Capítulo 4
En esta última semana las cosas han cambiado bastante.
La llegada de las personas que estaban en la otra universidad ha influido demasiado en las nuevas normas de convivencia aquí adentro. Suena estúpido, lo sé, pero, ¿qué sería de este lugar si todos se manejasen como quisieran?
Terminaríamos matándonos entre todos, claro está.
Dado que igual que aquí, la mayoría son jóvenes, es todo un desastre. Más tomando en cuenta que siempre habíamos sido rivales ambas escuelas, y claramente hay unos cuantos eternos enemigos conviviendo a diario... o haciendo el intento.
De verdad sé que es conveniente hacer esto, necesito ayudar a más personas a sobrevivir, sin embargo a veces me cuestiono en mi decisión. Van dos veces que Aaron se parte a golpes con Ian, y me consta que se ha contenido y no ha iniciado las peleas.
Kate casi le vuela la cabeza a una chica que le llamó "culo gordo". Y la verdad estuve tentada en dejar que le soltara un tiro.
Y hay un millón más de problemas, pero el peor es conmigo.
Hay un tipo que me tiene harta, y lo peor es que no soy la única, pues Kate no ha parado de quejarse de él, claramente Liam ya lo odia y ha querido ir a golpearlo. Aaron me ha defendido la mayoría de las veces, y ahora hasta se lleva bien con Liam y planean ir a golpearlo. Yo estoy a un problema más de tomar una pistola y volarle el cerebro.
El tal James no ha parado de quejarse e intentar imponer sus propias reglas. Cree que incluso yo estoy para ponérmele de tapete, ha querido venir a dar órdenes, y ya me colmó el plato.
Todos aquí sabían que yo era la que daba las órdenes, sin embargo jamás me vi en la necesidad de hacerlo como tal, nunca había existido un problema, y más que nada sólo dirigía a los chicos que iban a salir en busca de comida, a las personas encargadas de limpieza, los turnos de los vigilantes y ese tipo de cosas.
Sin embargo ya no.
Dado que el imbécil se las quiere dar de "jefe", he decidido ser la perra malnacida que debería.
Y ya que no quiero meterme con los de la otra escuela, Shelsy y yo hemos acordado que ambas tenemos partes iguales del poder sobre los que están aquí, aunque más que nada ella maneja a los suyos y yo a los míos.
—¡Estoy hasta la madre! — Kate entra al lugar sin inmutarse en tocar.
—¿Y ahora?
—Ese hijo de perra otra vez.
—Ah... — suspiro pesadamente y me enderezo en la cosa que tengo por cama —. ¿Ahora qué hizo?
—Obligó a Martha a servirle un extra de comida a él y a sus putos amigos. Y dijo que ellos eran los importantes, que si se quedaban sin comida las demás personas era algo insignificante, podrían aguantar unos días sin comer.
—Hijo de puta...
—Pero no se queda ahí — inquiere caminando de un lado a otro —, obviamente salté. ¿Qué se cree? ¿El rey o qué? De lo único que será rey es del reino de los estúpidos.
No puedo evitar soltar una carcajada ante su frase. Por más seria que quiera estar cuando Kate se queja de algo, siempre termino riéndome de alguna de sus palabras.
—Mis botones de gomita...
—Idiota — contesta esbozando una sonrisa —. Así que le dije: ¿Qué te crees, imbécil? Si no quieres comerte mi puño deja de sentirte el jefe.
—¿Y qué contestó?
—"Tú cállate, zorra". ¡Me dijo zorra! No es que no lo sea, pero no tiene derecho a decírmelo.
—Supongo que hiciste algo más...
—Por supuesto que hice algo más, nos armamos de palabras. Casi llegamos a los golpes.
—¿Y luego?
—Agárrate, que aquí viene lo peor. Con esto vas a reventar de la furia.
—Hmm...
—Dijo que los frijoles de tu abuela eran una mierda — Kate le da una entonación tremendamente exagerada y explícita a la oración.
Abro la boca sorprendida mientras ella asiente. No, eso jamás.
—¿Eso dijo?
—Eso mismo, y dijo que era comida para cerdos.
—Tremendo mamón...
—Pero no te preocupes, luego de que dijo "Eso es comida para cerdos" yo le respondí, "entonces de qué te quejas". No, debiste verlo, casi me mata ahí mismo.
—Maldito... ese comentario me lo paga... ¿mi abuela lo escuchó? — pregunto preocupada de que así haya sido.
—Sí, y luego de mi comentario le dijo, "entonces no tragues".
Vuelvo a reírme, por supuesto que iba a decir algo así, si es mi abuela.
—¿Y luego?
—Sí, aún hay más. El imbécil le dijo, "usted qué se mete, vieja chismosa".
—¿Qué? No, este pendejo no pasa de hoy — sentencio parándome.
—Espérate, que viene lo mejor. Tu abuela le contestó increíble. Le dijo: "¿A quién le dices metiche? Miserable idiota, déjate venir para que te rompa boca"
—¿Y luego?
—Se dejó ir.
—¡No! ¡No no no! Mi abuela está bien, ¿verdad?
—Deberías de preguntar cómo está James.
—¿De verdad? ¿La abuela lo hizo otra vez?
—Sí, lo hizo. El muy idiota creyó que no le haría nada, así que se le acercó para plantársele enfrente. Seguramente pensó que tu abuela iba a arrepentirse y pediría disculpas. Sin embargo ni siquiera vio llegar el golpe. Uno bien puesto en la boca, y antes de que se incorporara le metió una patada en las bolas. Luego lo agarró del cabello, y le puso una zarandeada... que bueno, pensé que lo iba a dejar calvo, le dio con la rodilla en alguna parte de la cara, y lo empujó después. La verdad no lo empujó para dar por terminada la pelea... si es que le podemos llamar pelea a la golpiza que le metió, lo hizo nada más para dejar que se recuperar un poco.
—¡Coño! No me digas que siguió.
—¿Seguir? ¡Ja! Casi lo mata. James se quedó parado mientras se recuperaba, y de una forma cómica tu abuela le metió una patada digna de película de acción. Además, ya sabes, como es costumbre traía sus mata víboras.
Suelto una carcajada entonces, seguramente hasta mi abuela me está escuchando. No puedo creerlo, siempre ha sido un caso.
—Te lo juro, sus botas son lo máximo — continúa Kate.
—Hey, si yo no sé a quién se le ocurrió el nombre de "las mata víboras" — sigo riéndome, cada vez que recuerdo el nombre me da más risa.
—Pues cómo no, son botas con suela de llanta de tractor — ambas comenzamos a reírnos como locas. No nos estamos burlando de mi abuela, es sólo que de verdad es un desastre.
—Ya cállate — pido mientras intento dejar de reírme —, no estábamos hablando de las mata víboras.
Nuevamente nos reímos. Si ya lo sé, vamos a seguir con la broma un buen rato.
—Bueno ya. El punto aquí es que después de la patada, James acabó en el suelo, y tu abuela dijo como gesto final: Vuélveme a hablar así, y te corto los huevos, hijo de la mierda.
¿Alguna vez dije que la grosería favorita de mi abuela es "Hijo de la mierda"?
—Ojalá así haya aprendido.
—Ten por seguro que no, si le metió esa joda es porque lo tomó por sorpresa, y de verdad no creo que fuera capaz de defenderse contra ella...
—Seamos honestas, mi abuela es de mano pesada...
—Uy, que si no.
—Tengo que ir a verla, necesito felicitarla.
—Lo sé, pero yo estoy harta de ese hijo de perra, mira que meterse con la abuela es pecado capital.
—Ya compartimos abuela, eh...
—Déjame algo, después de todo yo no tengo abuela.
—Sí, ella es especialista en acoger mendigos.
—Jódete. Iré a hablar con Shelsy, le diré que ponga orden con James, o voy a volarle esa cabeza dura con una bala.
—Adelante, lo peor del caso es que te creo capaz.
—Lo soy.
—Sí, lo eres.
—Iré a hablar con ella, regresaré a contarte.
—De acuerdo.
Kate da la vuelta y se apresura a salir del lugar. Ya me imagino cómo va a soltar la amenaza...
Pero, ¿para qué imaginar cuando puedo mirarlo?
Me pongo de pie nuevamente, casi corro hacia la salida para alcanzarla y poder ver bien todo.
Voy de prisa por el pasillo mientras busco su cabello rubio por todas partes.
Cuando la encuentro va llegando junto a Shelsy, aún no empieza a hablar, así que me apresuro para llegar a tiempo.
—Sólo quiero pedirte un favor — oigo que comienza.
—Por supuesto, Kate, lo que necesites — acepta Shel volteándose a mirarla. Mi amiga le saca una cabeza de altura, y dado que Shelsy le tiene miedo supongo que aceptará todo lo que le pida sin chistar.
—Tu amigo James me tiene hasta la madre — suelta sin contenerse —, estoy harta. No lo soporto, lo odio, tengo ganas de matarlo y no pienso contenerme más.
—Yo entiendo... sé que James es un poco temperamental...
—¿Temperamental? James es un imbécil, no más que eso. Y yo no estoy para soportar gente estúpida. Esto era una universidad, no una escuela especial para retrasados.
—Sí, lo entiendo perfectamente. En serio lo siento.
—No te responsabilices por algo que no es tu culpa, sólo te pido que le pongas un alto si no quieres que se lo ponga yo. Porque mira — dice alzando la escopeta —, es tan sensible... y bueno, a veces de la tensión me tiemblan las manos, y no queremos que sin querer jale el gatillo mientras el cañón está apuntando hacia James...
¿Así o más clara la amenaza?
—Por supuesto que no, me encargaré de eso, no te preocupes. Iré a charlar con él ahora mismo.
—Gracias, Shel, sabía que me entenderías.
Kate se voltea hacia donde estoy, mientras la otra chica comienza a caminar al lado contrario.
—Listo, — avisa acercándose a mí —, tiene el día de hoy para cambiar, de lo contrario me va a temblar la mano.
—Por su propio bien espero que haga lo correcto.
—Sí, también lo espero.
(...)
—No, la guardia me toca mañana — corrijo mientras meto la cuchara a mi boca.
—¿Con quién? — pregunta mi abuela.
—Aún no lo sé, he estado un poco distraída de los horarios, con eso de que hay una pelea por hora no puedo concentrarme de fijo de nada.
—Los otros trajeron sus cosas malas aquí.
—Así es — acepto cansada. Era obvio que habría sus diferencias entre unos y otros, aunque a veces siento que las diferencias son muchas y muy grandes —, pero tiene que pasar, vamos a acostumbrarnos. No creo que se pasen con su rivalidad toda la vida, ya se irán haciendo amigos, ya verás.
Siento un par de manos en los hombros, doy un brinco involuntario y me volteo a mirarlo.
—Hola — saluda sonriente y se sienta junto a mí.
—Joel... pensé que seguías en la enfermería — me estiro hacia él para abrazarle, me da gusto verlo de pie otra vez.
—Ya estoy bien, completamente bien. Iré con Henry y Liam a revisar algo afuera...
Kate suelta un risotada, sin embargo sigue comiendo sin decir nada.
—¿A revisar qué? — pregunto.
—No lo sé, me dijeron que moverían algunas cosas.
Kate vuelve a reír, yo quiero hacerlo, pero sólo esbozo una sonrisa y no digo nada en cuanto a ello. Después de todo no es asunto mío, y el más indicado para decirle que lo que va a mover son cadáveres, es Liam, no yo.
—En fin — continúa —, sólo venía a preguntar si tenían un poco de agua.
—Dame un momento — pide mi abuela parándose de la silla.
Es gracioso, pero el lugar más tranquilo de toda la fortaleza es la cocina. Y dado que Kate y yo estamos hartas de todo, nos venimos a "esconder" aquí adentro mientras mi abuela nos da las sobras de la comida de hoy.
—Aquí tienes — dice entregándole una botella de agua —, ¿necesitas más?
—No, con esto está perfecto, muchas gracias — Joel se vuelve a parar de la silla, pero se queda un momento quieto. Al cabo de unos segundos se agacha hacia donde estoy y me planta un beso en la mejilla —. Cuídate — pide con voz cariñosa.
—También cuídate, no dejes de mirar para arriba — Joel me dedica una sonrisa antes de seguirse caminando para afuera.
—Es lindo — comenta mi abuela mientras se vuelve a sentar.
—Ni diga — contesta Kate —. Lía lo dejó por Luzbel.
Yo ruedo los ojos ante eso. Sí, lo mandé a la mierda por Luzbel, es cierto.
—No lo dejé como tal — me defiendo —, él y yo no éramos nada.
—La verdad es que en parte el niño se tardó demasiado, quién sabe cuánto tiempo pasó y seguía sin pedir a Lía.
—Así son los hombres — acepta mi abuela —. No te toman pero tampoco dejan que otro lo haga.
—Que bueno, si a esas vamos Luzbel se tardó meses en pedirla. Pero bueno, supongo que él era el indicado.
Mientras sigo comiendo escucho algo fuera, pareciera que han tirado algo grande al piso, y las personas ya comienzan a apabullar.
Kate y yo nos paramos de las sillas al mismo tiempo, corremos a la par y empujamos ambas puertas juntas.
Otra vez, no puede ser.
Intento identificar al par que se está peleando, sin embargo están jaloneándose tan rápido que no sé quienes son.
Joel entra entonces a la pelea, no a golpear a nadie, sólo a intentar parar las cosas.
Pero otro entra también, uno de los amigos de James... vaya, ya sé quién se está peleando.
—¿A qué te metes, idiota? — le pregunta a Joel un momento antes de darle un empujón.
—A detener esto, imbécil — contesta regresando el empujón.
Pasan a lo mucho dos segundos para que ahora ellos también comiencen a pelearse.
—¡Basta ya! — grito por encima de todo y entro a intentar separarlos.
Kate me sigue, sin embargo no logramos nada, los cuatro están peleándose y no piensan parar.
Puede verse como una tirada sucia, pero le pateo las costillas al tipo que pelea con Joel, y luego de un momento termino metiéndome a la pelea en un intento de separarlos.
Y lo logro.
Joel se queda quieto junto a mí, sin embargo el otro tipo me mira con odio y de un momento a otro camina en mi dirección. ¿Va a golpearme?
Joel se va a interponer entre ambos, sin embargo Ian lo amaga y lo aleja de donde estoy.
Increíble.
Creo que recuerdo como golpeé a Aaron el año pasado, podré esta vez... o eso espero.
Doy unos pasos hacia atrás mientras el chico se está acercando. No estoy segura de lo que hago aquí y mucho menos de lo que voy a hacer cuando ya lo tenga enfrente.
Cuando está a menos de un metro de mí me suelta un puñetazo. Obviamente me golpea y termino en el piso.
—¡Lía! — grita Joel, pero sé que no puede moverse.
Estoy a punto de reincorporarme, pero el tipo me da una patada en las costillas y me saca volando unos metros.
Ya está, me muero hoy. Y por uno de los míos.
Algo en mí despierta, y sin que entienda como lo hago me siento en el piso y me arrastro hacia atrás, librándome de un golpe más.
Al chico le cuesta un solo segundo cambiar de dirección e ir hacia donde estoy sentada mirándole.
Nadie hace nada, todos se quedan mirando el show, y en parte no los culpo, habría que estar loco para entrar a defenderme de este zafado.
Mis amigos no están por ningún lado, creo que Aaron está en guardia ahora, y Joel sigue aprisionado.
Kate no sé en dónde carajo está, creo que también la tienen de la misma forma que a Joel, y bueno. Yo estoy aquí a punto de morir.
¿Quién podría ayudarme? ¿Quién en su sano juicio vendría a defenderme de este tipo? Necesitaría tener una mente retorcida y un valor insuperable, pero esa es la pregunta. ¿Quién está tan loco como para meterse por mí?
Veo una sombra entonces y la repuesta llega.
Sí, mi abuela.
Un golpe metálico se escucha, luego veo que tiene un sartén en las manos y le ha golpeado con el en cabeza.
Al cabo de un segundo le mete un par de golpes más, pero solo para aturdirlo, pues la verdadera pelea apenas se viene.
Ella suelta un sartenazo más, luego deja caer el utensilio al piso y le suelta una patada.
Todos nos quedamos con la boca abierta mientras lo hace. Entraría a ayudar, pero el tipo me cae mal y quería matarme hace un segundo, así que dejaré que mi abuela lo muela a golpes.
Le mete quien sabe cuantos más puñetazos más, el chico termina en el piso unos segundos, pero luego se para y se va con mi abuela todavía más rápido de como lo hizo conmigo.
La va a golpear... ¿la va a golpear? Por supuesto que no, me mata antes de ponerle una mano encima.
No sé cómo logro pararme tan rápido, pero en menos de un segundo corro con todas mis fuerzas en dirección a chico, y él está tan concentrado en mi abuela que ni siquiera me ve llegar.
Le tacleo con una fuerza brutal, ambos caemos al piso a metros de dónde estaba, y sin pensármelo dos veces comienzo a golpearlo como loca.
Pasa un segundo para que mi abuela llegue junto a mí, y casi comienzo a reírme cuando empieza a pegarle sin parar con el sartén.
—Basta, basta — oigo que alguien le dice mientras la abraza y le quita el sartén de la mano. Seguramente se apiadaron del alma de este pobre imbécil —, no se desgaste en esto, yo acabaré por usted.
Me volteo de golpe a mirar quién le ha dicho eso. Y claro, se lo dijo una mente más retorcida que la suya.
Aaron.
—Ven — pide abrazándome y poniéndome de pie —. Ve con tu abuela — de una forma estúpida le hago caso, voy y la abrazo mientras miro lo que hace —. Tú — señala al tipo que sostiene a Kate mientras él alza del piso al chico —, suéltala si no quieres que te reviente el cráneo contra la pared. Y tú igual, suéltalo ahora — se dirige al que sostiene a Joel.
No me sorprende que ambos chicos le hacen caso. Aaron tiene la facultad de dar órdenes sin que nadie chiste.
Luego de unos segundos para al chico que tenía afianzado y le mete dos golpes en la cara, esos son suficientes para noquearlo y dejarlo en el piso sin más.
Creo que ha sido lo único...
Eso pensé, sin embargo camina ahora en dirección a James. Mismo que sé es el único que tendría el valor de ponérsele en contra.
—Me tienes harto — habla mientras camina lentamente hacia él —, no te soporto, y nadie aquí lo hace. Tú no eres más que uno más en este lugar, no eres el jefe, no eres el comandante, no eres nada, ¿entiendes? Nada. Pero al parecer no, no lo entiendes, y yo no soporto a las personas idiotas. Esto no era un jardín de niños, y tú no eres uno tampoco, porque si lo fueras ya habrías entendido tu lugar aquí.
—¿Y tú quien te crees?
—Una persona con más derechos aquí que tú. Vas a seguir las putas reglas si no quieres terminar siendo uno de nuestros adornos de la entrada. Ya sabes, esos que dicen, "intenta pasar y serás el siguiente". ¿Entiendes?
—Yo voy a ser el único que de las órdenes aquí — decide con autonomía —, sólo yo.
Espero la respuesta de Aaron, supongo que va a decirle algo muy bueno.
Pasan un par de segundos hasta que responde.
Un puñetazo en la boca, ha sido buena respuesta.
La verdad no me sorprende ver la forma en la que está masacrando al tipo. Es algo ya natural en él.
—Una vez más — ordena sosteniendo a James contra una pared —, una queja, un pelea, una simple cosa. Y voy a arrancarte la lengua para que no puedas volver a dártelas de jefe y dar órdenes — luego de azotarlo contra el muro lo deja caer al piso, se voltea hacia mí y me sonríe contento —. ¿Lo ve? Cuando tenga un problema no se desgaste ni sacrifique sartenes — le pide a mi abuela —. Sólo llámeme, yo haré el trabajo por usted.
________________
Por fin llegué ♥️
Sigan leyendo 🌝♥️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro