Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

seis ⸙͎۪۫


— Hola, HeeSeung, ¿cómo estás?

Lee HeeSeung le sonrió a BeomGyu como si nada, sentándose frente a él con YongBok en sus brazos, el niño sorbiendo su nariz llena de mocos, mirándolo con ojos llorosos.

— Félix no ha mejorado mucho desde la última vez que nos vimos — dijo HeeSeung con pena en su voz —, ya me está poniendo nervioso, ¿y si empeora, BeomGyu?

— Oye, tranquilo, Seunggie — trató de consolarle BeomGyu mientras se ponía de pie. —  Vamos, Lixie, ¿confías en el tío Beom?

—Sí — lloriqueó Félix, dejando que BeomGyu lo tomara en brazos.

Silenciosamente, BeomGyu comenzó a revisar al niño con el ceño fruncido en concentración, preguntándole dónde era que le dolía más y consultándole también a HeeSeung ciertas cosas. Luego de diez minutos examinando al menor, BeomGyu suspiró y le dijo a HeeSeung que, al parecer, la amigdalitis de YongBok había derivado a una pequeña sinusitis bacteriana aguda.

— Tendrá que tomar antibióticos por una semana y media — le dijo a HeeSeung, anotando los nombres de los remedios en la receta. — Luego, lo volveré a evaluar. Ya te vas a poner mejor, Lix, y podrás corretear en el parque.

BeomGyu hizo amago de caminar hacia la puerta para abrirla, sin embargo, antes de poder hacerlo, HeeSeung tomó su brazo, deteniéndolo en el acto. Lo miró, con una ceja enarcada por la intriga, para luego sentir su garganta seca al notar los ojos suplicantes de HeeSeung.

— Beom, uhm... — comenzó a decir HeeSeung con timidez —, yo... te quería preguntar sobre lo que ocurrió con tu ex-esposo. Sé que no debo meterme, pero...

— Oh... — BeomGyu se removió, incómodo, mordiendo su labio inferior. — Bueno, TaeHyun y yo... Nos estamos dando una nueva oportunidad...

La mirada de HeeSeung pareció apagarse ante las palabras de BeomGyu y él, sin saber por qué, se sintió algo culpable.

No quería que HeeSeung se hiciera ilusiones con él, no quería que lo esperará, pero tampoco se sentía capaz de intervenir en su corazón de esa forma porque, por mucho que quisiera que HeeSeung no lo mirara de esa forma, él no podía decidir por él.

— ¿Estás seguro? — levantó la vista ante el tono serio de HeeSeung. — Tú dijiste que TaeHyun ya no te amaba. Entonces, ¿estás seguro de que vale la pena darle una oportunidad a alguien que dejó de amarte?

Sabía que HeeSeung no lo hacía con mala intención, que debía estar preocupado por él, que no quería verlo pasándola mal.

Eran, después de todo, las mismas palabras que JeongIn y HyunJin le dijeron dos días atrás, pero eso no lo hacía más fácil.

Todo el mundo creía que TaeHyun no lo merecía, y puede que tuvieran razón, pero el mundo no se trataba de darle oportunidades a personas que realmente lo merecían y quitárselas a quienes no valían la pena.

No, TaeHyun no merecía que estuviera haciendo esto por él, pero BeomGyu lo amaba con tanta fuerza, con tanta desesperación, sentía un amor tan inmenso con él.

Tenía un apego tan enorme por ese hombre, que sentía que debía hacerlo.

Por él.

Por TaeHyun.

Por esos ocho años que estuvieron juntos, como novios, casados, compartiendo días, semanas, meses; compartiendo sueños y anhelos; compartiendo risas, gritos y llantos.

Y TaeHyun estaba poniendo de su parte, eso lo podía jurar por su vida, porque su marido lo estaba yendo a buscar todos los días, le preguntaba cómo le había ido, desayunaban y cenaban juntos, conversaban y no permitían que el silencio entre ellos se instalara.

¡Incluso habían salido dos veces el fin de semana pasado!

No solo fueron al cine y luego a cenar, sino que el día domingo decidieron ir al zoológico a ver un show de pingüinos recién inaugurado, y si bien no se besaron, hubo un breve momento en el que ambos se quedaron observando en silencio, a punto de fundirse en un beso, pero terminaron desviando la vista, avergonzados, como dos adolescentes tontos en su primera cita.

BeomGyu podía sentir que el amor estaba volviendo, ¿por qué el resto no lo podía apoyar un poco más?

— HeeSeung, por favor, eres mi amigo y aprecio tu opinión, pero te pido que en esto no te metas — le pidió amablemente BeomGyu con tono triste. — Si no resulta, entonces está bien, al menos lo intenté. Pero, si llegara a resultar, entonces... ¿no habrá valido todo esto la pena?

HeeSeung desvió la vista, apenado, negando con la cabeza para luego suspirar.

— Solo no quiero verte llorando, eso me rompe el corazón — murmuró HeeSeung.

BeomGyu le sonrió con dulzura.

— Está bien si lloro, eso nos hace humanos, Seunggie.

Su amigo asintió a regañadientes.

— Supongo entonces que no vale la pena invitarte a que salgamos el día de los enamorados o cuando cumplas años —dijo con tono irónico.

BeomGyu sacudió la cabeza.

— ¡Hyunnie y yo siempre celebramos las dos fechas juntas con una cena! — recordó BeomGyu, de pronto emocionándose al pensar en eso.

Solo quedaba una semana para su cumpleaños, así que debía ir reservando el restaurante al que iban a ir, ese viejo lugar donde tuvieron su primera cita, donde iban a cenar cada fecha especial, y donde TaeHyun le había pedido matrimonio también. Ese pequeño restaurante era su pequeño refugio personal y privado.

HeeSeung soltó un quejido, resignado.

— Espero entonces que la pases bien, Gyu — dijo HeeSeung —, porque te lo mereces.

BeomGyu solo pudo sonreírle, contento, sintiendo que por fin la vida le estaba sonriendo.

— ¿Ocurre algo, JiSoo? — le preguntó con calma, aunque podía sentir cómo su corazón se rompía cuando su asistente negó con la cabeza.

— Solo... te extraño — murmuró Lia con la voz rota.

El más alto cerró sus ojos un momento, apoyándose en la mesa, y no se movió cuando de pronto Lia lo abrazó por la cintura, enterrando su rostro en su hombro, aferrándose a él con una desesperación casi dolorosa.

Llevaban dos semanas sin estar juntos, desde que TaeHyun aceptó el trato de BeomGyu, y sabía que la separación le estaba afectando a Lia un montón, en especial porque TaeHyun estaba cumpliendo su palabra de mantenerse alejado de ella ese tiempo.

TaeHyun se sentía culpable, se sentía como un hijo de puta, se sentía como un bastardo por estar jugando con una persona tan hermosa por su maldita indecisión.

¿Y lo peor? Es que no sabía si estaba jugando con BeomGyu o con JiSoo.

Porque cuando veía a Lia, su corazón parecía acelerarse, no podía evitar bufar y sonreír ante sus chistes y sentir un calorcito recorriendo su cuerpo al tener cerca a su asistente.

Pero cuando pasaba a buscar a BeomGyu, se encontraba con sus ojos y sus labios le sonreían con esa preciosa sonrisa que poseía, podía sentir como todo parecía iluminarse a su alrededor, su cuerpo reaccionaba solo, inclinándose hacia su pareja y quería estar todo el día acurrucado contra él.

No sabía qué hacer en esa situación.

No sabía qué hacer con BeomGyu ni con Lia, porque dos semanas atrás estaba seguro de su decisión y sus sentimientos, pero, en ese instante, su seguridad parecía haberse ido a la mierda.

— No quiero perderte — susurró Lia mientras le acariciaba el cabello.

Quiso decirle que no lo haría, que eso jamás iba a ocurrir, pero TaeHyun no quería mentirle tampoco, porque ahora todo estaba confuso para él.

Empujó con suavidad a Lia, alejándolo de él, tratando de mantener la calma.

— ¿Ordenaste mi agenda para la próxima semana? — le preguntó con suavidad.

Lia asintió, desviando la vista.

— La reunión con los inversionistas de Japón se fijó para el miércoles, a las seis de la tarde — dijo Lia, mordiendo su labio inferior, apenada por la decisión —, no querían otro horario, y como dijiste que coordinará según lo que ellos pidieran...

— Está bien — le dijo, asintiendo —, no tienes que preocuparte por eso — le tomó de las mejillas, llamando su atención. — Ahora ve a casa, JiSoo, tienes que descansar. Te has estado exigiendo mucho estos días, ¿crees qué no lo he notado?

— Pásala conmigo — le pidió Lia —, te necesito.

TaeHyun negó en silencio.

— Sabes que no puedo — le recordó.

Lia retrocedió, haciendo una mueca.

— Eres un maldito cobarde, TaeHyun — le dijo con furia en su voz, saliendo de la oficina a paso presuroso.

"¿Crees que no lo sé?" pensó TaeHyun con amargura.

Horas más tarde, mientras cenaba con BeomGyu, que no dejaba de parlotear sobre su día, fue cuando le hizo aquella pregunta que durante tantos días lo estuvo atormentando:

— ¿Por qué me amas?

BeomGyu enmudeció, volteándose a mirar a TaeHyun con la sorpresa pintando su rostro, aunque su expresión se suavizó cuando notó los ojos tristes de su marido.

Suavemente, le tomó su mano, dándole un apretón.

— ¿Por qué no hacerlo? — su voz era cariñosa. — Bebé, te amo porque simplemente puedo hacerlo. Lo que siento por ti es tan natural como respirar o pestañear, ¿sabes? Porque todo puede ir mal, todo puede estar derrumbándose, pero, si me miras, si me sonríes... entonces sé que todo va a estar bien.

TaeHyun se sintió miserable, sus ojos llenos de lágrimas.

— No, no lo entiendes — sollozó TaeHyun. — ¿Por qué todavía me amas? ¿Por qué dices necesitarme cuando no me necesitas? ¿Por qué no me odias? — BeomGyu quiso hablar, pero TaeHyun continúo. — No deberías amarme, no cuando te desgarré... Te rompí, te hice llorar por mis acciones y te he dicho que ya no te amo. Y, aún así, aún después de todo eso, tú... Tú sigues llamándome "bebé", como si no hubiera hecho nada malo...

BeomGyu se puso de pie y lo abrazó con fuerza, permitiendo que enterrara su rostro en su pecho, dejando que llorara como un niño herido, acariciándole el cabello y dejando pequeños besos en su frente con un infinito amor que lo estremeció por dentro.

Porque no sabía qué era lo que sentía, y eso le asustaba un montón.

— No hiciste nada malo, Tyunnie — le murmuró BeomGyu —, solo hiciste lo que creías correcto. Y está bien, está bien, mi amor, lo prometo. No importa lo que hagas, Hyunnie, yo jamás podría odiarte, ¿está bien? — TaeHyun asintió, hipando, y entonces BeomGyu agregó con broma en su voz. — Anda, bebé, deja de llorar. Limpia esas lágrimas feas y mejor dale un besito a tu GyuGyu.

TaeHyun soltó una risa entrecortada, observando la sonrisa de BeomGyu, y lo hizo.

TaeHyun lo besó.

Y por un instante, las cosas se sintieron bien.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro