Capítulo 23 | Disculparse
Narra Serena
Caminé por el bosque hasta escuchar unos murmullos de alguien maldiciendo. Lo seguí hasta llegar a un río y encontrarme con Ray sentado en el borde de este, estaba distraído hasta que escuchó mis pasos y volteó rápidamente, mostrando su rostro lleno de golpes y un poco, bastante, de sangre.
-¿Serena? No deberías de estar levantada -aparta la mirada y noté cómo se limpiaba bajo los ojos intentando disimular.
-Hm... ya me sentía mejor y necesitaba un paseo, pero es verdad que ahora me canso rápido así que... -me senté a su lado-. Me quedaré contigo hasta recuperar fuerzas.
Soltó una risa amarga pero intentando que fuese sincera, no me miraba, claramente porque no quería que lo viera llorando por la culpa que lo carcomía. No quise forzarlo, pero miré las cosas que tenía en mis brazos para curarlo, aunque no creo que me deje hacerlo por ahora.
-Ray... ¿puedo preguntar sin que te enfades... por qué te has puesto así? Digo, entiendo que conozcas la reputación de Kyle y quieras proteger a tu hermana, pero... ¿No crees que ha sido demasiado? Llamarla cualquiera y tonta... la ha lastimado.
-Lo sé... Joder, lo sé, lo sé -se cubre el rostro mientras su pierna se mueve frenéticamente-. Y me arrepiento en serio, no creo nada de lo que dije, solo... estaba furioso con la situación, más porque lo hicieron a mis espaldas.
Él resopla frustrado, noté una lágrima caer por su mejilla, él la quita de inmediato y esconde su rostro entres sus brazos apoyados sobre sus rodillas.
-Pero el estar enfadado no te da derecho a explotar así en contra de los demás... -apoyé mi mano en su hombro, sabía que no eran palabras de consuelo, pero era lo que debía escuchar y lo sabe-. Kyle tiene razón, debes disculparte con Rebecca.
-Quiero hacerlo, en serio que sí... Pero no sé con qué cara me plantaré frente a ella ahora... Realmente... lo arruiné, ¿verdad? -levanta la cabeza para mirar el agua del río mientras acaricia su cabello con frustración.
-Sí, eso hiciste -sus facciones tiemblan por mis palabras que sonarán crueles-. Pero lo importante es que te das cuenta de eso, y quieres arreglarlo. No quieres que Rebecca te desprecie, aunque dudo mucho que lo haga, después de todo... te sigue queriendo y no le gusta que te lastimen así.
Aproveché ese momento para acercar lentamente mi mano hasta su rostro y deslizar el dorso de mi dedo con suavidad sobre su mejilla en la que tiene un golpe, él cierra los ojos con dolor, pero no se aparta y suspira profundo.
-En verdad no merezco una hermana como ella. Es cierto, no recuerdo cómo éramos de niños, pero desde que nos dejaron tirados en la calle cuando terminaron de experimentar con nosotros... he sido muy sobreprotector; como ella dijo, la hostigaba hasta el punto de agobiarla, creía que lo hacía por su bien y que podría evitar que le hicieran daño...
-Pero esto no funciona así, todos entendemos que quieras evitarle los llantos y dolores, pero eso es parte de vivir. Y si no la dejas experimentar por su cuenta algún día se le romperá el corazón y no estará lista para afrontarlo, y si tú no estás allí, será peor para ella -respondí notando que escuchó mis palabras y las analizó como si fuera una computadora de verdad hasta darse cuenta de que tengo razón.
-Gracias, Serena, era lo que tenía que escuchar -murmura suspirando más calmado.
-Por nada, Ray... ahora, ¿me dejas tratar tus heridas? Kyle se ha pasado un poco -comenté aguantando una leve risa pequeña.
-No me esperaba que fuera tan fuerte -admite apenado mientras se gira un poco hacia mí, permitiéndome curarlo.
-Creo que nadie se lo esperaba.
Tomé las cosas de medicina y las apliqué en su rostro, intentando ser lo más suave posible para no lastimarlo más de lo que ya estaba. Ray y yo permanecimos en silencio, pues yo debía concentrarme. Limpié la sangre seca de su nariz y le puse un parche a una herida en su mejilla, cerca de la comisura de sus labios. Mis dedos rozan estos y fue cuando me di cuenta de lo suaves que se sentían y de lo cerca que comenzaba a estar. Lo miré a los ojos, notando que él me miraba con un ligero brillo en los ojos antes de verme a los míos, me aparté enseguida con mi rostro completamente sonrojado.
-L..Listo. ¿E..Estás mejor? -pregunté. Ray se acaricia la mandíbula y asiente con la cabeza.
-Gracias, de nuevo.
-N..No... fue nada -sonreí levemente, hasta que noté por el rabillo del ojo sus movimientos, giré la cabeza hacia él y de repente sentí sus labios sobre los míos.
Estaba tan sorprendida que no fui capaz de entender lo que estaba pasando, abrí los ojos de par en par quedándome completamente paralizada; Ray parece reaccionar y se separa de golpe.
-Lo siento, yo... No debí hacer eso, perdón. Serena... Joder, solo sé arruinar las cosas... -cierra los ojos cubriéndolos a la vez con su mano y maldijo por lo bajo.
Cuando fui capaz de moverme de nuevo, me di cuenta de que no quería que se lamentara así por lo que hizo, después de todo, me gusta... Así que, tomé su rostro entre mis manos llamando su atención, antes de que él comprendiera la situación fue mi turno de devolverle el beso que no he podido hacer hace un segundo, siendo ahora él quien abre los ojos de par en par.
-Estaba esperando por este momento desde que te conocí -murmuré contra sus labios-. No te lamentes, mejor hazlo de nuevo.
Me mira con asombro por un momento antes de suavizar su mirada, levantó su mano hasta un de las mías en su mejilla y la sujetó con suavidad, llevándola hasta su labios y dejando un tierno beso en mis nudillos. Me mira a los ojos antes de separar sus labios y vuelve a acercarse a mí para volver a unir nuestros labios, esta vez, correspondiendo ambos. Nuestras manos se entrelazan, podía sentir su pulgar acariciando el dorso de la mía, mientras que la otra suya se eleva hasta acariciar mi mejilla. Tuvimos que separarnos por la falta de aire en nuestros pulmones, manteniendo la respiración agitada por unos segundos.
-Debemos volver... -comenté intentando conseguir que regresara con el grupo-. No es seguro aquí, solos.
-Quiero hacerlo... pero enfrentar lo que hice me aterra -se sincera bajando la mirada, sin embargo, sujetando su barbilla hice que fuera a mirarme de nuevo.
-Yo estaré a tu lado, Ray. Te estaré apoyando, viendo como si decides volver ahora conmigo, demostrarás lo valiente y fuerte que eres.
-No estoy seguro de serlo... -murmura resoplando-. El saber que lastimé a mi hermana y a alguien que comenzaba a considerar mi amigo...
-Ambos esperan a que regreses, todos lo hacen. Tu hermana es incapaz de odiarte, lo sabes.
Suspira profundo y se lo piensa antes de asentir resignado. Sonreí un poco, él se levanta y me ayuda a hacer lo mismo, observé nuestras manos juntas y como ninguno quiso separarlas, comenzamos a caminar de regreso hasta los demás, aunque a medida que nos acercábamos, Ray se ponía más nervioso. Apreté ligeramente su mano para demostrarle que seguía aquí y que lo apoyaba.
Cuando estuvimos lo suficientemente cerca como para llamar la atención, todos estaban pendientes de nosotros. Kyle y Rebecca estaban sentados juntos, pero al vernos, Rebecca se levanta casi de un salto y Kyle tras ella. Ambos miran a Ray quien aprieta mi mano buscando mi apoyo.
-Está bien... puedes hacerlo, Ray -murmuré por lo bajo, apoyando una mano en su hombro.
Él me mira antes de dejar escapar un suspiro profundo nuevamente, suelta mi mano y se adelanta hasta Rebecca y Kyle. Permanecí atrás, escuchando las disculpas de Ray quien inclina la cabeza, estaba por arrodillarse inclusive para disculparse, pero Rebecca lo abraza rápidamente y solloza en su hombro llamándolo idiota. Pude ver el alivio de Ray en su lenguaje corporal, pues estaba de espaldas a mí.
-Bien hecho, Serena, lo trajiste de regreso -Adler y Nisha se acercan a mí.
-Es un alivio... pero hubiera entendido si él insistía en no venir -respondí-. Las disculpas no son sencillas.
-Eso es verdad -Nisha me da la razón con una leve sonrisa.
Pero entonces noté una mueca, ella resopla y se aparta de nosotros. Miré a Adler, pero él también la miraba sin comprenderla. Volví la mirada al frente cuando Rebecca y Ray se acercan a mí, Ray me tiende la mano y con un ligero sonrojo en las mejillas la acepté algo lenta.
-Rebecca, espero que entiendas mejor que yo esto... pero Serena me gusta, mucho de hecho.
Sonreí leve, pues intentaba no acelerarme ni emocionarme por sus palabras, acomodé mi cabello nerviosa y sonrojada, miré a Rebecca, quien me sonríe igual de emocionada.
-Lo sé, puede que ni tú lo supieras antes pero esas miraditas de reojo no se las tirabas a nadie.
-¿Ah? -la miramos sorprendidos, ella suelta una gran risotada mientras se limpia el rostro por las lágrimas de hace rato.
-¿Por qué crees que sabía que tú serías mi boleto a la libertad? No hizo mucha falta mi ayuda, y me emocionó que tú sintieras lo mismo por mi hermano.
-¿"Lo mismo"? -mi rostro no podía ser más rojo y al mirar de reojo a Ray notaba que estaba igual, aunque intentara disimular cubriéndose.
-Ray, espero que ahora seas más consciente de que eres muy sobreprotector y que... uno no manda sobre su corazón -murmura Rebecca sonrojándose de igual manera, nosotros miramos a Kyle, quien sonríe de lado con los brazos cruzados.
-Lo soy, así que te prometo darte tu espacio... pero espero que si necesitas ayuda, puedas pedírmela -responde Ray.
-Por supuesto, eres el segundo más inteligente del país. Después de mí, claro -responde ella cruzándose de brazos.
-Sigue soñando, hermanita.
-¿Quién empezó la universidad temprano? Ajá, fui yo.
Todos soltamos un par de risas, Ray igual. Él vuelve a mirarme y aprieta mi mano suavemente como si me estuviera agradeciendo por todo esto, me colgué de su brazos para responder, él se sonroja pero sonríe un poco más. Finalmente... estaba cumpliendo un sueño.
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