Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

36. Puntaje mayor.

El abogado de Yoongi ajustó su corbata antes de dirigirse al estrado. Con voz firme y mirada tranquila, llamó:

—El siguiente testigo, Park Jimin.

Jimin avanzó con pasos inseguros, su cuerpo temblaba ligeramente, pero no dejó que eso lo detuviera. Respiró profundamente antes de tomar asiento.

—Señor Park, ¿puede contarnos sobre su relación con el señor Min Yoongi? —preguntó el abogado con tono profesional, dándole espacio para expresarse.

Jimin alzó la vista, directo hacia Yoongi. Por un momento, las palabras parecieron atascarse en su garganta, pero logró responder:

—Yoongi es la persona que amo.

Un murmullo recorrió la sala antes de que la jueza levantara la mano para exigir silencio.

—Lo conocí por casualidad —continuó Jimin, su voz ganando fuerza—, y no me arrepiento. De hecho, dejé todo atrás por él, y lo volvería a hacer.

El abogado contrario se levantó de inmediato.
—Objeción, esto no demuestra que la relación fuera consensuada desde el principio.

La jueza asintió lentamente.
—Señor Park, céntrese en responder claramente las preguntas del abogado defensor.

Jimin respiró hondo.  —Claro, su señoría.

El abogado defensor retomó la palabra.
—Señor Park, ¿cómo describiría sus sentimientos hacia el señor Min cuando comenzó su relación?

Jimin sonrió de lado, mirando a la jueza directamente. —¿Usted recuerda dónde estaba el 8 de marzo? —preguntó, su tono lo suficientemente calmado para captar la atención de todos.

La jueza frunció ligeramente el ceño, pero negó con la cabeza. —No, no lo recuerdo.

—Era un viernes. —Jimin dejó salir una leve sonrisa nostálgica—. Seguramente estaba en casa, trabajando o quizá con su familia. Pero yo... ese día vi por primera vez al amor de mi vida.

El abogado contrario saltó de nuevo.
—Objeción, esto es puramente emocional y no tiene relevancia legal.

La jueza alzó una mano, deteniéndolo.
—Quiero escuchar lo que el testigo tiene que decir. Proceda, señor Park.

Jimin tragó saliva y continuó.
—Ese día, hace seis meses, dejé de ser el hijo de mi padre. Dejé de ser el novio que Taehyung esperaba que fuera. Dejé mi vida entera atrás...

Su voz se quebró un poco, pero él no dejó de hablar, mirando esta vez al público y luego a Yoongi.

—Entonces, señor Park —intervino la jueza—, ¿está diciendo que fue usted quien decidió alejarse de su vida anterior?

Jimin asintió firmemente.
—Así es, su señoría. A veces, para avanzar, hay que dejar cosas atrás.

El abogado contrario volvió a levantarse.
—¿Y cómo puede justificar que el señor Min no utilizó su influencia, siendo mayor que usted, para manipularlo o aislarlo?

Jimin giró hacia el abogado contrario, su mirada llena de enojo.
—¿Manipularme? —dijo con un tono desafiante—. Yo soy quien decidió irme. Yo soy quien tomó el primer paso. Min Yoongi nunca me obligó a nada, jamás.

Miró directamente a Yoongi, y esta vez las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas.

El silencio en la sala era absoluto. Incluso la jueza parecía estar procesando cada palabra que había dicho Jimin. Por primera vez en días, Yoongi dejó escapar una pequeña sonrisa. Aunque estaba cansado, esa sonrisa reflejaba la esperanza que había comenzado a perder.

El abogado defensor se acercó a Jimin con cautela, su voz serena pero firme.

—Señor Park, ¿podría contarnos cómo comenzó su relación con el señor Min Yoongi? ¿Porque asegura que no fue manipulado?

Jimin respiró profundamente, su mirada posándose sobre Yoongi por un momento antes de responder.

—Al principio, Yoongi era un desconocido —admitió con honestidad, sus manos temblando ligeramente mientras jugaba con los bordes de su camisa—. Pero... fue algo así como amor a primera vista.

Un leve murmullo recorrió la sala, pero Jimin continuó, sin dejar que lo detuviera.

—En cuanto lo vi, logró captar mi atención. Es elegante, atractivo y... —hizo una pausa, como si buscara las palabras correctas— muy masculino.

El abogado contrario se puso de pie rápidamente.
—Objeción, su señoría. Esto es una apreciación personal y no relevante para el caso.

La jueza levantó una mano, calmando el ambiente.
—Que el testigo continúe, pero recuerde enfocarse en los hechos.

Jimin asintió, con una leve sonrisa.
—Ese día decidí ir con él, aunque fuera un desconocido. Sé que suena impulsivo, pero... mi corazón se sentía en paz al seguirlo. Yoongi nunca me presionó. Jamás me obligó a nada. Simplemente me dio la opción, y yo la tomé.

El abogado defensor intervino.
—¿Dice que fue usted quien tomó la decisión desde el principio?

—Así es. Yo lo elegí. Elegí a Yoongi porque, incluso cuando no lo conocía, sentí que podía confiar en él, mi padre no es un buen ejemplo paternal, mi ex novio no tenía el valor de defender nuestra relación y Yoongi parecía ser diferente. —Sus ojos buscaron los de Yoongi, encontrándolos al otro lado de la sala. A pesar de la tensión, Yoongi le devolvió una leve sonrisa, como si en ese instante el resto del mundo desapareciera para ambos. —Parecía ser el hombre de mi vida.

•••••♥️•••••

La sala estaba casi vacía, el eco de sus pasos resonando mientras Jimin y Yoongi se encontraban en un rincón apartado, donde podían hablar por un momento antes de que los separaran nuevamente. Se abrazaron con fuerza, como si en ese instante intentaran detener el tiempo.

—Te dije que debías enamorarme —murmuró Yoongi, con una sonrisa amarga mientras lo soltaba—. Lo lograste... ahora puedes irte.

Jimin retrocedió ligeramente, confundido, sosteniendo un sobre que Yoongi acababa de poner en sus manos.

—¿Vas a dejarme? —susurró Jimin, su voz quebrándose, mientras miraba el papel entre sus dedos.

Yoongi asintió lentamente, sus ojos cargados de un peso que no se atrevía a expresar. —Es parte del trato.

—¿Qué trato? —preguntó Jimin, sintiendo un vacío formarse en su pecho.

Yoongi sacó un par de dados del bolsillo de su abrigo y los puso sobre mano de Jimin. —¿Quieres jugar? —dijo, con un tono que pretendía ser ligero, pero estaba cargado de melancolía.

Jimin lo miraba con incredulidad.
—¿Qué estamos jugando?

—Si tú ganas... —Yoongi hizo una pausa, respirando profundamente antes de continuar—, irás a Estados Unidos a estudiar. Aprenderás, crecerás... y regresarás para vivir a mi lado.

Jimin apretó las cartas en sus manos, con la garganta seca. —¿Y si tú ganas?

Yoongi lo miró, sus ojos oscuros, serios.
—Si yo gano... Me quedaré justo donde estoy, te dejaré ir.

El silencio se volvió insoportable. Jimin, incapaz de procesar lo que escuchaba, respondió con un amargo intento de risa:
—En ambas pierdes.

Yoongi desvió la mirada, con una ligera sonrisa que no llegó a sus ojos.
—Iba a perder más si no hacía esto.

Jimin lo miró, su corazón latiendo con fuerza. —Déjame ganar.

Yoongi alzó la vista, sosteniéndole la mirada por un instante antes de responder:
—Tenía planeado hacerlo.

Respiró profundamente y miro los dados mientras el silencio se llenaba con el sonido de su propio corazón.
—Puntaje mayor gana. —Concluyó, colocando dados sobre la mesa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro