Todo este tiempo estuvimos esperando una respuesta de la zona segura, pero hasta el momento no hubo nada, por lo que tuvimos que quedarnos más tiempo, ya que el aparato de los chicos necesitaba de una antena que hicieron y que no es posible trasladar. Así que la noche volvió a caer y la tribu hizo una fogata para contar cuentos a los niños, bailar y comer de un banquete, celebrando que un día más estaban vivos a pesar del desastre que ha ocurrido en el resto de la ciudad, ni siquiera sabíamos cuánto te ha esparcido este suceso, ¿hasta dónde han llegado a infectar estas criaturas?

Pensaba en eso mientras me mantenía sentada apartada de la tribu que aún no confiaban en mí y no quería seguir incomodándolos a ellos o incomodarme a mí, Adler estaba con Ray y la líder de la tribu, atentos por si llegaba el mensaje tan deseado, yo jugaba con la daga en mis manos, detallando visualmente la calavera en la punta, hasta que escuché pasos acercarse.

-¿Te molesta si me siento? -levanté la mirada y vi a Liam allí, negué con la cabeza y él se sienta a mi lado.

-Realmente lo dije en serio cuando hablé sobre quedarme, no necesitas vigilarme -comenté aún jugando con la daga en mis manos.

-No estoy aquí por eso.

-¿Ah no?

-No. Vine a hacerte compañía, parece que la necesitas ya que Adler no está aquí ahora -menciona con cierto tono divertido que me hizo sonreír-. Al parecer te has reconciliado con él.

-Sí, así fue -respondí.

-No te costó mucho hacerlo aunque te veías muy enojada con él, incluso podría decir que si te concentrabas más podrías haberlo matado con la mirada, quizás esa sea tu habilidad, ¿quién sabe? -menciona encogiéndose de hombros, volví a sonreír con diversión y negué con la mirada.

-Esa no es mi habilidad -respondí.

-No tienes cómo saberlo, ¿lo sabes? -me mira curioso, volví a negar con la cabeza con diversión y miré la daga en mis manos.

-¿Crees que... fue muy precipitado haberlo perdonado tan rápido? -pregunté.

-No lo creo, si hablaron sobre lo que te ha molestado y él decidió no ignorar como te sentías entonces es válido que lo perdones. Así es cuando uno ama a alguien de verdad.

"Amar" esa palabra se instala en mi cabeza y se repite una y otra vez hasta que mi rostro arde por la rojez.

-Ya veo... -guardé la daga y abracé mis rodillas contra mi pecho-. ¿Tú amas a alguien, Liam?

-Lo hago.

Lo miré enseguida, realmente no me esperaba esa respuesta tan pronta, pero luego pensé en que podría ser a algún familiar... pero al ver que sujetaba algo en su mano que tenía una cadenilla colgando en su cuello, lo dudé. Él me muestra lo que tenía allí y pude ver que tenía un relicario en el que al abrir se veía la foto de una chica muy hermosa y sonriente.

-¿Cómo se llama? -pregunté.

-Nara -responde cerrando el relicario.

-¿Qué le ha pasado? -pregunté por su mirada nostálgica.

-Hace cuatro cinco sufrió un accidente de tránsito que la ha dejado en coma hasta ahora. Cuando pudimos contactar con los de la zona segura dijeron que habían evacuado todos los hospitales primero, así que ella debe estar allá, me gustaría saber si ha despertado...

Sentí tanta tristeza y entendimiento hacia él, pues comprendía ese sentimiento de preocupación por saber si tu ser querido está bien y si está en la zona segura, yo quería saber cómo estaba mi madre, pero al saber con quién estaba me hacía sentir más intranquila. Me aferré a mis rodillas.

-¿Y no has pensado en irte de aquí y seguir hasta llegar a la zona segura? -pregunté.

-Por supuesto, pero no soy tan necio como tú -me da un ligero empujón-. Soy consciente que ir solo o aunque sea contigo, al menos uno no lo conseguirá en el mejor de los casos. Tener a los demás nos asegura que todos podremos lograrlo porque somos más y estamos juntos para cuidarnos las espaldas. Sé que lo sabes, pero el estar juntos... nos quita el miedo.

Sonreí un poco y asentí dándole la razón, miré al lugar en el que Kyle y Rebecca estaban bailando mientras que Serena divertía a los más pequeños usando sus habilidades para mover objetos o a ellos. Todos se veían felices y despreocupados, eso es algo que perdería si voy sola, lo comprobé al irme, el miedo instantáneo que sentí cuando estuve yo sola antes de que Adler me siguiera o cuando Hank me encontró. En ambos casos tuve miedo y pensé en regresar.

-Creo que debo dejar de ser tan necia a veces... -murmuré.

-¿Eso crees?

Le di un codazo que lo hizo reír y levantar las manos a modo de paz. Volví a reír entre dientes y a mirar al frente. Recordé la visión que Hank me había mostrado y mi sonrisa flaquea.

-Supongo que no soy tan fuerte para ir yo sola.

-Eres fuerte, Nisha, no lo dudes, incluso pusiste en aprietos a la mejor guerrera de la tribu que hasta Ray tuvo que intervenir para que no acabes con ella.

-¿Quién Gia? ¿La mejor guerrera? -lo miré sorprendida-. ¿En serio? ¿Ella?

-¿Qué te sorprende, forastera? -hablando de la molestia.

-Ya Gia, deja de molestarla -una chica a su lado le da con el codo haciéndola rodar los ojos.

-Bien, pero no creas que voy a disculparme hermanita.

La hermana de Gia suspira y niega con la cabeza antes de acercarse un poco a mí y sonreír con algo de simpatía.

-Discúlpala, es muy mala a veces.

-Te escuché.

-Era la idea.

Reí un poco llamando la atención de aquella chica quien vuelve a sonreírme y me tiende la mano.

-Soy Jane, hermana de Gia.

-Nisha -respondí aceptando su mano para no ser descortés. Su sonrisa se agranda un poco más.

-No entiendo a los demás, eres muy amigable y se nota -menciona de repente-. Gia, sé amable.

La susodicha resopla y gruñe molesta, su hermana se levanta y le da un codazo nuevo además de una mirada acusatoria que la hizo maldecir.

-¿Cómo están tus heridas? -pregunta forzada.

-Están mejor. ¿Y las tuyas?

-Están mucho mejor.

Ambas nos miramos como si de nuestros ojos salieran chispas de competitividad, pero Jane la jala leve para reprocharle eso. Miré a Liam con diversión al igual que él al ver la escena.

-Nisha... -todos volteamos al ver a los otros tres acercarse hasta nosotros, mirándonos a Gia y a mí con cautela.

-Hola, chicos.

-¿Está todo bien? -pregunta Kyle antes de susurrar cerca de Rebecca sin mucho disimulo-. No veo sangre...

-¿Es tan difícil de creer que Gia y yo estemos en un mismo lugar y que no intentemos matarnos? -ella y yo rodamos los ojos a la par. Antes de que lo dijeran ya sabíamos la respuesta.

-Sí.

-Pues es posible y ahora lo comprobamos -responde ella-. De hecho, ser amable con ella me está enfermando, mejor me voy.

Gia se aleja y Jane niega con la cabeza mientras suspira y se sienta a mi lado.

-Lo siento de nuevo, ella es así muy seguido.

-Lo noté, pero no tienes que disculparte tú.

Jane me sonríe de nuevo, ella se queda con nosotros para hablarme y conocernos más, los demás también se meten en la conversación cuando se dieron cuenta de que ya no estaba molesta con ellos. Fue una linda noche por no tener que pensar en las demás miradas que seguían desconfiando de mí.