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16.- Resaca.

Hola... ¿cómo han estado?

La luz blanca que le rodeaba sólo podía significar una cosa... estaba muerto.

No había otra explicación de cómo sentía su cuerpo flotando en una bruma extraña, relajado y sin ningún tipo de sensación más allá de esa. ¿Cómo había muerto? No recordaba mucho de sus últimos momentos de vida, lo último lucido que tenía era entrar al pequeño salón de reuniones y ver la enorme pancarta que auguraba una vida feliz comiendo perdices al lado del comestible hombre que era su vecino/compañero de apartamento.

Entonces, ¿cómo había muerto?

¿Acaso habían entrado los ladrones de la última vez y como venganza, le había disparado? No, no sentía nada de sangre sobre su cuerpo, aunque tampoco es que pudiese verse en aquella bruma blancuzca, sólo sabía que estaba ahí. ¿O la tierra se había sacudido y les cayó encima el edificio? No, tampoco. Y sí... ¿y sí Suga había llevado a cabo su terrible plan y al fin lo había lanzado a un acantilado luego de drogarlo, violarlo, sacarle un riñón y volver a violarlo?

O peor aún... ¿se había asfixiado con un oso de goma atrapado en su garganta?

Aquella idea le abrumó y de pronto, comenzó a desesperarse. ¿Cómo podía morir de una manera tan ridícula? ¿Qué pensaría Taehyung? ¿Qué le diría en unos años a Aerum cuando preguntara por su apuesto, inteligente, adorable y siempre perfecto baba goo? Y sus padres, su hermano... ¿se sentirían decepcionados de comprobar que hasta para morir era tan ridículo y sin gracia? ¿Por qué su colegiala interior no había ideado un plan más original... morir ataviado en una bata de seda o sobre el cuerpo de Taehyung luego de haberlo montado toda la noche?

No quería morir virgen... todo menos eso.

.- ¿Crees que sobreviva? – la voz sonó lejana, irrumpiendo en aquella extraña bruma que lo atosigaba, no lograba reconocerla pero sabía que la había escuchado antes – El doctor dijo que ya no tardaba en despertar pero...

.- Kook es algo lento – aquella voz si la reconoció. Sabía que le pertenecía al acosador de su ex novio – Dale su tiempo para que descanse y luego despertará... era así cuando más pequeño, un adolescente todo prematuro que se quedaba dormido luego de una sesión de besos. Como un lindo conejito bebé que era muy caliente y tenía unos muslos que nunca me dejaba tocar y...

.- Ugg, no me interesa saber cómo se lo montaban – respondió la primera voz – Sólo quiero que despierte y esté mejor...

Entonces, ¿eso quería decir que no había muerto?

¿Estaba en una especie de limbo donde debía decidir si viviría o no? Pero no veía ni a Albus Dumbledore caminar hacia él ni nada. Ni siquiera el famosito túnel que debía ver cuando pasaba a mejor vida o... ¿es que él no iría al cielo? Porque Jungkook sabía que no era la mejor persona del mundo, como cuando a esa abuelita no quiso cederle su puesto en el metro, pero tampoco era como para enviarlo al infierno.

¿Cierto?

.- Hey, Kook... - otra voz se sumó al estéreo del lugar, llamándole – Despierta.

.- ¿Y sí lo golpean? – la voz más amargada la reconoció de inmediato y tembló, ahora como que prefería seguir muerto – Yo lo haría pero dado que estoy aquí acostado, me queda difícil... Jimin, dale duro... No, mentiras... Hoseok, golpéalo tú. Sólo tienes que conseguir un bate y...

.- Bien, ya basta – una última voz se sumó al coro que ahora, discutía de fondo – Jungkook... vamos, despierta – una suave presión se ejerció sobre sus hombros pero lejos de ser dolorosa, fue reconfortante.

Entonces la bruma desapareció, su cuerpo dejó de flotar y cayó en picada hacia una nebulosa de dolor. Dolor y más dolor. De cabeza, de cuello, de garganta, de estómago y de piernas. Y sus ojos dieron de lleno con un techo blanco que le recordó a la amarga experiencia de su última visita a un hospital, sólo que ahora no estaba solo... cuatro pares de ojos lo miraban fijamente.

.- ¡Despertaste, Kookie! – Jimin fue el primero en reaccionar y tirarse sobre él, lo que provocó que un gruñido salvaje atravesara la instancia y provocara que, con todo el dolor de mundo, girara su cabeza.

Sus ojos casi se caen de sus orbitas al ver a Min Yoongi, alias cabeza de petróleo, conectado a un suero, en pijamas de hospital y despeinado sobre una cama junto a la suya. ¿Él también se había ahogado con un osito de goma? O, a lo mejor, su hipótesis de que Suga había tratado de lanzarlo al acantilado era cierta, sólo que algo había fallado en el plan del psicópata sexoso que era quién sabe qué de Jimin...

.- Quita tus manos de ese mocoso sino quieres que termine el trabajo que el alcohol no termino – la voz de ultratumba del otro enfermo, provocaron risitas en Jimin más que pánico y Jungkook se preguntó cómo su ex novio podía ser tan...

.- Bien, bien... dale espacio, Jimin – la voz amable de Jin intervino sus pensamientos y fueron las manos suaves que le acariciaron el cabello mientras Jimin le soltaba, el mayor de sus vecinos le sonrió con un dejé de ternura antes de acomodarle el brazo, que permanecía atravesado con una fea y enorme aguja que le pasaba suero - ¿Cómo te sientes, Kook?

.- ¿Cómo si hyung me hubiese tirado de un acantilado? – se atrevió a susurrar.

Y de fondo, el cabeza de petróleo respondió con un "ojalá lo hubiese hecho".

.- Es normal, Kook – ignoró Jin el comentario del mayor en la cama mientras le ayudaba a subir la camilla hasta dejarlo en una posición sentada.

Jungkook sintió que mil agujas taladraban su cerebro, su garganta se cerró aún más y unas arcadas extrañas le invadieron, sintiendo como todo su aparato digestivo convulsionaba mientras presionaba las ganas de vomitar de regreso. ¿Cómo iba a vomitar ahí? Eso sería una humillación que seguramente su colegiala (¿dónde estaba?) le haría pagar el resto de su existencia. Sin contar que nunca podría ver a la cara a ninguno de los hombres en esa sala.

.- Lo tuyo es una resaca fuera de lo común, hermano – la voz de Hoseok, el vecino bailarín que todo el tiempo parecía un sol radiante y que, según recordaba, era el causante de todo lo que pasaba, le provocó jaqueca – Ustedes dos tomaron como si no hubiese un mañana...

Oh, así que era eso... bien, simplemente unos cuantos tragos de más. Nada de qué preocuparse.

.- Namjoon pagará todos los gastos del hospital, así que no te preocupes por nada de eso y tan solo descansa – siguió hablando Jin mientras, con un cuidado total, se encargaba de acomodarlo en la camilla - ¿Cierto? – Y entonces se giró para ver a Namjoon, alias cara de limón chupado, que permanecía callado desde hace rato, tan solo con los labios estirados en un puchero chueco.

Jungkook quiso reírse, tal y como hizo Hoseok. Pero sus pensamientos se desviaron a por qué rayos estaba en un hospital sí sólo se había pasado de tragos y más allá de eso, ¿por qué Taehyung y Aerum no estaban ahí?

.- Hyung... - su garganta quemó cuando trato de alzar la voz en un tono medianamente normal - ¿Qué fue lo que pasó? E-es decir... ¿por qué llegamos aquí?

El silencio general le dijo que no había sido nada buena la razón por la que él y su acosador habían terminado en urgencias. Pero había algo más... algo más allá de sólo el asunto de haberse emborrachado hasta olvidar qué había pasado. Entonces, como si un bombillo se prendiese en un cuarto a oscuras, Jeon Jungkook, chico dorado de Busan, tuvo una revelación.

Epifanía, la llamarían algunos... pero Jungkook no conocía palabras tan complejas.

Cada vez que tomaba; que sólo habían sido unas cuatro a lo largo de su vida, las cosas siempre terminaban mal. Cuando tenía 15 años, él y su hermano mayor se emborracharon con vino y jugo de manzana, al punto en que ambos estrellaron sus bicicletas contra un carro de policía estacionada, solo porque quería conocer una celda por dentro. Seis meses más tarde y otra vez, en compañía de su hermano mayor, se colaron en un prostíbulo en decadencia de la ciudad y se pusieron pelucas... si no los hubiesen agarrado antes, seguramente Jungkook habría ganado buen dinero por su virginidad.

En todo caso... nada bueno pasaba cuando se emborrachaba.

Y ahora, tenía miedo.

.- Ah... ¿Jin hyung? – carraspeó, rompiendo el tenso silencio.

.- Bueno... - alargó el mayor la última letra, una risa histérica apoderándose de él – Resulta que aquí, nuestro querido Namjoon... pensó que era más económico comprar licor adulterado para nuestra fiesta.

.- ¡No fue así! – se defendió el otro, desviando la mirada y chasqueando la lengua – No sabía que estaba adulterado, ¿vale? Simplemente estaba a mitad de precio y me pareció que era una oferta que no podía dejarse pasar.

.- ¡No tenían sellos de seguridad! – le rebatió Jin, cruzándose de brazos al girarse para verlo directamente - ¿Cómo no te fijaste que no tenían ninguna de las normas de seguridad?

.- Pues tenía 16 llamas perdidas tuyas – respondió alzando los brazos - ¿Qué querías que hiciera? Lo único que hacías es llamarme o mandarme notas de voz diciendo que necesitabas esto y lo otro, y el alcohol y no sé qué más... el dinero no crece en los árboles, Seokjin.

Jungkook estuvo a punto de decir que sí lo hacía, pero antes de poder hacerlo, la puerta se abrió, dándole paso a una joven enfermera. La parte hetero de Jungkook, esa minúscula partícula de heterosexualidad que a veces tenía, le dijo que era una mujer bonita sólo porque se parecía absurdamente a su cantante favorita, IU... pero antes de poder idear todo un plan de huida con la enfermera, su colegiala desaparecida regreso.

Y ella se encargó de recordarle que quería montar cual jinete al semental que seguramente, era Kim Taehyung.

.- Buenas tardes – saludó la mujer mientras se paraba junto a su cama, revisando cuidadosamente la planilla de su ingreso y Jungkook pudo detallar que no era tan bonita como parecía, tenía un feo lunar en la punta de la nariz, horroroso – Paciente Jeon, ¿cómo se encuentra?

Y fue entonces que recordó fugazmente el pánico que le generan las mujeres que se acercan demasiado a su espacio vital, como justo esa mujer estaba haciendo en ese momento, inclinándose sobre su cuerpo para revisar el ritmo de caída del suero, lo que provocaba que sus senos se restregaran de forma grotesca contra su preciado rostro y su inocencia... bueno, puede que exagere, pero se sentía vulnerado, acosado.

.- Con algo de dolor de cabeza y en el estómago... - susurró, apenado de sentirla tan cerca de su cuerpo.

.- Es algo normal después de un lavado estomacal – respondió mientras volvía a fijarse en la tablilla, sin prestarle al rostro sin expresión de su joven paciente, quien ese momento estaba teniendo una especie de crisis interna sobre el hecho de haber tenido que someterse a un lavado estomacal sin su consentimiento.

Un lavado estomacal... una manguera que se metía por... ¡¿Eso quería decir que no podía decir que era virgen?!

.- Bien, todo está normal con tus resultados y, a pesar de la gran cantidad de alcohol en tu sangre, no tuviste grandes complicaciones – siguió hablando la enfermera, sin levantar la mirada – Lo único es que debes cuidar un poco cualquier dolor en la espalda, luego de la caída que sufriste es probable que los músculos estén resentido.

Una manguera... por su... ¿de qué caída estaba hablando esa mujer?

.- El doctor ha firmado la salida de los dos pacientes – se giró ella hacia Jin, entregándole las dos boletas de salida – Es necesario un control dentro de una semana pero ambos parecen estar bien y ya pueden irse. Su ropa está en el casillero del baño.

.- ¿Y Kim Taehyung?

La voz de Jimin preguntando por su futuro esposo/semental consiguió que saliera de su estupor y mirara de nueva a la mujer, que ahora no sólo se le hacía poco agraciada sino bastante mayor, como si tuviese la edad de su abuela o incluso, de su bisabuela. Pero no tenía tiempo de pensar en ello, tenía que saber qué pasaba con Taehyung.

.- El señor Kim ya tiene su boleta de salida – les informó con una sonrisa amable de abuelita que hornea galletas pero puede apuñalarte por la espalda – Está a la espera de una silla de ruedas para poder salir, no puede caminar en unos días.

La mujer les dedicó una reverencia y salió de ahí, dejándolo con un torbellino de preguntas sin orden que su colegiala, con poca experticia, trataba de organizar. ¿Dónde estaba su yo emo, siempre tan sistemático para el sufrimiento, cuando se le necesitaba?

.- Bien, ya quiero largarme de este sitio – gruñó Suga mientras se levantaba teniendo cuidado con el suero, que todavía caía con lentitud – Jimin, ven aquí y ayúdame a vestirme.

.- Oh, hyung...

.- No vamos a tener sexo en este hospital, no hoy... así que muévete.

Hoseok frunció el gesto, su nariz torciéndose mientras miraba con disgusto como Jimin iba hacia el cabeza de petróleo: .- No necesito saber de sus próximos planes sexuales, hyung.

.- Ah, cállate, Hoseok – respondió sin dureza Suga – Que tú no tengas sexo con nada más que tu mano y un calcetín no quiere decir que debes amargar a los demás.

.- ¡Yo no...!

.- Basta, bestias – les reprendió Jin – Iré a ver cómo está Tae y podremos ir luego de que se cambien, ¿de acuerdo?

Jungkook se mordió el labio, nervioso: .- Hyung... ¿qué pasa con Tae?

Los cinco pares de ojos voltearon a verlo sin nada de discreción, el silencio nuevamente fue el anuncio de algo nada bueno, algo que a lo mejor debía omitir para siempre de sus recuerdos. Ese tipo de momentos en los que Jungkook recuerda a su hermano mayor, su sonrisa torcida de "hiciste algo muy, muy malo y no te dejaré olvidarlo nunca", como cuando le robó a una niña su helado y la dejo llorando en el parque.

Nada bueno, claro...

.- ¿No lo recuerdas?

Jungkook se mordió con más fuerza el labio... ¿qué había hecho, dicho o gritado? ¡¿QUÉ ERA LO QUE HABÍA HECHO?!

.- Pues... - Jimin miro a otro lado, repentinamente incómodo.

.- Te lanzaste encima de Kim y le cogiste el pene – respondió con sinceridad Suga, casi sonriendo al ver su cara de shock de nuevo – Diciendo cuanta guarrada se te ocurrió.

Decir que quería cavar un hueco en la tierra y echarse a morir era poco. No recordaba mucho, simples imágenes borrosas, pero estaba seguro que el cabeza de petróleo no mentía. No tenía por qué y los rostros abochornados de los demás, sólo servían para decirle que era cierto. Había acosado sexualmente a su vecino, había dejado que su parte de Jungkook salvaje saliera a flote.

Ni hablar de lo desesperado que seguramente se vio.

.- Y eso no es todo... - Yoongi aumentó su sonrisa, realmente feliz.

.- Por favor, Suga... déjalo... -dijo alguno de los demás pero Jungkook sólo podía enfocarse en su acosador personal.

¿Qué más? ¿No bastaba con semejante humillación? ¡Podía ir hasta a la cárcel por intento de violación! Ojalá Taehyung lo denunciara y así le dieran cadena perpetua y no pudiese volver a ver la luz del sol, confinado a una celda sin nadie y un patio de cemento en el que caminar una hora al día. Y sino... ¿Podía huir a la Patagonia y cambiar el nombre a Juanito y vivir de criar llamas?

.- Le provocaste una fractura de pene al caer sobre él y tratar de montarlo...

Holiiiii...

Bueno... cómo imaginaran, me costo bastante retomar esta historia (y Calle abajo... donde pueden encontrar una breve explicación de por qué desaparecí tanto tiempo) pero he regresado y para quedarme. Pero por el momento, sólo quiero que me digan qué les pareció. 

Me temo que estoy muy ansiosa porque les haya gustado, me costó mucho escribirlo y tratar de que fuese fresco y divertido. Espero haberlo conseguido así sea un poco. 

Gracias

Edit: 18/02/19

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