Capítulo 25 | Kyle - Parte 1
Narra Kyle
(Hace 12 años)
-Kyle... ¡Kyle! -escuchaba una voz femenina llamándome-. ¿En dónde te has metido, pequeño travieso?
Reí un poco, intentando detenerlo al colocar mis manos sobre mi boca, esperé un poco y salí de detrás de un árbol.
-¡Allí estás! -exclama la mujer. Grité jugando y salí corriendo-¡Vuelve aquí!
-¡No me atraparás nunca! -sentencié y seguí corriendo.
Era muy rápido, incluso de pequeño... di la vuelta por un árbol y la esquivé cuando casi me atrapa. Ambos reíamos a carcajadas, hasta que escuché su quejido y como cayó al suelo.
-Auch.
Frené de golpe y miré atrás. Corrí hasta ella y me fijé si estaba bien. Tenía una herida en su rodilla y de ella salía sangre. Mis ojos comenzaron a picar, y sentí una lágrima rodar mi mejilla, ella se da cuenta y se apresura en sonreír para calmarme.
-Tranquilo pequeño, no pasa nada, estoy bien -asegura ella estirando su mano hacia mi mejilla.
-Lo siento, es mi culpa, no debí correr -mencioné y comencé a llorar sin poder evitarlo, me sentía culpable.
-Tranquilo... no es tu culpa, Kyle, yo no vi en donde ponía el pie, es todo. Además, esto sanará mañana o antes -me sonríe y besa mi frente-. Estaré bien.
-¿En serio? -pregunté mirándola a los ojos.
-En serio... -responde segura. Suspiré asintiendo, esperando que fuera verdad, la abracé siendo correspondido al instante.
-Te quiero, nana -me aferré a ella.
-Y yo a ti, mi niño.
Ambos nos levantamos del suelo y miramos a nuestro alrededor, sabía que lo mejor era volver de una vez, aunque no quisiera hacerlo todavía.
-Hm... -Nana me mira con una sonrisa-. Este árbol es muy bueno... Kyle. ¿Te animas a construir una casa allí arriba conmigo?
-¿Una casa del árbol? ¡Sí quiero! -salté de la emoción-. Pero ¿Como lo haremos?
-Tú tranquilo, que no por nada tengo un trabajo de ingeniera -se truena los dedos-. A trabajar.
Asentí seguro al estar con ella. Tuvimos que conseguir herramientas y materiales para dicha casa, la cual comenzamos a hacer de inmediato. Nos tomó varios días pero el resultado fue mejor de lo que esperaba, quedó impresionante, muy firme y resistente.
-Y... listo -nana se seca el sudor de la frente y yo le copié sacándole una sonrisa.
-¡Está increíble! -exclamé.
-Es cierto, nos ha quedado muy bien. ¿Qué te parece si la firmamos?
Saca un marcador permanente de su bolsillo y me lo entrega. Yo lo agarro y corriendo voy hasta adentro de la casa.
-¿Qué te parece aquí? -le pregunté apuntando la trampilla.
-Me parece perfecto, justo en el centro -responde ella.
Nosotros escribimos nuestros iniciales y afirmamos que esta casa del árbol es nuestra completamente, solo nuestra. Sonreí emocionado mientras veía nuestras firmas, cuando a Nana le comenzó a sonar el celular, mira la pantalla y su rostro cambia completamente.
-Diga, señora -dice al contestar.
Solo a una persona le llama así... mi sonrisa se apaga y aparté la mirada con un mueca de disgusto.
-Sí, está conmigo -responde y se queda callada, luego suspira-. Bien, vamos para allá.
Nana aparta el celular de su oreja, no hizo falta que ella cortara porque la otra persona ya lo había hecho sin esperar nada más.
-¿Nana?
-Tenemos que irnos, pequeño -menciona levantándose.
-¿Por qué? -pregunté con tristeza, no quería irme.
-Tu madre quiere hablar con los dos -responde abriendo la trampilla y bajando por esta-. Vamos, mi niño.
Asentí sin ganas y bajamos ambos de la casa del árbol. Nana me toma de la mano y comenzamos a caminar hasta casa, no era muy lejos... La verdad, me encantaba aquí, vivíamos en una casa cerca de un río, una ciudad un poco más lejos, por lo que algunas veces íbamos allí. Pero más me gustaba el bosque, no había tanto escándalo como en las ciudades.
-¡Allí están! -mi mamá camina hasta nosotros y me arrebata de la mano de mi nana, para colocarme a su lado- ¡¿Cuántas veces te dije que no quiero que vayan al bosque?!
-Mami... -intenté explicar y proteger a nana, pero ella aprieta mi mano con fuerza hasta que comenzó a doler.
-¡Tu cállate mocoso! -cerré la boca de inmediato, y agaché la mirada.
-Señora, por favor, le está haciendo daño... es solo un niño -nana intenta defenderme, pero mi madre no iba a permitirlo.
-¿Quién te has creído tú para decirme cómo debo tratar a mi hijo? Yo hago con él lo que me de la gana y tú no tienes derecho a criticarme, solo eres una empleada más a la que le pago por hacer lo que le digo.
Mi mamá me jala con brusquedad de la mano hasta lanzarme al suelo frente a ella, me levanté rápidamente, pero ella me empuja para que comenzara a caminar. Nana no pudo seguir permitiendo esto.
-¡Señora, basta! -nana se coloca frente a mí, pero mi madre le da una bofetada que la hace girar la cabeza.
-¡Apártate, empleaducha! Más te vale mantenerte fuera de mi camino.
-No, no permitiré que siga maltratando a su hijo -responde con seguridad, me aferré a su pierna con las lágrimas amenazando mis ojos.
-Nana...
-¿Y qué vas a hacer tú para impedirlo? ¿Demandarme? Puedes intentarlo, pero te adelanto que lo único que pasará es que tú termines en prisión por abuso infantil y consumo de sustancias ilegales -mi madre sonríe con cinismo-. Mientras que yo estaré libre.
Es que es verdad, mi madre tiene tantas influencias que no le sería difícil inculpar a nana de cosas que ella no ha hecho, nana no puede enfrentarse a ella...
-Pero ¿sabes algo? Me has hartado, así que estás despedida. Toma esta oportunidad para alejarte de aquí y alejarte de ese mocoso que lo único para lo que sirve es para ser una molestia constante.
Me aferré a nana quien intenta consolarme al abrazarme y susurrar que eso no era cierto, que yo no era ninguna molestia.
-Quiero que te largues de aquí. Y tú, vete a empacar, mañana mismo nos mudaremos de la ciudad -sentencia mi madre con crueldad.
-¡No quiero! -exclamé sin querer soltar a mi nana.
-¡No está en discusión! ¡Apártate de esa mujer, ahora! -me toma del cabello y me jala aunque nana intentaba impedir que me alejara de ella.
-¡Señora, por favor! ¡Suéltelo!
-¡Tú apártate! -le golpea en el rostro con el codo, consiguiendo que me suelte y que caiga al suelo con la nariz comenzando a sangrar-. ¡Kyle, vete a empacar en este instante! Si no quieres que les vaya peor más te vale hacer lo que te digo, o tu querida nana sufrirá por tus acciones.
No quería que mi madre le hiciera algo más a nana, la miré sollozando y me levanté del suelo.
-¡Te odio! -le grité a mi madre y salí corriendo, ignorando sus gritos de furia, llamándome infeliz e ingrato.
Fui corriendo a la casa del árbol y me encerré allí. Quería quedarme, pero solo con mi nana. Quería que ella fuera mi verdadera madre...
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