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Juanito Peréz

Especial dedicado a: Juniper_bts.

Ojalá les guste aunque sea un poco.

Algo va a pasar, Taehyung lo sabe.

Sabe que algo va a pasar, pero no sabe cuándo ni qué. ¿Cómo está tan seguro? Por la extraña conversación que Jungkook y él tuvieron la noche anterior mientras estaban sentados en la sala viendo a Aerum jugar con un paquete vacío de galletas. Su adorable hijo parecía demasiado feliz jugando a las naves espaciales o algo así con el paquete y Taehyung no entendía cómo sí era un simple trozo de plástico metalizado, pero allá Aerum y sus juegos.

Ninguno había dicho nada del vergonzoso momento en el que Jungkook se desmayó sobre su... ah, Dios. ¿Qué había hecho Taehyung para merecer tal sufrimiento? ¿Acaso asesinó un ratón en su vida pasada o algo así?

¡Perdóname, señor! ¡He cambiado!

.- Hyung... - había empezado Jungkook a decir, con un tono que sonaba a película porno que Taehyung no deseaba recordar porque seguía convaleciente.

.- Dime, Kookie.

Jungkook se había girado entonces hacia él, mirándolo con sus enormes ojos tipo bambi que parecían dispuestos a succionar tu alma: .- Hay algo de lo que quiero que hablemos.

Taehyung se tensó, ¿acaso Jungkook iba a terminar por él? ¿Era por qué seguía sin echar suficiente agua a la sopa? ¡Podía mejorar! ¡Incluso podía decirle a Jin hyung que le enseñase a cocinar sí así se aseguraba que Kook no lo dejara! ¿O era por qué llevaba dos días sin bañarse? Jungkook no podía terminarle por eso, ¡era él quién pasaba hasta dos semanas sin bañarse con la excusa de que olía como un bebé! Que, si olía así, pero... En fin, la hipotenusa.

.- Claro, bebé... ¿qué sucede? – fingió calma, su mano acariciando los cabellos del menor en un intento de demostrarle lo amoroso que podía ser.

Jungkook se mordisqueó el labio, desviando sus ojos de alíen chupa almas en dirección a Aerum: .- ¿Crees que Ae – ssi cuide bien a las cabras?

Por supuesto, Taehyung estaba dispuesto a pelear por su relación, ya tenía hasta una lista mental de por qué podían seguir intentándolo por unos cuantos años más, tal vez hasta que Jungkook cumpliese 88 años, quién sabe. En todo caso, estaba listo para pelear y demostrar que haría todo por él y sí Jungkook quería saber sí Aerum sería bueno cuidando ca...

.- ¿Ah?

.- No es nada, Tae – susurró luego Jungkook, sus ojos chupa almas volviendo a él – Siento que si un día debo irme, voy a extrañarte mucho. ¿Me extrañarás a mí?

.- Claro que sí, Jungkookie – respondió de inmediato – Pero no hay razón por la que debas irte, así que no tengo porque extrañarte.

.- A veces estamos sin estar, Tae.

Espera, ¿qué?

.- ¿Ah?

.- Si, ¿no te parece curioso? – los ojos grandes del menor no se despegaron de los suyos, un puchero formándose en sus labios - Nuestro cuerpo está aquí, pero nuestra mente está en otro sitio muy lejano, meditando y construyendo futuros hipotéticos que se desligan de nuestro presente y las acciones o decisiones que tomamos en estos momentos.

AVISO... AVISO... Jungkook está CHUPANDO TU ALMA.

.- ¿Cómo un multiverso?

Taehyung ni siquiera sabe por qué se atreve a preguntarlo, pero Jungkook ya está respondiendo: .- Supongo, una forma de construir nuevas realidades en las que tengamos la libertad de corregir nuestros errores o de rehacer nuestras vidas tras profundas equivocaciones.

ALMA CHUPADA AL 62%...

71%...

75%...

80%...

.- ¿Se... te ocurre alguno ahora?

¡POR DIOS TAE, CALLATE QUE TE QUEDAS SIN ALMA!

.- Puede ser... uno en donde nunca te confieso que soy un vampiro y tú te casas con la bruja de Marilyn que mantiene inyectándose Botox y entonces voy a buscarte tan sólo para que me veas eternamente joven – los ojos de Jungkook brillan, casi con emoción – O también uno en el que ya no me llamo Jungkook sino Juanito Pérez y crío cabras como mascotas, llorándole a tu fotografía debido a que debí abandonarte para protegerte porque unos espías rusos estaban buscándome para matarme.

87%... 93%... 99%...

100%

ALMA CHUPADA CON ÉXITO.

.- ¿Ah?

Jungkook desvió entonces su grandes ojos, sonriendo: .- Nada, hyung. A veces divago.

.- ¿Ah?

.- Bien, hora de dormir – dijo el menor, levantándose para ir en busca de Aerum y cargarlo en sus brazos – Yo acostaré hoy a Ae – ssi. No vayas a dormir muy tarde, aún debes... - el sonrojo en su rostro se acrecentó, el recuerdo del terrible momento flotando en su frase, aunque Taehyung parecía no escuchar – Aún debes terminar de recuperarte.

.- ¿Ah?

.- Buenas noches, hyung – Jungkook se inclinó a besarle la mejilla, Aerum sonriendo mientras jugaba todavía con el envoltorio de galletas – Tae... - susurró entonces Jungkook, de pie frente a él tan bonito como siempre, aunque al parecer era un alíen que chupaba almas con sus ojos enormes - Siempre podrás encontrarme en tus futuros imaginarios. Yo también lo haré.

Eso había pasado y ahora Taehyung ve llegar la mañana a través de las ventanas de su recién recuperado cuarto. Incluso extraña un poco dormir con la imagen de muchos idols mirándolo fijamente durante la noche, GDragon le hará falta a la hora de dormir. Como sea, sabe qué va a pasar algo porque es extraño que Jungkook mencionase de la nada un futuro donde era un vampiro que nunca le contó la verdad y sí... ¿y sí esa era la realidad?

¡¿ERA JUNGKOOK UN VAMPIRO?!

Peor aún... ¿brillaba cual cristal bajo la luz del sol y por eso lo buscaba un séquito de vampiros rusos para matarlo?

Taehyung no quería ser un Bella Swan que tendría que esperar hasta el matrimonio para tener sexo salvaje y rudo con su sexy novio vampiro, tampoco quería quedar embarazado y casi morir en el parto, aunque eso de convertirse en un súper vampiro sonaba... Ah, por Dios. ¡Jungkook debía convertirlo antes de tener sexo y quedar embarazado! Aunque sí lo pensaba bien... él no iba a ser quien quedara embarazado, sino...

Calma... calma... pensemos en una mamá patito.

.- ¡HYUNG! – el gritó al otro lado de la puerta lo sobresaltó – IRÉ A COMPRAR CIGARRILLOS. ME LLEVO A AERUM. YA VOLVEMOS.

.- VALE, BEBÉ...

Por supuesto, cigarrillos. Ah, debió recordarle que comprara leche también.

Jungkook no le pidió ropa prestada a nadie, sólo escarbó en su armario hasta que encontró la ropa emo de sus 15 años: un jean apretado con rotos en las rodillas, una camiseta de rayas rosas y negras, esmalte negro para uñas, un alisador de cabello para hacerse una mota con todo el estilo y el infaltable delineador negro para los ojos. Estaba irreconocible luego de levantarse en la madrugada a prepararlo todo.

Cinco maletas no se llenaban solas... tampoco tenía tanta ropa, pero por sí acaso cogió unos platos y vasos de la cocina, unos cuantos paquetes de ramen, algunas galletas de Aerum, unas camisetas y bóxer que tomó del cuarto de Tae el día anterior y que lo harían extrañar menos al amor de su vida, una cobija (toalla no porque en la Patagonia no necesitaría bañarse), varios dinosaurios de Aerum y toda la ropita para fotos de Instagram que el niño necesitaba.

Había terminado llenando su maleta y tres bolsas de basura, más que suficiente.

¿Qué esperaban? ¿Maletas? No, señor... lo nuevo en tendencias son las bolsas de basura extra resistentes y extra grandes. ¡Mejor que los condones!

Fase dos y tres de su infalibe plan listas.

Ahora sólo tenía que llegar al aeropuerto sin levantar sospechas, así que se levantó muy temprano para vestir a Aerum con ropa negra por recomendación del Emo y despedirse de Taehyung para siempre. No fue fácil decir que iría por cigarrillos sabiendo que nunca volvería, pero era necesario... su vida como Juanito Pérez y su hijo Pepito los esperaba.

Con eso en mente Jungkook se asomó por la puerta, asegurándose de que no hubiese moros en la costa olvidándose por completo que estaban en un piso en el que sólo vivían ellos. Como sea, cuando se aseguró de eso, hizo todo lo que podía hacer cuando se es un vago que no iba a bajar tres bolsas de basura por las escaleras junto con una maleta y un niño de cinco años: se asomó al balcón que daba al centro del edificio y lanzó una por una.

¡PUM!

¡PAM!

¡PIM!

Esperaba no despertar a nadie con eso.

¡CRASH!

El ruido de la última bolsa chocando con el suelo le confirmó que esa llevaba la vajilla.

.- Menos mal los vasos eran de plástico.

El Emo no dijo nada, Aerum sólo se chupo los dedos y Jungkook lo cargó para comenzar a correr escaleras abajo. Esos errores sucedían porque la Colegiala seguían sin volver, ella era parte importante de ser un ser perfecto, pero humilde. Ello lo hacía ser perrísima y el Emo le devolvía la humildad. ¡Pero no! Ella quería seguir desaparecida, sin saber que Jungkook estaba en el medio de un asunto trascendental.

Debía ser rápido como una gacela antes de que alguien notase que no estaba o que saliesen al pasillo y viesen su súper sombra negra como su alma correr hacia la salida. Afuera ya estaba el taxista que llamó minutos atrás, esperándolo en su huida digna de espía para hacer de chofer en su increíble, mega, súper, fantástico plan.

Esperaba que no cobrase muy caro, sólo tenía galletitas para pagarle.

.- ¿Jungk...?

.- ¡VOY A COMPRAR CIGARRILLOS! - no supo quién fue, ya ni sabía en qué piso iba, pero seguro su respuesta los calmaba por unos meses.

Meses suficientes para instalarse en la Patagonia y comenzar a evangelizar a sus pecadores pobladores que criaban cabras no como mascotas. Sí... Jungkook lo averiguó durante la tarde anterior, cuando investigó qué ropa usaba, sí vestían como en el siglo pasado, sí debía fumar cigarrillos para encajar y cosas así.

Fue triste conocer el destino de las cabritas... malditos patagonienses.

Pero ya llegarían Juanito y Pepito a convertirlos al buen camino. Pronto.

Cuando llegó al primer piso se chocó de golpe con el conserje que NUNCA aparecía y que justo ese día había decidido llegar al edificio. El hombre de edad le miro como si Jungkook fuese una especie de joven extraño vestido de negro, maquillado de negro, con flequillo sobre un ojo y un niño en brazos. Normal.

.- Eh... - murmuró sin saber qué decir - buenas...

.- ¿Buenas...?

.- Yo ya... me iba – dijo señalando con la cabeza las bolsas en el suelo, el hombre desviando su atención a ellas también mientras comenzaban a escucharse voces en pisos superiores, Jungkook sudó frío – Me... esperan.

.- Oh... ¿Necesita ayuda... joven? – alzó la mirada el hombre hacia él, sus manos levantando dos bolsas con facilidad y ansiando que ese chico (o chica, vaya a saber) tan extraño se marchase del edificio cuanto antes se pudiese.

Jungkook asintió con ánimos renovados, sabiendo que todo iba viento en popa en su maravilloso plan. Sólo necesitaba que el hombre no se demorase llevando las cosas al taxi para así no levantar ninguna sospecha. Y efectivamente no lo hizo, Jungkook sólo necesito caminar con toda la dignidad que pudo reunir hacia la parte trasera del automóvil llevando a Aerum aún en brazos mientras el hombre ponía todo en la cajuela con ayuda del taxista.

Menos de cinco minutos más y su plan tendría éxito.

.- Seremos libres, Ae – ssi... libres.

.- ¡DETENGAN A ESE LADRÓN!

Los gritos del taxista retumbaron en toda la entrada del aeropuerto mientras Jungkook aceleraba el paso en un intento de perderse entre la gente luego de descubrir que no podía pagar con galletitas una carrera de miles de wones. ¿Quién podía culparlo? ¿Dios, Alá, Buda? ¿Gokú? Por supuesto, como eran tan perfectos los mal...

Vale, calma, nada de insultar o maldecir religiones; intervino el Emo.

.- ¡LADRÓN! ¡PARENLO! ¡AL RARITO CON EL NIÑO!

Jungkook agachó la cabeza, su mano empujando la de Aerum también hacia abajo para pasar desapercibido. Había abandonado todo atrás: maleta y bolsas de basura. No podía escapar con semejante carga a cuestas. Ya compraría millones de cosas en la Patagonia cuando llegarán, sus cinco mil wones los harían ricos y las cabras ni se diga: tendrían para comer queso todos los días, comprarían ropa de lana, botas y zapatillas de marca, también pagarían señal satelital de internet para seguir viendo YouTube y el por...

No, eso no... ahora somos célibes, dijo el Emo.

¿Ce... qué?

¡Puros!

Ah, bueno.

Se coló en la fila de la aerolínea cuando notó a algunos policías girar sus cabezas en dirección al hombre que seguía repitiendo que atrapasen al rarito con el niño, pero Jungkook ciertamente no lucía como un rarito. Era cierto que el delineador se había corrido un tantito, pero seguía teniendo mucho estilo y por las fotos que había visto, encajaría a la perfección en la Patagonia y sus juventudes.

.- Siguiente por favor...

La voz de la señorita le anunció que sólo necesitaba pasar ese filtro y todo habría acabado. Ya no importarían los gritos del señor taxista, la mirada afligida que seguramente tendría Tae cuando notase que no volvieron con los cigarrillos, las preguntas de la bruja loca o que nunca podría montar con salvajismo el pene recuperado de su ya no futuro esposo. Jungkook ya no viviría avergonzado de haberse desmayado sobre la aroguita de Taehyung.

Sería Juanito, un devoto de la virginidad.

.- ¿Cuál es su nombre, señor? – preguntó la amable señorita, mirándolo con seriedad, pero sin hacer ningún juicio sobre su vestuario.

.- Juanito... Pérez...

La mujer asintió, tecleando algo en su computadora: .- Muy bien, señor Pérez. ¿Y el nombre del niño?

.- Pepito... K... ¡Pérez!

Ella volvió a teclear, esta vez frunciendo el ceño: .- No tengo ningún pasaje de avión registrado con ese nombre, señor Pérez.

.- ¿Era... necesario? – preguntó tratando que su voz no sonase temblorosa.

.- Por supuesto, si tiene más de dos años debe tener su propio pasaje – aseveró ella – Todavía tenemos asientos disponibles para el vuelo, si quiere comprar uno.

.- ¡Claro, claro! Lo que haga falta – asintió enfático, casi asustando a la mujer mientras dejaba a Aerum en el suelo para poder hablar con más comodidad con la mujer, sólo era cuestión de pagar el boleto, seguro unos dos mil wons o algo así - ¿Cuánto cuesta el pasaje?

.- 525.000 wons – le informó ella tras teclear un poco en el computador, Jungkook incluso se la imaginó hablando al mismo tiempo que sonaba música de película de terror de fondo o algo así - ¿Desea cancelar con tarjeta de crédito?

Calma, Jungkook, calma... le pidió el Emo, pero el ya comenzaba a hiperventilar.

¡¿De dónde se sacaba una tarjeta de crédito?! Debió habérsela robado a Jimin o algo así.

.- ...

.- ¿Señor? – la mujer entrecerró los ojos, observando como comenzaba a sudar y mirar para todos lados - ¿Me permite una identificación?

Jungkook vio estrellas.

Es más, se quedó viendo la vía láctea en ese momento.

No notó como la mano de la mujer se movió bajo la mesa para hundir un ENORME botón rojo que emitió un extraño pitido que sonaba casi, casi como una alarma. Estaba más concentrado en buscar al cometa Halley en el fondo del manto negro del espacio. Un cometa concedía deseos, ¿verdad? Sólo tenía que encontrarlo y pedirle que le diese una identificación con su nueva identidad y una tarjeta de crédito ilimitada.

Era poquito lo que pedía.

Una mano se cerró en su hombro, girándolo para encontrarse con la mirada intimidante de un oficial de policía: .- Necesito que venga conmigo, señor.

No, no... Jungkook iba a ser libre.

LIBRE.

¿Qué hizo entonces? Lo más sensato entre las siguientes opciones que le dio el Emo:

1.- Dile que está bien, ve con él y explícale.

2.- Hazte el muerto.

3.- Corre, perra, corre.

Jungkook corrió.

Sólo cinco metros antes de ser tecleado por tres ENORMES hombres de la policía que no tenían consideración por sus huesitos de adolescentes, que no pensaban en su sueño de ser Juanito Pérez el evangelizadora de la Patagonia y acababan de dañar todo su infalibe plan.

¿Por qué?

¿POR QUÉÉÉÉEÉÉÉ?

Taehyung se sentó con esfuerzo en el sofá, mirando a la pared mientras contaba cuánto hace que Jungkook y Aerum se fueron por cigarrillos. ¿Una hora casi? Sí que había tenido que ir a una tienda lejana, aunque lo comprendía... dudaba que alguien le vendiese cigarrillos a Jungkook siendo el inocente conejito que era.

Un bebé adorable que no podía corromper jamás.

.- Viviré en abstinencia el resto de mi vida, Kookie – dijo en voz alta, recostándose en el asiento – Será mi prueba de lo mucho que te amo. ¡Es una promesa!

Y la hacía con todo el dolor de su corazón, en serio.

Justo cuando pensaba en llamar a su novio para recomendarle los cigarrillos mentolados, el tono de su celular sonó a todo volumen. Llevaba cinco años sin cambiarlo porque seguramente Aerum no soportaría un tono nuevo que le resultase desconocido y ante todo el bienestar de su hijo como buen papá luchón.

.- ¿Aló?

.- Buenos días, ¿es usted el señor Kim Taehyung? – una voz profunda sonó por el altavoz del celular.

.- Eh... sipis.

Que no sea del trabajo, que no sea del trabajo.

.- Soy el oficial de la policía, el comandante Choi.

Uff, menos mal.

.- Claro, claro... dígame.

.- Le llamó porque hemos capturado a su novio, Jeon Jungkook, tratando de colarse en un vuelo internacional tratando de suplantar una identidad. Llevaba un niño con él, entendemos que es su hijo.

Taehyung asintió, concentrado: .- Por sup... Espere, ¡¿QUÉ?!

El comandante suspiró, como si tuviese cinco años menos de vida gracias a lo que contaba por teléfono: .- Le informamos que puede recoger al niño en nuestra oficina del aeropuerto internacional, pero el señor Jeon pasará la noche en una celda a la espera de que un Juez decida qué hacer con él.

Malditos cigarrillos... 

Hola, 

Wattpad me borró una parte de tanto intentar publicarlo, espero está vez funcione. 

Lo reescribí en una pedazo, pero no siento que haya quedado tan bien como esperaba. Además que no tiene el largo original, si me quedaba escribiéndolo de nuevo me tardaría una eternidad más. 

Espero no me odien y les haya hecho reír un poco. 

Será mejor en el futuro, lo siento. 

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