Capítulo 8 La fiesta del desastre.
Al llegar a la grandiosa escuela de chicas de las Orquídeas Doradas, vi como habían chicas vestidas de diferentes formas y estilos: colores clásico rojos, negros , azules entre otros todas parecían muñecas entrenadas para conseguir una pareja y lo que mas llamaba la atención era no había ninguna alguna fea, todas parecían muñecas perfectas y maquilladas.
Mi mirada se centro en William, desde el fondo sentada lo veía incómoda como de pronto empezaba a sentir algo extraño dentro de mi una especie de nudo en el estómago al verlo bailar con Margotte ¿ Acaso era posible lo que estaba sintiendo? ¿Envidiaba a Margotte? No lo sabía realmente y tal vez si era envidia, se veían tan hermosos bailando juntos ella llevando un vestido ceñido al cuerpo de encajes, demasiado revelador para ser una profesora de secundaría y tenía su larga cabellera hecha un moño encima como si le fueran a colocar una corona por ser la mas bonita de la noche y lo que mas resaltaba en ella: estaba exhibiendo aquello enormes pechos con un hermoso collar de brillantes tan caro, eran como dos figuras perfectas bailando con ritmo al compás de la música.
A diferencia a mi que la pubertad me pegaba de manera defectuosa y siendo un "chico" no podía bailar con William, en cambio me tocó bailar con una chica más alta que yo y posiblemente ella tenía mi edad pero no quería preguntarle para no deprimirme y esta chica que no dejaba de deslizar su mano hacia mi trasero ademas de susurrarme cosas lascivas, como me haria un oral de diferentes formas me sentía intimidad y asustada hiperventilando y deseando que la canción acabara lo mas rápido, al terminar el vals inmediatamente me separe lo mas rapido que podía y vi a Margotte dirigiéndose hacia mí; jamás me había sentido tan feliz de verla y siendo ella la persona que me salvó de aquella chica, me tomó del brazo sonriendo, sentía como me llevaba en las nnubes y me sujete con fuerzas: "exitosamente" había sobrevivido mi primera canción en aquél baile incómodo.
— Ven, te tengo un regalo— dijo llevándome del brazo rápidamente a través de la gente, al llegar luego que terminara la pieza de un vals de vilvaldi. Subimos las escaleras centrales, hacia el pasillo enorme y pomposo de decoración Barroca y abrió una habitación continua.
—entra y desnúdate.- ordenó ella empujándome hacia dentro y cerrando por dentro con llave, yo estaba sorprendida y nerviosa
- ¿ pero que demonios dices? — acercándome a la pared mientras me tapaba mas mi cuerpo que aun seguía con la ropa puesta ella me miró fijamente, su mirada me daba temor como aquél ratón que sabe que sera sacrificado.
- hazlo Angeline, te tengo una sorpresa.— dijo ella sonriéndome pícaramente ¿sorpresa? ¿ella? — mira ten un vestido, te lo manda un pequeño amigo suyo—, dijo guiñando su ojo y sacó de una caja de regalos un vestido de fiesta: era de una delicada blonda floreada, color rojo escarlata en el top y luego en la cintura era pomposo con el corte de princesa y estilizado jamás había visto un vestido tan hermoso de cerca, era tan suave y delicado cosa que no combinaba conmigo.
— pero yo no puedo usar esto— negaba sorprendida —soy un chico si no te has dado cuenta—. Dije levantando la ceja.
-venga, ve tengo un especie de... bueno es un moño largo de tu color de cabello y una máscara, esto es un baile de "máscaras" y solucionado el problema, ¿ves? así que cámbiate de ropa,¡ ah! tengo tambien tacones; estos si son de tu talla, mi pequeña cenicienta —agregó mientras mostraba unos tacones grandes color plateado con brillantes, enseguida ella salió de la habitación con su pequeña risita malvada de hiena y yo suspire; me había dicho que no me dejaría salir de aquí si no me cambiaba así que no tenía elección y a la vez me sentía intrigada, me desvestí y colgué la ropa y el vendaje... Yo tenía busto pequeño no era nada del otro mundo pero en las ultimas semanas, lo había visto crecer un poco aproximadamente casi llegando a copa B "la pubertad me anda atacando" .. pensé mientras cerraba el vestido y me coloque con torpeza esa peluca del mismo color de mi cabello natural, era tan larga pensaba acariciando el moño para peinarlo.
— tanto tiempo que no tenía el cabello tan largo— dije coquetamente mientras lo acariciaba como siempre lo hacía con mi anterior cabello, nunca me quitaba el colgante por lo que había ido con el camafeo debajo de la ropa y se veía tan hermoso ya que resaltaba con vestido, me coloque los tacones y salí de la habitación torpemente colocándome la máscara que era de color plateado con brillantina y lentejuelas a su alrededor.
-hola profesora Margotte— dije apenada mientras tapaba mis hombros con el cabello, el vestido era con la manga de unos hilos apenas y detras tenia toda la espalda descubierta en forma circular, me sentía como si estuviera desnuda arriba y ella se acerco a mi arreglandome con cariño y luego con un labial rojo lo apunto hacia mi.
- ven —dijo ella pintándome los labios—. ¡listo! con este es el toque final, así que vamos chiquilla — me arrastró a la fiesta y yo me sentía atemorizada: sudando frio como si fuera a ir al matadero.
— ¿Quién le dio mi talla de zapatos?— pregunte sonrojada viendo que podía caminar al menos con los zapatos que no se salían
—¿Quien crees? Ja, tu príncipe William – respondió ella entre risitas y al llegar al salón principal, mire a Aaron diciéndole algo a William mientas ambos me miraron de forma extraña, me sentía incomoda porque la mirada de William era fuerte y hacia que sudará más de lo que estaba haciéndolo hace un momento.
- hola chiquita. Eres pecosa por lo que veo— dijo Aaron coqueteando conmigo y yo lo mire sorprendida e incomoda arrugando la frente.
— ¿ que hago ?— Le susure a Margotte y ella me sonrió para hacerme sentir tranquila.
—te presento a mi prima Angeline—. Respondió, yo me sentía incomoda mientras ella sonreía cómodamente, ellos se darían cuenta de todo y adiós mundo.
- pero que linda chica, ¿que edad tienes? — preguntó coqueteándome mientras iba hacia mi, William lo tomo del cuello empujándolo hacia atrás.
- dejala puede ser tu hija—- agrego William sonando celoso. – ven Angeline tenemos que ponernos al dia, no te acerques a ese don Juan pedófilo— dijo William tomándome del brazo para bailar juntos.
-¡ pero si tenemos la misma edad William! —Protesto Aaron molesto a William mientras nos alejábamos.
- te ves hermosa,— dijo alagándome susurrándome al oido.
- gracias. – respondí apenada. mientras desviaba mi mirada hacia otro lado.—- pero.. —
- ¿puedo hacer algo? Preguntó mientras tomaba mi cintura y con el ritmo de la música yo bailaba algo torpe de los nervios que tenía.
— ¿que cosa? Pregunté apenada mientras lo miraba a los ojos, se acerco hacia mis labios y no sé porque tuve el impulso de ponerme de puntillas haciendo que él se agachara más para llegar a mi altura, en se momento me beso con delicadeza y poco a poco deslizando su mano por mi espalda y la pasión fue aumentando dentro de mi, pero se apartó rápidamente.
- lo siento fui tu primer beso y espero ser tu primer amor. —Dijo de forma galante.
- presumido, debería mas bien llamar a la policía— respondi mientras me apartaba con distancia de él, pero me devolvía hacia su pecho.
- pero no te apartaste en el beso , podias rechazarlo, estaba en la opción — agregó de forma galante, mientras me acariciaba la mejilla.
-¡ te odio!— pronuncié mintiéndome a mi misma, apartándome de nuevo y él me devolvío hacia su cuerpo esperando que terminara el baile.
.. la verdad no es así y lo sabes te he visto en clases.— respondio con una sonrisa y me dio una vuelta devolviéndome hacia su pecho.
¡- eres un viejo pedófilo!- le dije intentando colocar la voz como si estuviera realmente molesta.
- lo se. Puede que lo sea, pero no es mi culpa, es solo te volviste en una señorita hermosa y no son muchos años de diferencia- dijo el mientras acariciaba mi peluca y se volvió a acercarse a mí para besarme y yo me aparte incómoda de los nervios ya que estábamos dando un espectáculo frente a todos, pero después logró besarme el cuello haciéndome erizar.
– ese peinado te queda lindo— bromeó.
— déjame en paz — respondi avergonzada sintiéndome que todos me miraban y aunque no era así, era lo que sentía.
- yo... te llevo varios años y no esta bien visto, lo se Ange.—
Por dentro de mi solo decía "por favor no te detengas".
Sentí una voz detrás de mí.
- es hora del cambio de pareja— nos interrumpió d Andy apenado, con un chica algo extraña colgada de su brazo, era la misma chica que había bailado conmigo y ella al ver a su nueva pareja, se le lanzó en los brazos a William llevándolo al centro de la pista y observe a William mirándome sorprendido yo me hundí entre hombros sonriendo y me fije en el chico de mi lado, era Andy y le sonreí avergonzada.
— lo siento por interrumpirlos, pero nadie quería cambiarme a la chica, y me tenía bastante incomodo, compadezco a William pero creo que él lograra controlarla mejor que yo— dijo sonriéndome apenado y rascando su cuello, era la primera vez que me dirigía la palabra en tanto tiempo.
- oh si ella es extraña— respondi nerviosa y él se quedó mirándome a los ojos, huyendo de su mirada que me escrudiñaba nerviosa me interrumpió.
¿ Quieres... bailar?— Preguntó nervioso.—. lo digo por si ella viene, en verdad me da miedo—. Agrego.
— no hay problema —respondi y tomándome de la mano con delicadeza me llevo al centro de la pista.
Colocando su mano en mi cintura y tomándome de la mano con gracia, bailamos como si fuera la última pieza, no podía ocultar que él tenía la habilidad de hacerme bailar con gracia y era un bailarín nato. Era algo que no había visto nunca de él, ya que el baile no era algo que dos chicos hicieran comunmente, los dos estábamos en silencio, yo sentía su mano en mi cintura, su peso, sentía su respiración y el latir de su corazón al mismo tiempo que el mío.
Me sentía extraña, era incomodo estar bailando como una chica con mi mejor amigo y él me apartó el cabello con delicadeza.
- ven hacia acá—. Tomando mi mano con sutileza, extrañamente ella encajaba en la suya, su mano era grande pero protegía a la mía con delicadeza.
Salimos hacia un balcón cercano cercano y calmado, con vista al jardín central yo mire sorprendida tanta belleza, era hermoso con de flores y aarbustos adornados con luces de colores.
-—tenía calor, demasiada— se excusó sonriéndome mientras se aflojaba un poco el corbatín de manera relajada y se apoyó del muro, yo también me recoste a su lado mientras le sonría y sentía la brisa fresca en mi mejilla.
— Te me haces conocida.. —
— No, lo creo — respondí huyendo de su mirada y me agarro del mentón y me miró fijamente observando mis ojos .
— ¿Te molesta que te diga algo? Pregunto con seriedad y yo negué con la cabeza asustada, "¡demonios me descubrió!" Pense y se acercó.
— te me pareces una pequeña calabazita —- se burlo y me sonroje completamente, con una sonrisa en su rostro tomándome del mentón se bajo y con delicadeza sus labios tocaron los mios.... ¿Andy... Que demonios haces? Pensé cerrando los ojos y sintiendo como me rodeaba con sus brazos, yo me sentía que iba a explotar de las emociones que sentía, si corría se daría cuenta que era Angeline o mejor dicho que no yo que estaba como una chica pero mentía en el colegio diciendo que era niño, No sabia que hacer.
Todo se empezó a sentir extraño, él besándome con delicadeza senti su lengua juguetear con mis labios, la sensación extraña mi estómago era un vuelco de emociones, las piernas me temblaban y estaba empapada de sudor, pero no podía detenerme.
Sus besos eran algo apasionados pero sutiles con suavidad, ya no era aquel muchacho que me levanto del piso con el cabello lleno de rizos y unos granos en su cara, en este momento era ya un adolescente alto y con cuerpo atlético, diferente a hace unos años, tomándome de la cintura con sus dos manos, sus besos iban acompañados de caricias en mi espalda, nos seramos sin aliento y nos miramos incómodos .
— lo siento, no se que me paso— se disculpo pasando nervioso sus manos por su cabello — te me haces conocida y no puedo evitarme..., tus ojos son tan no se como describirlos.. ¿cual es tu nombre? — Preguntó mientras me tomaba del brazo esperando una respuesta..
— yo, creo que debería irme.—.. dije apenada por lo que había pasado, había besado a mi mejor amigo sin darme cuenta que hacía unos momentos había besado a William ahora con Andy ¿Que demonios me pasaba? podía sentir las sensaciones vivas en mi piel comparando la boca de Andy con la de William y sentía como el corazón me iba a estallar de la ansiedad.
Me sentí extraña y lo mas normal que podía hacer era ir a correr hacia la fiesta buscando mis cosas en mi habitación, tropezándome por culpa de los tacones por 2da vez en la vida con Aaron y casi cayendo al piso, pero de inmediato me atrapo en sus brazos: un escenario distinto al de la primera vez.
— lo siento doncella, déjame ayudarle hermosa pecosa - dijo mientras me sostenía fuertemente, a lo lejos pude ver aun a Andy y nerviosa me incorporé y lo aparté de mi.
— lo siento me tengo que ir la culpa es mía—, es diferente como te tratan cuando eres mujer, corriendo hacia la habitación perdiendo la mascara entre la multitud, estaba a salvo y ya nadie me veía. Me coloque mi ropa normal y salí de alli guardando todo en la misma caja donde vino.
Desde la escalera mire a las parejas formadas y los grupos hablando con otras chicas, por otro lado pervertidas acosando a los chicos, pero a decir verdad todos se divertían bajando las escaleras me encontré con Inred y sonreí aliviada que no era ni Andy, ni Aarón o William.
— Tenía rato que no te veía— dijo mientras me daba un vaso con ponche.
—-mi mamá me había llamado por teléfono— respondi tomando el ponche evitando lucir sorprendida
— tus pecas salieron mas a la luz — agregó con una sonrisa pícara.
— Yo creo que por el calor.— Respondí nerviosa, me miro y empezó a reírse.
- ¿tanto se notan? pregunte sonrojada tocando mi rostro preocupada..
- tan joven y ya es un hombre, bien hecho mi muchacho pero acomoda tu ropa que te la abotonaste mal la camisa - dijo mientras se dirigía hacia mi y me arreglaba los botones.
¿Qué es lo que estas pensando Inred? ¡demonios! Pensé sonrojandome mas.
— aunque yo lo hice cuando tenía unos 15... fue algo extraño, pero me gusto ¿A ti te gusto? Preguntó sonriéndome..
— un momento... ¿eso? ¿estás pensando en eso? — le pregunte casi gritando sonrojada.
- tienes toda la boca llena de pintura roja, es eso o que estabas peleando con un payaso y él te venció—
- pe..pero...—dije tartamudeando nerviosa
— ¿usaste protección? mas te vale, no quiero un sobrino tan joven— se burlo y me sonroje mas.
-pero yo ...—
- tranquilo eso es natural..— mire de pronto a Andy que paso cerca corriendo buscándo al parecer a mi aún , yo me sentía mal por verlo desesperado, pero no podía explicarle la situación...
No podía decirle nada.
- chistoso.. otro mas que peleaba con un payaso, hace poco vi a William bueno... el profesor Williams y tenía los labios pintados del mismo rojo.— se burlo y me miró y negó con la cabeza y volvió a verme inspeccionándome.
- debe ser el ponche. —
- claroooo... "el ponche"—
- a las chicas les gusta el color rojo... Sabes.. es muy sexy... ponche— dije nerviosa
- ya veo.— se burlo y siguió bebiendo el ponche mirándome, mejor me atragantaba de ponche y me callaba antes de seguir arruinando todo.
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