Cap. 24
Agonía:
Jacob:
Los días pasan y el estado de Melou sigue igual pero para evitar situaciones posteriores no puedo entrar a verla directo, el nylon aislante nos separa, Zeng es el único que tiene permitido tener contacto con ella y protegido por el traje.
El mismo aseguró que de seguro el virus no ha incubado lo suficiente como para mostrar los síntomas.
Como estos seis días que han pasado hablo con ella a través del nylon, no voy a negar que se ve un poco pálida pero nada más.
—¿Cómo te sientes?— le pregunto y ella ríe.
—No me hagas esa pregunta limoncito, porque no sé respondértela— se muerde el labio, como me gustaría estar más cerca para mordérselo yo.
Su mirada se ve más apagada, ese brillo que siempre lleva ya no está, de momento no la siento aquí.
—¿En qué tanto piensas mi Odalisca?— pregunto y ella traga saliva.
Aprieta los labios, sus ojos se cristalizan, joder no, no quiero verla así.
—Tengo miedo— confiesa, es la segunda vez que lo dice y me siento como la mierda porque nada puedo hacer para calmar las inseguridades que le empiezan a nacer.
—Te extraño— cambio de tema, sonríe, medio apoyo la frente en el nylon —joder extraño tocarte.
—Ni siquiera ha pasado una semana, Jacob— me encojo de hombros, ella suspira y también apoya la frente —¿me vas a esperar?— cuestiona en un murmullo.
—El tiempo que sea necesario.
—¿Y si muero?.
Tenso la mandíbula —Jamás vuelvas a decir eso.
—Nadie hasta ahora ha sobrevivido al virus— aclara lo que ya sé, una lágrima rueda por su mejilla, quiero besarla —no quiero morir— dice en un susurro ahogado, seca la lágrima y tose.
—Hay que tener fe.
—Tú no eres de los que tienen fe.
—Touché, pero voy a aprender a tenerla por ti, Odalisca.
Vuelve a toser y frunzo el ceño porque me empieza a preocupar.
—Estoy cansada.
Suspiro —Está bien, descansa.
×××
Ya han transcurrido tres semanas y media, Melou ha comenzado a presentar síntomas, tiene los labios morados, tos continua, le ha dado fiebre, está más pálida que hace dos semanas atrás y no se cansa de decir que está cansada. Ya no se levanta de la camilla en la que se encuentra por lo que no hablamos mucho.
Amanda se hizo las pruebas de sangre; Zeng y los demás médicos han hecho estudios y aún no encuentran lo que fortalece el sistema de los inmunes. Han hecho experimentos con los ratones, siempre mueren.
Hemos avanzado en el arreglo de las tuberías, Aniela, Nicole, Malibú y Dante se turnan con los trajes para ver a Melou que a pesar de todo no deja de sonreír, Zeng los ha arreglado para que no hayan más imprevistos.
Transcurren otras dos semanas y el aspecto de Melou es pésimo, cuatro días atrás cayó en la inconsciencia y todos se asustaron, ahora delira, tiene pesadillas, a cada nada está mencionando nombres como el de Celin y el mío, ayer convulsionó y Zeng se asustó creyendo que era el fin.
Aniela ayuda con los mejunjes que prepara para estabilizarla ya que a veces el oxígeno que lleva le afecta.
Arreglamos por completo la tubería y el barco está en mejor estado pero no salemos de los cayos porque el submarino debe seguir afuera y no queremos tener un enfrentamiento tan pronto.
Amanda ha cogido de bajar ella también a verla, no sé con qué objetivo pero me hace compañía de vez en cuando, ella no necesita traje.
—Deberías descansar— me recomienda sentada a mi lado frente a la camilla de Melou.
—No quiero descansar— digo tajante.
Aniela entra con un plato —Le he hecho esta sopa.
Asiento y la tomo entre mis manos para dársela, le inclino la cabeza y entreabro su boca, eso es lo bueno, que ella hace el esfuerzo para comer.
Aniela se queda en una esquina y la mano de Amanda se posa en mi pierna, la miro extrañado y enseguida la quita.
La alarma de ataque empieza a sonar y maldigo.
—Yo puedo dárselo— se ofrece Amanda pero lo pienso para dejarla porque sé que a Melou no le cayó bien.
—Dame, yo se lo doy— Aniela me quita el plato y le agradezco con la mirada mientras voy corriendo hacia la cabina.
—¿Qué es esta vez?— inquiero.
—El mismo submarino— Lion teclea en la pantalla frente a él.
—¿Dónde está?— pregunta Gamboa.
—Lo veo pero no hallo localización.
—¿Cómo así?.
Se siente el impacto de un golpe en el casco del barco moviendo a todos de un lado a otro.
—¡Ya está!.
—Vamos a acabar con esto ya— el capitán despega la bocina —¡Atención! ¡Preparen misiles acuáticos!— la coloca en su lugar y mira a Lion.
—¡A 0.03 millas al norte, viene a 16 nudos!.
—¡A 0.03 millas al norte!— repite por la bocina —¡Preparen! ¡Apunten! ¡Fuego!.
El ruido del misil se escucha al salir disparado.
—¡Sí! ¡Submarino derrotado!— exclama Lion saltando en el asiento.
—¡Preparen nuevo misil!— vuelve a ordenar Gamboa —voy a matar a esos hijos de puta.
—¡Está en la misma ubicación!.
—¡A 0.03 millas al norte! ¡Preparen! ¡Apunten! ¡Fuego!.
Otra vez salen a máxima velocidad.
—¡Toma esa!— grita Lion.
—Submarino hecho trizas— declara Gamboa dejando caer la bocina y tomando asiento.
×××
—Lo siento, pensé que no había nadie.
—¿Qué quieres, Amanda?.
—No quiero nada.
—Y mis ojos no son verdes.
Ella suspira y se sienta a mi lado en la sala de operaciones mientras yo le doy una calada a mi cigarrillo.
—Eh...yo... me gustaría pasar más tiempo contigo, te veo muy solo...
—No estoy solo— aclaro y doy otra calada.
—Bueno... sé que...
—Al grano— la corto.
—Es que me gustas— confiesa —me gustas mucho.
—Yo le gusto a todo el mundo.
—Pero no de esa forma, yo...
—Amanda— me volteo a ella —puedo gustarte todo lo que quieras pero tú a mi no.
—Lo sé, sé que te gusta Melou— aprieto la mandíbula —pero mientras ella está en...— la miro —podemos tener algo.
—No quiero tener nada.
—Hagamos el intento.
—Mira voy a...— no me deja terminar impactando su boca en la mía, no reacciono, se separa y se estruja los dedos nerviosa.
—L-lo siento— sale corriendo.
Yo me quedo sin nada que alegar, ¿acaba de besarme? Y lo peor es que no me supo a nada.
×××
Tres semanas después Melou funciona solamente por el oxígeno en su nariz, ya no come casi, a cada nada convulsiona, siempre está temblando y no sé que hacer.
—¡Traíganme la inyección!— escucho el grito de William y termino de bajar al laboratorio a toda prisa.
—¿Qué está pasando?.
—Está convulsionando— responde una de las doctoras mientras la sostiene junto a Zeng, Kim He creo que se llama.
Otro médico llega con la inyección y Zeng rápido la toma poniéndosela a Melou. Espera unos segundos y...
—No está funcionando— habla la enfermera y las convulsiones aumentan haciéndola soltar espuma por la boca.
—Gírala— ordena Zeng y lo hacen, su ritmo cardíaco aumenta...
—¡Hagan algo!— grito halándome de los pelos, Zeng camina de aquí a allá y Kim He con el otro médico la sujetan volviendo a colocarla boca arriba.
De repente su corazón se detiene y el horrible ruido inunda mis oídos, no respiro.
—¡Desfibrilador!— pide Zeng y le pasan el aparato, lo prepara a toda velocidad —¡Descarga!— su pecho salta pero nada —¡Descarga!— vuelve a pedir, vuelve a impactar pero sigue sin funcionar.
—¡Traten de hacer algo! ¡Son todos unos incompetentes!— comienzo a despotricar.
—¡Sáquenlo!— ordena Kim He y me opongo, tienen que sacarme a la fuerza entre tres hasta estar al otro lado de la cortina.
Desde ahí lo veo todo, Zeng lo intenta una, dos, tres, cuatro veces, me paso las manos por la cara.
Mis ojos se vuelven llorosos al sexto intento y en el séptimo me vuelve el alma al cuerpo con el pitido constante que regresa.
Melou tose débilmente, Kim He la acomoda y yo salgo a toda prisa a mi habitación.
—Jacob...
Ignoro a Amanda que pasa a mi lado, al llegar me siento en la cama y paso la mano por la nuca tratando de despejar la mente.
Veo a Amanda entrar.
—¿Estás bien?— no respondo —puedes hablar conmigo.
Oye puedes hablar conmigo lo que quieras.
Recuerdo ese día —No quiero hablar con nadie— espeto.
Ella posa sus manos en mis hombros y empieza a masajear —Entonces no hables.
La sensación es genial pero...
—No tienes por qué estar haciendo eso.
—Quiero hacerlo.
Besa mi cuello y veo a Melou haciendo lo mismo en la isla.
Roza con sus manos mi pecho y Melou aparece en mi cuarto sobre mí.
Se hinca sobre sus rodillas quedando frente a mí y trato de dejar las cosas claras cuando ella habla.
—Haz de cuenta de que soy Melou y olvídate del resto— me besa y esta vez le sigo el beso.
La levanto y me olvido de todo imaginando que es Melou la que está aquí, que es ella la que me besa, la que acaricia mi cuello, a pesar de no sentir el piercing, trato de imaginarla con todas mis fuerzas.
Es enfermizo lo sé, pero acudiendo a su recuerdo es como único llego al orgasmo.
×××
—Vete— le pido mientras me subo el pantalón.
—Puedo quedarme.
—He dicho que te vayas.
La dejo ahí y salgo para volver al laboratorio —¿Cómo va todo?.
—¡Tenemos buenas noticias!— exclama Kim He.
—Hemos encontrado el factor inmune— el factor inmune es a lo que ellos le llamaron para identificar lo que sea que mantiene el sistema inmunológico de Amanda más resistente.
Esas palabras alivianan dos mes y medio de agonía.
—Ahora mismo comenzaremos los estudios con las ratas y en unos días tendremos la base de la vacuna para poder iniciar con el elemento esencial para fabricar la cura— continúa hablando Zeng.
De lo que dijo solamente entendí el 18 % pero me alivia saber que son buenas noticias.
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Espero que se encuentren bien Odaliscas y limoncitos :)
Como siempre, voy a aclarar algunas dudas que pueden surgir y es que el virus del Sars Cov 2 provoca fiebre, flojera, tos seca, dolor de garganta entre otros síntomas que ahora no recuerdo, pero este virus es como un adyacente del Sars, (que por cierto, gracias a Dios no existe) fruto de mi imaginación, por lo que le añadí otros nuevos síntomas y como esto es ciencia ficción todo lo escribo de modo que se asemeje a lo real.
Y no los entretengo más, hasta la próxima, besos <3
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