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El Edén

El día era caluroso, el camino bastante cansado y lleno de vegetación pues hacía mucho aquella carretera había sido consumida por la naturaleza, afortunadamente para el grupo de viajeros habían bastantes árboles en el camino que les brindaban sombra de los rayos abrazadores del sol y otros pocos que les brindaban algunas pocas frutas para reponer algo energía

-Chicos miren!-. Alza una naranja bastante grande- hay muchas naranjas aquí-. Empieza a pelar la naranja con algo de entuiasmo-

El grupo se acercó donde la chica la cual dio las pocas naranjas que agarró mientras otros subían al árbol para bajar más naranjas; el sabor de las naranjas era dúlce y tenían bastante jugo o al menos lo suficiente para saciar a todos, algunos se sentaron en el suelo, otro par en una de las raices del árbol mientras el resto seguía de pie

-Entonces.... ya llegamos?-. Sonríe algo burlón mirando a una chica con vinoculares-

-. Suspira mientras saca un mapa- estamos ya en territorio del estado de Tabasco, y según se ya estamos en la antigua ciudad de Villahermosa... debemos seguir avanzando, una de las entradas a El Edén debe estar más adelante si no nos desviamos, almenos eso espero-. Mete el mapa a su mochila- avancemos mientras hay luz de día

-Oh vamos Samanta, déjanos descansar otro rato, me matan los pies-. Se queda en el suelo mientras los demás se paran para seguir-

-Lo lamento Chucho pero tenemos que seguir, a menos que quieras ser comida de algún depredador de la zona, escuché que por aquí hay pumas y jaguares-. Lo mira sonriendo burlonamente-

-Está bien, está bien ya me levanto-. Él rápidamente se levanta para reincorporarse al grupo que le esperaba unos pocos metros adelante-

El grupo continuó caminando, la chica tenía razón, la noche aquí caía más rápido y el descenso de la temperatura junto con la aparición de varias nubes grises no ayudó en nada

-Va a llover?!, pero si hace un kilómetro estaba soleado!-. Se quejó al ver el cielo oscurecerse, no estaba acostumbrado a lo 

-Recuerda que ya no estamos en el norte, siempre decían que el clima del centro y sur es impredecible-. Saca el mapa para leerlo- creo que falta poco, solo necesitamos llegar al...

-Rio!-. Corre adelantándose al ver el río-. Es el que señalaba el mapa, no?

-Si-. Guarda el mapa- ya llegamos, por fin llegamos

_-En otro lado-_

Un timbre de woki toki suena en una mesita de noche, el chico castaño solo se envolvió más en sus sábanas dejando sonar el woki toki pero no funcionó, a pesar de que trató de seguir durmiendo un chico como de unos 12 años entró a la habitación y de un salto aterrizó en la cama del castaño

-Vamos arriba, hay que desayunar!-. Empieza a mover al castaño- vamos o quemaré la cocina como la otra vez

-Bien!, ya desperté-. Se levanta rápidamente y se para de la cama- no volverás a poner un pie en la cocina hasta que tengas mayoría de edad y sepas cocinar!-. Tenía algo de ojeras, su cabello era opaco, desarreglado y maltratado, parecía delgado pero por alguna extraña razón en forma, pero lo que más resaltaba sobre todo, su mal humor y caracter-

-Vamos tío-. Se levanta alegre- hoy puedes dormir lo que quieras después pero ahora a desayunar

-Lo dudo mucho-. Mira el woki toki que no dejaba de sonar y de mala gana lo agarra apretando un botón haciendo que el timbre deje de sonar- que rayos quieren!

Díaz te necesitamos, se divisó a un grupo de supervivientes que vienen a refugiarse aquí, necesitamos que les hagas una revisión de rutina

-De verdad?, hoy?-. Se talla el puente de la nariz cansado-

Es de suma importancia, eres el mejor en esta área, solo por hoy, si?

-Agh! Bien!, solo dejen que coma algo, estaré allá tan pronto como pueda-. Deja el woki toki en la mesita de noche- bien vamos a desayunar

Díaz preparó unos sencillos huevos revueltos los cuales comió directo de la sartén junto con un pedazo de pan algo duro, tan pronto terminó se puso una bermuda azul marino, unos tenis negros y salió corriendo al centro hospitalario que hicieron los Alpha Sherpa

-Justo en mi día libre, acaso no saben que es un maldito descanso?-. Empezaba a jadear un poco- espero no sea otra falsa alarma

Mientras corría evitaba ir por la banqueta para no chocar con la gente, sentía que iba más rápido si no tenía que esquivar gente; cuando estaba por cruzar una avenida una camioneta militar se detuvo frente a Díaz, de esta salió un militar

-Díaz, sube, te llevaremos-. Le extiende la mano a Díaz amablemente-

-Ya había pensado que tendría que pasar por el atascadero caminando-. Sonríe levemente pero evita la mano del militar- tardaron un poco más de lo habitual Alfred

-Pero llegamos que es lo importante-. Sonríe coqueto mientras le ofrece asiento a su lado-

-Ja ja ja-. Sonríe ligeramente pero la sonrisa le dura poco pues vuelve a su rostro serio y amargado-. Se sienta del otro lado quedando de frente a Alfred-

Los pocos minutos que pasaron habían sido bastante silenciosos lo cual pareció fastidiar a Díaz

-Esta no es otra falsa alarma, no?-. Juega con su pulsera mientras ve con algo de incomodidad el suelo-

-No, esta vez es real, son unos cuantos del norte-. Suspira mirando la calle desgastada con algo de vegetación y tierra-

-Del norte... han caminado mucho-. Mira a Alfred serio y habla con molestia- pero eso no quita que me llamaran en mi día libre

-Eres el más capacitado de esta zona, segun nos contaste estudiaste de todo un poco-. Se acomoda un poco-

-Todo bajo obligación de mis difuntos padres...-. Ve el edificio mal pintado con una cruz roja- bueno creo que llegué a mi destino-. Se levanta para saltar al asfalto de la calle frente al edificio y entrar rápidamente

-Adiós...-. Suspira y baja para hacer su guardia-

Ya dentro Díaz caminó rápidamente hasta una especie de consultorio, mientras caminaba en el pasillo vio por un cristal al grupo de once, siguió de largo entrando al consultorio, se puso una bata y se sentó-

-Que pase el primero!-. Agarró un lapicero para empezar a tomar nota, se sentó en su silla mientras su rostro reflejaba aún la frustración de que lo hubiesen molestado en su día libre-

El primero pasó, era Samanta y estaba algo nerviosa de esto, a pesar de que antes se había hecho varias revisiones médicas esta era la primera luego de todo el problema del apocalipsis

-Buen día-. Sonríe nerviosamente-

-Lo serán para ti quizás-. murmura en voz baja- nombre

-Samanta Gutierrez-. Trata de tranquilizarse mientras responde las preguntas de Díaz-

-Edad?, peso?, talla?-. Hacía las preguntas sin despegar la vista ni el lápiz de la hoja-

-40, 78?, emmm...-. Trata de no verse muy confundida con la última pregunta-

-Tu estatura hija!-. Se le notaba el cansansio y frustración lo cual asustó a Samanta junto con el grito-

-Ah, 1.80-. Luego de aquello Díaz se levantó agarrando un termómetro, estetoscópio y un estuche pequeño-

-Bien soy el enfermero Edwin Aguilar Díaz y estaré a cargo de ti y tus amigos, acompañantes, lo que sean para ti, el día de hoy hasta que se les asigne su zona de residencia-. Procede a empezar el chequeo de signos vitales-

El examen de rutina realmente fue rápido, lo que más tardaba era que los que entraban se acostumbraran al temperamento del enfermero cascarrabias, todo iba tranquilo y sereno hasta que entró alguien demasiado energético contrastando con la apatía y mal humor de Díaz, era el chico pelinegro el cual entró sonriendo

-Buen día doc, una revisión rutinaria por favor.- Se sienta en la silla del otro lado del escritorio y recibe una mirada asesina de parte de Díaz

-Enfermero, y no hables con tanta confianza, ahora nombre, edad, peso y ta... estatura.- Habla con firmeza-

-Está bien lic, no sea tan pesado, Jesús García Mendez, 31, 80, 1.89-. Mientras contesta no deja de mirar al enfermero el cual a no aparta la vista de la hoja-

-. Se levanta agarrando también el termómetro, estetoscopio y el estuche- Soy el enfermero Edwin Aguilar Díaz y estaré contigo hasta que a ti y a tus amigos se les asigne su zona de residencia, ahora por favor alza un poco el brazo.- Al ver que Jesús alza el brazo le pone el termómetro, le baja el brazo y empieza a checar sus pulmones y corazón con el estetos, mientras que con una mano le toma la frecuencia cardíaca en una de las muñecas, una vez escucha sonar el termómetro vuelve a su escritorio a anotar en la hoja-

Jesús se quedó sorprendido con la rapidez con la que hizo todo y al mismo tiempo, ahora solo veía cómo Díaz sacaba un frasco de vidrio transparente en el cual metió pequeñas bolsas transparentes con pastillas

-Aquí tienes, tómalas ahora, sobrarán una en alguna bolsita, tómalas dentro de doce horas, tu grupo te espera al final del pasillo-. Suspira, se quita la bata dejándola colgada en el perchero y sale por el pasillo-

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