Capítulo 36 | Sentimientos
Narra Serena
Me despedí de los demás niños cuando sus padres los llamaron, pues ya era muy tarde. Miré a un lado y noté salir de la casa principal con la antena a Adler y Ray, ellos se despiden y Adler se dirige a la casa en la que Nisha estaba. Ray me ve y se acerca a mí, sonreí cuando llegó a mi lado.
-Hola... -saludó.
-Hey... ¿qué tal con el mensaje? -pregunté.
-Aún... no tenemos respuesta -suspira un poco, apoyé la mano en su hombro y lo calmé un poco.
Es verdad que es frustrante ya no tener respuesta, pero no hay que deprimirnos por eso, aún estamos todos juntos y estamos bien.
-Te ves agotado -mencioné levantándome y sujetando sus manos para que hiciera lo mismo-. Vamos, tienes que dormir un poco, ya hiciste mucho esfuerzo por hoy.
-Pero...
-Nada. Ven conmigo.
Lo jalé y conseguí que se levantara. Ray me sigue sujetando mi mano hasta la casa que me han dado como invitada, tienen bastantes de estas. Lo guie hasta la cama e hice que se sentara en esta, pero entonces me abraza por la cintura y me acerca hasta que su rostro se esconde en mi pecho. Mi rostro arde, pero no lo aparté, apoyé mis mano su cabeza y besé tiernamente su coronilla.
-Quisiera que todo esto se termine de una vez... es una jodida mierda -menciona harto de la situación.
-Lo es, ¿cierto? -sonreí leve-. También quiero que se termine, que podamos volver a la civilización y vivir en paz... Quiero vivir en paz contigo.
-Quiero lo mismo -levanta la mirada para encontrarse con la mía-. Es curioso... pero siento que estuve enamorado de ti mucho antes de conocerte. Ahora que lo pienso, he visto tus ojos en mis sueños, esos ojos de un color peculiar que adoro mirar.
Volví a sonrojarme aún más y a sentir vergüenza por sus palabras tan lindas que no lo esperaba. Cubrí mi rostro con ambas manos, pero he de admitir que le creo... pues a mí me ha pasado igual. Todo el tiempo que estuve dormida antes de que todo esto empezara, he visto sus ojos en sueños, sabía que los dueños de ese par eléctricos era importante para mí y que por alguna razón lo conocía y lo amaba aunque no pudiera recordar.
-¿Crees que... nos hemos conocido cuando estuvimos en ese lugar? Por eso no lo recordamos, pero... nuestros corazones parecen hacerlo -murmuré apoyando mi mano en su pecho.
-No lo sé, pero es probable, porque solo así podría explicar el gran sentimiento que tengo por ti ahora. Con recuerdos o sin ellos, vuelvo a enamorarme de ti una y otra vez, y lo haré siempre.
Era tan cálido... sus palabras hacían que mi cuerpo se sintiera cálido, que mi corazón palpitara con más fuerza por la emoción que me provocaba. Me incliné sobre él hasta encontrar sus labios con los míos y volver a sentir esa dulzura que me gustaba como una adicción. Me acomodé apoyando mis rodillas sobre la cama y sentándome en su regazo, Ray aprieta mi cintura provocándome un ligero jadeo, sus manos se deslizan hasta bajar a mi trasero, el cual aprieta un poco, me ericé y sonreí sobre sus labios.
Me aparté un poco para poder verlo al rostro antes de levantarme y decidí quitarme la remera junto al sostén y mi short, Ray no pudo dejar de mirar mis senos antes de meter uno de mis pezones en su boca, comencé a gemir por lo sensible que me provocaba que estuviera succionando mis pezones, hasta que sentí algo endurecerse contra mi intimidad, jadeé y decidí mover mis caderas sobre aquel bulto, ocasionando jadeos por parte de Ray. Sus manos parecen enterrarse en mi piel, desliza una de ellas hasta debajo de mi braga y encuentra mi intimidad con sus dedos.
-¡Mhmg! -solté por el contacto directo con mi zona más sensible.
Ray frota sus dedos hasta encontrar mi clítoris, lo pellizca provocándome estremecimientos y gemidos más fuertes, mi cuerpo tiembla por las estimulaciones, sus labios seguían chupando mis pezones y sus dedos comenzaron a adentrarse más en mi interior, separando mis labios vaginales y metiéndolos con facilidad gracias a lo mojada que comenzaba a estar. Podía notar como le gustaba estar entre mis senos al ser de un gran tamaño, eso era lo que me gustaba de él, pues desde temprana edad me he acomplejado por esto, todos me han molestado por el tamaño de mis senos, pero el que sea a Ray a quien les guste me hacía sentir mejor y que podía hacerlo sentir bien con ellos.
Lo empujé hasta acostarlo en la cama por sorpresa para él, me deslicé hasta estar entre sus piernas y decidí bajar su ropa inferior hasta que su pene se alzó frente a mí. Ray me mira algo avergonzado, pero yo le sonreí antes de lamer un poco su longitud y encerrarlo entre mis senos.
-S..Serena... Mhm -inclina su cabeza hacia atrás.
Mientras lo frotaba contra mis senos, besé la punta y usé mi lengua. Ray jadea, me mira con un brillo intenso en sus ojos azules y finalmente no pudo aguantarlo más, está bien, lo hice justamente para que no lo aguantase. Su semen se derrama sobre mi pecho, finalmente lo liberé y limpié un poco con mis dedos para meterlo a mi boca. Sabía bien.
-No hagas eso -se siente y busca con qué limpiarme.
-Está bien, no sabe mal -respondí con una sonrisa-. Preferiría tener más de esta.
Bajé la cabeza de nuevo y metí su pene en mi boca, limpiando este y provocando que volviera a endurecer. Ray jadea pero entonces me hace acostarme en la cama y se coloca entre mis piernas, se quita la remera dejándome admirar su cuerpo desnudo, tragué con dificultad y ganas de tocarlo aún más. Extendí una mano y rocé la yema de mis dedos por su pecho hasta su pene, el cual sujeté y lo masturbé un poco mientras lo acomodaba en mi entrada.
-Ray, por favor... Mételo en mí, te necesito -pedí estando completamente consumida por la lujuria y excitación.
-Pero... no tenemos... -lo corté.
-No importa, ya no resisto más... -supliqué.
Sé que no debería, pero si iba a pedirle a Adler un condón justo ahora cortaría la emoción. Daba completamente igual todo, y sinceramente... siento que no me importaría quedar embarazada a pesar de las circunstancias. No me importa, solo quiero sentirlo dentro de mi palpitante interior. Ray termina cayendo en la tentación, presiona la punta en mi entrada y comienza a introducirlo lentamente.
-¡Mhm! -me arqueé.
Ray empuja dentro de mí hasta que finalmente había entrado todo de él. Jadeamos, él se inclina hasta alcanzar mis labios y besarme mientras comienza a mover sus caderas. Rápidamente empecé a gemir por sentir la deliciosa fricción en mi interior.
-¡Oh, Dios! ¡Ray...!
Sus ojos observaban como mis senos rebotaban con cada embestida, no pudo resistir a atrapar uno de ellos con su boca y morderlo. Mis piernas se enredan en su cintura para atraerlo más a mí y sentirlo aún más profundo, mis manos rasguñan su espalda al no ser capaz de controlar mi excitación. Lo miré y decidí cambiar nuestras posiciones para que él no hiciera todo el esfuerzo, pues aún tenía en mente lo cansado que estaba.
Lo dejé tumbado en la cama y me posicioné encima, volví a penetrarme y dejarme caer sobre él, me apoyé con mis manos en sus piernas, moví mis caderas de arriba abajo llegando más al fondo. Ray sujeta mi cintura y acompaña mis movimientos con los suyos mientras observa como mis senos rebotan. Me incliné sobre él para besar sus labios sin dejar de moverme, sus manos aprietan mis senos y pellizcan mis pezones endurecidos. Moví mi trasero incluso en círculos, arrancándole gemidos y jadeos.
-Serena... ¡Hmg!
Fui más rápido al sentir que estaba por venirme, Ray se corre en mi interior con mucha fuerza y en gran cantidad, esa sensación de plenitud y de sentirme llena me causó tanta excitación que me corrí justo después. Mi cuerpo tiembla por el placer y cuando él saca su miembro un poco de su semen chorrea por mis piernas, sonreí complacida y miré a Ray quien acaricia mi mejilla, dejando un mechón de mi cabello tras la oreja.
Nos miramos a los ojos un momento antes de besarnos nuevamente, Ray acaricia mi cuerpo y me hace acostarme sobre el suyo, apoyando mi cabeza en su pecho, dejándome escuchar los acelerados latidos de su corazón que consiguieron sacarme una sonrisa enternecida. Ninguno de los dos tardó mucho más en quedarnos dormidos, pues ambos estábamos exhaustos.
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