Narra Nisha

Abrí los ojos lentamente para mirar a mi alrededor y notar que no conocía nada en esta habitación. Me senté en la cama con gran esfuerzo, pues sentía mi cuerpo pesar, mi cabeza daba vueltas y yo intentaba recordar cómo es que había llegado a este lugar.

Es verdad... estamos en la zona segura, mi hermano nos trajo aquí.

-Adler... -murmuré al recordarlo por última vez antes de desmayarme a lado de él y mi madre.

Escuché unos pasos acercarse, miré a la puerta cuando esta comenzó a abrirse y fruncí los labios al ver a mi padre. Rápidamente mi cuerpo se tenta, una sensación de peligro me advierte que debería correr, alejarme de aquí cuanto antes, pero mis piernas apenas podían responderme en este momento.

-No debiste de haber vuelto... -fue lo primero que dice mientras se acerca a mí.

-¿Y dejar a mi madre sola contigo? No lo creo -respondí sin despegar la vista de sus movimientos, pero debía encontrar algo cercano que me ayudara a defenderme por si se diera el caso.

-Tu madre no corre peligro alguno si es que me hace caso, pero tú... debiste quedarte allá afuera, debiste de haber muerto -espeta con molestia justo antes de sujetar mi cuello con tanta fuerza que me impide respirar-. No tenías que volver. Maldita bastarda.

Encajé mis uñas en su brazo como un intento para soltarme, pero este tipo era duro, no lo iba a hacer. Mi vista comenzaba a tornarse borrosa por la falta de aire, intenté gritar pero fue imposible. Sin embargo, antes de caer inconsciente escuché un grito femenino, mis brazos caen a un lado y de repente la presión en mi cuello desaparece, permitiéndome llenar mis pulmones con aire otra vez. Di una gran bocanada y comencé a toser, sentí un par de manos sobre mí, mi madre me abraza mientras Rebecca y Serena estaban a mis lados. Miré al frente y noté a Trevor, Kyle y Liam frente a nosotras y a un muy enojado Adler dándole un golpe en el rostro a mi padre hasta tumbarlo en el suelo.

-¡Hijos de perra! -exclama mi padre mientras se intenta limpiar la sangre que chorrea de su nariz- ¡No deberían defenderla! ¡Es solo una maldita bastarda!

-¡Roger, basta! -pide mi madre entre lágrimas mientras presiona mi cabeza contra su pecho. Suspiré profundo al recuperar el aliento y me aferré a ella.

-No lo haré hasta que ella esté muerta. Tú misma sabes que nunca debió de haber nacido, su existencia fue un error que tú causaste.

-¡¿Volverás a culparme?! ¡Sabes que eso no fue mi culpa! ¡Yo no pedí que ocurriera! -solloza mi madre, pero eso llamó mi atención-. Pero de todas formas pasó, y gracias a eso ella está conmigo ahora. No permitiré que vuelvas a hacerle daño... ya tuvo suficiente y yo también.

-¿De qué están hablando? -pregunté finalmente separándome de mi madre-. ¿Qué ocurrió?

Mamá me mira sin querer decirme la verdad, pero mi padre se ríe con amargura mientras se levanta, todos los chicos se posicionan a nuestro alrededor para protegerme.

-¿Qué importa que lo sepa? No podrás mentirle toda su vida, Katerina.

-¿Mamá? -la miré en busca de explicaciones pero ella, aunque intentara hablar, no sabía qué decir.

-¿Quieres saber lo que pasa, en serio? Bueno, yo te lo diré.

-Roger, por favor... Es mi hija...

-Pero no es la mía -suelta de golpe, y no como si solo quisiera hacerme daño, sino que es la verdad-. Tú solo eres un maldito producto de un hombre al que tu madre provocó hace años.

-¡Me violaron, Roger! ¡¿Cuántas veces debo decirte que no provoqué a nadie?! ¡Ese hombre me violó! -espeta mi madre con dolor por tener que recordar ese momento. Ella cae al suelo de rodillas mientras solloza, la miré un momento analizando lo que acababa de suceder.

Entonces... no soy hija de mi padre, soy un producto de una violación. ¿Cuál de los dos es peor? No soy hija del hombre más detestable y me alegro, pero soy hija de un hombre quizás igual de cruel y enfermo que abusó de mi mamá, provocándole igualmente daños psicológicos que estoy segura no pudo tratar por culpa de este hombre aquí presente que no cree en el hecho de la violación y cree que mi madre lo ha provocado y le ha gustado.

Finalmente pude reaccionar, me esforcé en mover mis piernas hasta bajar de la cama y arrodillarme junto a mi madre, la abracé y consolé, algo que mi padre jamás ha hecho por ninguna de nosotras. Trevor también se agacha hasta nosotras y abraza a mamá mientras intenta calmarla.

-¡Ay por favor! ¡Esa mujer solo está dramatizando para dar lástima! -exclama Roger-. ¡No merece consolación!

-Serena... -la llamé-. Sácalo de aquí, por favor.

-Con mucho gusto.

Mi padre la mira como si se burlara, se posiciona para defenderse de ella creyendo que una mujer no podría hacerle nada, pero se sorprende cuando su cuerpo comienza a levitar, exclama y pregunta por lo que pasaba, pero entonces sale disparado de la casa atravesando la pared y cayendo al suelo, llamando la atención de los demás.

-Gracias... -murmuré, ella me sonríe y asiente.

-Lo siento, Nisha, realmente lo siento -dice mi madre mientras se sujeta la cabeza-. No te protegí como debía y permití que ese hombre...

-Mamá... -la abracé de nuevo-. No te disculpes, sé lo difícil que habrá sido para ti, tenías miedo y él te hizo creer que no podrías vivir sin su ayuda. Está bien, no te culpo de nada... Eres mi madre.

Ella solloza y me abraza con fuerza, miré a Trevor y la tendí la mano para que se acercara y se uniera al abrazo familiar. Ahora estoy más tranquila sabiendo que nunca necesité realmente de la aprobación de mi padre, digo, Roger. Trevor no se merecía el trato que le di, ahora lo veo y estoy dispuesta a reparar mi error. Quiero que seamos una verdadera familia, a pesar de todo lo que se nos dificulta, de todas formas, sin Roger aquí... (por que encontraré la manera de enviarlo a la prisión sin duda) podremos conseguirlo, todo será distinto y mejor.