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Capítulo 18

Ni siquiera sé que decir, estoy en shock mientras camino entre todos los muertos. Son demasiados cuerpos, sin embargo sé que muchos se alcanzaron a salvar, de cierta forma eso me mantiene de pie.

Veo a Jason salir de uno de los pasillos del edificio, me relajo un poco más de verlo vivo, aunque aún me falta encontrar a muchos para estar tranquila por completo.

—¿Dónde...?

—Están bien — me interrumpe llegando hasta mí, me abraza con fuerza y frota mi espalda en un intento de calmarme —, tu abuela, tu madre y Lily están a salvo, están escondidas en tu pieza, no les pasó nada.

—¿Y los demás?

—No puedo encontrar a Henry... — admite nervioso —, Brian está bien, están curando a Kate, tu estás aquí, pero no encuentro a Henry por ningún lugar.

—¿Dónde carajo están ellos?

—¿Ellos?

—Los ángeles.

—Hicieron lo que pudieron, es sólo que nos tomaron por sorpresa, nadie esperaba un ataque, ellos hicieron frente en cuando los gritos comenzaron, pero el lugar se volvió loco, nadie hizo caso... les dijimos que fueran a encerrarse, pero muchos salieron como locos... los mataron enseguida... fue culpa suya, jamás siguen las malditas órdenes — por primera vez veo a Jason molesto —. Por hacer eso arriesgaron a todos, Kate y Hanry salieron junto con otros en un intento de salvarles la vida, pero casi se mueren ellos... los ángeles mataron a muchos, pero la gente no hizo más que estorbar, sin embargo luego de unos minutos todos esos monstruos decidieron huir, así que Rafael y los demás fueron tras ellos, por eso no hay ninguno ahora.

—Buscaré a Henry, encárgate de buscar a los otros... a Joel... Aaron...

—Lo haré.

—Los quiero a todos reunidos aquí enseguida, volveré pronto.

Doy la vuelta y salgo nuevamente en busca de mi amigo, es terrible tener que mover cuerpos para asegurarme de que ninguno le pertenece a Henry, a muchos les hacen falta pedazos de piel, se ven claramente las mordidas y el piso comienza a llenarse por completo de sangre escarlata.

Me sigo caminando entre los cuerpos mirándolos de lejos, reconocería a mi amigo sin tener que verle el rostro, de eso estoy segura.

Y sí. Lo reconozco.

—¡Henry! — grito y me le echo encima —, despierta, despierta por favor, te lo ruego.

Llevo mis dedos a su cuello y le tomo el pulso, aunque me cuesta un poco de trabajo logro sentir los débiles latidos de su corazón. Está vivo, hay forma de salvarlo aún.

Lo alzo del suelo como puedo y regreso al edifico, todos se quitan en cuanto me ven pasar, sin embargo Brian casi se desmaya cuando ve que es el cuerpo de Henry el que está en mis brazos.

—¡No, no! — grita llegando a mí y tomándolo en mi lugar —, Henry no me hagas esto, por favor.

—Muévete, aún está vivo — hablo haciéndolo caminar hacia la enfermería.

—Vas a estar bien, te lo juro — le asegura aunque tal vez ni siquiera nos escuche —, te lo prometo, y jamás rompo mis promesas.

Entramos a la enfermería y subimos a Henry a la primera camilla del lugar, Brian comienza a quitarle la chamarra y yo busco desesperadamente algo para ayudarlo, sin embargo no sé qué hacer, no tengo idea de cómo puedo salvarle la vida.

—Calma — Ariel llega a mi lado —, yo me encargo, tranquila.

—Está muy mal... — respondo regresando junto él —, tienes que salvarlo... por favor.

—Lo haré — asegura mirándome a los ojos —, ¿por qué no vas con Kate?

Me volteo a mirar dónde está, y veo que Gabriel y un par de ángeles más están vueltos locos mientras ella se queja y los golpea a todos.

Voy hasta ella a sostenerle las manos, y les permito a los ángeles que puedan curarla sin recibir más manotazos por su parte.

De cierta forma está bien, aún tiene fuerza para intentar defenderse, y ya que ha empezado a maldecir a todos la considero prácticamente sobreviviente.

—¿Cómo está? — pregunto paran asegurarme de que no esté en peligro.

—Bien... bastará que se recupere de todos los golpes para que esté como si nada — responde Gabriel mientras le limpia sangre de uno de los brazos.

—Perfecto. Sé que sanará rápido... Kate, tengo salir a revisar que los demás estén bien, volveré pronto para verte, intenta estar tranquila — quisiera poder abrazarle, pero está demasiado golpeada como para que eso ayude.

Doy la vuelta y camino hacia la puerta, me aseguro de que Henry siga vivo y salgo con la esperanza de encontrar a todo el equipo igual.

—Lo siento... — se disculpa Liam en cuando me ve llegar —, todo se salió de control, quisimos hacerlo pero... nadie quiso hacernos caso, y también teníamos que salvarnos nosotros.

—No hay nada de que disculparse, conozco perfectamente la terquedad de las personas de este lugar, hicieron lo correcto, de verdad — aseguro en un intento de que ninguno se sienta culpable por no haber cumplido con su deber de mantener a salvo a las personas. Sin embargo no es su culpa, tal vez yo también hubiera preferido salvar mi vida. 

—¿Cómo está Kate?

—Bien, sólo está herida, dicen que va a ponerse mejor pronto... ¿quién falta?

—Nadie, estamos todos a excepción de Henry y Kate — contesta Aaron.

—¿Y los ángeles dónde están? — pregunto con la esperanza de que ya estén aquí.

—Salieron detrás de esas criaturas... no hemos sabido de ellos desde hace un buen rato... cuando Miguel llegó decidieron huir, y todos ellos salieron detrás suyo.

—Bien... vamos a hacer esto, sé que todos están heridos, cansados y débiles, pero no quiero otro ataque así... por lo menos no que sea tan fácil.

—¿Qué piensas hacer? — pregunta James cruzándose de brazos, y por un fugaz momento pienso que va a ponerse igual de pesado que antes.

—Este es el edificio principal, realmente está a nada de la entrada y la entrada da justo a la calle principal de este sector, eso técnicamente nos pone en una situación un poco más vulnerable ante otro ataque de este tipo...

—¿Cambió de edifico? — supone Jason enarcando una ceja.

—Así es, creo que el ir al C será lo mejor, ya que si recordamos el C está conectado con el D, por lo que bien podríamos dejar en el primero a todas las personas/civiles, y tanto nosotros como los ángeles estaríamos en el segundo, no nos mezclaríamos todos, ellos no estarían temerosos de los alados y nosotros podríamos movernos a nuestro propio ritmo sin problemas. Y por supuesto que también sería una mayor seguridad para todos en conjunto, podríamos barricadas a ambos lados de este edificio, por lo que sería más difícil para cualquier criatura como los Tiyanak pasar, y en caso de que lo lograran nos daríamos cuenta antes y tendríamos mayor tiempo de reacción.

—Además, el C y D están rodeados de árboles, y al ser más chicos se esconden mejor y necesitaríamos de menos cosas para tapar ventanas — continúa Aaron dando su punto de visita también —. Así que incluso podría pasar desapercibido todo, tal vez los demás ángeles creerían que su ataque funcionó y hemos abandonado el lugar...

—Yo estoy de acuerdo — acepta James rompiendo un silencio de pensamientos sobre si sería una buena idea —, hagámoslo cuanto antes, no hay que perder el tiempo.

Los que estaban sentados se ponen de pie enseguida mientras miran a todos lados sin saber qué hacer.

—Bien... necesito que formen... ¿tres grupos?

Muy obedientes todos empiezan a separarse en tres filas mientras el de hasta enfrente cuenta a sus integrantes. Ya que veo que de verdad son demasiados en cada grupo rehago las cosas.

—Mejor que sean cuatro — corrijo, y de una forma espeluznantemente rápida se hace una nueva fila —, bien... dos grupos irán a los edificios acordados, cada grupo se encargará de uno, necesito que acomoden todo lo más parecido posible. Los otros dos comenzarán a sacar las cosas de aquí, uno nuestras cosas y el otro las de las demás personas. Ya acordamos que el equipo va en el D, muévanse.

Me he tardado en más darles la orden, que ellos en salir como bólidos a diferentes direcciones.

—¿Se ejercitan? — pregunta Abaddon poniéndose junto a mí.

—Cambiaremos de edificio, ¿quieres ayudar o te quedarás mirando?

—Soy de los que observa de lejos — explica.

—¿Y los demás? — pregunto luego de rodar los ojos.

—¿Hablas de Belcebú y Gaderel?

—Y los demás — repito para generalizar a su raza.

—Con los ángeles — explica sin tomarle importancia —, jugando a ser ángeles de nuevo.

—Bueno, por lo menos están haciendo algo.

—Ir de cacería jamás fue lo mío, pero a ellos siempre les gustó, que mejor que sentirse del clan otra vez, ¿no?

—No lo sé.

—¿En serio no lo sabes?

(...)

—Está casi todo listo — informa Jason parándose frente a mí —, Liam y Aaron están evacuando a todas las personas, tu madre y tu abuela nos están ayudando con la acomodación de todos. Matthew, Jesse y Doom se están encargando de transportar el radio y todos los electrónicos, yo iré en un momento para pasar toda la electricidad a los otros edificios, Joel está esperándome para ayudar.

—Perfecto, gracias por decírmelo... ¿ellos no han llegado?

—No, no hay ni una señal de que estén cerca. Pero si fuera tú no me preocuparía por eso, es obvio que esas criaturas no van a poder contra los ángeles.

—No estoy preocupada. Ya empaqué todo lo de la enfermería, sólo estoy esperando a Gabriel para que me diga si es conveniente sacar todo y a todos de ahí ahora.

—Yo iré a ver lo demás entonces, cuídate — Jason me abraza con fuerza, le regreso el gesto y nos quedamos así un largo rato.

Esa siempre fue una buena forma de calmar los nervios del otro, Jason siempre ha tenido la facultad de relajarme.

Nos separamos y cada quien toma un camino diferente, el edificio está casi vacío, sólo quedamos los que aún están sacando cosas de los salones, y yo que estoy revisando que no haya nada olvidado.

La puerta está abierta de par en par, y una ráfaga helada de viento entra violenta. Un segundo después oigo un trueno, e incluso siento que el piso se tiembla ligeramente.

Lo mejor será apurarnos antes de que comience a llover.

—¿Dónde están todos? — oigo una voz un poco baja. Alzo la vista y me echo a correr en su dirección.

—¿Qué haces de pie? ¿Acaso estás loca?

—Estoy bien — asegura Kate mientras le veo tomarse el cabello para amarrarlo —. De verdad, me siento mejor, es como si hubiera dormido durante días...

Le observo detenidamente, y le veo una clara mejora. Todas las heridas de su cuerpo lucen obscuras, como si llevasen bastante de haberse hecho.

—¿Segura que te sientes bien? — insisto aunque sé que lo está.

—Segura, estoy mejor, pero... ¿qué pasa?

—Nos cambiamos de edificio — explico —, con todo lo que pasó creo que estaremos más seguros cuanto más lejos de la entrada estemos. Faltan detalles, pero casi todo está allá.

—¿Los demás están bien? ¿Liam...? ¿Rafael? ¿Dónde está él?

—Liam está bien, y Rafael... no sé dónde está, aún no regresan, pero estoy segura que no les ha pasado nada, han de estar mejor que nunca.

Un trueno hace que Kate brinque en donde está, juraría que acaba de caer a escasos metros de donde estamos, sin embargo no es eso lo que noto precisamente.

—¿Oyes eso? — pregunta Kate abriendo bien los ojos y concentrándose para oír algo.

—Lo oigo — afirmo intentando identificar qué es.

Ambas nos volteamos a mirar hacia la puerta. Entonces lo vemos.

Fuera del campus, justo en las rejas hay alguien, y pide a gritos ayuda mientras se sostiene del metal para no caer.

Ambas salimos corriendo en su dirección, sin embargo voy más rápido que Kate y termino llegando antes que ella.

Abro la puerta con desesperación y salgo disparada nuevamente hacia la mujer.

Viene vestida con un camisón blanco, muy parecido al que dan en los hospitales a los internos.

—Ayuda — pide cuando la tomo en brazos evitando que caiga —, por favor ayúdame — ruega mientras lágrimas se escurren por sus ojos.

—Cálmate, todo está bien — aseguro mientras intento sostenerla de una manera diferente, sin embargo la chica se retuerce en mis brazos y comienza a quejarse fuertemente, haciendo que note el verdadero problema.

—Ayúdame — repite —, va a nacer ahora.

Kate y yo intercambiamos mirada atónitas. Esto es mucho peor de lo que pensé, pero por supuesto que voy a ayudarla.

—Haz el esfuerzo de caminar, vamos a entrar.

—No puedo — admite y siento que sus rodillas se doblan y ella se desploma.

—Tengo qué cargarte entonces...

—¿Estás loca? — pregunta Kate tan discreta como puede.

—¿Crees poder aguantar eso? — le pregunto a la chica ignorando a mi amiga.

—Sí...

Le observo un momento para saber cómo es la mejor forma de cargarla, realmente está a punto de reventar, nunca en la vida había visto una embarazada con el vientre tan grande.

La cargo con tanto cuidado y delicadeza como puedo, ella se queja, sin embargo no se mueve y me permite entrar nuevamente con ella en brazos.

Ni siquiera sé cómo estoy haciendo esto, pero me he dado cuenta que he comenzado a tener mucha más fuerza que antes. Ahora mismo estoy cargando mínimo ochenta kilos, pero no estoy haciendo ni un poco de esfuerzo como cualquiera lo tendría que hacer.

Apresuro el paso cuando siento que la lluvia se nos va encima de golpe. Sólo eso nos faltaba. Lluvia.

Entro de nuevo al edificio y me voy hacia la enfermería sin pensarlo un solo segundo.

Esta vez no hay absolutamente nadie, el pasillo está vacío en su totalidad, y dadas las circunstancias no sé si eso es bueno o es malo.

—Calma, ya llegamos, respira — pido mientras la recuesto en la misma camilla en la que estaba Kate —, sé que duele, todo va a estar bien.

—¿Qué carajo vamos a hacer? — pregunta Kate en un ataque de pánico.

No quiero ni contestarle, porque mi única respuesta es un "no sé". Jamás he recibido a un niño, ni siquiera sé cómo carajo se inyecta algo parecido, pero no puedo dejar que esta chica lo haga sola.

—¿Y bien? — insiste Kate.

—Estoy pensando — contesto mientras intento hacer un plan para esto.

—¡Está a punto de parir! ¡No hay tiempo para pensar!

—¡Pues no sé qué hacer!

Un grito más fuerte zanja el siguiente grito de Kate.

—Tenemos que hacer algo ahora — presiona mirándola con los ojos abiertos —, tenemos, Lía, tenemos.

Un ruido en el pasillo me da un esperanza única y casi imposible. Salgo a toda velocidad en busca de la persona que está aquí también.

—¡Ayúdame! — grito yendo hacia ellas.

—¿Todo bien? — pregunta mi abuela preocupada.

—No, esto está muy mal y son realmente las únicas que pueden ayudarme.

No creo que sepan un carajo de cómo recibir a un niño, pero conservo la esperanza de que sea así.

Las tres corremos de vuelta a la enfermería, Kate está que se muere de la angustia y la veo de un lado a otro buscando algo que no tiene ni siquiera en mente.

—¡No sé que hacer! — grita histérica.

—Cálmate — pido intentando relajar las cosas, todo ya está muy tenso de por sí —. No sé que hacer — me dirijo a mi abuela —, va a parir ahora...

—Bien... calma — ella pasa por mi lado y va con la chica —, tranquila cariño, estarás bien — habla de una manera dulce pero optimista —, ¿cómo te llamas?

—Bárbara — responde entre quejidos.

—Es un bello nombre, ¿lo sabías? — mi abuela comienza a descubrirle las piernas muy segura de lo que hace, aunque yo estoy igual de segura que jamás ha recibido a un bebé —. ¿Y sabes que es?

—No — contesta Bárbara echándose a llorar.

—No lo sabes...

—No lo sé.

—Eso no importa, en mi primer embarazo tampoco sabía que tendría — explica encogiéndose de hombros —, aunque bueno, tenía la sospecha de que sería una niña, ¿tú qué piensas que es?

—No lo sé — niega con la cabeza —, no lo sé.

—¿Qué te gustaría que fuera?

—Un... un niño.

—Los niños son bellos... aunque un bebé siempre lo es.

Mi madre le pone una toalla húmeda en la frente, misma que jamás vi de donde ni cuando tomó.

Esto está realmente mal, tener un hijo en pleno Apocalipsis es la peor cosa que a alguien le pudiera pasar. Aunque claro que no es su culpa, quién iba a saber que esto pasaría.

Bárbara comienza a gritar entonces. Kate y yo entramos en un intento de calmarle y seguir distrayéndola, sin embargo no lo logramos.

—¡Me duele! — se logra quejar —, ¡Dios, ya basta!

—Calma, vas a estar bien... — intento tranquilizarle, pero es estúpido, debe estar muriendo de dolor, y mis palabras no van a quitárselo.

—¡Por favor! Denme algo, sé los ruego, es demasiado.

—¿Qué carajos vamos a darle? — pregunta Kate en susurros mientras me hace a un lado de nuevo —, no podemos medicarla... está a punto de parir, además ni siquiera hay medicamentos para esto...

—Hay que inyectarle algo...

—¿Qué cosa? ¡Ni siquiera sabemos inyectar a alguien!

Bueno, no bastaba con que yo no supiera hacerlo, Kate tenía que estar en las mismas condiciones que yo.

—No lo sé... — respondo tensa mientras los gritos de la pobre chica se hacen más y más fuertes.

—Tenemos que hacer algo ahora, no podemos dejarla así...

—¿Dónde está Matthew? — pregunto en cuanto una idea llega a mi cabeza.

—¿Quién?

—Matt, Matthew... ¡el novio de Jason!

—No lo sé, ¡cómo voy a saber dónde está metido si apenas me desperté hace cinco minutos!

—Ve por él — pido —, debe estar metido en el edificio D, corre.

—¿Por qué diablos quieres a Matt?

—¿¡Quieres explicaciones justo ahora!?

Kate mira a Bárbara y sale corriendo sin decir nada más, oigo sus pasos alejarse rápidamente. Luego de eso sólo oigo los gritos de la chica, y los truenos que cada vez se hacen más repetitivos, fuertes y largos.

—Estarás bien — prometo regresando junto a ella —, vamos a darte algo, sólo espera un poco, por favor, sé que duele, sólo resiste un poco más.

Sin muchas cosas que hacer decido ir y ver si por suerte el bebé está por lo menos coronando. Pero la escena es terrible, ni siquiera puedo describir lo que miro. Aunque no quiero, mi mente divaga en segundos, e incluso me hace creer que esta chica está a punto de parir un niño de cinco años...

—¿Cuántos años tienes? — pregunto de golpe.

—Yo... — comienza sin fuerza e intentando no gritar para poder contestarme —, veinte...

Siento algo tan extraño que no puedo descifrar precisamente lo que quiero hacer. ¿Llorar, desmayarme, maldecir?

Haciendo cuentas, su embarazo empezó con el Apocalipsis iniciado, así que brinca una pregunta más ante eso. ¿Por qué?

—¿Por qué lo hiciste? — pregunto. Mi madre y abuela se voltean a mirarme atónitas.

—Yo no hice nada — asegura ella, aunque creo que no entendió mi pregunta.

—Te embarazaste una vez que el Apocalipsis comenzó, ¿quién haría eso? — de pronto una posible respuesta llega a mi mente, y quiero sentirme culpable de estar casi atacando a Bárbara por su situación. ¿Y si alguien abusó de ella? Entonces eso nos dejaría con que sólo es una víctima y no una inconsciente.

—Así es — acepta ella, echando a la basura mi conjetura de ponerla como víctima —, pero yo no quería hacerlo — nuevamente se pone a llorar, y una vez más se pone en el puesto de inocente.

—¿Cómo es que no querías?

—Lía, déjala en paz — me regaña mi madre con voz dura.

—No, esto está mal — niego mientras mil ideas se amontonan en mi cabeza y siento que la que va a explotar voy a ser yo —, ¿cuántos meses tienes?

La chica comienza a quejarse y a gritar, dejando mi pregunta en el aire y no dándome la respuesta que necesito oír.

—Tienes qué decírmelo, Bárbara, ahora — insisto.

—Largo de aquí, Lía, no estás ayudando — interviene nuevamente mi madre furiosa.

—¡Dímelo!

—Cuatro meses — contesta entonces —, fue hace cuatro meses.

Siento como si un camión me pasara encima, casi podría jurar que me falta el aire y que voy a desmayarme aquí y ahora. De verdad que las tragedias nunca vienen solas.

—Eso es imposible — contradice mi abuela.

—Está delirando — susurra mi madre.

—No es así — niego —, está diciendo la verdad.

—¿Cómo podría ser eso posible? ¿Ya miraste su vientre?

—No es un humano — suelto sin aliento —, es un nefilim.

______________
Perdón por la tardanza chicos, he estado muy ocupada y no he tenido tiempo de escribir ☹️

Bueno, quiero avisarles que ya no voy a dar fecha de siguientes capítulos, ya que me presionan mucho con eso, pero también quiero asegurarles que seguiré actualizando semanalmente. 💜

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