09. Juegos a media noche.
A lo largo del día, Yoongi se encontró trabajando sin cesar, pero su mente estaba en otro lugar. Cada tarea que tenía entre manos se veía afectada por la imagen de Jimin, quien lo esperaba en casa.
A pesar de estar rodeado de informes y papeleo, los pensamientos de Yoongi siempre regresaban al menor.
Recordaba su sonrisa encantadora, su voz suave y la forma en que se había mostrado valiente y decidido desde que llegó a su vida.
En medio de reuniones y llamadas telefónicas, Yoongi no podía evitar distraerse. Cerraba los ojos de vez en cuando, tratando de imaginar a Jimin en su hogar.
Los minutos pasaban como horas y, a pesar de la carga de trabajo, sentía que el tiempo se movía lentamente. La ansiedad por volver a ver a Jimin lo invadía, y se preguntaba si estaría bien, si habría comido algo y cómo se habría sentido mientras esperaba por él.
Finalmente, llegó el momento de irse del trabajo. Min se apresuró en recoger sus cosas y salir, impulsado por el deseo de ver a Jimin y compartir la cena como los últimos días, donde Jimin le esperaba con algún pretexto tonto.
El viaje hacia casa se sintió eterno, pero finalmente llegó. Al abrir la puerta, su corazón se llenó de ternura al ver a Jimin, dormido en el sofá.
—Jimin, ¿estás bien?. —Indagó acercándose al menor.
Jimin asintió, aunque su mirada denotaba su cansancio por esperar al mayor.
—Llegaste. Solo esperaba verte. —Murmuró con voz adormilada.
Yoongi se acercó y lo abrazó con suavidad, sintiendo necesidad de reconfortarlo al verlo tan expuesto y débil.
Con Jimin en brazos, Yoongi sintió un cálido revoloteo en su estómago ante las palabras del menor, siempre lo tomaban por sorpresa.
—Jimin. No importa cuan tarde, siempre volveré a tu lado. —Susurro mientras llevaba a Jimin a su habitación.
Jimin, aún con los ojos adormilados, sonrió dulcemente. Una vez en su cama, Jimin tomo el brazo del mayor, impidiéndole que se marchara.
—¿Puedes dormir conmigo esta noche? Me siento cómodo a tu lado. —Confesó no queriendo separarse de Min.
Yoongi sintió cómo su corazón se aceleraba ante la propuesta.
—Claro, estaré encantado de tener compañía. —Respondió tratando de restarle importancia a la propuesta del pequeño.
Con cuidado, Yoongi se acomodó en la cama junto a Jimin. Lo cubrió con las sábanas, asegurándose de que estuviera cómodo y protegido del frío de la noche.
Mientras se acomodaban, Yoongi mantuvo un brazo alrededor de Jimin, abrazándolo suavemente.
—¿Puedo? —Preguntó Jimin girándose para abrazar al cuerpo de YoonGi, sin esperar respuesta.
A medida que se acurrucaban juntos, Yoongi acarició el cabello de Jimin con suavidad, disfrutando de la sensación de tenerlo tan cerca.
La calidez y la intimidad del momento crearon una conexión especial entre ellos.
—Descansa, Jimin. —Murmuró intentando conciliar el sueño.
Aún acurrucados en la cama, disfrutando de la cercanía y la comodidad que sentían estando juntos.
—¿Qué te parece si jugamos una partida de dominó? Y el que gane, le cumple un deseo al otro. —La propuesta de Jimin de tener una partida de dominó añadió un toque de diversión al momento.
Yoongi sonrió ante la idea, encontrándola encantadora y emocionante.
—Me parece genial. Pero estoy cansando. —Murmuró sintiendo el sueño apoderarse de su cuerpo.
—Pero... Solo puedo verte cuando llegas y eso es muy tarde. —Explicó con un puchero.
—Tengo cosas que hacer, no puedo estar al pendiente de ti las 24 horas del día. —Explicó abrazando el cuerpo del menor. —Durmamos.
—No te pido 24 horas al día, ni siquiera la mitad del día, solo llega antes de la cena, cuéntame tu día. —Jimin bajo su mirada empezando a jugar con sus manos. —Si no tienes tiempo para tus juguetes, deberías regalarlos YoonGi.
—Tu no eres un juégate. —Contestó.
—Entonces ponme más atención. —Chillo aún abrazado del mayor. —Juega conmigo.
—Iré a buscar el domino. —Aceptó poniéndose de pie.
Mientras se preparaban para empezar la partida, Jimin pensaba sobre su deseo.
La partida de dominó Emi empezó y ambos se sumergieron en el juego con concentración y diversión. Las fichas se iban colocando sobre la mesa mientras se desafiaban mutuamente con estrategias y jugadas astutas.
A medida que avanzaba la partida, la emoción crecía. Los rostros de ambos reflejaban la emoción del momento, disfrutando de la competencia amistosa que habían propuesto.
Finalmente, el último movimiento decidió al ganador de la partida. Jimin miró las fichas sobre la mesa y sonrió victorioso.
—¡Gané! Tengo un deseo para ti, Yoongi.
Yoongi rió y asintió, intrigado por saber qué deseo había pediría.
—Estoy listo para cumplir tu deseo, Jimin. Dime qué quieres.
Jimin miró a Yoongi con una mirada llena de ternura y sinceridad.
—Mi deseo es que me lleves de compras. Quiero un celular y ropa de mi talla. —Pidió regocijándose en su logro.
Yoongi asintió abrumado por la el deseo de Jimin, quizá pensó que pediría su libertad, le diría que lo dejaría y nunca más volvería a verlo.
Pero lo que pidió en cambio lo dejó sin palabras.
—También quiero que me beses. —Agregó al ver el rostro serio del mayor.
YoonGi sonrío coqueto ante los deseos de Jimin. —Dijimos un deseo. —Replicó tomando el rostro entre sus manos y lo acercó a él, regalándole un tierno beso. —Pero comparto este deseo contigo. —Balbuceó rozando los labios del menor al hablar.
El ambiente se llenó de pasión y deseo cuando Jimin volvió a atrapar los labios de Yoongi esta vez en un beso apasionado.
Los corazones de ambos latían acelerados, reflejando el deseo e intensidad del momento.
Los labios de Jimin eran suaves y cálidos, encajando perfectamente con los de Yoongi. Se entregaron al beso con pasión, explorando la sensación desconocida pero completamente embriagadora de un beso lleno de deseo.
Las manos de Jimin se enredaron en el cabello de Yoongi, atrayéndolo más cerca mientras buscaba profundizar el contacto. Yoongi, por su parte, acariciaba con delicadeza la mejilla de Jimin, sintiendo cómo el calor de su piel lo envolvía.
La intensidad del beso aumentaba con cada segundo que pasaba, y ninguno de los dos quería separarse de los labios ajenos. Los suspiros y gemidos ahogados se mezclaban en el aire, denotando el deseo mutuo y la conexión que había surgido entre ellos.
Las lenguas de ambos se encontraron en un baile íntimo y apasionado, explorándose con deseo y curiosidad. Cada roce y caricia de las lenguas generaba una explosión de sensaciones en sus cuerpos, haciéndolos sentir como si estuvieran flotando en una nube de placer.
Jimin dejó escapar un suave gemido cuando sintió la lengua de Yoongi recorrer su boca con deseo, enviando escalofríos a lo largo de su espalda. La conexión entre ellos se profundizaba con cada instante, y el mundo parecía desvanecerse a su alrededor, dejándolos inmersos en la pasión y el cariño que compartían.
El beso duró una eternidad, no fue suficiente hasta que escucharon el tablero de dominó caer, se separaron lentamente, con las frentes aún juntas y la respiración entrecortada. Sus ojos se encontraron, reflejando el deseo y la intensidad del momento que habían compartido.
Jimin y Yoongi se quedaron en silencio por un instante, dejando que el significado de ese beso apasionado calara en sus corazones.
—¿Podemos pasar la noche juntos? —Propuso Jimin aún aferrado al cuerpo de YoonGi.
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