hecho amigos, ¿qué cambió?
-Nada cambió, tú te has hecho ideas equivocadas solito. Así que déjame en paz.
Ella se va apartando su mano bruscamente, me dejó anonadado. Se aleja de mí y yo solo pude verla irse, pero noté cuando se detuvo y ayudó a un vendedor de fruta cuando su carrito se le había caído. Noté la sonrisa que le dedicaba y la amabilidad cálida con la que trataba a ese hombre, ¿por qué conmigo es diferente?
-Gracias, Reina -dice aquel hombre.
Eso me ha sorprendido por pocos segundos cuando tuve un leve recuerdo que me hizo recordar cuando supe que su clan tenía la costumbre de decirles Rey o Reina a sus líderes. Le quedaba bien ese título. Solté un bufido y pasé a ignorarla a ella y a nuestra situación, era estresante tratar con quien no quiere saber de ti.
-¿Huh? -miré a un lado cuando dos chicas murmuraban sobre mí.
-Sí que es muy guapo... -escuché a una de ellas.
Decidí cambiar mis planes y sonreí con arrogancia mientras me acercaba a ellas para... saludar.
-Buenas noches, señoritas... Me apena decir esto pero acabo de llegar, no tengo un lugar para quedarme... ¿alguna me haría el favor de ayudarme? Le prometo recompensarla por esta ayuda.
Ambas se miran entre sí, notándose el brillo de emoción en su mirada. No tardaron en tomar mis brazos.
-Ambas vivimos juntas, solo nosotras -habla la pelinegra.
-No tenemos ningún problema en ayudarte ambas -sonríe seductora la pelirroja-. Si te agrada la idea.
-Me parece perfecto... -respondí.
Los tres sonreímos mientras me guiaron por el clan hasta su casa. Estaba seguro que esta noche merecería la pena.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro