Capítulo 26 | Kyle - Parte 2
-¡Kyle! -escuché a lo lejos y poco a poco fui despertando, reconociendo la voz de mi nana en esos gritos-¡Kyle, debes regresar!
-¿Nana? -murmuré levantándome adolorido por dormir sobre el duro suelo de madera y fui hacia la ventana de la casa del árbol.
-¡Kyle! ¡Dios! Por fin te encuentro -dice ella e intentó subir.
-Detente -dije entonces-. Quiero estar solo...
-Kyle...
-¡Es mi culpa! -grité-. Por mi culpa... ahora perdiste tu trabajo y tienes heridas, ¡por mi culpa!
Comencé a llorar de nuevo y me acurruqué en el suelo, abrazándome a mí mismo y evitando seguir mirando por la ventana.
-Tonterías -la escuché decir-.Todo es culpa de esa cruel mujer que tienes por madre, tú eres el más inocente en todo esto.
-No es cierto -respondí en un susurro escondiendo mi rostro entre mis rodillas y brazos.
Pero no me había dado cuenta de que había subido hasta que sentí sus brazos rodearme en un cálido abrazo.
-Kyle, calma, te prometo que cuando sepa cómo sacarte de esto lo haré -asegura limpiando con suavidad mis lágrimas que rodaban por mis mejillas.
-¿P..Por qué n..no m..me lle..llevas contigo? -pregunte entre sollozos.
-Es lo que más quiero hacer... -me abraza con fuerza-. Pero no sobreviviríamos ambos, sabes que apenas puedo cuidarme a mí con lo que gano. Vivo del sueldo que me daba tu madre -respondió.
Yo seguí sollozando.
-No quiero irme, no quiero que me dejes, Haley.
-Yo no te dejaré, nunca...
***
***
(8 años después.)
Edad: 16
-Mocoso, me han dicho que de nuevo te han expulsado de la escuela por pelearte. Si sigues así vas a terminar en la calle -ignoro a mi madre por completo y me dirijo hacia las escaleras- ¡Te estoy hablando!
-Cállate, tu voz es irritante.
-¡Niño ingrato! -espeta ella agarrándome por el cabello para hacerme girar hacia ella.
-Déjame en paz -respondí apartando su mano y mirándola con asco por su tacto y un odio profundo.
Ella me da una bofetada justo encima del golpe en mi mejilla, me ha dolido, pero no le he dado el gusto de ver mi expresión de dolor ante su golpe. La miré de nuevo con frialdad y ella retrocede al ver que no me he inmutado siquiera. Aparta la mirada y se dirige de nuevo hacia el sofá para poner el volumen de la televisión al máximo para ignorarme. Volví a caminar hacia las escaleras.
"-Hallaron el cuerpo de una mujer que la policía pudo identificar como Haley Decker, de 38 años de edad -" paré en seco "-Por las marcas en el cuerpo de la mujer, la policía dedujo que la víctima fue asesinada por estrangulamiento con un cable, además de demostrar signos de abuso sex..."
No pude seguir escuchando, mis piernas no respondieron y terminé cayendo al suelo por la debilidad en mis rodillas. Levanté la mirada hacia la pantalla grande, las imágenes pasaban, era ella... definitivamente era ella.
-Nana... -susurré sin poder creerlo.
No... Esto no puede ser... Nana... Haley...
Comenzaba a sentir que me estaba sofocando, el ambiente era pesado, observé a mi madre y me pareció ver una leve sonrisa en su mirada. ¿Habrá sido...? Sacudí la cabeza para dejar de pensar y salí corriendo de la casa, ignorando a mi madre. Podía sentir el picor en mis ojos que igualmente nublaba mi vista y mi juicio. Chocaba con algunas personas quienes se quejaban de mí, pero no me detuve a revisar como estaban, solo seguía corriendo hasta que ya no pude más.
-Haley... me dijiste qué lograrías sacarme de esto... ¡Dijiste nunca abandonarme! -volví a caer al suelo y a sujetarme la cabeza-. Rompiste tu promesa...
Sollocé recostándome contra el árbol de nuestra casa en este que habíamos construido hace ocho años. Miré el lugar con dolor en el pecho, pues sabía que ella no iba a regresar por mí. Si soporté estos años con esa maldita mujer que desgraciadamente es mi madre, fue porque tenía la esperanza de que Haley fuera a volver, a sacarme de allí y así vivir feliz con quien realmente me quiere como a un hijo. Pero todo eso se fue a la mierda y me temo que es por culpa de esa misma mujer del infierno.
-Es triste... ¿no? -volví la mirada al frente rápidamente y vi a un hombre con una cicatriz en el ojo izquierdo-. Perder a alguien que querías mucho, es... en serio triste, lo siento mucho.
Se acerca, sin embargo yo me levanto y retrocedo. Sus palabras sonaban secas, sin sentir de verdad lo que decía. No me provocaba ninguna seguridad, algo en mí me decía que debía huir mientras podía.
-¿Quién es usted? -cuestioné alejándome a cada paso que él daba.
-¿Sabes...? te vi venir corriendo y ¡Wow! Corres muy rápido -ignora mi pregunta y sigue acercándose.
-¿Qué es lo que quiere? -volví a preguntar.
-¿Yo? Quiero muchas cosas... -el desconocido entrelaza sus manos tras su espalda-. Pero ahora mi objetivo, eres tú. Kyle.
Su sonrisa fue el detonante para que me diera la vuelta y así escapar, sin embargo no pude dar ni un paso cuando volví a retroceder por dos hombres mucho más grandes que yo deteniéndome el paso. Estos me sujetan por los brazos y algo se clava en mi cuello haciéndome soltar un quejido antes de caer inconsciente.
***
***
-¡Suéltenme! ¡¿Qué hacen?! ¡Déjenme en paz! -forcejeo pero ellos me sientan en una silla, atándome las manos y los tobillos.
El mismo hombre con la cicatriz en el ojo izquierdo se me acerca, tenía una jeringa en la mano con un líquido amarillo dentro que no me causaba seguridad por muchas obvias razones.
-Tranquilo, Kyle, ve el lado positivo... si esto no funciona, irás a ver a tu nana Haley -sonríe con cinismo.
-¿A qué te refieres? ¿Cómo es que sabes de mí y de nana? -cuestioné.
Él mira al frente y asiente. Un hombre me toma por la cabeza y me obliga a inclinarla a un lado para que pudiera mostrar mejor mi cuello.
-Pronto lo sabrás... pequeño... -me inyecta el líquido amarillo y yo comencé a gritar de dolor insoportable.
Imágenes de cuando estaba en esa cápsula aparecieron en mi cabeza, cada mes me despertaban y me hacían practicar con diferentes escenarios para desarrollar mi habilidad.
Una de esas veces vi a Haley a punto de ser asesinada frente a mis ojos... corrí tan rápido que cuando estaban por dispararla yo ya estaba a su lado, pero no pude hacer nada... era un holograma. Ahí fue cuando mi poder de velocidad apareció. Al querer salvar a la única mujer que me ha apreciado verdaderamente. Es cierto... nunca tuve la atención femenina necesaria y ahora siento un vacío que Haley había dejado, pues mi madre nunca iba a llenarlo ni intencionalmente.
Mi poder de controlar la electricidad apareció cuando mi madre estaba golpeándola, lo único que había allí eran farolas rotas chispeando y sin controlarlo bien, la quemé con electricidad. Pero todo esto solo eran pruebas... no la realidad.
Otras imágenes de cuando, dos años después, me dejaron en un parque, a la vista de todos, pero sin ningún recuerdo de lo que me había pasado. Cuando me curaron, descubrí que en ese año que desaparecí mi madre había muerto por consumo de sustancias ilegales, que la llevó a una sobredosis, por lo que me quedé con toda su fortuna, ya que ella fue una actriz muy famosa hasta que ahora solo era un recuerdo... bueno, un recuerdo para los demás, yo no tenía idea de quién era cuando desperté.
Pero ahora lo recuerdo... recuerdo todo... o eso creo.
Abrí los ojos de golpe y escuché disparos, rugidos y golpes.
-¡Kyle! -miré a mi derecha y allí estaba Rebecca.
Bajé la mirada a la trampilla de la entrada y vi la inicial de mi nombre junto a la de nana. Tenía que hacer algo.
Corrí fuera de la casa del árbol saltando por la ventana, ignorando los gritos de los chicos. Salí y con mi gran velocidad golpeé a todos esos monstruos. Salté para golpear a otro pero logra atraparme entre sus manos, me aprisiona los brazos e intenta morder. No iba a permitirlo. La electricidad fluyó dentro de mí haciendo que pudiera electrocutar al monstruo antes de que pudiera morderme. Me soltó y yo creé una expansión de electricidad para acabar con las criaturas a excepción de los chicos.
Caí al suelo de pie y miré mis manos, notando que el manejo de electricidad se ha vuelto más fácil ahora que recordaba cómo controlarlo.
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