-Bien entendido, lo tendré todo listo para fin de mes -responde Rod, con quien estaba hablando por llamada.

-Perfecto, entonces eso es todo por hoy -respondí.

-Oye, hablando de fin de mes... Te recuerdo que solo te quedan dos semanas para cumplir con el reto.

No sé si es por su insistencia o por algo más que me está comenzando a fastidiar todo esto de la estupida apuesta con él. Es desesperante y agotador.

-Y como veo que no está pasando nada entre ustedes... será mejor que vayas preparando a las chicas para mí y mi dinero porque estoy seguro de que ganaré -habla burlesco y triunfante.

-Ya te lo dije... yo nunca pierdo -aseguré-. Y es más, estoy tan cerca de conseguirlo que me sobrarán días del mes.

-Uy sí, muy creíble.

-Piensa lo que quieras, no me importa -empecé a escuchar pasos de tacón-. Te llamaré más tarde.

Colgué la llamada junto cuando Jin entra a mi oficina de aquí en casa y deja unos papeles en mi escritorio.

-Los documentos de la semana, ya están revisados y completos -hablaba sin mirarme y con una voz monótona que me causaba gracia.

Luego de lo que pasó aquel día con los cazadores y la situación en el hospital de su clan, ella trataba de evitarme en cualquier momento, lo cual, era irónico y gracioso ya que por temas del trabajo tiene que venir seguido a mi casa y es por eso que ya le di una copia de la llave. Esto era aún mejor.

-Genial, todo está perfecto -sonreír dándole una ojeada a las páginas.

-Bien, entonces he acabado con mi turno. Debo irme.

Ella intentó irse lo más rápido posible, me levanté y la alcancé en la sala antes de que consiguiera salir de aquí.

-Espera, Jin, ya es muy tarde ¿No prefieres quedarte? -sugerí.

-Estaré bien, nos vemos.

La agarré por la cintura para detenerla pero ella saca sus alas para empujarme con estas y vuela hasta el techo del departamento para alejarse de mí. Como dije alguna vez, el departamento era muy amplio, hasta había espacio para volar un poco.

-¿Es en serio? -la miré incrédulo. Ella solo se encogió de hombros tratando de evadir la sonrisa.

-No quiero tomar riesgos -respondió-. Contigo nunca se sabe.

Resoplé y me acerqué al bar para servirme un trago.

-Tomemos una copa -comenté.

-¿Contigo? No me fío.

-Oh por Dios, no me gusta aprovecharme de mujeres ebrias. Después me dan problemas -rodé los ojos.

Eso, en realidad era cierto. No me gustaba el sexo con borrachas, además de que lo hacen peor, después arman un escándalo o se ponen a vomitar.

-¿Debo creerte?

-Me da igual -bebí un poco-. Yo solo te estoy ofreciendo una copa, que tú bebas más que eso ya queda a tu cargo.

Jin se me queda mirando, analizando la situación y mis palabras, pero luego baja hasta el suelo para acercarse a mí.

-Bien, solo una copa.

Sonreí, le pasé una copa y le serví de uno de mis tragos favoritos.

-Salud.

***

***

-De verdad que tú... eres un mujeriego idiota -Jin ya estaba arrastrando las palabras. Me reí entre dientes y tomé nuevamente de mi copa.

-Auch, eso duele ¿por qué lo dices? -bromeé.

-Es que ess... la verdad.

-Sí, bueno... La verdad es que ya estás muy ebria, así que será mejor que me devuelves eso y dejes de tomar -le arrebaté la copa y de inmediato se quejó.

-¡Hey! Eso es mío... ¡Hip!

En serio que no era mi intención emborracharla, pero después del primer trago creyó que podía beber más que yo y terminó tomando siete copas más. Ella no tiene la misma resistencia que yo, por lo que se embriagó rápido y yo aún estoy sobrio.

-En realidad esto es mío -respondí.

-No entiendo. ¿Por qué... ¡hip! si bebimos igual... tú estás ¡hip! ...bien? -cuestionó molesta.

-Bueno, Reina, en realidad es muy sencillo... -me incliné sobre ella-. Porque yo no soy un niño intolerante con poca resistencia al alcohol.

Jin hace un puchero que me pareció verdaderamente tierno sin esperarlo.

-¡¿Me acabas de llamar niña?!

-Lo he hecho -reí volviendo a beber.

-¡Idiota!

Me reí un poco, más cuando ella dejó caer su cabeza sobre la barra. Se mantuvo callada pero a la vez me observaba con detenimiento.

-Oye... no eres tan feo -comentó estirando su mano a mi rostro-. Será porque estoy ebria que pienso ¡hip! essso... -ella misma comienza a reír por su forma de hablar.

-¿Oh, de verdad? ¿No piensas que soy guapo cuando estás sobria? -pregunté enarcando una ceja.

-¡No! Tú no eres gua..¡hip!..po -respondió.

-Ya veo.

Miré el líquido en mi copa con resentimiento.
¡Agh! ¿por qué me molesta que ella piense eso? Tengo al resto de la población gritando lo contrario.

-Es en serio, tú... no eres guapo.

Hice una mueca de molestia y bebí de un golpe todo el interior de mi copa, pero entonces tuve que hacerme para atrás cuando sorpresivamente Jin se sentó en mi regazo, enrollando sus brazos en mi cuello.

-Eres... guapísimo. El hombre más hermosso, sexy y caliente del mundo entero -sentenció-. Desde que te vi ¡hip! por primera vez... me gustaste, y musho... ¡hip!

-¿Te gustaba? -pregunté sorprendido.

-¡Por supuesto! ¡hip! ¿Cómo no gustarme si lo tienes todo? -rió un poco desanimada-. Planeaba decírtelo... pero... Te fuiste.

Abrí los ojos de par en par.
Ella iba a decirme esto antes y yo me fui como un idiota que no lo sabía. ¿Cómo no me había dado cuenta? Supongo que por su forma tan inusual de tratarme. Pero ahora consiguió hacer que me arrepintiera de haberme ido.

-Me dejaste sola... ¡y luego tuvo que venir ese idiota!

Fruncí el ceño por su declaración, iba a preguntar a quien se refería pero siguió.

-¡Y después! Enterarme de que ninguna chica que te conociera no se haya ido sin antes tener sexo contigo... ¡Me molesta! Me hace querer arrancarte todas las plumas de la peor forma, además de enterrarte una espada en el cu...

-¡Okey! Creo que ya entendí.

Sonreí nervioso pues sabía que era muy capaz de hacerlo si de verdad quisiera. Pero lo que más me sorprendió fue saber que, definitivamente, está celosa.
Sonreí inconscientemente por saber aquello, nunca me lo hubiera imaginado. Pero reaccioné cuando escuché que comenzó a sollozar.

-¿Huh? ¿Jin? -traté de llamar su atención pero ella cubría su rostro.

-Yo... lo siento... -se disculpó por llorar e intentó bajarse de encima de mi regazo pero yo sujeté su cintura para evitarlo.

-¿Qué ocurre, Reina? -pregunté viéndola a los ojos.

-No es n..nada, en serio -insistió y trató de bajarse una vez más pero se lo impedí. Tomé su barbilla con delicadeza y la obligué a mirarme.

-Dime.

-Es que... recordé aquel paralizante y pensé en que esp pudo haber sido una bala... y si yo no lo notaba, tú estarías...

¿Ahora se preocupa por eso? Pasaron días.

-¿Te preocupaste por mí de verdad? -cuestioné arrogante, pero dejé de serlo cuando vi su expresión preocupada.

-Sí.

Abrí los ojos de par en par cuando me tomó por sorpresa hasta unir nuestros labios y besarme con intensidad.

Yo estaba en shock, pareciera como si este fuera mi primer beso porque no tenía idea de que hacer. Pero en vista de que ella no quería soltarme aunque intentara separarme, no pude seguir aguantando y sujeté su cintura con más firmeza para terminar tomando el control del beso.