Todos estaban preparándose para irnos de este lugar, aunque no supiéramos a dónde, sin embargo... yo no podía dejar de pensar en mi abuela desde que nos encontramos con esas cosas en el centro de investigaciones. Quería saber cómo estaba, si había conseguido escapar, aunque lo dudo mucho, una mujer de noventa y tres años no podría huir tan rápido. Me preocupa...

-¡Mierda! -me detuve al cruzar por la puerta del baño en el piso de arriba. La puerta estaba entreabierta, y podía escuchar los quejidos de Nisha. Podía ver que le costaba curarse el brazo, así que decidí tocar la puerta y entrar.

-Nisha... -ella voltea rápidamente y se cubre la herida.

-¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar juntando cosas para irnos? -cuestiona con claras intenciones de no verse adolorida frente a nadie.

-¿Estás bien? -ignoré su pregunta y miré su brazo, pude ver que seguía teniendo pedazos de madera clavados, pero ella se cubre mejor.

-Estoy bien. No necesitas estar aquí.

La miré a los ojos y vi muecas de dolor, había un poco de sangre que comenzaba a bajar por su brazo hasta gotear en el suelo, ella mira lo mismo que yo y suelta otra maldición.

-Sí, se nota que estás bien -rodé los ojos y me acerqué a ella extendiendo un brazo para alcanzar el suyo, el cual aparta y retrocede un paso.

-¿Q..Qué haces? Dije que estoy bien, vete -ordena, pero sin querer aprieta su brazo por lo que maldice de nuevo y aleja su mano de la herida.

Suspiré profundo y me acerqué a ella mientras ella miraba su brazo. La tomé suavemente del otro y la atraje hacia el lavabo por sorpresa.

-Muéstrame la herida -pedí, ella hace una mueca y aparta el brazo de mí-. Deja de ser necia, tenemos que irnos y no lo haremos hasta que tu brazo sea atendido.

Nisha bufa sin opción y aparta su mano de la herida a la par que extendía su brazo hacia mí, sujeté su muñeca con suavidad para no lastimarla y con unas pinzas, las mismas que ella estaba usando, comencé a quitarle las astillas. Ella hacía muecas del dolor, pero se aguantaba tanto como podía, por lo que decidí hablarle para distraerla.

-Todo esto es una locura, ¿no crees?

-Parece una pesadilla... -responde y suelta otro quejido al sacar otra astilla.

-Se parece al juego de zombis que jugué el año pasado, aunque estas cosas no parezcan zombis en realidad -comenté sacando otra astilla.

-¡Agh, carajo! -suelta mordiendo su mano sana para aguantar.

-La verdad... es que temo por una persona -mencioné consiguiendo llamar su atención-. Mi abuela... no sé qué le habrá pasado.

-¿Tu abuela? -asentí, ella aguanta el que le saque otra astilla-. ¿No quieres ir a verla? Ya que de todos modos tenemos que irnos de aquí, podrías al menos saber lo que le pasó.

-Gracias... pero no sé si los demás quieran ir a ver si una viejita está viva... y sinceramente no sé si pueda verlo por mi cuenta, no quisiera encontrarme con algo que no quiero ver.

-Ya veo... -saqué otra astilla-. Yo puedo acompañarte.

-¿Huh? -me detuve y la miré sorprendido.

-Debes saber lo que le pasó a tu abuela, si está viva y no pudo escapar... creo que tú querrías ayudarla, ¿no? -bajé la mirada pensativo-. Los demás estarán bien, tienen a tres personas con habilidades impresionantes para cuidarse, y tú y yo no somos tan malos trabajando juntos.

-No lo sé... ¿realmente dices que es una buena idea? -asiente en respuesta.

-No me gustaría que te arrepientas después por no haber ido, si existe la posibilidad de salvar la vida de una viejita inocente en todo esto, entonces deberías tomarla.

Lo pensé por un momento, la idea de ir con Nisha me reconforta, porque no estaré solo para lo que tenga que ver. Sonreí suavemente y asentí antes de sacar la penúltima astilla. Nisha apretó su mano en mi brazo que la sujetaba, vi el último pedazo, el cual era un poco más grande, enterrado en su brazo.

-Te va a doler... -advertí antes de quitarlo. Asiente y cierra los ojos mientras aprieta el puño.

Comencé a quitarle ese pedazo, pero ella agarra mi hombro con su otra mano quejándose del dolor. Suspira y me suelta, yo se lo quité de una y ella suelta un quejido junto a una maldición.

-Listo -avisé más tranquilo.

Agarré una toalla y la mojé un poco para limpiar las heridas y la sangre que había escurrido. Agarré una de las vendas que había y le cubrí la herida. Al terminar guardé las cosas y las metí en una mochila, nos iban a servir. La miré de reojo por el espejo, ella estaba mirando el vendaje, lo tocó levemente.

-Gracias -menciona volviendo la mirada a mí.

-Por nada -me coloqué la mochila en el hombro-. Está bien, el plan era irnos en la mañana, les avisaré a los chicos del cambio en los planes. Será mejor que juntes lo necesario para llevar.

-Tú y tus ganas de darme órdenes, ¿no te cansas? -cuestiona fingiendo molestia, pero noté una pequeña sonrisa en su expresión.

-Para nada, eres linda hasta molesta -comenté guiñándole un ojo y tomándole desprevenida.

Nisha se sonroja y aparta la mirada para que no la viera aunque fue demasiado tarde. Me reí un poco y salí del baño, fui hacia la habitación de las máquinas de los mellizos y los vi juntando basura en su mochila.

-Creí decirles que solo lo necesario -hablé.

-Esto es necesario, recuerda que podemos construir demasiadas cosas con esto -señala Rebeca.

-Exacto, luego nos lo agradecerás -le sigue Ray.

Liam se coloca a mi lado suspirando y cruzándose de brazos.

-Les dije lo mismo, no te harán caso -responde.

-Está bien, cuando terminen hay que juntarnos con los demás, debo decirles algo -comenté y salí de allí.

Fui a la cocina, en donde estaban Serena y Kyle empacando comida en lata, también guardaron agua y cosas importantes.

-Adler, ten -Serena me lanza un arma.

-Gracias -dije revisando el arma en mis manos antes de guardarla.

-Oye, Serena -Nisha aparece en la cocina- ¿Puedo quedarme con esto?

Ella muestra una cuchilla de hierro con una calavera en la punta del mango. Serena lo ve y sonríe antes de asentir con la cabeza y volver a lo que estaba haciendo.

-Claro, era de mi padre. Nunca me gustó la calavera -comenta Serena.

-Gracias -mueve la cuchilla entre sus dedos y hace movimientos para probarla-. No entiendo cómo no la quieres, es liviana y muy buena.

-No la necesito, prefiero las armas de fuego.

Nisha asiente sin más y guarda la cuchilla, me mira como si me preguntara si ya había hablado con todo y yo negué con la cabeza además de indicarle que espere un poco. Justo en ese momento escuchamos pasos acercarse, los mellizos y Liam entran a la cocina.

-Ya tenemos todo, ¿de qué querías hablar, Adler? -pregunta Ray haciendo que toda la atención recaiga en mí.

-Quería pedirles un favor... personal -empecé-. Quería ir a mi casa, saber lo que le ha pasado a mi abuela...

-Adler, ¿por qué no lo dijiste antes que tenías una abuela? -pregunta Rebecca sorprendida y preocupada-. ¿Estará bien? ¿Habrá podido escapar?

-Eso es lo que quiero averiguar.

-¡Es cierto! ¡Hay que rescatar a esa viejita y a sus deliciosos postres! -Kyle apoya su brazo en mis hombros con desespero. Consiguió hacerme sonreír con diversión por unos segundos.

-Lo siento, pero esto me gustaría hacerlo por mi cuenta. No quisiera arriesgarlos por un deseo mío que no los involucra -mencioné.

-¿Qué? Pero ni loco puedes ir tú solo -aclara Kyle.

-Es cierto, Adler, no puedes ir solo -dice Serena preocupada.

-Es que no irá solo -Nisha da un paso al frente-. Yo seré quien lo acompañe y ustedes permanecerán juntos para protegerse.

-Pero... -ninguno se veía tan convencidos.

-Chicos, gracias por ofrecerse y entenderme, pero preferiría que ustedes vayan y busquen un lugar seguro, recursos y todo lo necesario para sobrevivir a esto. Me sentiré más tranquilo si permanecen juntos -mencioné-. Nisha y yo iremos, si no volvemos dentro de dos días, tendrán que seguir sin nosotros. Nos encontraremos de nuevo en la avenida principal, en la biblioteca nacional.

Todos se lo piensan dudosos pero Kyle resopla y asiente comprendiendo a la par que se aparta de mí y coloca sus manos tras su cabeza.

-Está bien, entiendo lo que quieres hacer. De acuerdo, lo acepto, pero si no regresan yo mismo te buscaré y te mataré por hacer que una linda chica la pase tan mal -Nisha se cruza de brazos y Kyle sonríe-. Pero será mejor que regresen y con esa doña que más amo en esta vida.

-Kyle... es mi abuela.

-Una abuela que me hace mis postres favoritos cuando sabe que estaré contigo.

Reí de nuevo y negué con la cabeza, le di un golpe en el brazo que lo hizo reír igualmente y sonreír a los demás, ya no se veían tan preocupados o dudosos.

-Bien, vamos a descansar, mañana nos iremos, pero tapen la puerta bajo la escalera -comenté.

-Sí.