Capítulo 49 | Zona Segura
Narra Adler
Bajamos hasta el bosque para escondernos de los centinelas militares que vigilaban la gran fortaleza que era la zona segura. Finalmente habíamos llegado... Trevor nos deja en el suelo a todos al igual que Serena. Volví a mirar a Nisha hasta que escuché el murmullo de sorpresa de los chicos, al mirar a Trevor, este se había vuelto un humano de nuevo.
-¿Qué pasará con los Yaihers de afuera? -pregunté.
-No deben preocuparse, ellos no atacarán a nadie si yo no lo ordeno. Pero no podrán volver a ser humanos como yo, ellos no tienen cura para lo que son -responde.
Asentí sin más y miré al frente. Decidimos finalmente acercarnos a la gran muralla que protegía a los sobrevivientes de esta pesadilla. Los militares, al vernos, nos apuntan de inmediato con sus armas.
-Quietos. No pueden entrar hasta que no estemos seguros de que ninguno fue infectado -mencionan ellos.
-Les aseguramos que no lo estamos. Pero si quieren corroborarlo, háganlo -respondí.
Ellos se nos acercan y uno a uno nos revisaron para comprobar la situación. Finalmente fuimos libres de seguir adelante y entrar a la fortaleza, las puertas se abren y nosotros llamamos la atención de quienes estaban cerca. Murmuraban sobre nosotros al ser un grupo de jóvenes que traían a una chica que parecía... muerta...
Escuchamos pasos acercarse rápidamente y al instante vi a una mujer corriendo hacia nosotros, tenía un gran parecido con Nisha y el hombre se parecía a Trevor.
-¡Trevor...! ¡Nisha! -la mujer se espanta al ver a su hija en mis brazos y sus lágrimas no tardan en aparecer. El hombre solo veía sorprendido a su hijo, pero no parece importarle el estado de Nisha.
-Mamá... -Trevor abraza a la mujer luego de tanto tiempo, ella acaricia su cabello con alivio, hasta que lo mira al rostro un segundo antes de acercarse a mí.
-Lo siento... -murmuré.
La mujer no pudo aguantar los sollozos, cae al suelo de rodillas frente a mí. Me arrodillé y dejé a Nisha frente a ella con delicadeza. La mujer se aferra a su cuerpo, temblaba y se lamentaba en murmullos. Los presentes guardaban silencio y mantenían una expresión triste por la escena. Pero el padre de Nisha rueda los ojos y mira a su esposa como si fuera una dramática, se acerca a ella y la sujeta del brazo.
-Todos te están viendo, mujer. Levántate. No me hagas pasar vergüenza.
Estaba por entrometerme, pero la mujer aparta su brazo de golpe y se aferra al cuerpo de Nisha.
-¡Déjame! ¡Te he permitido tratarnos como basura durante años! ¡Al menos déjame llorarle a mi hija! -grita ella provocando que el hombre se sintiera más avergonzado, se aparta enfado y espeta maldiciones hacia su esposa.
Apreté los puños sintiendo una gran molestia creciendo en mi interior, pues ese hombre me recordaba a mi padre. Quizás tengamos más en común con Nisha de lo que imaginé.
-¡Huh!
Aparté la mirada rápidamente hacia Nisha. Su madre se aparta por la sorpresa, pero enseguida vuelve a acercarse. Nisha suspira profundo luego de dar una gran bocanada de aire para inflar sus pulmones vacíos. Su respiración se vuelve más calmada y sus ojos comienzan a abrirse.
-Mamá... -murmura apenas audible.
-Mi niña... Estás viva -solloza la mujer antes de abrazarla con fuerza mientras llora a mares.
Solté todo el aire que retuve en mis pulmones y dejé ver una sonrisa leve por el alivio y la felicidad que sentía porque Nisha haya despertado. Creí que no lo haría... Pero ahora que lo veo, no tiene la herida en su pecho. Miré a Trevor, quien mantenía su distancia con las manos en sus bolsillos, él me mira y asiente con una sonrisa.
-Que alivio... -Kyle apoya su mano en mi hombro-. Me alegro por ti, amigo.
Sonreí un poco más y se lo agradecí. Sujeté la mano de Nisha y agradecí de verdad porque haya despertado. Aunque notar a su padre molesto y decepcionado porque lo haya hecho, me enfadaba cada vez más. Nisha presiona mi mano llamando mi atención, supo fácilmente en lo que estaba pensando y negó con la cabeza. Alcanzó mi mejilla con su mano y al sentir su tacto cerré los ojos, disfrutaba sentirla de nuevo. Apoyé mi mano sobre la suya y besé su palma.
-Me alera que estés mejor... -comenté.
-Lo mismo digo -responde adormilada-. Adler... sé que después de todo no merezco que ustedes...
-Deja de decir eso... -la interrumpí-. Olvida lo que ibas a decir.
-Pero... es importante... -suspira apenas pudiendo abrir los ojos. Resoplé resignado y dejando que siguiera-. Si me lo permiten... quiero seguir estando con ustedes... Quiero estar a tu lado.
Solté una pequeña risa por esa idea tan tonta que ni siquiera debería cuestionarse o pedir permiso. Negué con la cabeza por esa ocurrencia y suspiré.
-Por supuesto, Nisha. No tienes ni que pedirlo -respondí.
Noté que cayó una lágrima de su ojo que me encargué de limpiar, ella suspira para no sollozar y sonríe.
-Gracias...
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