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011

Jungkook respiró hondo mientras ajustaba la correa de su mochila, sus ojos fijos en la figura de Jimin que cruzaba los jardines del campus con su paso tranquilo. Ayer había prometido no insistir más, convencido de que ya había hecho suficiente. Puesto que ¿para qué seguir? Si había quedado claro que el chico no compartía el mismo interés de querer siquiera dialogar.

Pero ahora, mientras lo observaba, esa determinación se tambaleaba. Había algo que lo empujaba a intentarlo una vez más, o eso quería pensar para no sentirse más idiota.

—La vida misma me está empujando a esto —murmuró para sí, como una excusa a su propia indecisión.

Sabía que no era de los que rogaban ni de los que abandonaban su orgullo fácilmente, pero esta vez se había dicho que dejaría todo eso a un lado. Sin embargo, mientras daba un paso vacilante hacia Jimin, sus pensamientos lo traicionaron. Hablar de sus sentimientos lo hacía sentirse vulnerable, y aunque lo deseaba, la idea lo incomodaba.

«Vamos, Jungkook. Por lo menos intenta lucir menos estúpido», pensó mientras alzaba la voz:

—Park, ¿tienes un minuto?

Jimin, que acababa de guardar su celular en el bolsillo, se detuvo sorprendido al escuchar su nombre. Sus ojos se encontraron, y por un segundo pareció que el mundo a su alrededor se desvanecía. Había pensado en hablarle, sí, pero no esperaba que Jungkook tomara la iniciativa después de lo firme que había sonado el día anterior.

Con un destello de curiosidad en sus ojos, respondió:

—Claro. Estaba por entrar a clase, pero... —hizo una breve pausa—. ¿Qué te parece si vamos a la cafetería?

Jungkook sintió cómo una sonrisa se formaba en sus labios de manera casi automática.

—Perfecto —respondió, intentando mantener la calma, aunque una ráfaga de alivio lo envolvía al obtener por fin una positiva.

La cafetería estaba tranquila, apenas ocupada por unos pocos estudiantes repartidos en mesas dispersas. Eligieron un rincón junto a la ventana, donde el sol de la mañana entraba tenuemente. Después de pedir sus cafés, se sentaron en un silencio que ciertamente resultaba un tanto incómodo.

Jungkook jugueteó con la tapa de su vaso antes de decidir romper el silencio.

—Sobre el proyecto... —comenzó, mientras Jimin alzaba una ceja, interesado—. Ayer estuve trabajando en algunas ideas. Pensé que podíamos adelantarnos y comparar lo que cada uno tiene.

Jimin soltó una risa breve y relajada, encendiendo su laptop. Todo pensó, menos que hablarían sobre tarea. 

—Eso es curioso, porque yo también estuve trabajando en eso. No quería quedarme atrás.

Ambos comenzaron a compartir sus ideas, discutiendo sobre enfoques y posibles problemas que podrían surgir. Las primeras palabras entre ellos fueron formales, pero a medida que la conversación avanzaba, todo se tornaba más fluido. Había risas ocasionales cuando uno proponía algo absurdo, y el ambiente se sentía sorprendentemente cómodo.

En ese momento, se limitaron a disfrutar únicamente de la compañía mutua y de lo que obviamente les apasionaba, dejando de lado todas las preocupaciones de la semana y las dudas que tenían respecto al otro.

—Y para evaluar el rendimiento podríamos utilizar indicadores clave de rendimiento específicos para las startups tecnológicas. Yo analizaría métricas como el crecimiento de usuarios, la tasa de retención y los ingresos recurrentes. Además, nos ayudaría a desarrollar un plan detallado de marketing digital para atraer a nuestros primeros clientes y crear una base sólida —sugirió Jimin, mientras movía la pantalla de su laptop hacia Jungkook.

—Suena perfecto —asintió Jungkook, inclinándose para mirar—. También deberíamos considerar los aspectos financieros, como el presupuesto inicial y los costos operativos. Podríamos realizar un análisis de viabilidad para asegurarnos de que nuestras proyecciones son realistas. Mira esto.

Jungkook buscó algo en su libreta y comenzó a señalar rápidamente varias empresas de las que podían tomar ejemplo, y Jimin se inclinó hacia él para observar mejor. Hubo risas que se escapaban entre comentarios serios, y ninguno de los dos parecía darse cuenta de lo fácil que les resultaba pasar del trabajo a una conversación más relajada, como de lo rico que estaba su café o el agradable clima que los acompañaba.

Tras terminar de discutir sobre las ideas principales, Jimin cerró su laptop con un chasquido suave y lo miró directamente.

—Creo que lo mejor sería apartar un día para trabajar juntos. Nos tomaría menos tiempo si estamos los dos concentrados en el proyecto.

Jungkook, que había estado esperando esta oportunidad, no tardó en responder.

—Mañana es perfecto para mí. No tengo planes, así que podríamos hacerlo en mi apartamento —sugirió, intentando sonar casual—. Pero, si prefieres, también podemos buscar un café o tu casa, tú dime —se apresuró a decir, ya que lo último que quería era hacerlo sentir incomodo.

Jimin levantó las cejas, ligeramente sorprendido por la invitación directa. Sin embargo, después de meditar unos segundos, asintió.

—Tu apartamento está bien.

Una sonrisa se formó en el rostro de Jungkook, y sin poder evitarlo, Jimin le devolvió el gesto.

—Entonces, es un plan —dijo Jungkook, levantando su taza de café como si brindara.

—Un plan —repitió Jimin, chocando suavemente su taza contra la de él.

El ambiente entre ellos se había transformado en algo casi íntimo. Había una ligera tensión, pero no era incómoda; más bien, parecía que ambos la aceptaban como parte de lo que estaba sucediendo. Cuando salieron de la cafetería, el sol del mediodía calentaba el aire fresco, y caminaron juntos por el campus, hablando de cosas triviales como sus clases y los exámenes próximos, puesto que ninguno se atrevía a tocar algo referente a ellos por temor a arruinar el momento.

Al llegar al edificio donde tendrían clases, ambos se detuvieron, puesto que a partir de ahí seguirían solos al tener distintas.

—Nos vemos mañana, entonces —dijo Jimin, ajustando la correa de su mochila.

—Claro. Te mando un mensaje luego para confirmar la hora —respondió Jungkook, haciendo un esfuerzo por no parecer demasiado ansioso.

Jimin asintió antes de darle una última sonrisa y desaparecer por la puerta. Jungkook se quedó un momento parado, viendo cómo se alejaba. Una mezcla de emoción y nerviosismo lo invadía. Había algo en el aire que no podía ignorar, algo que esperaba que al día siguiente pudiera aclararse.

Mientras tanto, Jimin, sentado en su clase, se sorprendió a sí mismo revisando su celular con más frecuencia de lo habitual, esperando el mensaje de Jungkook. Había algo en la forma en que el chico le hablaba, cómo lo miraba, que le hacía difícil no caer más por él y poner en tela de juicio las palabras de Kaurna y los rumores que le rodeaban.

𐙚: friends, las actus están siendo un poco lentas por cuestiones de salud, perdón por eso
igual espero que les haya gustado, byebye 😘

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