29.- Decálogo del buen novio.
Vídeos fue lo que encontró.
Es más, ¿por qué no había buscado antes en YouTube? ¡YouTube era la solución a todas las preguntas sobre el universo! ¿El sentido de la vida? Eso se solucionaba viendo un vídeo de Dalas y Dross peleando, además de que las explicaciones para su estúpido curso de matemáticas en inglés siempre estuvieron a la mano de un señor calvo con una pizarra.
¡¿Por qué había pasado tanto tiempo en páginas porno o viendo vídeos de Justin o IU en vez de buscar las respuestas que lo llevarían a la verdadera iluminación?!
Como sea, volviendo al objetivo principal de su búsqueda (del cual se desvió un pequeño momento cuando encontró vídeos de Big Bang y luego vídeos de GDragon y luego algunos cuántos de Taeyang y así por unas horas), Jungkook encontró la respuesta en un vídeo de un canal llamado Bombonbum o algo así.
Un vídeo simple, contundente, coherente y muy, pero muy fácil de aplicar en su increíblemente bella y apasionada historia de amor: Eran diez simples cosas que tenía que hacer para ser un buen novio. El tipo de novio que debía ser para que, una vez recuperado, Taehyung lo empotrara en la ducha (y así Jungkook podría follar y bañarse al mismo tiempo, toda una ganga).
Diez cosas sencillas.
Fáciles.
Super isy (pa' que vean que ya habla inglés, envidiosas).
Diez cosas que iniciaría raig nou.
10.- Fidelidad, ante todo.
Bien, ya había fallado.
¡Pero nadie podía culparlo!
No cuando Jungkook cargaba en su billetera una fotografía de Justin papi Bieber, mucho menos cuando a GDragon le daba por subir fotos de él con bigotito de señor de más de 40 y a Jungkook se le hacía tan, pero tan adorable que no podía evitar querer vestirse de colegiala, ir a la puerta de su edificio y bailar al ritmo de "Bang, Bang, Bang", esperando que lo invitase a entrar y bueno... lo demás nadie necesita saberlo.
Así que nadie podía pedirle fidelidad completa. Su corazón estaba repartido en increíbles hombres con cuadritos marcados en el abdomen, Jungkook les regalaba sus orgasmos, sus gemidos suavecitos tipo gatito y su dinero cada vez que veía algo de ellos. ¡Cómo podían pedirle serle fiel sí en la tierra existían hombres así!
Era demasiado para él.
Aunque por supuesto, mientras ninguno tocase a su puerta, Taehyung sería él único con derecho a tocar su pielecita de bebé. ¿Eso contaba como ser fiel?
9.- Le aceptarás tal y como es.
Con eso no había problema.
Jungkook aceptaba a Taehyung con todo lo que implicaba ser Kim Taehyung: sus desayunos desabridos, sus sopas sin sal, sus productos de aseo de niños con sabor a uva (cuando Jungkook prefería los de fresa), su cabello que pocas veces peinaba, su colección de corbatas que nunca se ponían (y que algunas ahora adornaban su pequeño altar con un consolador y el bóxer) e incluso con su hijo.
.- TaeTae, ¿tú sabes que yo te acepto tal y como eres?
Se lo pregunta mientras Taehyung está viendo South Park, comiendo gomitas de gusanito y sin camiseta, dejándole ver el abdomen que está perfectamente marcado en seis gracias al marcador imborrable de color negro con el que se lo pintó. Jungkook sólo le sonríe mientras Taehyung se chupa los dedos, observándolo con confusión.
.- Gracias... supongo.
8.- Serás honesto con él.
¡Pero si Jungkook nunca decía ni una sola mentira!
Jamás, nunca, ever, never, reeverner.
No contaba el querer ocultarle que alguna vez fue novio de Jimin, el que entró a su apartamento desnudo y le robó la ropa interior, ni que a veces comía más de dos porciones de comida cuando le decía que sólo había sido una. Tampoco contaba haberle echado la culpa de la pérdida de la ropa a Aerum, ¡era culpa de Ae – ssi por no poder defenderse!
Jungkook era honesto con las cosas importantes; lo demás eran intrascendencias que Taehyung no necesitaba saber.
7.- Le tratarás siempre con respeto.
Frente a eso no había nada qué decir o rebatir.
Jeon Jungkook era el respeto andando.
Nadie ni nada podría contradecir eso, aunque la colegiala decidiese mirar hacia otro lado mientras el emo se colocaba unas gafas sin lentes, dispuesto a leer la larga lista que había escrito con los años de todas las ocasiones en las que, según él, Jungkook había sido grosero o irrespetuoso con las personas a su alrededor. Lista que era falsa, obvio.
La mayor parte las cosas anotadas en esa lista correspondían a cosas que Jungkook sólo había dicho porque eran ciertas y eso no lo convertía en alguien irrespetuoso.
Como en aquella ocasión en la que una niña le preguntó sí su peinado le parecía bonito y Jungkook no tuvo otra opción qué decirle que la forma en cómo había recogido su cabello parecía más bien a que alguien la había revolcado en el lodo. O la ocasión en la que su hermano se compró un costoso traje para una cita y Jungkook le dijo que parecía un anciano que usaba ropa que le quedaba demasiado grande.
¡En ambas ocasiones sólo había sido sincero! Eso no era un pecado.
Tampoco era un pecado ponerles apodos a las personas por cómo lucían, además de que nunca los decía en voz alta. Eran tan sólo formas de agendar a las personas en su cabeza, principalmente porque solía olvidarse de los nombres más fácil que de aquellas características físicas que detallaba en los otros: como el cabello de la pareja ex ensalada o la cara radiante del rayito de sol que era Hoseok... cosas así.
¡Pero con Taehyung no era así!
Taehyung siempre había sido el vecino de lindo sonrisa, el semental de los sementales, el sexy vecino ya no tan vecino, el futuro esposo que lo empotraría, el príncipe azul que lo rescataría de una vida aburrida y lo llevaría en su fiel corcel en dirección a la playa, el hombre de sus sueños que había enviado lejos a Justin papi Bieber, Jiyong drogadicto oppa y al siempre perfecto Taeyang.
Si, su segundo nombre debería ser respeto. Sin duda.
6.- Le dedicarás tiempo.
Ese punto debería de decírselo a Taehyung.
Jungkook siempre tenía tiempo para él, siempre le espiaba por la rendija de la puerta mientras se repintaba los cuadritos del abdomen o tan sólo se sentaba contra la pared a escucharlo roncar en su siesta de la tarde, luego de su capítulo sagrado de los Simpson. Así que no, Jungkook ya le dedicaba todo el tiempo que podía.
Es más: ¡Ni había vuelto a la universidad!
Y quién diga que es una excusa barata tan sólo para no ir a clases: miente.
Jungkook estaría muy contento de levantarse muy temprano todos los días, bañarse con todo el gusto del mundo, desayunar tan sólo un par de galletas desabridas y luego tener que caminar como 15 minutos en dirección a la universidad. ¡15 minutos! Ah, y ni contar con las escaleras que tenía que bajar para salir del edificio.
Así que no, no es una excusa barata para justificar su pereza, Jungkook realmente le dedica tiempo a Taehyung.
Mucho, tanto que bien podría empezar a dormir con él para así duplicarlo.
5.- Dejarás a un lado los celos.
¿Celos? ¿Wo?
Porque Jungkook no, claro que no.
Nunca ha sido celoso y nunca ha celado a nadie, ni siquiera a Jimin cuando estaban juntos allá en Busan y el mayor de los dos tenía una especie de sequito conformado por niñas de 12 años que siempre iban detrás de él, moviendo una especie de lightstick barato con forma de bolita que brillaba y coreando su nombre en todo lado. No, Jungkook nunca había estado celoso ni había querido en secreto su propio séquito de fans de 12 años con bolitas brillantes que cantasen su nombre. Nunca, never.
Así que tampoco era celoso con Taehyung.
Nunca lo había celado con la bruja porque, obvio, ella no nunca había tenido nada con él y Jungkook no había creído nunca lo contrario. Ni siquiera la había apodado bruja por ello, lo había ello porque ella lucía como una: toda vestida de negro, lista para un ritual satánico en cualquier momento. No por Taehyung, nunca. ¡Siempre había sabido que ella era la tía de Aerum y quien diga lo contrario no tiene ni idea de qué está hablando!
Tampoco había sentido celos de aquella asistente demasiado arrugada con la que trabajaba SU hombre (ay, que lindo era decir que SU hombre). Así que, por ello, no se había puesto sus mejores pantalones y su mejor camisa para ir a entregar la primera incapacidad de Taehyung al trabajo, por supuesto que no. Nunca había buscado presumir, Jungkook era un ser humilde.
Tampoco contaba la presentadora del clima con la que Taehyung se reía como drogadicto cada vez que salía en televisión. ¡Y nadie podía decir que Jungkook era quien escribió una carta a la televisora quejándose de los vestidos tan escotados que esa mujer usaba! ¡Tampoco nadie podría asegurar que fue él quien cambió el plan de televisión para sacar ese canal de la lista de programación!
Así que no, no era celoso en absoluto.
4.- Lo apoyarás en todo momento.
Pero sí eso es más que seguro.
Emocional y físicamente, Jungkook ha estado listo siempre.
.- Puedes apoyarte siempre en mí, hyung – es lo que le dice mientras se recuesta contra la puerta del baño, en el que Taehyung ha entrado con mucho esfuerzo (y él apoyándolo con pompones a dos pasos de distancia) - ¡Ánimo, TaeTae!
.- Jungkookie... n-no necesito que te sientes ahí afuera todo... el r-rato.
La voz de Taehyung suena estrangulada, pero Jungkook niega mientras menea los pompones que le robo a Hoseok al aire: .- ¡Por supuesto que sí! ¡Aquí me quedaré!
.- T-te dolerá la... espalda...
.- ¡Dame una T! ¡Dame una A! ¡Dame una E! ¡TAE! ¡¿QUÉ DICE?! ¡TAE!
3.- No hablarás mejor de otras mujeres.
¿Por qué Jungkook hablaría de otras mujeres?
Por Goku, Jungkook ya había aprendido (lección dada por la colegiala) que no podía darle ideas a Taehyung para que se fuese a buscar una vagina. Así que, por supuesto, no hablaría bien de ninguna mujer frente a SU hombre, ni siquiera de Emma Watson, que todo lo que tenía que ver con ella era bueno.
No, no, no... sí tenía que decir que Emma Watson tenía cabello de escoba, lo diría.
Punto.
Caso cerrado.
2.- Jamás lo harás llorar.
Jungkook es un pan de amor, jamás haría llorar a nadie.
Y no cuenta que unas horas atrás, mientras Taehyung trataba de leer el periódico tirado en la cama, con sus piernas abiertas y la sábana cubriendo las vendas de su amiguito herido, Jungkook le haya hecho llorar. Además, ¡Nadie puede asegurar que fue él quien lo hizo llorar!
Jungkook sólo pasó hacia su armario (¡porque es su habitación!) y comenzó a buscar que ponerse para salir porque sabía que tenía que ir a comprar el azúcar y, definitivamente, no lo haría vestido formalmente. Además de que le había prometido a Aerum llevarlo al parque para que Jungkook se montase en los columpios mientras Ae – ssi lo observaba.
Se decidió por un jean apretado y una camiseta blanca.
¿Por qué eso habría hecho llorar a Taehyung? Tan sólo era ropa, ni siquiera habría podido ver que Jungkook había escondido en su armario un nuevo par de bóxer que le quito con el fin de cambiar el estampado que olía al masturbarse. Así que no había razón para llorar, ni siquiera lo había mirado o le había dicho algo para que no se distrajese de su lectura.
Se había cambiado en silencio, apenas y murmurando una canción de Nikki Minaj.
Por eso no había entendido qué pasó, tan sólo fue consciente del llanto de Taehyung cuando se abotonó el jean y se giró, observando como el mayor se hacía una bolita sobre la cama, con sus manos sobre el lugar dónde se escondía su amiguito y llorando desconsolado. Jungkook tuvo que ir hacia él, aún sin ponerse una camiseta (lo que le dio escalofríos en su lindo y adorable abdomen) para auxiliarlo.
¡Y Taehyung lo echó! ¡Le dijo que se fuera, que estaría bien solo!
Jungkook no había hecho nada.
¡Nada!
1.- Le demostrarás tu amor a diario.
¡No se diga más!
.- ¡Taehyung!
Taehyung se sobresaltó en su lugar, abriendo los ojos con esfuerzo para mirarlo de pie en la puerta, llevaba una camiseta suya puesta al revés y un short corto que dejaba a la vista su piel lechosa en la que NO DEBÍA PENSAR, sonriendo con el cabello hecho un nido de pájaros y con las manos entrelazadas a la altura del abdomen. Por su parte, el mayor estaba acomodado de lado sobre la cama, mirándole con confusión.
.- ¿Jungkookie? Son... son las 4 de la mañana – murmuró luego de desviar ligeramente la mirada hacia su celular, comprobando el por qué todo permanecía oscuro.
Un sonrojo cubrió entonces sus mejillas, pensando que tal vez no debió salir corriendo tan deprisa de la habitación, vistiéndose lo más rápido posible luego de ver el último punto del vídeo: .- Es que... qu-quería... darte amor.
Oh, mierda... piensa en Yoongi vestido de bailarina, en Hoseok en vestido... en patitos, patitos y gatitos. Nada de Jungkook viniendo a medianoche, a darme amor, a que yo le dé amor... patitos... muchos patitos, miles de patitos.
.- ¿Es así, cariño? – preguntó con una sonrisa forzada, intentando no corromper la inocencia de su, al fin, novio – Entonces ven aquí, déjame darte besitos.
Su sonrisa iluminó más estadios que la de Hoseok mientras se metía bajo las sábanas a su lado, acomodándose contra su cuerpo con cuidado de no hacerle daño y dejando que Taehyung comenzase a repartir besos por sus mejillas y luego picotease con sus labios suavemente los suyos, dejando pequeños picos cariñosos.
.- Eres un mimoso, Kookie – susurró contra él – Ven siempre a darme, amor. ¿De acuerdo?
Jungkook asintió, acurrucado y adormilado.
Taehyung no dejó de besarlo, siempre pensando en patitos.
¡Espero que el nuevo año esté iniciando con buen pie!
Por mi parte, sé que les dije que publicaría esto el 1 de enero, pero resulta que me terminé yendo a quedar a la casa de una tía y no pude llevarme ni mi computadora ni los archivos Word, así que me quedé sin la actualización. Sólo ahora que llegué a casa, me puse a subir el capítulo.
Lo lamento, pero espero que lo disfruten.
No siendo más, no olviden contarme qué les pareció.
Y... nos leemos en el próximo, que les aviso que se llamará: LLUVIA DE PENES.
Uh, de qué tratará. Jajaja
Mucho amor para todo y gracias infinitas.
Posdata: Aclaro que no estoy del todo de acuerdo con el contenido del vídeo que nuestro Jungkook vio. Es que él es una mente influenciable. Qué vamos a hacerle.
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