28. Primera impresion.
La casa de la madre de Yoongi se podía apreciar a la distancia, enclavada en medio del campo, al final de un camino especialmente diseñado para llegar hasta ella. Jimin sentía una mezcla de nervios y emoción a medida que se acercaban.
—Esa es la casa de tu madre, ¿verdad? —preguntó Jimin, tratando de sonar casual mientras su corazón latía con fuerza.
—Sí, ahí es —respondió Yoongi con una sonrisa, notando la tensión en su novio.
En medio del camino, Jimin miró a Yoongi con una mezcla de determinación y deseo.
—Yoongi, ¿puedes orillar el carro un momento? —pidió, su voz un poco temblorosa pero decidida.
—¿Qué pasa, Jimin? —preguntó Yoongi, preocupado, mientras obedecía y detenía el coche en un área segura.
Sin decir una palabra más, Jimin se inclinó y comenzó a besar a Yoongi con una intensidad que lo tomó por sorpresa.
—Jimin, ¿qué haces? —preguntó Yoongi entre besos, tratando de recuperar el aliento.
—Intento tener intimidad antes de llegar a casa de tu madre —respondió Jimin, con una chispa traviesa en sus ojos.
—¿Qué? —repitió Yoongi, confundido pero intrigado.
—¿Y si ella me odia y nos separa? —dijo Jimin, sin dejar de besarlo—. Nunca más podríamos hacerlo.
Yoongi rió suavemente, atrapado entre la lógica y el deseo de su novio.
—Mi madre no es así, Jimin.
—No lo sé, pero quiero hacerlo aquí... —insistió Jimin, sus labios recorriendo el cuello de Yoongi—. Siempre he querido hacerlo en un carro.
Yoongi suspiró, su resistencia derritiéndose ante la pasión de Jimin.
—Está bien, Jimin, tú ganas —dijo, finalmente cediendo y devolviendo los besos con igual fervor—. Pero sabes que esto es una locura, ¿verdad?
—Eso es lo que lo hace emocionante —respondió Jimin con una sonrisa pícaramente.
Yoongi acarició suavemente la espalda de Jimin, sus manos explorando con cuidado y deseo. Los besos se hicieron más profundos, más urgentes. Jimin se movió, acomodándose en el asiento trasero, tirando de Yoongi con él.
—¿Siempre has sido así de travieso? —preguntó Yoongi, sus ojos brillando con diversión mientras se movía sobre Jimin.
—Solo contigo, Yoongi —susurró Jimin, su voz cargada de deseo—. Porque tú me haces sentir seguro y salvaje al mismo tiempo.
Yoongi se inclinó, atrapando los labios de Jimin en un beso apasionado, sus cuerpos moviéndose en perfecta sincronía. El ambiente dentro del coche se llenó de calor y deseo, cada toque y susurro alimentando la conexión entre ellos.
—¿Me amas? —Pregubto Yoongi entre besos, sus palabras curiosas y cargadas de emoción.
—Te amo, Yoongi —respondió Jimin, su voz ronca por la pasión.
Después de un rato, se detuvieron, sus respiraciones entrecortadas y sus corazones latiendo en sincronía. Se miraron a los ojos, sonriendo.
—Creo que nunca podré mirar este coche de la misma manera —dijo Yoongi, riendo.
—Eso es bueno, así siempre recordarás este momento —respondió Jimin, acariciando suavemente el rostro de Yoongi.
Mientras ambos se acomodaban la ropa, rieron y charlaron, aún envueltos en el calor del momento.
—¿Sabes? Realmente tienes un don para las ideas locas —dijo Yoongi, abrochándose la camisa.
—Solo trato de mantener las cosas interesantes —respondió Jimin con una sonrisa traviesa, mientras se ponía los pantalones.
De repente, un coche se orilló junto al suyo. Yoongi se congelaron al reconocer la escandalosa voz que salía de él.
—¡Yoongi! —exclamó una voz femenina y elegante—. ¿Qué están haciendo?
Yoongi y Jimin se giraron, encontrándose con la madre de Yoongi, elegantemente vestida, mirándolos con una mezcla de sorpresa y diversión.
—M-Mamá... —tartamudeó Yoongi, tratando de mantener la compostura mientras se terminaba de vestir—. Esto no es lo que parece.
—Oh, por favor! —respondió ella, riendo—. Soy tu madre, Yoongi, sé perfectamente lo que es. Pero, ¿en el coche? Realmente necesitas más discreción.
Jimin, avergonzado, intentó arreglarse el cabello y la ropa lo mejor que pudo.
—Hola, señora Min. Soy Jimin —dijo, tratando de sonar educado mientras su rostro ardía de vergüenza.
—Encantada de conocerte, Jimin —respondió ella con una sonrisa traviesa—. Supongo que podríamos habernos conocido en circunstancias menos... interesantes.
Yoongi suspiró, pasando una mano por su cabello.
—Vamos, mamá. Podemos hablar en casa —dijo, abriendo la puerta del coche—. Ya fue suficiente espectáculo por hoy.
La madre de Yoongi rió de nuevo mientras se dirigía a su coche.
—Oh, no hay problema, chicos. Estaban simplemente... admirando el paisaje, ¿no? —dijo, lanzándoles una mirada cómplice—. Yoongi, siempre fuiste tan apasionado. ¡Casi parece que vuelves a ser un adolescente!
Jimin se sonrojó, pero no pudo evitar soltar una risita nerviosa.
—Sí, eso es exactamente lo que estábamos haciendo... admirando el paisaje —dijo Jimin, tratando de seguir el juego.
—Y qué paisaje tan hermoso, ¿verdad? —respondió ella con un guiño.
Yoongi negó con la cabeza, aunque no pudo evitar sonreír.
—Está bien, está bien. Nos vemos en casa, chicos. Y por favor, terminen de vestirse —dijo antes de arrancar el coche y seguir su camino.
Jimin y Yoongi se miraron, aún sintiendo el calor del momento y la vergüenza de haber sido sorprendidos.
—Bueno, eso fue... interesante —dijo Jimin, intentando recuperar la compostura.
—Sí, definitivamente lo fue —respondió Yoongi, riendo suavemente—. Pero al menos, ya tienes una primera impresión memorable con mi madre.
—Muy memorable, diría yo —dijo Jimin con una sonrisa, tomándolo de la mano—. No puedo creer que nos haya visto así —murmuró Jimin, todavía tratando de procesar la situación—. Qué vergüenza...
Yoongi, mientras ajustaba su cinturón, lanzó una mirada tranquilizadora a Jimin y sonrió.
—Tranquilo, Jimin. Mi madre no es como te imaginas —dijo, tratando de calmarlo—. Es una mujer increíble y siempre ha sido mi cómplice en cada locura. Te aseguro que no nos juzga.
Jimin levantó la vista, aún con el rubor en sus mejillas.
—¿En serio? Porque me siento como un adolescente atrapado por sus padres...
Yoongi soltó una risa suave y se acercó a Jimin, tomando su mano.
—Te prometo que no tienes de qué preocuparte —dijo Yoongi, con una voz reconfortante—. Mi padre siempre fue el imponente, el de ideas cerradas. Pero mi madre... ella supo que era gay antes que yo mismo.
Jimin intentó sonreír, pero la incomodidad seguía latente.
—¿De verdad crees que nos aceptará así? —preguntó, buscando más seguridad en las palabras de Yoongi.
Yoongi asintió con convicción.
—Estoy seguro de ello —respondió—. Ella va a adorarte, lo sé.
Jimin respiró hondo, tratando de calmar los latidos acelerados de su corazón.
—Gracias, Yoongi. Tus palabras me tranquilizan un poco. Pero aún me siento tan avergonzado...
Yoongi acarició suavemente la mejilla de Jimin y lo miró a los ojos.
—Y eso es lo que me encanta de ti —dijo con una sonrisa—. Tu honestidad, tu sensibilidad y sobretodo tu sensualidad. Pero confía en mí, todo estará bien. Ella va a quererte tanto como yo.
Finalmente, ambos terminaron de vestirse y se prepararon para seguir su camino. Yoongi tomó la mano de Jimin y le dio un apretón reconfortante.
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En una oficina lujosamente decorada, el padre de Jimin, se sentó frente a Taehyung, nervioso. La culpa lo carcomía, y las palabras de Taehyung, aunque reconfortantes en su seguridad, lo inquietaban profundamente.
—¿Estás seguro de que esto funcionará? —preguntó Park, su voz temblorosa.
Taehyung asintió con una mirada decidida.
—Sí, señor Park. Jimin necesita ver que esta dispuesto a cambiar, a hacer cualquier cosa por recuperarlo. Debe ver su arrepentimiento y su amor sincero.
El padre de Jimin suspiró, pasando una mano temblorosa por su cabello canoso.
—No puedo soportar más la culpa. Lo que le hice... —su voz se quebró—. Haré cualquier cosa por recuperar a mi hijo, aunque estas ideas me asusten.
Taehyung sonrió, lleno de determinación.
—Lo sé, y él también lo sabrá. Confía en mí, señor Park. Tenemos un plan, y juntos, vamos a traer a Jimin de vuelta a tu vida.
Park asintió, resignado pero con una chispa de esperanza.
—Está bien, Taehyung. Haré lo que sea necesario. Solo quiero a mi hijo de vuelta.
Con una última mirada de determinación compartida, Taehyung y Park comenzaron a detallar el plan, uniendo sus fuerzas en un intento desesperado por reparar el pasado y recuperar a Jimin.
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