Cuando termine de cambiar las sabanas y recoger todas las fotos del día de nuestra boda, que se encontraban en el suelo con los marcos rotos, sabía que el ya se habia marchado, aunque aun una parte de mi esperaba que al menos se hubiera despedido,  pero eso jamás pasaría, porque estaba segura que el asunto importante por el que se tenía que marchar, se llamaba Diana.

Ahora que me encontraba sola como de costumbre, podía quitarme el maquillaje y el montón de cosas que utilizaba para cubrir los golpes, algunos estaban por desaparecer, pero otros seguían con ese color morado fuerte.

Por la tarde como lo hacía siempre que el se hiba, entraba a su estudio  de grabación, para hacer lo único que me ayudaba a desahogarme,  y eso era cantar, tenía una libreta donde escribía todas las letras de las canciones donde sacaba todo mi dolor,  y la de hoy no sería la exepcion.

Las lágrimas
Caen otra vez

Ni siquiera
Se porque sigo aquí

Aunque aquien
Quiero engañar

Ella sólo
Juega contigo
Mientras yo te amo

Otro  golpe más
Otra traición más
Y tu sólo

Otro golpe más
Otra traición más
Y tu sólo
Me  destruyes
Una
Y otra
Y otra
Y otra vez

 Otro golpe más
Otra traición más
Y tu sólo
Me  destruyes
Una
Y otra
Y otra
Y otra vez

Nunca pensé
Que mi vida sería así
Que entregar mi corazón
Seria solo para destruirlo

Donde quedó
Nuestro cuento de hadas
El que solíamos soñar

Ni siquiera
Se porque sigo aquí

Aunque aquien
Quiero engañar

 Otro golpe más
Otra traición más
Y tu sólo
Me  destruyes
Una
Y otra
Y otra
Y otra vez

 Otro golpe más
Otra traición más
Y tu sólo
Me  destruyes
Una
Y otra
Y otra
Y otra vez

Una
Y otra vez

 Donde quedó
Nuestro cuento de hadas
El que solíamos soñar

 Ella sólo
Juega contigo
Mientras yo te amo

 Otro golpe más
Otra traición más
Y tu sólo
Me  destruyes
Una
Y otra
Y otra
Y otra vez

 Otro golpe más
Otra traición más
Y tu sólo
Me  destruyes
Una
Y otra
Y otra
Y otra vez

Una
Y otra vez

Una
Y otra vez

 Ella sólo
Juega contigo
Mientras yo te amo

Una
Y otra vez

Cada vez que la cantaba las lágrimas salían más y mas, hasta que llegó un punto en que ya nada salia. Una parte de mi quería marcharse, solo era cuestión de subir y tomar todas mis cosas para luego desaparecer, pero la otra parte de mi prefería el suicidio antes que dejarlo, porque simplemente lo amaba.