26. Excelentes gustos.
Jimin y Yoongi estaban en su habitación, haciendo las maletas. Jimin no podía evitar sentir un nudo en el estómago. La idea de conocer a la madre de Yoongi lo ponía nervioso. ¿Y si no le agradaba? ¿Y si no lo aceptaba? Trató de calmarse, pero su mente seguía dando vueltas.
—¿Qué pasa, Jimin? —preguntó Yoongi, notando la inquietud en su novio—. Has doblado esa camiseta como tres veces.
Jimin soltó un suspiro y se dejó caer en la cama, mirando al techo.
—Es que... no sé cómo reaccionar, Yoongi. Conocer a tu madre es algo importante, y no quiero arruinarlo.
Yoongi sonrió y se sentó junto a él, tomando su mano con firmeza.
—Lo harás bien, Jimin. Eres increíble, y mi madre lo verá en cuanto te conozca, ella es muy abierta y diferente.
Jimin asintió, tratando de convencerse a sí mismo. Aunque estaba agradecido por la confianza de Yoongi, la ansiedad no desaparecía del todo. Pero, pensó, cualquier cosa era mejor que convivir con Seokjin.
—Todo es mejor que estar aquí con Seokjin —murmuró Jimin, casi como si estuviera hablando consigo mismo. —Odio que este alrededor tuyo.
Yoongi le apretó la mano y se inclinó para besar su frente. —Me encanta que me celes.
—Eres demasiado como para dejarte ir. —Murmuro aceptando el beso.
—Lo sé. —Alardeo, con una sonrisa cínica.
Jimin se levantó de la cama, sintiéndose un poco más aliviado por las palabras de Yoongi. Comenzó a empacar de nuevo.
Una vez que terminaron de empacar, bajaron las escaleras con las maletas en mano. Seokjin estaba en la sala, mirándolos con una expresión indescifrable. Jimin intentó ignorarlo, concentrándose en Yoongi y en lo que venía.
—Nos vamos, Seokjin —dijo Yoongi, con un tono neutral—. Estaremos fuera unos días. Hay comida en la nevera.
Seokjin asintió, y aunque no dijo nada, su mirada siguió a Jimin hasta la puerta.
—Gracias por esto, Yoongi —dijo Seokjin suavemente—. De verdad lo aprecio.
Yoongi no respondió de inmediato. Solo le dio una pequeña sonrisa antes de salir de la casa con Jimin. Una vez en el coche, Jimin dejó escapar un suspiro de alivio.
••••••♥️••••••
Jimin miraba la carretera detenidamente, sus pensamientos iban y venían, todos centrados en Seokjin. La inseguridad lo invadía, haciéndole sentir un nudo en el estómago. Sin poder contenerse más, murmuró:
—Es atractivo...
Yoongi, quien estaba al volante, sonrió y le lanzó una mirada rápida pero significativa.
—Es porque tengo excelentes gustos —respondió con una sonrisa traviesa—. Solo mírate, eres jodidamente sexy.
Jimin soltó una risa nerviosa, pero sus pensamientos seguían nublados por la incertidumbre.
—Yoongi... —comenzó Jimin, eligiendo cuidadosamente sus palabras—. Cuéntame más sobre Seokjin. ¿Qué fue lo que pasó entre ustedes?
Yoongi apretó un poco más el volante, su mirada fija en la carretera.
—Fue mi primer amor —dijo finalmente, con un tono neutral—. Tuvimos una relación intensa, pero complicada. Seokjin siempre quiso que nuestra relación fuera pública, pero yo no estaba listo para eso en ese momento.
Jimin asintió, intentando no parecer demasiado ansioso.
—¿Y qué pasó al final?
Yoongi suspiró, su voz se volvió un poco más baja.
—Seokjin se cansó. Me dejó una nota y se fue.
La tensión en el coche era palpable. Jimin podía sentir el peso de las palabras de Yoongi y, aunque parte de él entendía la situación, no podía evitar sentirse inseguro.
—¿Todavía sientes algo por él? —preguntó Jimin en voz baja, casi temiendo la respuesta.
Yoongi le lanzó una mirada rápida, llena de sinceridad y seguridad.
—No, Jimin. Lo que tuvimos fue real, pero es parte del pasado. Ahora te quiero a ti, y solo a ti.
Jimin asintió, intentando dejar de lado sus celos e inseguridades. Sabía que debía confiar en Yoongi, aunque la presencia de Seokjin en sus vidas lo hacía todo más complicado. Sin embargo, las palabras de Yoongi le daban una cierta paz.
El resto del viaje transcurrió en un silencio cómodo, con Jimin apoyando su cabeza en el asiento, reflexionando sobre todo lo que había escuchado y tratando de encontrar un equilibrio en sus emociones.
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