04
El sonido de la puerta abriéndose captó la atención de ambas féminas. La menor de las dos se giró a ver la puerta.
Para saber quién era el que estaba por entrar a su hogar.
-¡Estoy en casa!. -Dijo Soyeon dejando sus zapatos a la entrada de su casa, y saludando con una sonrisa a su madre.
Quien estaba volteada viendo la hermosa vista que tenía ante sus ojos.
-Ya te vimos llegar. -Le respondió fríamente su hermana Eun-Byeul.
Soyeon volteo sus ojos y quitó su sonrisa al escuchar sus palabras.
-La cena está lista, vamos a cenar. -Dijo su madre cortando el ambiente, tenso que se había formado entre sus dos hijas.
-¿No vamos a esperar a mi papá?. -Pregunto Soyeon.
-No, nose a que hora piense llegar, y no tengo intensión de esperarlo para cenar. -Dijo su madre.
-Ser médico es bastante agotador, así que no deberías ser tan dura con el, deberíamos guardarle un poco de comida si no vamos a esperarlo. -Dijo Soyeon.
-¿Paso algo interesante en la escuela?. -Pregunto su madre ignorando las palabras que Soyeon había dicho hace unos segundos.
-No madre solo me informaron, que tendríamos examen de Ingles, ¿Que hay de ti?. -Le respondió Soyeon a su madre.
-Tengo pensado, hacer pasado mañana una cena en el Club Hera. -Le dijo su madre, mientras ambas chicas asentian. -Aproposito, Eun-Byeul, escuche que tu también tenías examen de matemáticas mañana.
-Asi es madre. -Le respondió a su madre.
-Tienes que estudiar más, tus notas son malas a comparación de las de Soyeon. Pero tampoco quiero que descuides tu entrenamiento de canto clásico, si quieres entrar a la escuela de Artes Cheong-Ah tienes que entrenar, no por el hecho de que yo sea la directora te garantiza tu lugar. -Dijo su madre, obviamente mintiendo, en sus últimas palabras.
Y aunque claramente las dos adolescentes sabían que su madre mentía respecto a que Eun-Byeul ni tenía ventaja por ser hija de la directora. Ninguna de las dos se atrevía a contradecir a Cheon SeoJin.
-Madre, quiero comentarte algo. -Dijo Soyeon capturando la atención de ambas féminas.
-Te escucho. -Le respondió su madre.
-Quiero que me entrenes para el canto clásico. -Dijo Soyeon con un tono de voz firme, pero con una mirada algo temerosa.
-No. -Esa fue la respuesta que recibió por parte de su madre, la misma respuesta tajante de siempre.
-¿Porque no?. -Se atrevió a preguntar la Castaña. -El canto clásico no es para ti, tu no tienes futuro para eso. -Le dijo su madre.
-¿Como sabes que no tengo futuro para el canto clásico si no me das la oportunidad de mostrarte mi talento?.
La mayor la miro fijamente, acto que intimidó un poco a Soyeon, por lo que bajo la mirada.
-Soy la soprano Cheon SeoJin, tengo ojo para esto, y se que no es para ti el canto clásico. Llevo años en esto, y entreno a cientos de alumnos y se que esto no es para ti. -Dijo su madre levantándose de su asiento. Intentando dar por terminada, su conversación.
-¡Ese es justo el problema!, entrenas a todos en el edificio, y a muchos más alumnos, pero no eres capaz de entrenar a tu propia hija. Que te lo a pedido por años. ¡Haces entrenar a todos hasta el cansancio, poner a entrenar a Eun-Byeul hasta que le sangre la garganta!. Y talvez suene demasiado arrogante de mi parte pero me atrevo a decir que soy mucho mejor que Eun-Byeul. Soy más estable, controlo a la perfección mi respiración, puedo manejar los cambios en una melodía y puedo alcanzar notas altas.
-Si tu sientes que puedes manejar todo eso, entonces no veo la razón por la que me pides que te entrene. -Le dijo su madre cortante y llendo hacia la cocina.
Soyeon se giró a verla con los ojos llorosos, y aunque tenía la intención de levantarse. Se detuvo al sentir el frío y brusco tacto de su hermana en su hombro.
-Puedes decir lo que tu quieras, y puedes intentar mil veces que mamá te entrene, y darle mil razones, incluso puedes decir que eres mejor que yo. Pero nada de eso hará que mamá llegue a entrenar, así que sigue soñando hermanita. -Le dijo Eun-Byeul en su oído, Soyeon rápidamente quitó su mano de su hombro. Sin perder tiempo alguno, Soyeon solo se levantó bruscamente de la mesa, sin decir una palabra más. Lo último que escucho fue la puerta ser abierta y Eun-Byeul llendo a recibir a su padre.
El sol se empezaba a salir indicando, un nuevo día, el sol brillaba alumbrando cada rincón de todo Corea. Indicando que Tal vez podría ser un buen día.
Tal vez.
Ha-Neul salio del baño, algo relajada, se puso su uniforme, y peinó sus cortos cabellos bicolores con delicadeza.
Se colocó unos pequeños aretes que se podían perder a simple vista, con su corto cabello.
Después de tomar sus cosas necesarias salió de su cuarto para encontrarse con su hermano, quien estaba desayunando.
-¿Enserio empezaste a desayunar, sin mi?. -Dijo Ha-Neul fingiendo indignación.
-Si, te tardas mucho en despertar, y a mi me da hambre. -Dijo Kwan mientras veía como su hermana destapaba la cacerola que se encontraba vacía.
-Esto es el colmo, primero fue la pasta de ayer y ahora no me dejas arroz. ¡Morire de hambre por tu culpa!. -Dijo Ha-Neul reprochando.
-Ha-Neul, sabes que no soy el mejor cocinando así que solo cocino para mi. -Se justificó Kwan mientras iba a lavarse los dientes.
-O mejor dicho eres tan egoísta que no quieres cocinarle a tu hermana y morirá de hambre por tu culpa. -Dijo Ha-Neul.
-Sufres de hambre porque quieres tu puedes hacerte tu desayuno. -Dijo Kwan mientras escuchaba, como el timbre del Penthouse empezaba a sonar.
-O mejor dicho tu eres un egoísta que no me quiere compartir su desayuno. -Dijo Ha-Neul abriendo la puerta encontrándose con Soyeon. Quien tenía los ojos hinchados y ojeras, indicando que había llorado la noche anterior.
-No lo logré. -Dijo Soyeon mientras Ha-Neul veía como sus ojos se llenaban nuevamente de lágrimas.
Ha-Neul no dijo nada y solo atrajo a Soyeon a sus brazos. Empezando así un abrazo silencioso, donde lo único que se podía escuchar, eran los sollozos y murmullos de Soyeon. Reprochando que su madre no la apoyaba. En ese momento ambas chicas sintieron un peso más en el abrazo, no dijieron nada solo se acomodaron un poco. Para que el abrazo fuera más cómodo entre los chicos.
-Muchas gracias chicos enserio, son lo mejor que me a pasado. -Dijo Soyeon.
-No tienes porque agradecernos. Eres nuestra amiga. -Dijo Kwan apoyando la cabeza de Soyeon en su pecho.
-Y siempre estaremos para ti. -Dijo Ha-Neul.
-Los amo chicos, creo que es mejor que bajemos de una vez, si no llegaremos tarde. -Dijo Soyeon.
-Ro-Na más vale que te apures vamos tarde. -Le dijo Jung a su hermana mientras corrían.
-Lo siento, me quedé dormida. -Dijo Ro-Na con la respiración agitada al correr.
-Eso ya lo había notado genia, como sea es mejor que nos demos prisa faltan 5 minutos y 46 segundos para que toquen el timbre creo que aún podemos llegar.
Dijo Jung mientras seguían corriendo, y Seguia prácticamente arrastrando a su hermana.
-Ya, ya llegamos. -Dijo Ro-Na saltándose del agarre de su hermano. -Escuchame bien Jung, no quiero que vuelvas hacerme correr como si estuviera compitiendo para los Olímpicos. -Le dijo Ro-Na a Jung, mientras intentaba recuperar su respiración.
-Es tu culpa, por no levantarte temprano. Como sea, hoy iré a trabajar así que por lo que más quieras en este mundo, no te metas en problemas, porfavor no pelees con Jenny solo ignorala.
-Si como sea nos vemos. -Dijo Ro-Na abandonando el patio, para irse a su salón.
Las horas pasaron la noche fría empezaba a recorrer cada Rincon de la Ciudad.
Ro-Na y Jung se dirigían a su casa en completo silencio solo viendo los alrededores. Ambos hermanos, solo tenían ganas de llegar a casa cenar algo rico y dormir plácidamente.
Ha-Neul, Soyeon y Kwan se encontraban en el auto platicando acerca de cómo sintieron el examen de Inglés y los tres concordaron que el examen estaba demasiado fácil. Así que solo querían llegar a casa y distraerse un buen rato.
Cinco chicos tan diferentes entre ellos, con una misma ilusión llegar a casa y descansar. Pero no sabían que al llegar a su casa cambiaría su vida.
Jung y Ro-Na llegaron a casa como todos los días, Jung se preparaba mentalmente para la cena deliciosa que su madre había preparado.
Pero se llevó una sorpresa al no ver a su madre esperarlos, en el comedor o cocina como siempre.
-¡Estamos en casa!. -Exclamo su melliza al no ver a su madre donde habitualmente los esperaba, así que decidio meterse un poco más a la casa siendo seguida por su hermano.
Ambos adolescentes se llevaron una gran sorpresa al ver a su madre sentada en el sillón y rodeada de todos los libros de música que Ro-Na ocultaba.
Ro-Na miro a su hermano algo asustada, pues ambos hermanos tenían muy en claro que su madre le había prohibido rotundamente a Ro-Na cantar.
-Hoy mientras trabajaba, me llamo su maestro de matemáticas, me dijo que no han ido a clases extras por meses. -Dijo su madre volteando a verlos totalmente seria lo que provocó que ambos chicos retrocedieran unos cuantos pasos.
-¿En esto es lo que estás invirtiendo tu tiempo?, pierdes tu energía en algo tan inútil como el canto. -Le dijo su madre señalando los libros que se encontraban en la sala.
-Mamá, lo que pasa es que.
-Lo que pasa es que me han estado viendo la cara los dos, ¡Te he dicho miles de veces que tienes prohibido cantar!.
-¿Y por que tengo prohibido cantar madre?. -Le pregunto Ro-Na, retadoramente a su madre. -Contestame ¿Porque no me dejas cantar? Yo amo al canto clásico con mi vida, es a lo que yo quiero dedicarme.
-Ese mundo no es para ti.
-Pero soy talentosa, puedo lograrlo.
-En ese mundo no importa el talento si no el dinero y las conexiones tu no tienes nada de eso.
-No me importa se que puedo lograrlo tengo talento y se que llegaré lejos.
-Si tienes buenas calificaciones, ¿Porque no estudias una carrera como licenciada, maestra? Sigue el ejemplo de Jung que quiere ser médico Cirujano si siguen trabajando duro en la escuela, entrarán a una buena escuela.
-Pero yo quiero ser cantante clásica, si tal vez lograste manipular a Jung de abandonar su sueño de ser Historietista. Pero no lo vas a lograr conmigo. -Dijo Ro-Na.
A lo que su madre asintió lentamente, y tomó varios de los libros de Ro-Na y sin que ninguno de los hermanos lo viera visto venir. Empezó a romper hoja por hoja de cada libro.
Jung rápidamente intentó detenerla, pero no daba resultado, pues su madre no se inmutaba ante los gritos y suplicas de ambos hermanos.
Hasta que se detuvo al oír como su hija comenzaba a cantar una Melodía. Una melodía que para si desgracia conocía muy bien, pues fue esa misma la causante de sus desgracias.
-No permitiré que gastes mi esfuerzo en esta porquería. -Dijo su madre más histérica mientras volvía a romper los libros.
-Mamá, esos libros yo se los compré. -Dijo Jung algo desesperado, pues no sabía cómo hacer para que su madre parara de destruir las cosas de su hermana. Que tanto le habían costado a el.
-¿Que dijiste?.
-Fui yo quien le compró esos libros a Ro-Na.
-¿Como lo hiciste?, ¿Porque lo hiciste?, ¿Con qué dinero lo hiciste?. Estas metido en malos pasos ¿verdad?, es por eso que tampoco vas a las clases.
-No, no es nada de eso madre, yo trabajo.
-¿Que tu haces que?.
-Trabajo para poder ayudarte.
-No quiero que lo hagas no necesito tu ayuda solo dedícate a estudiar, que para eso estoy yo.
-Solo quiero ayudarte, quiero que sepas que no estás sola.
-Ya te dije que no; y más te vale que dejes ese trabajo, escúchame bien ustedes solo van a estudiar. Y si Ro-Na quiere cantar y si tu quieres trabajar para "ayudarme", lo tendrán que hacer sobre mu cadáver. -Dijo su madre abandonando la sala dejando a ambos chicos llorando.
-¿Pero que es esto?. -Dijo Eun-Byeul con algo de sorpresa.
-¿Que pasa?. -Le pregunto su madre, confundida ante su reacción.
La menor solo le extendió su tableta para lo que viera lo que decía la pantalla a lo que la mayor se quedó sorprendida.
-Soyeon ¿Tu sabías de esto?. -Le pregunto su madre mostrando la tableta.
-¡Ay no!. Ha-Neul, Kwan. -Dijo la chica sorprendida viendo la noticia.
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-¿Pero que rayos?. -¿Que pasa?. -Le pregunto Ha-Neul a su hermano mientras salía de su habitación para comer algo.
-¡Ya!, Te pregunté que paso, ¿Porque no me dices nada?. -Dijo, Ha-Neul jalando el brazo de su hermano. Quien solo veía fijamente la televisión sin decir una sola palabra.
Ha-Neul desesperada por no recibir, respuesta miro la televisión encontrándose con una noticia que no pensaba recibir.
-¿Mamá?. -Dijo Ha-Neul ante las palabras que se mostraban en la pantalla de la televisión.
La famosa decoradora BoNa y el cotizado director de cine Kim Taewang se han casado en secreto.
Tal vez las circunstancias de estos chicos no se parecían en casi nada, pero tenían una sola cosa en común.
Que después de esa discusión, y después de recibir una inesperada noticia de una forma nada agradable.
La vida de estos chicos cambiarían radicalmente.
Ha-Neul, al parecer, no todo se puede quedar como estaba.
Holis Holis, ¿cómo están?, espero que les haya gustado este capitulo algo intenso según yo. Bueno sin más que decir los quiero mucho cuídense chau ❤
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