#POR KEYNES#

Mientras escapábamos del caos, aunque no hubiera hacia donde huir, pensaba en mí hermano menor, que sé encontraba en la escuela secundaria de New York. Así le comenté a Isabella acerca de Él.

—Buscaremos a Stephan y luego iremos a la escuela secundaria de New York, ¿Okey?—Inquirí.

—¡No comprendo!—dijo Isabella un tanto confundida.

—Tengo un hermano del cual no te hablé, se llama, Carrie, luego hablamos de el.—respondí con una media sonrisa.

Habíamos llegado al centro de la ciudad donde buscaríamos a Stephan, en la empresa Robotic Inc, pero decidimos estacionar en una esquina.

                       #POR STEPHAN#

Sentía como de apoco mis brazos robóticos dejaban de funcionar, la voz se había ido, no podía pedir ayuda, que de igual modo sería inútil por el ruido y alboroto de los ciudadanos que corrían en todas las direcciones.

Algunos parecían haber enloquecido y me refiero a los robots que entre sí, comenzaban a destruirse y arrancarse partes de su estructura. Ante el miedo y susto por lo ocurrido, me escondí en un callejón, y allí se fueron las respuestas de mis piernas.

Al parecer mí sistema operativo dejaba de funcionar, quién sepa el problema, solo Antonie, ¡A lo que él debía solucionar esta mierda!, poco a poco fui perdiendo la visión, y para mí mala suerte la energía de emergencia en el sistema no sé activo, por lo que poco a poco me debilitaba aún más. A lo lejos, podía escuchar voces que cada vez se sentían más lejos.

—¡Ey!, ¿Puedes oírme?—Alguien preguntaba, pero no recibió respuesta, no podía decir o formular palabra alguna.

En cierta forma, estaba muriendo lenta y agonizantemente.

                  #POR ISABELLA#

Llegamos al sitio y en esa enorme plaza comenzamos a buscar a Stephan por todas partes, pero no podíamos encontrarlo y sino lo encontrábamos, quien sabe que podría ocurrirle.

—Condenado caos—repliqué volviendo a hablar.—Keynes vamos a separarnos, los teléfonos no funcionan, he intentado comunicarme con Stephan y no pude.

  —Bien, no hay tiempo que perder, pero debes controlarte por Stephan.—contestó Keynes y así nos dividimos en búsqueda de nuestro amigo.

       #NARRACIÓN POR MARCUS#

Cómo les decía, mientras todo desbordaba a tal punto de ser un caos Apocalíptico..., por suerte, pude huir y mientras lo hacía, me topé con un chico en la entrada de un callejón que parecía también un robot, se lo notaba desorientado, casi al borde del desmayo así que decidí ayudarlo.

—¡Ey!, ¿Puedes oírme?—pregunté, pero no obtuve respuesta.

Al ver que el pobre no reaccionaba, lo cargué en mis brazos para llevarlo a que algún centro de emergencia robótica, pudieran asistirlo. Pero en ese instante se acercó un chico, parecía uno de los nuestros, me refiero a ser un bots y lo digo por su perfección en la piel, pero no, luego pude percibir que era un humano.

—Qué rayos haces con él, déjalo yo me encargo.—vociferaba el extraño.

—¿Disculpa?, estaba aquí desmayado e intento ayudarlo, nada más.—respondí de mala gana.

         
                      #POR KEYNES#

—Qué rayos haces con él, déjalo yo me encargo.—hablé molesto ante la presencia de aquel chico que tenia a Stephan cargado en sus brazos.

—¿Disculpa?, estaba aquí desmayado e intento ayudarlo, nada más...—respondió el imbécil de mala gana.

—Está bien, vamos a calmarnos, es un conocido, mejor dicho un buen colega, por tanto vine a llevármelo.—traté de hablar lo más pacífico posible.

— Y como carajos se que no eres un lunático como el resto que anda por las calles...—Habló el castaño que sostenía a Stephan, aquel chico de ojos azulados que me había encantado.

Pero fue interrumpido por un ruido detrás nuestros, creíamos que sería alguno de los robots controlados por los Phones que venían hacía dónde estábamos. ¡Pero no!, era jodidamente Isabella agitada.

—Keynes, ¿Encontraste a Stephan?—decía Isabella quién no veía al chico por mí cuerpo que lo ocultaba de su vista.

—Isabella, si, lo encontré, pero no reacciona.—expliqué quitándome del paso.

—¡Stephan!, que te han hecho.—habló Isabella entre lágrimas y volvió a tomar la palabra—Debemos sacarlo de aquí e irnos antes que alguno de esos bots aparezcan.

—Tienes razón, ¡Debemos irnos ahora!, así que tú quítate, nosotros no lo llevaremos.—dije de forma amenazante viendo al chico misterioso.

—¿Tú quién eres...?—preguntó Isabella al chico que se encontraba con Stephan antes de que  llegará.

—Me llamo Marcus Thompson, seguramente me conozcan de alguna trama de cine.—decía de forma orgullosa.

—Bueno, eso no nos importa ahora, ni a mí, ni a Isabella, nos vamos y nos llevaremos a Stephan.—inquirí de forma rotunda.

—Mierda, es cierto debemos irnos, lo siento Marcus.—contestó Isabella un tanto apenada.

—¿Podría ir con ustedes?, veo que en tú trasportador cabemos cuatro.—replicó el chico.

—Mierda y más mierda.—pensaba hacia mis adentros.—¡Joder!, vayámonos de una maldita vez. —dije finalmente y los cuatro subimos al trasportador.

           #NARRADOR OMNICIENTE#

Así, Isabella, Keynes y Marcus, joven que sé había unido para no estar solo entre el medio del caos.
A la gran velocidad de la luz, se dirigieron hacía la casa de Stephan y Antonie. El era el único que sabría que hacer en estas circunstancias.

Para que así, entre ruegos y plegarias a las fuerzas divinas, sí es que existían..., el joven robot Stephan y amado de Keynes, volviera a la vida.

Una vez pasada la primer hora del colapso y estando el sistema sanitario, como las celdas en los departamentos policiales, desbordados.
Sé tomó la medida por parte de la gobernadora Natasha Efigie a realizar una evacuación del centro de la ciudad y situar un punto para el aislamiento obligatorio de evacuados y en cuarentena. El caos regía en cada rincón de las ciudades. Particularmente en New York...

              En el futuro... |Flashback|

DECLARACIÓN ANTE LA CAMARA DEL SENADO 10 DE MARZO DEL AÑO 3001. *POR NATASHA EFIGIE*

—Mí nombre es Natasha Efigie, fui Gobernadora de New York por 8 años consecutivos, auspicié la producción del Proyecto Tecnológico de Robotic Inc, pero debo decir que sin duda, fui estafada, al igual que todos.

—Senador Nacional: Entonces, no está involucrada, pero fue una total negligente por no tomar todas las precauciones, sabiendo que desde su distrito se distribuirían esos Phones que arruinaron centenas de personas y bots en todo el mundo.

—Yo no estaba al tanto del peligro que causaría tal proyecto, a mí me habían presentado una carpeta con distintas acciones  y no vi peligro alguno, mejor dicho no incluía sus contraproducentes.

—Abogado defensor: A ver Señores sí pueden comprender, el equipo de la Rectora de Robotic Inc, Gretchen Bladel. Ellos solicitaron una cita y así propusieron un proyecto realmente bueno para la imagen del país, del estado y a la vista de gran parte del mundo, pero fracasó.

—Natasha: Como acabo de decir, desconocía de tales habilidades contraproducentes que tenía el aparato electrónico. Al provocarse el bullicio y descontrol en las calles de mí ciudad, es que convoqué a varios especialistas en tecnología, a las fuerzas armadas, al Ministerio de Ciencia, al Ministerio de Salud, y al Ministerio de Toxicidad.

—Presidente de la Cámara del Senado: Como usted sabe ésta es la única cámara que puede llevarla a juicio porque todo lo que existía como tribunales, está en ruinas por su culpa, así que no crea que tendremos compasión de usted.

—¡Entiendo!, por supuesto aceptaré las consecuencias que me correspondan. Aunque déjeme terminar el relato, una vez de investigar las consecuencias catastróficas del aparato, decidí adjunto a los ministerios, realizar una evacuación de la zona contaminada, así conseguimos establecer 10 centros de aislamiento y evacuados.

                         #NARRADOR OMNICIENTE#

Lo que desataría que Robotic Inc y la mafia detrás del más grande monopolio. Fuera tras éstos jóvenes y quién sabe cuantos otros sobrevivientes, sería por las invenciones de la empresa para controlar a la ciudadanía, Stephan, Keynes, Hannah, Isabella y Marcus, son lo más temido, ya que serán los únicos en acabar con el imperio tecnológico.

CONTINUARÁ...