Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

The Silence Of The Lambs

|El silencio de los inocentes
Lia

La mañana empezaba a transcurrir normal, como siempre. Por cierto, han pasado dos semanas desde lo sucedido en Pop's.

Dejando eso a un lado, debo decir que ahora Cheryl vive conmigo. Supongo que eso era lo que vino a buscar, hablo de un lugar donde dormir o siquiera vivir, pues Thornhill estaba hecho cenizas. Claramente la recibí con gusto puesto que había suficiente espacio y me preocupaba. Sin embargo, no sé si podré soportar el toque rosa, sarcástico y molesto que ella le agrega a todo. Siento que mi rutina diaria va a cambiar un poco, ansío ver cómo sucede y a la vez me asusta.

También tengo una tarea importante -mejor dicho, una misión personal- que consta de proteger a la joven Blossom en el colegio e inclusive en cualquier lugar del pueblo, de quien sea. La primera noche que pasó aquí me contó del acoso que sufría por los pueblerinos, los cuales no paraban de decirle lo repugnante que era su padre o recordarle que su familia era una mentirosa, de hecho agregaban cosas como que su madre la abandonó junto a su abuela.

Siempre he sido fiel a la idea de no hace de lado a las personas o menospreciarlas, especialmente porque he pasado por eso y se siente de la puta madre. La respuesta ya es clara, algunas personas reconocen mi apellido y una de dos, o se alejan o me insultan. Ya estoy acostumbrada pero Cheryl es más que obvio que no lo está y probablemente nunca lo esté.

—Eres como una "Jughead" pero obviamente versión mujer —Miré mal a la pelirroja y ella sólo se limitó a reír.

—¿Debería ofenderme? —Saqué unos cuantos libros de mi casillero.

—Tal vez —Encogió los hombros. A cosas como esta me refería a cuando dije que no sabía si iba a soportar su toque— me voy, nos vemos luego —Hice un movimiento de cabeza a forma de despedida mientras que con la mirada observaba hacia dónde se iba.

Suspiré en cuanto perdí de vista a Cheryl, cerré mi casillero y empecé a caminar rumbo a la clase que me tocaba, pero no todo es tranquilidad y calma. No. En este pueblo ocurren cosas imprevistas causando cada susto, uno peor que otro. Y siento que estoy exagerando pero no todos los días eres secuestrada. Sí, alguien me tomó del brazo y me cubrió la boca, arrastrándome fuera del edificio. No mostré ni una pizca de miedo, reitero que estoy acostumbrada y sé defenderme. Simplemente quería ver hasta dónde llegaría eso.

Forcejeé para que me soltara hasta que lo hizo, sólo porque le mordí la mano. Sinceramente no debería decir esto porque es raro pero su mano tenía sabor a hamburguesa. Rico pero raro.

El individuo se alejó y aproveché esa oportunidad para encararlo. Vaya sorpresa que me llevé al identificarlo, en realidad esperaba algo mejor.

—¡Maldición! —Se quejaba.

—¿Qué demonios te sucede, Jones? —Dije alterada.

—Juggie —Betty Cooper llegó a su lado— lo lamentamos mucho, es sólo que queríamos hacerte unas preguntas pero Jughead se pasó un poquito de la raya

Apoyé la espalda en la pared más cercana y los observé, tratando de no soltar toda una variedad de insultos o golpearlo. No creo tener el suficiente humor para soportar que me hagan preguntas a lo detective, eso es lo que más odio de ellos, que interceptan a las personas y hacen sus preguntas tal cual policías. Odio esa actitud.

—¿Qué relación tienes con Cheryl? —Hice una mueca al escuchar la pregunta de Betty. ¿Qué se traían esos dos entre manos?

Tuve un debate mental entre seguir a mis instintos y alejarme, o darme la vuelta y marcharme, que por cierto no es lo mismo pero es igual. Pero recordé que ellos igual son -supongo- amigos de la peliroja, así que contestarle lo básico sería algo bueno. No soy tan perra como parezco.

—Es mi amiga —Respondí a secas— ¿qué tratan de conseguir? —Cuestioné sin perder mi postura de “odio a todos”.

—Información de cómo se encuentra, claramente —Rodé los ojos, la ironía de Jones hará que lo golpeen algún día. Tal vez yo sea la primera.

—Ella está bien, está viviendo conmigo —Jughead no paraba de analizar mis gestos y Betty de sonreír como la chica ejemplar que supuestamente es.

Desvié la mirada cuando a mi mente me llegó un pequeño apartado que existía en relación a ellos y Cheryl, en donde el par formaba parte de aquellos que destrozaron el apellido Blossom. Contuve las ganas de recordarles el papel que tuvieron y de golpearme por haberlos denominado como “amigos”.

—Gracias por decirnos —Agradeció Betty con una sonrisa más ancha. Casi sonrió de alivio creyendo que se irían y me dejarían en paz. Casi— por último, ¿cómo te llamas?

Esta es la parte en donde yo respondo y ellos actúan como los idiotas que se suponen son, o simplemente se asustan y se van. Aunque realmente lo dudo, ellos son raros, más que yo.

—Lia, Lia Lawliett —La cara de Jughead expresaba sorpresa mientras que la de Betty era de miedo. Me adelanté a tener fé en ellos.

—Yo soy Betty Cooper y él es Jughead Jones —Asentí restándole importancia a lo que decía. Ni que fuera algo nuevo.

—Conozco a tu padre —Mencionó el chico.

—Jughead —Intervino la rubia.

—Al parecer todos lo conocen —Solté un suspiro y decidí irme lejos de ese par.

El resto del día transcurrió normal, como todos los días, es algo monótono. Me siento lejos de todos, hasta atrás y la mayoría hace como si no existiera, otros se limitan a verme con pena, mientras, los que restan son aquellos que no dicen nada en voz alta pero lo piensan. Y odio eso, que por ser familiar de alguien con mala reputación te la cedan a ti, como si de algo hereditario se tratase. Vaya mierda.

Apreté mis libros contra el pecho con algo de fuerza, mantenía la mirada en el suelo procurando no chocar con nadie. Llegué hasta mi casillero y guardé mis pertenencias, posteriormente lo cerré y me dirigí a la salida a esperar a Cheryl.

“Jossie me invitó a su casa, iré un rato, llegaré para la cena. Perdóname:( te quieroooo❤️”
Cher

Guardé el móvil en el bolsillo de mis jeans, bueno creo que esperé en vano, pero no importa, al menos me avisó y me alegra demasiado que su vida se esté tornando normal de nuevo.

—¡Lia! —Betty venía hacia mí corriendo. Atrás, a lo lejos, la seguían sus amigos a paso lento: Verónica y Kevin— ¿te gustaría venir a Pop's con nosotros?

Lo pensé un poco, la verdad es que no quiero que piensen más cosas negativas de mí, digo, Betty está siendo amable y no sé cómo reaccionar ante ello. Hace rato se mostró con miedo, pero ahora está tranquila y siendo amable conmigo. Quiero pensar que no es por pena pero me causa conflicto el cambio de actitud.

—Sí, claro —Fue lo que pude alcanzar a decir. Creo que reuní valor de lo más profundo de mí.

—Perfecto —Exclamó emocionada— ellos son Verónica Lodge y Kevin Keller, ella es Lia Lawliett —Me señaló y al instante se arrepintió de haber dicho mi apellido. Verónica miraba con confusión a Betty, mientras que Kevin abrió la boca impactado.

—Mucho gusto —Dijimos los tres al mismo tiempo, luego de unos segundos.

Durante el camino Verónica no me quitaba la mirada de encima, era muy incómodo, ni que decir de Kevin. Pareciera que quisieran entrar dentro de mí y averiguar cosas ocultas. Quizá estoy exagerando, pero en verdad, eso fue incómodo. Por otro lado, Betty me contaba un montón de cosas que apenas podía procesar, sólo me limitaba a escucharla hasta que llegamos a Pop's. Nos sentamos, Betty a mi lado y frente a nosotras estaban Kevin y Verónica, y entonces el chico soltó una pregunta que me tomó por sorpresa.

—Escuché que Jason y tú tuvieron una relación —Betty abrió los ojos al tope debido a la impresión. Estaba a punto de decir algo pero él prosiguió rápidamente— Encuentro muy dulce que hayas acogido en tu casa a Cheryl, ¿qué dicen tus padres de eso?

—Salí con Jason, pero no duró, fue mi mejor amigo —Apreté los dientes. Esa es mi forma de aclarar cosas: soltar más de las debidas— eres un Keller, así que ya debes saber muchas cosas, por ello no entiendo que preguntes sobre mis padres cuando ellos no viven conmigo

—No entiendo nada —La pelinegra se quejó, pero al parecer fui la única que la escuchó.

—Mi padre podrá ser policía pero no me cuenta todo, no es como si supiera todo tu expediente. Discúlpame, ¿okay? Quise indagar en algo que no debía —La rubia me codeó para que le respondiera.

—De acuerdo —Encogí los hombros— discúlpame por haber sido groseramente honesta —Reí un poco por lo último.

Kevin soltó una pequeña risa y asintió, Verónica exigió una explicación y Betty empezó a explicarle. Ordenamos lo que queríamos consumir y lo trajeron en unos cuantos minutos.

—No te preocupes, te entiendo Lia, mi papá está en la cárcel por fraude, así que digamos que comprendo como se siente que te menosprecien por algo que no tiene nada que ver contigo porque... —Le acompleté la frase a la azabache.

—No fuiste tú quien lo hizo —Removí el popote de mi malteada.

La campana del lugar sonó y por inercia giré a ver hacia ahí, apreté los ojos queriendo que esa persona que estaba parada se fuera.

—¡Jughead, ven! Aún hay lugar —Le llamó Betty.

Se acercó y ocupó asiento a mi lado, sin dejar de verme. Los demás continuaron con su plática y yo me dediqué a beber de mi malteada, haciéndome a la invisible e ignorando su presencia. No contaba con que iba a patearme por debajo de la mesa con tal de ganarse mi atención. Lo miré intentando descifrar lo que quería e incluso moví la cabeza en señal de preguta.

Elevó las comisuras de sus labios en una sonrisa para nada sincera, dejándome más que confundida.

—Tengo que ir al baño —Informó Betty.

—Te acompaño, debo retocarme un poco —La otra asintió y ambas se fueron.

El único que quedaba ahí -aparte de Jughead y yo- se limitó a observarnos y una vez que su mirada se conectó con la del chico del gorro entendió que debía irse. Quiero decir, yo entendí esa mirada de “piérdete” por lo dura que fue.

Kevin arrugó la frente y cuando lo comprendió carraspeó la garganta parándose, diciendo que debía ir a hacer una llamada. Enseguida volví la atención al pelinegro a la par que ladeé la cabeza.

—¿Qué? —Inquirí.

—Sabes ocultar muy bien las cosas. No imaginé que fueras capaz de fingir ser alguien que no eres —Todas mis dudas se disiparon cuando por fin comprendí a lo que se refería y el por qué de su comportamiento.

—Ya lo descubriste, ¿no? —Murmuré, fue ahí cuando me atreví a poner los brazos sobre la mesa y adoptar mi postura típica de frialdad.

—Tenía mis dudas desde aquella vez, ya sabes —Aquello lo soltó sonando tan seco, incluso noté cierto toque de enojo—  pero las confirmé ayer al verte por ahí aunque tuve que hacerme al desentendido hoy —El corazón me latía muy rápido. Esto no es bueno— sé tu secreto, Lia —Murmuró por último.

Asentí lentamente sopesando lo que había dicho. Eso quiere decir… demonios. No supe qué decir, con qué atacar o cómo actuar siquiera, así que me quedé quieta. Tuve que soportar ver su cara de triunfo. Lo comprendía, cualquiera en su lugar actuaría así pero yo no soy cualquiera.

La diferencia era que yo tenía una cosa que al parecer él no había tenido en cuenta y mucho menos yo, y lo supe hasta que reaccioné y salí del trance.

—También sé el tuyo —Admití, logrando quitarle esa estúpida cara de suficiencia. Ahora fui yo la que sonrió tan amplio y satisfecha.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro