Capítulo 37 | Excelente Mañana
Narra Nisha
Un rayo de luz golpea mi rostro consiguiendo despertarme, suspiré cubriendo mis ojos un momento antes de levantar la cabeza. Sentí un peso sobre mi cintura y al mirar me encontré con Adler aún dormido profundamente, no pude evitar sonreír al ver su expresión tan relajada y él tan tranquilo, respirando lentamente. Besé sus labios antes de levantarme con cuidado de no despertarlo, tuve que hacer mucho esfuerzo para no caer al suelo por mis piernas débiles y por estar un poco adolorida de la cintura. Anoche he perdido la cuenta de cuántas veces lo hemos hecho, yo creí que solo había traído dos condones, pero después de usar el quinto he perdido la cuenta. Me puse mi ropa y preferí salir a tomar aire fresco y disfrutar de la mañana que siempre resulta agradable.
-Oh, bien, has despertado -me di la vuelta y vi a Jane a mi lado-. Esperaba que lo hicieras.
-Hola, Jane, ¿se puede saber por qué?
-Quiero mostrarte algo, ¿me acompañas?
Lo pensé por un momento, pero terminé asintiendo. Ella evita chillar de la emoción y jala de mi mano para comenzar a correr, me hace una seña de silencio cuando estuvimos por entrar en el bosque, miré hacia atrás, preguntándome si los chicos volverán a creer que me he escapado si despiertan y no me ven por ninguna parte. Jane jala de mí y nos adentramos al bosque, me guía por el lugar que al parecer lo conocía como la palma de su mano.
Nos escondimos de una criatura cuando la vimos, Jane lanzó una roca que lo distrajo y luego vuelve a jalar de mí para escabullirnos hasta que comencé a escuchar el sonido de una cascada, la luz se hacía más notoria y pronto salimos de los árboles. Abrí los ojos de par en par al ver el gran valle frente a nosotras, me asomé en la saliente que daba a una caída portal que terminaba en un lago por el que la cascada de en frente, que salía de una montaña, terminaba.
-Wau... es hermoso este lugar -mencioné asombrada mientras sentía como el viento acariciaba mi piel y hacía volar mi cabello hacia atrás.
-¿Verdad? Es mi lugar favorito, quería traerte aquí para que lo vieras y quizás conocernos más mientras tanto.
-Me gustaría, gracias por traerme.
-También te traje esto -saca de su bolso un conjunto propio de su aldea-. Lo hice para Gia, pero dijo que no era su estilo, ¿qué dices tú?
Tomé la ropa entre mis manos y la aprecié mientras sonreía.
-Digo que Gia no tiene buenos gustos para nada -respondí-. Es precioso.
-Gracias, aprecio que lo creas. Puedes tenerlo si quieres.
-¿En serio? -asiente en respuesta-. Gracias.
Ninguna tuvo problemas en que yo me cambiara aquí, me puse la ropa y dejé la mía doblada a un lado.
-¡Te queda muy bien! -suelta Jane orgullosa de su trabajo.
-¿Lo crees?
-Por supuesto... am... ¿me dejas pintarte el rostro? -pregunta algo emocionada y tímida, asentí estando de acuerdo y ella saca de su bolso un frasco con pintura azulada.
Cerré los ojos mientras ella traza líneas en mi rostro con sus dedos simplemente, ojalá tener un espejo para verme. Ella y yo nos pusimos a charlar de temas emocionantes o triviales, no importaba, relajarnos aquí se sentía muy agradable y pacífico. Pero por más que quisiéramos no podíamos quedarnos mucho más tiempo, así que, después del peinado que Jane me hizo y de hablar un poco sobre la tribu y demás, decidimos regresar, dándome cuenta de que esta ropa en verdad es cómoda.
Apenas salimos del bosque entre las dos, Jane fue acorralada por seis idiotas preocupados pidiendo ayuda en saber dónde me he metido.
-¡Es que no la encontramos por ningún lado!
-¿Y si le ha pasado algo en la noche?
-¿Y si se ha levantado al baño y de repente una de esas cosas la encontró?
Todos comienzan a perder la cabeza sin darse cuenta de que estaba aquí, me crucé de brazos y reí levemente, al menos no estaban diciendo que me escapé.
-Chicos, ¡chicos! -Jane los hace callar-. Perdón. Am... si miran a mi lado verán a...
-¡¿Nisha?! -todos abren los ojos de par en par al verme vestida, peinada y maquillada de la misma forma que los demás en la tribu. Miran a Jane como sabiendo que ella lo ha hecho, vuelven a mirarme sin creerlo.
-Sí, chicos. Aquí sigo -respondí riendo de nuevo.
Se quedan mirándome por bastante tiempo hasta que Adler aparece colgándose del hombro de Ray y Kyle con una leve sonrisa cansada.
-Hola a todos, ¿cómo ha estado su noche? La mía excelente, aunque algo agotador -menciona en broma antes de notar que todos estaban sorprendidos por algo, voltea a ver lo mismo que ellos y se encuentra conmigo-. Algo me dice que lo de ayer no ha terminado.
Negué con diversión a la vez que me sonrojaba un poco, Adler se me acerca y me toma por la cintura para acercar mi cuerpo al suyo, Jane nos mira con picardía y nos da espacio.
-Jamás creí verte así, pero te queda tan bien aún así -menciona acercando sus labios a los míos-. Haces que quiera llevarte a dentro de esa casa de nuevo y tener una deliciosa mañana activa.
La verdad es que... no sonaba para nada tan mal. Adler besa mis labios con intensidad y lujuria a la vez, metiendo su lengua en mi boca luego de jalar mi labio inferior para que la abriera.
-¡Ejem! -sonreí sobre sus labios y volteé a ver a Gia.
-Ah, hola, Gia... ¿no crees que es una linda mañana? -dije mientras Adler besaba mi cuello por el lado contrario y murmuraba en mi oreja que no lo desatendiera ahora.
-Lo era hasta que tuve que verte.
-Sí bueno... Es una pena, en verdad, porque es una muy linda mañana -Adler no lo soporta más y de repente me hace brincar hasta colocarme en su hombro.
-Lo siento chicos, Gia... tenemos asuntos pendientes que tratar y bueno... ya nos vamos. Avísennos cuando los de la zona segura respondan el mensaje.
-Chao amigos, y Gia -me despedí desde el hombro de Adler que se alejaba de ellos hasta entrar en la casa y dejarme sobre la cama-. Wau, realmente lo has hecho, y eso de cargarme en tu hombro... le ha dado un gran toque.
Me arrodillé en la cama frente a él quien sonríe ampliamente, pero me vuelve a tumbar y me mira con ese brillo de lujuria en sus hermosos ojos rojos. Ahora es cuando empiezo a dudar de que lo que había dicho no fue para molestar a Gia.
-En verdad eres preciosa de cualquier forma... -besa mis labios y baja por mi cuello-. Todo en ti luce mejor de lo que es. Eres perfecta.
-Adler... -traté de llamarlo pero ha sonado más como un gemido.
-Aún nos quedan uno o dos condones, aprovechemos la mañana a lo máximo... mi amor -muerde mi cuello y baja por mi pecho.
Supongo que no tengo escapatoria, y aunque la tuviera... no querría usarla. Jamás querría volver a alejarme de Adler otra vez.
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