Capítulo 28
Narra Dylan
Miré al hombre frente a Jin con severidad mientras él bajaba la mano que intentó tocarla. Me miraba con el ceño fruncido y Jin estaba sorprendida de verme aquí y nerviosa.
-¿Quién eres? ¿Cómo pasaste a los guardias? -pregunta aquel hombre mientras yo me acercaba.
Lo ignoré, agarré a Jin del brazo y la atraje hasta mí para apoyar mi mano en su mejilla y revisar de que este tipo no le haya hecho nada.
-¿Estás bien? -pregunté por lo bajo, ella asiente suspirando cabizbaja-. Debiste decirme lo que estaba pasando.
-No quería involucrarte. Además, puedo sola, no tienes que preocuparte -respondió ella. Me reí un poco por su terquedad.
-Sé que así es, pero... no quiero que estés sola, quiero estar contigo, reina -besé su frente y ella sonríe un poco sonrojada.
-¡Oye! No te atrevas a ignorarme, cuervo carroñero.
Rodé los ojos porque aquel sujeto estaba interrumpiendo mi momento con mi novia. Era molesto.
-Escucha, Will. Lo que pasó en ese entonces no significó nada, tú te aprovechaste de mí y eso nunca te lo voy a perdonar. Así que deja esa estupidez de que eres el único porque no lo eres. Y aquí tengo la prueba suficiente.
Sonreí de lado apoyando mi brazo sobre los hombros de Jin quien igualmente sonríe. Will nos mira a ambos, analizando todo lo que pudiera pero yo no iba a quedarme en silencio.
-Ahora... ¿Quién se supone que eres? ¿Y qué quieres con mi reina? -pregunté severo.
Aquel tal Will aprieta los puños con fuerza pero luego se cruza de brazos, aparentando tranquilidad. Mis alas se estremecieron sintiendo el peligro que emanaba de él, instintivamente cubrí levemente a Jin con ellas.
-Pasemos al plan B... -lo escuché murmurar, evitando mis preguntas.
Abrí los ojos de par en par en el mismo instante en que cubría a Jin completamente con mis alas. Sentí tanto dolor en mis alas y cuerpo que solté quejidos y caí al suelo de rodillas, aunque Jin intentó sujetarme.
-¡Dylan! -la escuchaba como si estuviera lejos de mí.
Mi vista se tornó borrosa pero noté como Will se acercaba a nosotros con una sonrisa y luego un par de alas negras frente a mí. Sujeté la mano de Jin de inmediato.
-Jin... espera... -murmuré.
Por las ventanas rotas y la puerta entraron más águilas con armas. Nos acorralaron y apuntaron sus flechas a nosotros.
-Will, ya basta. Este no es y jamás será tu clan. Aunque me mates, mi gente nunca seguirá tus órdenes.
-Entonces... hay que enseñarles -su sonrisa me alertó-. Mátenlos a ambos.
Agarré a Jin por el brazo y la cubrí de nuevo, volviendo a llevarme la peor parte. Escupí algo de sangre y aún así me mantuve firme. Jin acuna mi rostro entre sus manos, preocupada por mí.
-Dylan, basta... -noté unas lágrimas en sus ojos-. Esta es mi responsabilidad, no la tuya.
Negué con la cabeza, sujeté su mano con suavidad antes de intentar levantarme adolorido, la tomé por la cintura y miré a todos los presentes que me veían sorprendidos por aún estar vivo. Volvieron a disparar pero creé ráfagas de viento con mis alas que detuvieron las flechas y algunas fueron devueltas. Aproveché esa distracción para correr hacia la ventana y lanzarnos por esta. Jin extiende sus alas al saber que yo no podría hacerlo, nos alejamos bastante pero empezaron a perseguirnos.
-¡Agh! -unas cadenas alcanzan las alas de Jin pero aún así se esforzó para seguir-. Sujétate.
Ella apretó los dientes con fuerza, me preocupé por sus alas pues no me imaginaba el dolor por el que pasaba. Seguramente pensaba que estaban por ser arrancadas de su espalda.
-¡Tsk! -llegó hasta un punto en el que no pudo soportarlo más.
Sus alas se debilitaron solo un segundo y las águilas lo aprovecharon para jalar de ella hasta que por el impulso terminó soltándome.
-¡Dylan!
Caí sobre unas cajas de madera que se rompieron enseguida, hice muecas de dolor pero aún veía como más cadenas aparecían en ella sujetándola por los brazos y piernas.
-¡No! ¡Dylan! -Jin forcejea pero consiguieron arrastrarla hasta dentro de la casa principal nuevamente.
Estaba al borde de la inconsciencia, no podía sentir mi cuerpo ni mis alas. Pero percibí cuando alguien me sujetó y me arrastró fuera de las cajas destrozadas antes de levantarme.
-Vamos con tu hermano... ahora -distinguí a Mark.
-Jin... -murmuré apenas audible. Quería ir con ella.
-Recibiste más de veinte flechas, no harás nada antes de que te curen esto.
Alzó vuelo acompañado de unos cuantos guardias que nos protegieron de los que venían hacia nosotros. Volamos hasta el clan donde todos se espantan al verme en aquel estado. Rápidamente fueron a por Jayd, mientras a mí me llevaron al hospital.
-D..Dile a Jayd que... dgh... no vaya tan a la ligera... hmg... las águilas son un verdadero peligro... -hablé entre quejidos de dolor antes de que los médicos me llevaran.
Mark asiente comprendiendo y me deja en manos de los médicos que rápidamente me atendieron de urgencia. Finalmente, había cedido al dolor y me había quedado inconsciente mirando el techo del hospital.
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