Mi voz no salia, ni siquiera podía mover  mi cuerpo porque todo me dolia, no entendía como había llegado al hospital,  pero de lo único que estaba segura es que no quería ver a Michael,  sentía asco de mi propio cuerpo, lo único que desaba era algo de paz, tranquilidad.

Cuando las enfermeras venían a revisarme muchas veces estuve a punto de pedirles que me inyectaran algo que terminará con mi vida, pero sabía que ellas no lo harían no se arriesgarian a perder su trabajo y en cambio me mandarían a una evaluación para ver que tan loca estoy para después mandarme a un manicomio.

Estaba tratando de descansar cuando la puerta de la habitación se abrió dejando entrar al padre de Michael,  tenía la esperanza de que el se pondría de mi lado el siempre se habia conportado conmigo como un verdadero padre no como el mio, pero cuando empezó a decir todas esas cosas supe estaba sola.

Cuando el se marchó y después de que el doctor me revisará las lágrimas volvieron a caer, estaba tan cansada ya de llorar. La primera vez que conocí  el dolor fue con aquellos hombres, había regresado de ver una película con Christian,  cuando mis padres me pidieron que los acompañará a un lugar,  lo que no espera es que me encerrarian en una habitación con aquellos tipos los cuales me tomaban fotos mientras.....  después de eso conocí a Michael y creí que todo mejoraría pero......

Estaba tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta que alguien entro a la habitación hasta que tocaron mi mano, cuando voltie inmediatamente a ver quien era una pequeña sonrisa se instaló en mi rostro, no podía creer estuviera aqui, el no perdió tiempo y me abrazo después se separó unos cuantos centímetros y lo siguiente que sentí eran sus labios sobre los míos, dudaba si se debía corresponderle o no,  pero el seguía moviendo sus labios esperando una repuesta de mi parte, así que por primera vez deje de pensar y le devolví el beso, el me sujeto más fuerte de la nuca haciendo que el beso subiera poco a poco de temperatura,  pero derrepente ya no lo sentí mas. Al abrir mis ojos el estaba tirado en suelo y Michael en el otro extremo de la habitación, tenía las manos en forma de puños, unos de sus guardaespaldas entro y sacó a Christian dejándome sola con él.