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003

Jimin estaba sentado en su cama, rodeado de montones de ropa y zapatos que no terminaba de decidirse en usar para la fiesta de esa noche. Tenía una camiseta en una mano y un par de pantalones en la otra, examinándolos de un lado a otro como si fueran ecuaciones complejas. Había pasado al menos media hora decidiendo qué ponerse, lo cual estaba empezando a frustrarlo. En su escritorio, la pantalla de su laptop brillaba con la videollamada activa, en la que su mejor amigo Taehyung observaba todo el proceso desde Corea, con una mezcla de curiosidad y diversión.

—¿Ese también te parece "muy simple"? —preguntó Taehyung, alzando una ceja con una sonrisa irónica cuando Jimin le mostró por enésima vez otra opción. Era una camiseta negra entallada con unos jeans desgastados que parecían tener el equilibrio perfecto entre casual y arreglado.

—Es que no sé, Tae... ¿Y si todos van más formales? —respondió Jimin, volviendo a mirar la camiseta con indecisión-. No quiero parecer el único que no se preocupó por su apariencia.

Taehyung soltó una risa contenida, entretenido con el dilema de su amigo.

—¿Desde cuándo te importa tanto lo que piensen los demás? —cuestionó, enarcando una ceja. Luego, inclinándose hacia la cámara y hablando en tono conspirador, agregó—. ¿O acaso te preocupa impresionar a alguien en particular? ¿Tal vez ese Kaurna del que no paras de hablarme?

—¿¡Qué!? —exclamó Jimin, sintiendo que el calor subía a sus mejillas—. ¡No es por nadie! Solo quiero dar una buena impresión con las personas que van a estar allí. Nada más.

—Sí, claro, "una buena impresión" —repitió Taehyung, con una sonrisa de lado—. Honestamente, te preocupas demasiado. ¡Es solo una fiesta! Da igual lo que te pongas, siempre luces bien. Solo relájate y, por una vez, intenta divertirte sin pensar tanto en qué piensan los demás. Disfruta de tu primera fiesta australiana al estilo "soy tan genial que no me importa nada".

Jimin rodó los ojos ante los consejos de Taehyung, pero no pudo evitar sonreír, algo aliviado por sus palabras. Sin embargo, su expresión relajada duró solo hasta que su teléfono vibró con una notificación. Al desbloquear la pantalla, se encontró con un mensaje de un número desconocido.

Numero desconocido:
Direción de la fiesta: [dirección].
Ah, y no tardes demasiado, gruñosito ;)

Jimin parpadeó, procesando el mensaje. Claro que sabía quién lo enviaba, solo una persona en el mundo podría atreverse a llamarlo "gruñosito" y salirse con la suya... o al menos intentarlo. Gruñendo en voz baja, lanzó el teléfono a la cama con un bufido de frustración, dejando a Taehyung confundido.

—¿Y ahora qué pasa? —indagó su amigo con una risa contenida, observando a Jimin rodar los ojos.

—Nada —dijo Jimin por medio de un suspiro, mordiéndose el labio—. Solo... ese tipo, Jungkook. Siempre encuentra una manera de ser irritante. Ahora decidió ahora que "gruñosito" es un buen apodo.

Taehyung se río con ganas, claramente divirtiéndose con el drama.

—Bueno, parece que te has encontrado a alguien que puede hacerte competencia en cuanto a sarcasmo y terquedad. Deberías relajarte y simplemente disfrutar. No todos los días tienes una fiesta donde puedes hacer nuevos amigos... o nuevos enemigos, lo que prefieras.

Jimin le lanzó una mirada de advertencia que solo hizo reír más a Taehyung antes de despedirse, prometiendo no juzgar lo que fuera que decidiera ponerse. Al final, optó por la camiseta negra ajustada y los jeans desgastados. "Solo una fiesta, solo una fiesta", se dijo a sí mismo, armándose de valor antes de salir de su habitación.

(...)

Ya en la entrada de su casa, Jimin se encontró con Kaurna, quien también estaba en el jardín delantero, justo al cruzar la calle. Llevaba una expresión pensativa, y Jimin percibió de inmediato que algo no estaba bien. Pero en cuanto Kaurna lo notó, su semblante cambió, y le mostró una sonrisa alegre mientras se acercaba.

—¡Hey, Jimin! ¿Ya vas para la fiesta? —preguntó Kaurna, con una sonrisa que intentaba esconder algo de preocupación.

—Sí, justo estaba por salir —respondió Jimin, observándolo con atención—. ¿Quieres que vayamos juntos?

Kaurna asintió, con los ojos brillando de entusiasmo.

—¡Claro! Me encantaría.

Caminaron hacia el auto de Jimin y subieron juntos, pero en cuanto pusieron en marcha el motor, Jimin no pudo contener su curiosidad y miró a Kaurna de reojo.

—¿Estás bien? Te noto algo raro, Kaurna.

El chico suspiró, mirando por la ventana.

—Problemas familiares, nada de qué preocuparse. No quiero ser una carga para nadie.

Jimin asintió, respetando la privacidad de su amigo, aunque no pudo evitar sentir una ligera punzada de preocupación. Intentó distraerlo con otras conversaciones, y pronto lograron reírse de cosas triviales mientras se dirigían a la fiesta.

Al llegar al edificio, subieron al departamento de Jungkook, y cuando finalmente alcanzaron el piso, no notaron que habían llegado hasta que la puerta se abrió y ahí estaba él. Jungkook los miraba con una mezcla de sorpresa y burla en los ojos.

—Miren nada más quién decidió por fin aparecer. Y, wow, hasta trajeron a mi "enano gruñón" —dijo Jungkook, recostado contra la puerta con una sonrisa maliciosa, diciendo lo último solo para que Jimikn lo alcanzase a oír cuando entro seguido de su mejor amigo.

Jimin soltó un suspiro, pidiendo paciencia. Ya debería haberlo esperado, ¿no?

—Siéntanse como en su casa.

El apartamento era inmenso, mucho más grande de lo que Jimin había esperado, con un salón amplio lleno de gente y música vibrando en cada rincón. A pesar de que Jungkook había descrito la reunión como "pequeña", Jimin contaba al menos unas veinte personas de pie por toda la sala, riendo, charlando y bailando. Para colmo, no podía evitar sentir que algunas personas se giraban a mirarlos, especialmente a él y Kaurna.

—Wow, ¿todo esto es tuyo? —inquirió Jimin, lanzándole a Jungkook una mirada de asombro, dejando de lado el apodo que había empleado anteriormente consigo mismo hace un instante.

—Mis padres creen que un buen lugar para estudiar es esencial —comentó Jungkook con una sonrisa—. Yo creo que es un poco exagerado, pero quién soy yo para discutir con ellos, ¿verdad?

Kaurna se rio, dándole una palmada en el hombro a Jungkook mientras pasaban.

—Exagerado o no, tienes el lugar perfecto para una fiesta. ¡Te envidio, amigo!

Dentro del apartamento, Jimin y Kaurna se acomodaron en un rincón, cada uno con una cerveza en mano. Conversaban animadamente mientras a su alrededor la fiesta continuaba, aunque Jimin no podía sacudirse la sensación de que alguien lo estaba observando. Levantó la mirada y, efectivamente, se encontró con los ojos de Jungkook. Apoyado contra la pared, Jungkook lo miraba con una sonrisa divertida que parecía casi desafiante. Jimin frunció el ceño, girando la cabeza rápidamente y fingiendo que no le importaba. Por algún extraño motivo se le hizo atractivo y lo hizo sentir por primera vez en la noche algo tímido.

«Dos cervezas, ¿y ya estoy desvariando?», se cuestionó mentalmente Park.

Kaurna recibió una llamada y se disculpó, dejándolo solo ahora en el sofá. Apenas se había alejado cuando, como si lo estuviera esperando, Jungkook se dejó caer en el asiento vacío a su lado, con su infaltable sonrisa burlona y una lata de cerveza en la mano.

—¿Qué tal la estás pasando, gruñosito? —preguntó con tono ligero.

Jimin le dirigió una mirada que claramente decía "no me molestes", pero respondió de todos modos.

—La estaba pasando bien hasta que viniste a recordarme tu existencia.

Jungkook se rio, como si el comentario fuera el mejor chiste del mundo.

—Eres tan encantador cuando te pones así, ¿sabes? Tan... "enano gruñón".

Jimin apretó los puños, conteniendo la tentación de devolverle algún golpe.

—¿Es que no tienes nada mejor que hacer que inventarme apodos estúpidos?

—Oh, no me digas que no te gustan -dijo Jungkook, acercándose un poco más—. Te quedan perfecto, enano gruñón. O mejor, gruñosito. —Hizo una pausa, claramente disfrutando de la expresión de frustración en el rostro de Jimin—. Aunque, pensándolo bien, tal vez debería probar con "gruñón adorable". Sí, ese también suena bien.

Jimin puso los ojos en blanco y giró su rostro al sentir levemente calientes sus mejillas, y no por el alcohol.

—Definitivamente eres un idiota —musitó.

Justo en ese momento, Kaurna regresó, y Jungkook se volvió hacia él, intentando disimular la sonrisa triunfante que aún tenía. Pero Kaurna parecía serio, preocupado, y les explicó que debía irse por un asunto familiar.

—No quiero preocuparlos —dijo, mirando a Jungkook—, pero te encargo a Jimin, ¿vale? Asegúrate de que llegue a casa.

Jungkook asintió, lanzándole a Jimin una mirada casi de complicidad, puesto que era tener más a su merced al pequeño gruñosito y su actitud extrañamente "encantadora".

—Descuida, amigo. No se me escapará tan fácilmente.

Mientras Kaurna se alejaba, Jimin sentía que la noche apenas comenzaba y, aunque le pesara admitirlo, esa tensión con Jungkook no le disgustaba tanto como debería.


𐙚: ya en proximo capitulo es el juego hfkdd. QUÉ EMOCION FHFJE.
pero buenooo, qué les está pareciendo la historia?

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