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🌍"Infiltrado y Distracción"🌍

                         #POR STEPHAN#

Me encontraba un tanto desorientado, pero mientras recuperaba la conciencia, pude ver que Antonie, me hacía reparaciones en la piel sintética, deberia llevar la cuenta de las veces que casi muero, porque la habria perdifo hace rato.

La tecnología no dura una eternidad como se creía, puede llegar a caer en cuestión de segundos, como imperio a punto de la destrucción y hablando del poder público, a la gobernadora Natasha Eficie le estallaria el cargo político en el rostro, muchos de los ciudadanos en las áreas restringidas de aislamiento habían comenzado a hacer revueltas, los militares generaban represiones, las llamas ardientes también comenzaban a aparecer en aquellos lugares.

—Qué bueno que volvieras con nosotros, esta vez tardaste más de lo habitual querido Stephan.— comentaba Antonie un tanto preocupado.


—No te preocupes Doc, lo bueno es que ahora estamos a salvo.—refuté victoriosamente.


—Es cierto, fue grato de tú parte proteger a Carrie de los bots.—decía Isabella de forma gentil.


—Y hablando de él, ¿Como se encuentra?—preguntaba con intriga.


—Bueno, a él no se le pueden hacer arreglos porque es un humano, tuvo pequeños rasguños, pero desinfectamos las heridas y pronto sanaran. —Hannah se incluía en la conversación.



—Aquí estoy Stephan, me encuentro bien.—aparecía el pequeño Carrie sujetando uno de mis hombros.



—Eso me alegra Carrie.—respondí haciendo una media sonrisa, una de las pocas que había hecho en ausencia de Keynes Morrison.


—Pero sí despertó la belleza viviente...—formulaba Mark con regocijo entrando a la sala.


—Hola, Mark, amigo, te había extrañado.—hablé extendiendole uno de mis brazos desde la cama, para que se acercará a darme un abrazo.



—Y a mí no me extrañaste, que feas actitudes.— Marcus Thompson reclamaba con falso enojo.



—Sé parecen tanto ustedes dos...—dije girando la vista y volví a hablar.—También te quiero, no más que a Keynes y eso va para ambos, pero son buenos amigos.



—Estoy de acuerdo.—alegaron los chicos de nombre similar entre risas.



—Debo dar un anuncio importante y extrema seriedad, pero necesitaba que Stephan estuviera con nosotros y como ahora lo está voy a decirlo. —explicaba Antonie sin cambiar esa expresión de frialdad.



—Que sucede Doc...—expresé interrogante.



—Robotic Inc no podría habernos descubierto tan fácilmente si no tuviéramos un infiltrado entre nosotros y estoy seguro que es Mark Bloch.— sentenciaba Antonie.


—¿Perdona?—Mark se defendía molesto.



—No te victimices, estoy en lo cierto y lo sabes.—
Antonie lo seguía acusando.


—¿Qué está pasando aquí?—pronunciaba Hannah.



—Oigan, Antonie, no deberías acusarlo de ese modo.—comentaba Isabella, el único que no interferia era Carrie, quién estaba expectante.



—¿Y que pruebas tienes Doc?—pregunté cortando la tensión entre las elevaciones de voz.


¿Debíamos tener cuidado?, había espías entre nosotros, pero, ¿Cual de todos era el infiltrado?, quizás estaba enfrente de mis narices y no lo sabía, la ingenuidad puede hacernos realmente estúpidos.


—La prueba es que encontré entre sus pertenencias un localizador GPS con el logotipo de la compañía tecnológica.—Antonie mostraba aquel objeto en sus manos.



—¿Qué tienes para decir al respecto?—dije viendo a Mark totalmente decepcionado.



—Tienen razón, Robotic Inc, me envió para armar una cuartada y que capturara a Stephan.—soltó sin más ante la presión de las acusaciones.



—¿Y que se supone que hagamos ahora contigo.—acotaba Hannah furiosa.


—Solo puedo decir que me arrepentí en el momento que vi a Stephan, algo me impidió
que hiciera cualquier acto para lastimarte.—expresaba Mark con una mirada triste y arrepentida.


—Eres un embustero y mentiroso.—vociferaba Isabella.


—Yo creo que en serio Bloch está arrepentido.— dije pensativo.


—Por el amor al universo, mejor me llevo a Carrie de aquí, no sé que decir.—manifestaba Thompson mientras se retiraba a otra sala del bunker.


—Yo digo que lo dejemos afuera del bunker para que los bits lo despedacen.—comentaba Antonie con una mirada furibunda.


—Antonie, tú no eres así, eres gentil, amable y sobre todo piadoso, así que no te ciegues por el enojo.—hablé calmando la secuencia, pero en especial a Antonie y proseguí.—Mark, te quedas con nosotros, pero nos deberás ayudar con el rescate de Keynes.


—Stephan, no confío en él y por su culpa casi morimos todos, no es de fiar.—sostenía el doc.


—Antonie, deberias confiar en mi, si los hubiera querido traicionar, ya lo hubiera hecho, ellos no saben que estoy del lado de ustedes. Tengo un plan para entrar a Robotic Inc.—afirmaba Bloch.


—Sí nos servirá para rescatar a Keynes, apoyo la moción a que se quede.—alegaba Isabella.


—Juro que sino nos fueras a servir de utilidad, te hubiera hecho suplicar por tú estúpida vida.— aseguraba Hannah Miller.


—Les agradezco por confiar en mí, pero deberemos ir con cuidado, nada ni nadie nos asegura que Robotic Inc, no sé prepare para nuestra llegada.—comentaba Mark alerta.

*Sonido de llamada entrante en pantalla*

Una llamada en los monitores del computador, provenía de la central de la compañía tecnológica, estábamos jodidos y Mark en la mira, un movimiento en falso y estaría acabado.

                 "DESDE ROBOTIC INC"
                         #POR KEYNES#


—Tenemos localizado un computador que debe ser interferido por nuestros especialistas, pero para eso, necesitaré el tiempo suficiente y tendrás que hablar con tú noviecito, así que tan malvada no soy, ahora querido Keynes, ¿Estás listo?— inquiria Bladel.


—Sí Señora.—contesté molesto, furioso y con otras tantas de las miles de sensaciones que sentía.



—¿Sí Señora que?—preguntó Gretchen apretando
mí garganta.



—Sí Señora Bladel.—dije como pude en la posición que me encontraba.


—Así me gusta mejor, ¿Todos listos?— finalizó soltando mí garganta y del mismo modo dejando
que el oxígeno volviera en mí.


Si Señora Bladel —respondían a una voz los técnicos de la compañía.


—Entonces que comience el espectáculo y Keynes, te lo advertiré una única vez, si arruinar la operación date por un jodido cadáver repugnante.—sentenció Bladel antes de que la llamada estuviera en curso.


         #NARRADOR OMNICIENTE#

Debemos contemplar las dos partes del Ring de boxeo, por un lado la ciencia y la tecnología, por
el otro, a los sobrevivientes con un Doctor sabelo todo y gran científico, a decir verdad un arma mortal viviente, creador en parte de aquel mal software que infectó a todos los robots en el globo terrestre. Ahora revertirlo, será un reto.


—¡Qué demonios!—dijo Antonie Blake dándose cuenta de lo que ocurría.


—Santo Cielo.—expresó Stephen yendo frente a la gran pantalla.



—Stephan, escúchame bien, la llamada es una carnada, intentarán hackear el sistema del bunker.—comentaba Blake.



—¿Qué?, ¿Cómo evitaremos eso?—inquiria Stephan.



—Necesito que hables con quién sea que esté del otro lado, tendrás 5 minutos antes de que el servicio de energía se apague.—finalizó Antonie dirigiéndose hacia uno de los pasillos donde se encontraban los interruptores de la electricidad.


Así, de ese modo, Stephan hizo un clic en la pantalla, del otro lado, la persona menos esperada, Keynes Morrison, lucia un traje negro
y una corbata que le quedaba fantástica, el joven robot no comprendía que estaba sucediendo, aquel chico los había traicionado con la compañía de Robotic Inc o había algo más, lo que sí sabía, era que no podía preguntarlo, ya que sí su chico tenía algún plan, tendría que resguardar esas ideas para el momento exacto, de todos modos,
lo que fuera que ocurría, debía tener cautela al hablar. Tal vez, ni siquiera fuera el verdadero Keynes.

—Keynes.—formulaba Stephan a duras apenas
entre lágrimas.

—Stephan, te había extrañado.—decía Keynes intentando contener las lágrimas.


—¿Te encuentras bien?—preguntaba el joven robot.



—Para nada, chicos, sí me escuchan,  les pido que por favor vengan a rescatarme.—imploraba Keynes en lo que parecía ser un llanto descontrolado.



—Lo haremos, eso lo prometo.—afirmaba Stephan.



—Vaya, Vaya, pero si tengo los honores de conocer al portador de la cura contra el virus tecnológico.—decía Bladel apareciendo enfrente de la pantalla.

—Quién demonios es usted.—vociferó Stephan.


—Soy Gretchen Bladel, rectora general de Robotic Inc, diré una ultima cosa, sino se entregan, Antonie Blake y tú, fusilaré a Keynes.— explicaba la mujer sadicamente con seguridad en sus palabras.

Inmediatamente, la conversación finalizó tras el corte de luz producido a propósito por los generadores del bunker, el doc no sé daría por vencido y lucharía con todas sus fuerzas contra aquella ex- novia, Gretchen, una lunática de la tecnología, empecinada en obtener el control del mundo entero, algo que el grupo de sobrevivientes no permitiría que sucediera.

CONTINUARÁ...

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