Capítulo 13 | Intensidad
Los besos se hicieron cada vez más profundos y húmedos, sus jadeos al acariciar su piel con mis labios me hacía querer sacarle más y más. Mi remera pronto fue un estorbo que desapareció al igual que la que ella tenía puesta, junto al resto de ropa en nuestros cuerpos. Mis labios rozaban la piel de su pierna mientras iba bajando su braga hasta quitarle esta última prenda. Me apoyé en mis manos sobre la cama para contemplarla, contemplar su cuerpo desnudo y el brillo de lujuria en sus ojos. Nisha extiende sus manos hasta mis mejillas, me acaricia hasta enredar sus dedos en mi cabello, mientras yo bajaba a besar su pecho.
Bajé por el valle de estos, cruzando por su abdomen y seguir hasta aquella zona íntima y sensible suya, la cual parece empezar a mojarse aunque apenas la he tocado, eso me hizo sonreír y procedí a besar su intimidad, acariciando sus labios con mi lengua, provocando que ella se estremeciera hasta arquear su espalda.
-¡Mhm! A..Adler... -suelta con excitación, provocándome querer escuchar más.
Lamí su intimidad hasta meter mi lengua en su cavidad y empezar a simular embestidas que parecieron encantarle más. Ella se retuerce por el placer que yo le provocaba, pero yo no sentía que fuera suficiente, por lo que al encontrar su clítoris, comencé a estimularlo con una mano.
-¡Oh, Dios...! -se contrae y retuerce, aferra sus manos a la almohada, incluso aprieta los dedos de los pies, apoyando sus piernas en mí.
Dejé de lamer para mojar mis dedos al acariciar su intimidad e introducir dos de estos, los moví en su interior hasta encontrar ese punto más sensible que la hizo sobresaltarse más. Es curioso... es como si mi cuerpo supiera cada rincón del suyo, así como fue muy fácil encontrar su clítoris, ha sido más fácil encontrar su punto interior más sensible. Al arquear su cuerpo por el placer, Nisha levanta su pecho, consiguiendo que fuera una tentación imposible de ignorar el inclinarme sobre ella y chupar sus pezones. Esto le provocó más excitación y por alguna razón yo sabía que eso iba a suceder.
Seguía embistiendo con mis dedos su intimidad mientras lamía y succionaba sus pezones perfectos. Mientras lo hacía me deleitaba con sus reacciones y expresiones, parecía avergonzada, pero no podía detener sus gemidos por más que lo intentara. Dejé de besar sus senos para besar su cuello y dejar una mordida como un pequeño regaño.
-No te contengas, déjame escucharte bien. Quiero oír cada sonido que te provoco al tocarte y darte placer -murmuré cerca de su oreja.
Me erguí de nuevo para ver cómo su intimidad se apretaba en mis dedos, indicándome que estaba más excitada por mis palabras y que estaba por venirse. Sonreí de lado y acerqué mi rostro para lamer su intimidad sin detener mis dedos, entonces sucedió y ella se vino en mi mano, soltando un gemido más fuerte mientras su cuerpo tiembla ligeramente.
Ella suspira profundo para recuperar el aliento, yo saqué mis dedos de su entrada, viendo como sus fluidos incluso formaban hilos en estos. Nisha me ve atenta cuando me llevé mis dedos a la boca sin pena y los limpiaba con mi lengua, la cual también estuvo en su interior.
-Joder... Adoras hacer eso, ¿no? -menciona cubriendo su rostro, pero yo la miré confundido.
-¿Qué dices? -cuestioné frunciendo el ceño, ella me mira de nuevo y niega rápidamente con la cabeza.
-L..Lo supongo... Que adoras hacer eso con todas las chicas con las que te has acostado -aclara, consiguiendo que yo hiciera una mueca.
-Tampoco han sido tantas -recalqué apoyándome en sus rodillas, mientras ella me mira con una expresión de no creerme ni un poco.
Se acerca a mi mesita de noche y abre e cajón, sentí mi cuerpo tenso cuando saca dos cajas de condones vacías y una por la mitad. Me encogí de hombros.
-La mayoría se las di a Kyle -me excusé.
-Claro... -responde ella sin creerme de nuevo, pero saca un condón de la caja-. De todas formas, no importa eso ahora.
Ella se acerca hasta mí para besar mis labios, regresando la pasión a la habitación. Baja sus besos por mi cuello y continúa por mi pecho, hasta llegar a mi zona baja, ella besa la punta de mi pene y baja lamiendo mi longitud, provocándome un jadeo antes de que me sorprendiera al meterlo en su boca.
-Hmmhg... -solté inclinando la cabeza hacia atrás y sujetando su cabello para que no le molestara.
Nisha comienza a mover su cabeza a la velocidad exacta para volverme loco rápidamente. Lo hacía tan bien que no sabía si esta era nuestra primera vez de verdad, pues parecía conocer lo que me gustaba. Incluso chupó mis testículos mientras masturbaba mi pene hasta lamer desde ellos hasta la punta de nuevo. La miré cuando abrió el paquete y se colocó el condón en la boca, ella volvió a meter mi pene en su boca hasta colocarme dicho gorro y acomodarlo con sus manos.
-Joder... lo haces tan bien -comenté con un leve gemido mientras ella se posicionaba de vuelta en el centro de la cama.
Para mi nueva sorpresa, se coloca dándome la espalda, apoyándose en sus manos y rodillas para dejarme una excelente vista suya que puso aún más duro mi pene, que hasta comenzó a doler por querer entrar en ella de una vez. Sin embargo, la sorprendí a ella al lamer su intimidad antes de darle la vuelta y acostarla, separando sus rodillas y colocándome en medio.
-Es nuestra primera vez juntos... así que me gustaría verte al rostro al hacerlo... -besé su cuello mientras me masturbaba y posicionaba en su entrada-. ¿Cómo te verás cuanto esté empujando dentro de ti? Ya quiero verlo.
Presioné la punta en su entrada y comencé a introducirla, notando como si cupiera el tamaño exacto, como si estuviera hecha para que yo la tomara. No debería de pensar esas cosas pero es casi imposible cuando estoy en esta situación que no me dejó contenerme, por lo que terminé empujando dentro de ella por completo en una embestida que la sobresaltó.
-¡A..Ah! ¡Joder... Adler! -respira agitada y rodea mi cuello con ambos brazos.
-Lo siento.. -besé su cuello con más delicadeza-. Es que eres irresistible para mí, Nisha.
Comencé a mover mis caderas con un poco de lentitud por un momento hasta que ella se movió pidiendo por más, sonreí de lado y se lo di. Empecé a ir más rápido y a golpear su interior con más fuerza, sintiendo como llegaba perfectamente hasta aquel punto sensible suyo que la hizo perder la cabeza en poco tiempo y enterrar sus uñas en mi espalda.
-¡Oh, Dios...! ¡Mhg! ¡A..Adler... Ah! -gime sin poder controlarse mucho más.
Estaba que quería hacerla gritar aún más fuerte, pero un sonido proveniente del exterior me hizo mirar de reojo hacia la ventana. Miré a Nisha y callé sus gemidos al besar sus labios, sin dejar de moverme. Ella no lo había escuchado y eso es bueno, abrí los ojos para ver sus expresiones al estar al borde del colapso y volví a mirar hacia la ventana. Aquellos sonidos se alejan hasta ya no ser perceptibles, fue cuando pude dejar de besarla para respirar y volver a escucharla gemir. Subí sus piernas a mis hombros para empujar dentro de ella con más fuerza y profundidad hasta lograr que sus ojos se pusieron en blanco por el placer y que un poco de saliva se derramase por la comisura de sus labios, lamí aquel sobresaliente y sujeté su rostro con una mano para volver a besarla hasta morder sus labios.
Nisha me provocaba tanta excitación que era casi imposible resistirme a querer hacerle más. Golpear con más fuerza su interior, morder su pezones hasta que mantengan la marca de mis dientes, que su cuello muestre los chupones que quiero dejar como marca en su piel. Realmente me vuelve loco.
-¡Adler... n..no resisto más! -comenta entre gemidos deliciosos.
-Bien. Yo tampoco puedo resistir más -respondí.
Ella se abraza a mí y con las últimas estocadas ella y yo terminamos corriéndonos juntos. Saqué mi pene de su interior mientras ella temblaba y respiraba agitada de nuevo. Me quité el condón pero ella me lo quita de las manos suavemente y derrama el líquido en su boca, dejándome sorprendido una vez más. Ella lo traga y relame sus labios como si hubiera tomado algo delicioso.
-Joder... harás que se me pare de nuevo -me sinceré entre jadeos.
-¿Y cuál es el problema? -de repente ella me tumba en la cama y se coloca sobre mí-. Aún no me apetece dormir, ¿y a ti?
Ella acaricia mi pene húmedo con mi semen, haciéndome sentir la respiración pesada y cómo me iba poniendo duro de nuevo.
-Además, aún hay cuatro cajas en desuso.
-Vas a matarme, mujer -respondí entre jadeos por sus caricias.
-Quizás... -se agacha y lame el fluido que cubría mi pene-. Pero al menos será por placer y no por un cuchillo mientras duermes.
Ambos dejamos escapar una pequeña risa cómplice antes de continuar, pues es verdad que yo tampoco tenía ganas de dormir aún.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro